CRIMEN FERPECTO
Ahora no estoy tan seguro.
Quizá lo que considero un defecto de casi todas las películas de Alex de la Iglesia en realidad sea una virtud.
Siempre me había parecido que en todas sus películas había un punto de no retorno en el que el narrador parecía perder el control de los caballos de la historia y estos comenzaban a galopar sin control sobre la pantalla. El relato se tornaba fragmentario, caleidoscópico y un muchos casos terminaba convirtiéndose en una especie de distorsionado dibujo animado de Tom y Jerry.
Y quizá en todos las narraciones de Alex de la Iglesia emerge como esencial el tema de la imposibilidad de un orden, convirtiendo todas las historias en una crónica de la inevitable necesidad con el que el caos y la destrucción suceden cuando por medio hay seres demasiado humanos.
En el cine de Alex de la Iglesia las historias devienen a meros lugares donde se escenifica el enfrentamiento destructor entre deseos imposibles.
Las superficies que se presentan estables poco a poco empiezan a resquebrajarse, metafóricamente las letras efe y pé se intercambian para trastocar la solemnidad del sentido que vehicula la propia palabra, abriendo paso a las huestes cenobitas del delirio.
Los personajes y las situaciones se descomponen, pierden el color y la forma que se derraman como goterones dentro de un cuadro empapado, ante la irresistible emergencia de todo lo que es incontrolable.
No había visto "Crimen ferpecto" y es, con diferencia, la película que más me gusta de Alex de la Iglesia.
"Crimer ferpecto" es una sainete costumbrista, puro gore berlanguiano hiperrealista con unas gotas del mejor Hitchcock, en el que Rafael (un estupendo Willy Toledo) expresa la quinta esencia de ese anti-héroe planificador que, creo, protagoniza el cine de Alex de la Iglesia.
Rafael será un casposo triunfador de bolsillo, el perfecto Joseph K de un absurdo proceso que desencadena su propia ambición y que sucede en un entorno hiperrealista que con cada segundo que avanza se convierte en cada vez más aterrador.
Brillante.
sábado, febrero 25, 2012
jueves, febrero 23, 2012
"Que, en definitiva, se deba gastar sin miramientos (sin contrapartida)la energía que constituye la riqueza, que una serie de operaciones lucrativas,no tengan decididamente otro efecto que el vano despilfarro de sus beneficios, esto es lo que rehusan los espíritus habituados a ver en el desarrollo de las fuerzas productivas el fin ideal de la actividad. Afirmar que es necesario disipar en humo una parte importante de la energía producida es ir contra los criterios en los que se funda una economía razonable.... El movimiento general de exudación (de dilapidación) de la materia viviente lo anima y él no lo puede parar. Incluso hallándose en la cima, su soberanía del mundo vivo lo identifica con este movimiento, el cual lo lleva, de un modo privilegiado, a la operación gloriosa, al consumo inútil. Si él lo niega, como incesantemente le obliga la conciencia de necesidad, de indigencia inherente al ser separado (al que incesantemente le faltan recursos, que no es más que un eterno necesitado), su negación no cambia en absoluto el movimiento de la energía, la cual no puede acumularse sin limitaciones en las fuerzas productivas. Finalmente, la energía se nos tiene que escapar y perderse para nosotros como un río en el mar."
(La parte maldita, Georges Bataille)
(La parte maldita, Georges Bataille)
miércoles, febrero 22, 2012
HUMO
Como jirones grises de humo exhalado
se desvanecen sus recuerdos.
La progresiva transparencia
de ese silencioso estar extático de nube por cielo
los vuelve aún más inciertos.
Y su esfuerzo imposible
empeñado en agarrar tan volátil inconsistencia,
en atrapar tan incierta y transitoria permanencia
en contra de su voluntad sorprendida
sólo sirve para incrementar la velocidad
de lo que parece ser un inevitable proceso de pérdida
mientras la tarde avanza hacia el ocaso
con su habitual indiferencia.
martes, febrero 21, 2012
"El carácter secundario de la producción y de la adquisición con respecto al gasto aparece de la forma más clara en las instituciones económicas primitivas debido a que el intercambio es todavía tratado como una pérdida suntuaria de los objetos cedidos. El intercambio se presenta así, en el fondo, como un proceso de gasto sobre el que se desarrolló un proceso de adquisición. La economía clásica creyó que el intercambio primitivo se producía bajo la forma de trueque, pues no tenía, en efecto, ninguna razón para suponer que un medio de adquisición como el intercambio hubiera podido tener como origen, no la necesidad de adquirir sino la necesidad contraria de destrucción y de pérdida. La concepción tradicional de los orígenes de la economía no ha sido arruinada más que en fecha reciente, incluso muy reciente, por lo que un gran número de economistas sigue considerando arbitrariamente el trueque como el ancestro del comercio."
(La noción de gasto, Georges Bataille)
(La noción de gasto, Georges Bataille)
THE ARTIST
Es una idea inteligente la que, creo, inspira “The Artist”,
una idea que además está llena de emocionante justicia poética.
Y las ideas que se pueden amar me tienen siempre
incondicionalmente de su parte.
Con brillantez y talento, “The artist” simula el imposible
de trasladar el punto de vista del cine mudo en el mismo momento en que se
imponía el cine sonoro, relegando al olvido a toda una manera de expresar las
historias que se transfiguraban sobre el blanco de la pantalla.
Y en este sentido el George Valentin de Jean Dujardin, que
con talento compone una acertada mezcolanza de Douglas Fairbanks y John Gilbert
(dos de las grandes estrellas cuya luz se apagó con el sonido), se convierte en
el particular Leónidas de esta batalla de las Termópilas.
Sobre esta base “The artista” se desenvuelve con acierto en
las procelosas aguas del simulacro, de la precisa repetición lo ya existente, unas
aguas donde prejuiciosamente suponía que la película iba a ahogarse mostrando
un vacío espectáculo de perfecta mímesis de una película muda, un mero ejercicio de virtuosismo
técnico como el que haría un guitarrista japonés con el flamenco.
Mi mente ya tenía preparada la plantilla del cine sin alma,
pero nada más alejado a la realidad de una historia que llegando al extremo del
simulacro consigue el imposible enlazar con el otro lado del continuo, ese lado
difícil de alcanzar donde se encuentra el preciado tesoro para cualquier
narrador de la verdad y la autenticidad.
Porque hay mucha verdad en “The artist”.
Pequeñas verdades de siempre que mágicamente aparecen siempre cuando son convocadas desde la verdadera impostura que representa el cine como arte.
Pequeñas verdades de siempre que mágicamente aparecen siempre cuando son convocadas desde la verdadera impostura que representa el cine como arte.
Verdades que tienen que ver con las inaplazables facturas
del tiempo o la erótica secreta de los iguales de la que tan bien poetizaba Jaime
Gil de Biedma perfectamente decantadas en una redonda estructura de melodrama
que encierra las resonancias de decenas de películas inolvidables.
Extraordinaria.
THE RIVER
Tiene buena pinta "The river".
Oren Peli, el creador y director de esa saga del susto domiciliario llamada "Paranormal Activity", cambia los confortables hogares del primer mundo norteamericano por la peligrosa incomodidad de las tierras salvajes amazónicas... pero manteniendo el mismo ambiente claustrofóbico y enrarecido.
Sin importar el entorno, Peli vuelve definir un nuevo espacio topológico en el que se mueven las criaturas amenazantes y los amenazados y en el que no parece importar nada más que el acecho y el correspondiente susto de rigor, algunos mejores y otros... pues no tan buenos. Pero, y en cualquier caso, se agradece el tránsito de las series de ficción televisiva por géneros no demasiado habituales como es en este caso el terror.
Y confieso que me apetece ver The river, acompañar a la expedición protagonista en busca del desaparecido doctor Emmet Cole por las impenetrables selvas amazónicas, un territorio que ya de por si no necesita de espíritus sedientos de sangre ni de fantasmas para resultar lo suficientemente misterioso y amenazante.
Veremos cómo avanza la serie... aunque los viajes río arriba por la selva suelen acabar en el delirio de la bestia humana contemplándose en el espejo que le ofrece la oscura foresta, sino que se lo pregunten al Marlow de "El corazón de las tinieblas" de Conrad.
Esperemos que sea un viaje río arriba como ese Dios que no existe manda.
Yo me apunto.
Tiene buena pinta "The river".
Oren Peli, el creador y director de esa saga del susto domiciliario llamada "Paranormal Activity", cambia los confortables hogares del primer mundo norteamericano por la peligrosa incomodidad de las tierras salvajes amazónicas... pero manteniendo el mismo ambiente claustrofóbico y enrarecido.
Sin importar el entorno, Peli vuelve definir un nuevo espacio topológico en el que se mueven las criaturas amenazantes y los amenazados y en el que no parece importar nada más que el acecho y el correspondiente susto de rigor, algunos mejores y otros... pues no tan buenos. Pero, y en cualquier caso, se agradece el tránsito de las series de ficción televisiva por géneros no demasiado habituales como es en este caso el terror.
Y confieso que me apetece ver The river, acompañar a la expedición protagonista en busca del desaparecido doctor Emmet Cole por las impenetrables selvas amazónicas, un territorio que ya de por si no necesita de espíritus sedientos de sangre ni de fantasmas para resultar lo suficientemente misterioso y amenazante.
Veremos cómo avanza la serie... aunque los viajes río arriba por la selva suelen acabar en el delirio de la bestia humana contemplándose en el espejo que le ofrece la oscura foresta, sino que se lo pregunten al Marlow de "El corazón de las tinieblas" de Conrad.
Esperemos que sea un viaje río arriba como ese Dios que no existe manda.
Yo me apunto.
lunes, febrero 20, 2012
"Opuesta a la noción artificiál de trueque, la forma arcaica del intercambio ha sido identificada por Mauss con el nombre de potlach tomado de los indios del noroeste americano, que practican el tipo más conocido.
Instituciones análogas al potlatch indio o rastros de ellas han sido halladas con mucha frecuencia. El potlatch de los tlingit, los haïda, los tsimshian, los kwakiutl de la costa noroeste ha sido estudiado con precisión desde fines del siglo XIX (pero no fue comparado, entonces, con las formas arcaicas de intercambio de otros países).
Los pueblos americanos menos avanzados practican el potlatch con ocasión de cambios en la situación de las personas —iniciaciones, matrimonios,funerales e incluso, bajo una forma menos desarrollada, nunca puede ser disociado de una fiesta, bien porque el potlatch ocasione la fiesta, bien porque tenga lugar con ocasión de ella.
El potlatch excluye todo regateo y, en general, está constituido por un don considerable de riquezas que se ofrecen ostensiblemente con el objeto de humillar, de desafiar y de obligar a un rival. El carácter de intercambio del don resulta del hecho de que el donatario, para evitar la humillación y aceptar el desafío, debe cumplir con la obligación contraída por él al aceptarlo respondiendo más tarde con un don más importante; es decir, que debe devolver con usura. Pero el don no es la única forma del potlatch. Es igualmente posible desafiar rivales por medio de destrucciones espectaculares de riqueza. A través de esta última forma es como el potlatch incorpora el sacrificio religioso, siendo las destrucciones teóricamente ofrecidas a los ancestros míticos de los donatarios.
En una época relativamente reciente, podía acontecer que un jefe tlingit se presentara ante su rival para degollar en su presencia algunos de sus esclavos. Esta destrucción debía ser respondida, en un plazo determinado, con el degollamiento de un número de esclavos mayor. Los tchoukchi del extremo noroeste siberiano, que conocían instituciones análogas al potlatch, degollaban colleras de perros de un valor considerable para hostigar y humillar a otros grupo. En el noroeste americano, las destrucciones consisten incluso en incendios de aldeas y en el destrozo de pequeñas flotas de canoas. Lingotes de cobre blasonados, una especie de moneda a la que se atribuía un valor convenido tal que representaban una inmensa fortuna, eran destrozadas o arrojadas al mar. El delirio propio de la fiesta se asocia lo mismo a las hecatombes de patrimonio que a los dones acumulados con la intención de maravillar y sobresalir...
... Las consecuencias en el orden de la adquisición no son más que el resultado no querido —al menos en la medida en que los impulsos que rigen la operación sigan siendo primitivos— de un proceso dirigido en un sentido contrario.""El ideal, indica Mauss, sería dar un potlatch y que no fuera devuelto"... La riqueza aparece así como una adquisición en tanto que el rico adquiere un poder, pero la riqueza se dirige enteramente hacia la pérdida en el sentido en que tal poder sea entendido como poder de perder. Solamente por la pérdida están unidos a la riqueza la gloria y el honor."
(La noción de gasto, Georges Bataille)
El desafío de la pérdida... Cuanto más puedes poner a disposición de la pérdida más poderoso eres.
Instituciones análogas al potlatch indio o rastros de ellas han sido halladas con mucha frecuencia. El potlatch de los tlingit, los haïda, los tsimshian, los kwakiutl de la costa noroeste ha sido estudiado con precisión desde fines del siglo XIX (pero no fue comparado, entonces, con las formas arcaicas de intercambio de otros países).
Los pueblos americanos menos avanzados practican el potlatch con ocasión de cambios en la situación de las personas —iniciaciones, matrimonios,funerales e incluso, bajo una forma menos desarrollada, nunca puede ser disociado de una fiesta, bien porque el potlatch ocasione la fiesta, bien porque tenga lugar con ocasión de ella.
El potlatch excluye todo regateo y, en general, está constituido por un don considerable de riquezas que se ofrecen ostensiblemente con el objeto de humillar, de desafiar y de obligar a un rival. El carácter de intercambio del don resulta del hecho de que el donatario, para evitar la humillación y aceptar el desafío, debe cumplir con la obligación contraída por él al aceptarlo respondiendo más tarde con un don más importante; es decir, que debe devolver con usura. Pero el don no es la única forma del potlatch. Es igualmente posible desafiar rivales por medio de destrucciones espectaculares de riqueza. A través de esta última forma es como el potlatch incorpora el sacrificio religioso, siendo las destrucciones teóricamente ofrecidas a los ancestros míticos de los donatarios.
En una época relativamente reciente, podía acontecer que un jefe tlingit se presentara ante su rival para degollar en su presencia algunos de sus esclavos. Esta destrucción debía ser respondida, en un plazo determinado, con el degollamiento de un número de esclavos mayor. Los tchoukchi del extremo noroeste siberiano, que conocían instituciones análogas al potlatch, degollaban colleras de perros de un valor considerable para hostigar y humillar a otros grupo. En el noroeste americano, las destrucciones consisten incluso en incendios de aldeas y en el destrozo de pequeñas flotas de canoas. Lingotes de cobre blasonados, una especie de moneda a la que se atribuía un valor convenido tal que representaban una inmensa fortuna, eran destrozadas o arrojadas al mar. El delirio propio de la fiesta se asocia lo mismo a las hecatombes de patrimonio que a los dones acumulados con la intención de maravillar y sobresalir...
... Las consecuencias en el orden de la adquisición no son más que el resultado no querido —al menos en la medida en que los impulsos que rigen la operación sigan siendo primitivos— de un proceso dirigido en un sentido contrario.""El ideal, indica Mauss, sería dar un potlatch y que no fuera devuelto"... La riqueza aparece así como una adquisición en tanto que el rico adquiere un poder, pero la riqueza se dirige enteramente hacia la pérdida en el sentido en que tal poder sea entendido como poder de perder. Solamente por la pérdida están unidos a la riqueza la gloria y el honor."
(La noción de gasto, Georges Bataille)
El desafío de la pérdida... Cuanto más puedes poner a disposición de la pérdida más poderoso eres.
FALLEN ANGEL
Otto Preminger es uno de los directores centroeuropeos que emigraron a Hollywood como consecuencia del periodo de desestabilización y guerra que sufrió Europa en las decadas de los treintas y cuarentas del siglo pasado.
Entre las principales contribuciones de este grupo de elegantes y sofisticados emigrantes se encuentra la profundización en la capacidad de sugerencia y contraste que el cine en blanco y negro tenía para contar historias. Y su principal producto fue ese género llamado "cine negro", un género del cual no son padres únicos pero, desde luego, imprescindibles colaboradores en el proceso de su gestación.
Fritz Lang, Billy Wilder, Robert Siodmak, Karl Freund... y junto a ellos Otto Preminger, director de "Fallen Angel" y de otros titulos como "Laura", "Cara de Angel" o "Ambiciosa".
La filmografía de Preminger es variada y siempre abordando temas controvertidos hasta en su época de madurez como creador, en la que se especializó en grandes producciones que siempre incluían aspectos que rozaban los límites tolerables de la media aritmética de la moralidad, y especialmente a finales de la década de los cincuentas y principios de la década de los sesentas con títulos como "Buenos días, tristeza", "Anatomía de un asesinato", "El Hombre del brazo de oro" o "El Cardenal".
Puede decirse que Preminger siempre llevó consigo hasta el final de su carrera, con por ejemplo títulos como"Rosebud" o "El factor humano", ese aspecto controvertido del cine negro basado en la inmensidad de tonos grises que separaban la certeza del blanco y el negro, aspecto que presidía las relaciones humanas entre los personajes complicándolas hasta el drama y casi siempre la tragedia final.
"Fallen Angel" es un buen ejemplo de esa primera época.
Un buscavidas es arrojado por el oleaje de la vida a las arenas de un pequeño pueblo californiano. Allí conocerá y se enamorará de una ambiciosa camarera para quién el amor no deja de ser más que uno de los reclamos que la naturaleza pone a su disposición para atraer el hombre adecuado. El protagonista buscando conseguir ese amor utilizará sus dotes cameladoras de buscavidas para seducir a una rica solterona perteneciente a las fuerzas vivas de la propia ciudad.
Pero, y como siempre sucede en el cine negro, el destino y la suerte tendrán algo sobre respecto ese plan emparentando en este sentido a este género cinematográfico con la tragedia griega. En ambos casos sus héroes siempre son manejados por una fuerza mucho más poderosa que la propia voluntad y sus esfuerzos casi siempre terminan en desastre... y si el héroe es afortunado en purificación que casi siempre tiene que ver con la entrega de la propia vida en pago de los errores cometidos por ese exceso de voluntad.
El deseo siempre es infinito y aquellas cosas que se desean siempre son escasas, especialmente cuando mismos deseos de diferentes personas coinciden sobre la misma persona u objeto.
La voluntad es la herramienta con la que el deseante intenta hacer posible eso que no sabe es imposible.
Y el plan es la manera en que se despliega de manera práctica esa voluntad.
Casi siempre los planes resultan infalibles sobre el papel, justo el lugar seguro de la narración, donde el destino no interviene y todo es posible.
"Fallen Angel" no es una obra maestra pero es de esas películas que siempre apetece ver.
Otto Preminger es uno de los directores centroeuropeos que emigraron a Hollywood como consecuencia del periodo de desestabilización y guerra que sufrió Europa en las decadas de los treintas y cuarentas del siglo pasado.
Entre las principales contribuciones de este grupo de elegantes y sofisticados emigrantes se encuentra la profundización en la capacidad de sugerencia y contraste que el cine en blanco y negro tenía para contar historias. Y su principal producto fue ese género llamado "cine negro", un género del cual no son padres únicos pero, desde luego, imprescindibles colaboradores en el proceso de su gestación.
Fritz Lang, Billy Wilder, Robert Siodmak, Karl Freund... y junto a ellos Otto Preminger, director de "Fallen Angel" y de otros titulos como "Laura", "Cara de Angel" o "Ambiciosa".
La filmografía de Preminger es variada y siempre abordando temas controvertidos hasta en su época de madurez como creador, en la que se especializó en grandes producciones que siempre incluían aspectos que rozaban los límites tolerables de la media aritmética de la moralidad, y especialmente a finales de la década de los cincuentas y principios de la década de los sesentas con títulos como "Buenos días, tristeza", "Anatomía de un asesinato", "El Hombre del brazo de oro" o "El Cardenal".
Puede decirse que Preminger siempre llevó consigo hasta el final de su carrera, con por ejemplo títulos como"Rosebud" o "El factor humano", ese aspecto controvertido del cine negro basado en la inmensidad de tonos grises que separaban la certeza del blanco y el negro, aspecto que presidía las relaciones humanas entre los personajes complicándolas hasta el drama y casi siempre la tragedia final.
"Fallen Angel" es un buen ejemplo de esa primera época.
Un buscavidas es arrojado por el oleaje de la vida a las arenas de un pequeño pueblo californiano. Allí conocerá y se enamorará de una ambiciosa camarera para quién el amor no deja de ser más que uno de los reclamos que la naturaleza pone a su disposición para atraer el hombre adecuado. El protagonista buscando conseguir ese amor utilizará sus dotes cameladoras de buscavidas para seducir a una rica solterona perteneciente a las fuerzas vivas de la propia ciudad.
Pero, y como siempre sucede en el cine negro, el destino y la suerte tendrán algo sobre respecto ese plan emparentando en este sentido a este género cinematográfico con la tragedia griega. En ambos casos sus héroes siempre son manejados por una fuerza mucho más poderosa que la propia voluntad y sus esfuerzos casi siempre terminan en desastre... y si el héroe es afortunado en purificación que casi siempre tiene que ver con la entrega de la propia vida en pago de los errores cometidos por ese exceso de voluntad.
El deseo siempre es infinito y aquellas cosas que se desean siempre son escasas, especialmente cuando mismos deseos de diferentes personas coinciden sobre la misma persona u objeto.
La voluntad es la herramienta con la que el deseante intenta hacer posible eso que no sabe es imposible.
Y el plan es la manera en que se despliega de manera práctica esa voluntad.
Casi siempre los planes resultan infalibles sobre el papel, justo el lugar seguro de la narración, donde el destino no interviene y todo es posible.
"Fallen Angel" no es una obra maestra pero es de esas películas que siempre apetece ver.
Los gobernantes piden sacrificios.
Hay argumentos de todos los tipos para explicar por qué hay que hacerlos.
Pero, y una vez más, la cuestión esencial queda sepultada bajo cientos y cientos de palabras, cientos y cientos de papeles.
¿Qué ha sucedido para qué de pronto lo que un día era aceptable al día siguiente deje de serlo?
¿Por qué la deuda de los estados es una carga inviable ahora?
¿Por qué ha desaparecido la liquidez en el sistema monetario?
¿Cuál ha sido la gota que ha colmado el vaso?
¿Y de qué negra nube ha caído?
Hay argumentos de todos los tipos para explicar por qué hay que hacerlos.
Pero, y una vez más, la cuestión esencial queda sepultada bajo cientos y cientos de palabras, cientos y cientos de papeles.
¿Qué ha sucedido para qué de pronto lo que un día era aceptable al día siguiente deje de serlo?
¿Por qué la deuda de los estados es una carga inviable ahora?
¿Por qué ha desaparecido la liquidez en el sistema monetario?
¿Cuál ha sido la gota que ha colmado el vaso?
¿Y de qué negra nube ha caído?
domingo, febrero 19, 2012
EN BUSCA DE BOBBY FISHER
No entiendo mucho de ajedrez... En su momento empecé a jugarlo pero lo dejé porque acabó apoderándose de mi cabeza y a mi siempre me ha gustado concentrarme en vivir... Pero se quién fue Bobby Fisher.
En Fisher coinciden dos puntos de atracción simbólica de las sociedades modernas.
Por un lado, y a nivel profundo, el mito del genio. La sobrevaloración de la inteligencia como principal cualidad dentro de una sociedad industrial que utiliza esas capacidades como combustible que alimenta la maquinaria de ciencia e investigación que mantiene la continua progresión hacia delante. En este sentido, y como los cofrades de la especia en la saga Dune de Frank Herbert, los superdotados encierran en si la potencialidad de plegar el tiempo y acelerar ese movimiento uniforme de crecimiento del saber permitiendo a la humanidad adelantar en el tiempo su agenda de modernidad sin fin Y así, y aún habiendo otras cualidades especiales, se concede especial atención a aquellos que son diferentes por su inteligente talento. Se les convierte en una especie de hombres santos, héroes dignos de veneración por una colectividad que espera escuchar el futuro en sus palabras y actos.
Y por otro, en la época de Bobby Fisher, el mundo del ajedrez era un mundo que en su práctica totalidad estaba controlado por ajedrecistas del otro lado del telón de acero. Y en este sentido, con su comportamiento tan natural y directo, el joven Fisher se convirtió en una metáfora de un modo de entender las cosas, el modo americano del sargento York o de los astronautas del proyecto Apolo, personas sanas y joviales que desde cualquier parte de los Estados Unidos emergían para poner las cosas en su lugar demostrando la superioridad de un estilo de vida luminoso basado en la libertad y la individualidad.
Bobby Fisher fue todas esas cosas para quienes le rodeaban, pero para él mismo seguramente sólo fue un chico complicado, solitario, sin igual y para quién el regalo de su inmenso talento se convirtió en un inmenso castigo.
De algún modo Fisher me recuerda a aquel marciano del cuento que forma parte de "Crónicas Marcianas". Ese marciano superviviente que para vivir entre los humanos equivoca la estrategia. Utiliza su poder telepático para transformarse en lo que cada humano con el que se cruza más desea ver y acaba siendo asesinado por una multitud de personas que le quieren para apoderarse de ese deseo que increíblemente pueden ver ante sus ojos.
Y Bobby Fisher se desvaneció.
No se cuáles fueron las verdaderas razones, pero las que he apuntado me parecen bastante buenas. Probablemente buscaba soledad para él y su pasión por el ajedrez, alejarse de un mundo mediático que constantemente le forzaba a ser otra cosa, como el protagonista de la película, diferente al adolescente que fue.
Y en su huida Fisher dejó un vacío en el mundo del ajedrez y sobre ese vacío se construye la historia de la película. Porque Josh Waitzkin, un niño de tan sólo siete años, puede ser su sucesor.
Todos los que rodean a Josh, su padre y sus maestros, se tomarán muy en serio el don para el juego que el niño tiene. Y al igual que sucedió con Fisher le expondrán a un mundo voraz de éxitos y fracasos, pero es aquí donde la película se convierte en una historia mágica y especial trascendiendo el simple drama familiar para la televisión. Porque el talento de Josh se revelará aún mayor ofreciendo a quienes les rodean un punto de vista diferente dando una lección en el tablero de la vida a todos esos adultos que, al igual que Bobby Fisher, proyectan sobre él sus ambiciones y carencias.
El corazón de Josh será mucho mayor que su inteligencia.
Y es ahora cuando escribo que se trata de una historia real, no inventada.
Maravillosa.
No entiendo mucho de ajedrez... En su momento empecé a jugarlo pero lo dejé porque acabó apoderándose de mi cabeza y a mi siempre me ha gustado concentrarme en vivir... Pero se quién fue Bobby Fisher.
En Fisher coinciden dos puntos de atracción simbólica de las sociedades modernas.
Por un lado, y a nivel profundo, el mito del genio. La sobrevaloración de la inteligencia como principal cualidad dentro de una sociedad industrial que utiliza esas capacidades como combustible que alimenta la maquinaria de ciencia e investigación que mantiene la continua progresión hacia delante. En este sentido, y como los cofrades de la especia en la saga Dune de Frank Herbert, los superdotados encierran en si la potencialidad de plegar el tiempo y acelerar ese movimiento uniforme de crecimiento del saber permitiendo a la humanidad adelantar en el tiempo su agenda de modernidad sin fin Y así, y aún habiendo otras cualidades especiales, se concede especial atención a aquellos que son diferentes por su inteligente talento. Se les convierte en una especie de hombres santos, héroes dignos de veneración por una colectividad que espera escuchar el futuro en sus palabras y actos.
Y por otro, en la época de Bobby Fisher, el mundo del ajedrez era un mundo que en su práctica totalidad estaba controlado por ajedrecistas del otro lado del telón de acero. Y en este sentido, con su comportamiento tan natural y directo, el joven Fisher se convirtió en una metáfora de un modo de entender las cosas, el modo americano del sargento York o de los astronautas del proyecto Apolo, personas sanas y joviales que desde cualquier parte de los Estados Unidos emergían para poner las cosas en su lugar demostrando la superioridad de un estilo de vida luminoso basado en la libertad y la individualidad.
Bobby Fisher fue todas esas cosas para quienes le rodeaban, pero para él mismo seguramente sólo fue un chico complicado, solitario, sin igual y para quién el regalo de su inmenso talento se convirtió en un inmenso castigo.
De algún modo Fisher me recuerda a aquel marciano del cuento que forma parte de "Crónicas Marcianas". Ese marciano superviviente que para vivir entre los humanos equivoca la estrategia. Utiliza su poder telepático para transformarse en lo que cada humano con el que se cruza más desea ver y acaba siendo asesinado por una multitud de personas que le quieren para apoderarse de ese deseo que increíblemente pueden ver ante sus ojos.
Y Bobby Fisher se desvaneció.
No se cuáles fueron las verdaderas razones, pero las que he apuntado me parecen bastante buenas. Probablemente buscaba soledad para él y su pasión por el ajedrez, alejarse de un mundo mediático que constantemente le forzaba a ser otra cosa, como el protagonista de la película, diferente al adolescente que fue.
Y en su huida Fisher dejó un vacío en el mundo del ajedrez y sobre ese vacío se construye la historia de la película. Porque Josh Waitzkin, un niño de tan sólo siete años, puede ser su sucesor.
Todos los que rodean a Josh, su padre y sus maestros, se tomarán muy en serio el don para el juego que el niño tiene. Y al igual que sucedió con Fisher le expondrán a un mundo voraz de éxitos y fracasos, pero es aquí donde la película se convierte en una historia mágica y especial trascendiendo el simple drama familiar para la televisión. Porque el talento de Josh se revelará aún mayor ofreciendo a quienes les rodean un punto de vista diferente dando una lección en el tablero de la vida a todos esos adultos que, al igual que Bobby Fisher, proyectan sobre él sus ambiciones y carencias.
El corazón de Josh será mucho mayor que su inteligencia.
Y es ahora cuando escribo que se trata de una historia real, no inventada.
Maravillosa.
LA DOCTRINA DEL SHOCK
No tengo la menor duda de que "La doctrina del shock" es un libro para la historia.
El texto de Naomi Klein, algún día, será un libro para entender buena parte de la historia económica, política y social de la última mitad del siglo XX... y siempre que las propias sociedades sean capaces de controlar a aquellos neoliberales que el propio libro critica impidiendo que terminen destruyéndolas.
El telón de acero cayó para un lado liberando la locura del pensamiento neoliberal y debe caer del otro para literalmente aplastarlo... porque queda un monstruo suelto, un monstruo voraz y destructivo que se las ha arreglado durante un tiempo para convencernos a todos que no es tal.
El libro no hace otra cosa que seguir en el tiempo las huellas de los desmanes y destrozos que ha provocado ese monstruo por diferentes lugares del planeta... Desde Sudamérica hasta el Golfo Pérsico, que fue su última parada hasta que pudo atreverse con Europa que ahora está padeciendo sus indiscriminadas dentelladas.
Y tiene un punto de obra policial "La doctrina del shock".
La autora se desplaza por distintos momentos de la historia, por distintos lugares del globo que son escenarios del crimen de un asesino cuyas pautas va identificando mediante el análisis del mismo escenario. Un monstruo que nació en Chicago, que fue construido por el economista monetarista Milton Friedman con los pedazos del pensar de diferentes economistas clásicos y neoclásicos, y que encontró su arma favorita en las técnicas de contraterrorismo y tortura que estudiosos científicos universitarios desarrollaron para las terminales de acción de los Estados Unidos.
El concepto psicológico de generar un shock para debilitar las defensas de los interrogados en algún momento se cruzó con la convicción de que el mejor momento para hacer cambios que la gente no aceptaría en momentos normales es precisamente un momento de shock.
Si se quiere intervenir sobre las personas y las sociedades, la mejor manera es cuando estas pierden el firme suelo que proporcionan los esquemas habituales sobre los que se sustentan personalidades y estilos de vida. Y en este aprovechamiento del shock los economistas monetaristas se han convertido en consumados maestros asesorando a diferentes gobiernos que por todo el mundo se han impuesto violentamente a sus sociedades para asesorarles en la implementación de un ideario que de ningún modo hubiera sido aceptado por aquellas en condiciones normales, puesto que generaba sociedades desiguales en la que los poderosos se enriquecían.
Sin importarles cualquier consecuencia que vaya más allá de lo económico los economistas monetaristas han implementado sus recetas teóricas sobre realidades descomponiéndolas en estructuras desiguales que eran controladas de forma dictatorial por una élite gobernante que en la mayoría de los casos se enriquecieron con la corrupción.
Y para sociedades más estables, que era difícil que cayeran en situaciones de descomposición política, el siguiente paso fue colonizar el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para invertir el propósito para el que fueron creados convirtiéndoles en agentes de ese cambio con el mecanismo de comprometer prestamos sobre la base de generar en los gobiernos deudores el compromiso de unas reformas que acarreaban consecuencias sociales del mismo cariz.
Unas reformas que generan desigualdades sociales, débiles lanzados a su suerte dentro de una realidad cuyas reglas del juego define un modo de pensar que no les toma en consideración.
Seguramente hay un algún aspecto criticable en el libro, pero lo que a mi entender no tiene la menor duda es la visión global: la critica a un totalitarismo llamado monetarismo cuya última victima está siendo le opulenta y antaño intocable Europa.
Sí, un totalitarismo moral.
El siglo XX aún no ha terminado.
No tengo la menor duda de que "La doctrina del shock" es un libro para la historia.
El texto de Naomi Klein, algún día, será un libro para entender buena parte de la historia económica, política y social de la última mitad del siglo XX... y siempre que las propias sociedades sean capaces de controlar a aquellos neoliberales que el propio libro critica impidiendo que terminen destruyéndolas.
El telón de acero cayó para un lado liberando la locura del pensamiento neoliberal y debe caer del otro para literalmente aplastarlo... porque queda un monstruo suelto, un monstruo voraz y destructivo que se las ha arreglado durante un tiempo para convencernos a todos que no es tal.
El libro no hace otra cosa que seguir en el tiempo las huellas de los desmanes y destrozos que ha provocado ese monstruo por diferentes lugares del planeta... Desde Sudamérica hasta el Golfo Pérsico, que fue su última parada hasta que pudo atreverse con Europa que ahora está padeciendo sus indiscriminadas dentelladas.
Y tiene un punto de obra policial "La doctrina del shock".
La autora se desplaza por distintos momentos de la historia, por distintos lugares del globo que son escenarios del crimen de un asesino cuyas pautas va identificando mediante el análisis del mismo escenario. Un monstruo que nació en Chicago, que fue construido por el economista monetarista Milton Friedman con los pedazos del pensar de diferentes economistas clásicos y neoclásicos, y que encontró su arma favorita en las técnicas de contraterrorismo y tortura que estudiosos científicos universitarios desarrollaron para las terminales de acción de los Estados Unidos.
El concepto psicológico de generar un shock para debilitar las defensas de los interrogados en algún momento se cruzó con la convicción de que el mejor momento para hacer cambios que la gente no aceptaría en momentos normales es precisamente un momento de shock.
Si se quiere intervenir sobre las personas y las sociedades, la mejor manera es cuando estas pierden el firme suelo que proporcionan los esquemas habituales sobre los que se sustentan personalidades y estilos de vida. Y en este aprovechamiento del shock los economistas monetaristas se han convertido en consumados maestros asesorando a diferentes gobiernos que por todo el mundo se han impuesto violentamente a sus sociedades para asesorarles en la implementación de un ideario que de ningún modo hubiera sido aceptado por aquellas en condiciones normales, puesto que generaba sociedades desiguales en la que los poderosos se enriquecían.
Sin importarles cualquier consecuencia que vaya más allá de lo económico los economistas monetaristas han implementado sus recetas teóricas sobre realidades descomponiéndolas en estructuras desiguales que eran controladas de forma dictatorial por una élite gobernante que en la mayoría de los casos se enriquecieron con la corrupción.
Y para sociedades más estables, que era difícil que cayeran en situaciones de descomposición política, el siguiente paso fue colonizar el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para invertir el propósito para el que fueron creados convirtiéndoles en agentes de ese cambio con el mecanismo de comprometer prestamos sobre la base de generar en los gobiernos deudores el compromiso de unas reformas que acarreaban consecuencias sociales del mismo cariz.
Unas reformas que generan desigualdades sociales, débiles lanzados a su suerte dentro de una realidad cuyas reglas del juego define un modo de pensar que no les toma en consideración.
Seguramente hay un algún aspecto criticable en el libro, pero lo que a mi entender no tiene la menor duda es la visión global: la critica a un totalitarismo llamado monetarismo cuya última victima está siendo le opulenta y antaño intocable Europa.
Sí, un totalitarismo moral.
El siglo XX aún no ha terminado.
sábado, febrero 18, 2012
EL AMO DE LA CASA
Dirigida en 1925 por Carl Theodor Dreyer en su Dinamarca natal, "El amo de la casa" fue la película que otorgó al maestro danés fama internacional.
Básicamente se trata de un cuento moral transmitido a través de un drama familiar que sucede a una familia y a unos personajes que aparentemente no tienen nada de especial.
Vicktor Frandsen es un padre terrible que proyecta sus frustraciones de manera desconsiderada y brutal sobre su mujer y sus hijos quienes sin embargo y pese a sus constantes desaires se desviven por hacer su vida fácil y feliz. Este espectáculo de crueldad es presenciado por la Nana, un anciana que fue la encargada de educar a Vicktor en su infancia y que, cuando la situación llega al límite de lo aceptable, decide que su tarea educativa no ha terminado.
El amo de la casa será desafiado por la anciana que desencadenará un proceso de castigo y posterior purificación en el protagonista que es el asunto principal de la película.
Originariamente una obra teatral la historia apenas abandona las cuatro paredes de la casa de la que el protagonista es desconsiderado amo y la única acción que existe es el continuo enfrentamiento entre las distintas personalidades.
Miradas, rostros, voluntades, intereses, acciones...
La transfiguración de la vida misma.
Obra maestra.
Dirigida en 1925 por Carl Theodor Dreyer en su Dinamarca natal, "El amo de la casa" fue la película que otorgó al maestro danés fama internacional.
Básicamente se trata de un cuento moral transmitido a través de un drama familiar que sucede a una familia y a unos personajes que aparentemente no tienen nada de especial.
Vicktor Frandsen es un padre terrible que proyecta sus frustraciones de manera desconsiderada y brutal sobre su mujer y sus hijos quienes sin embargo y pese a sus constantes desaires se desviven por hacer su vida fácil y feliz. Este espectáculo de crueldad es presenciado por la Nana, un anciana que fue la encargada de educar a Vicktor en su infancia y que, cuando la situación llega al límite de lo aceptable, decide que su tarea educativa no ha terminado.
El amo de la casa será desafiado por la anciana que desencadenará un proceso de castigo y posterior purificación en el protagonista que es el asunto principal de la película.
Originariamente una obra teatral la historia apenas abandona las cuatro paredes de la casa de la que el protagonista es desconsiderado amo y la única acción que existe es el continuo enfrentamiento entre las distintas personalidades.
Miradas, rostros, voluntades, intereses, acciones...
La transfiguración de la vida misma.
Obra maestra.
LA GRAN ILUSIÓN. Dinero y poder en Hollywood.
Escrito por Edward Jay Epstein, un periodista especializado en los vinculos entre el poder y los medios de comunicación, "La Gran ilusión. Dinero y poder en Hollywood" es un relato bastante completo sobre el cine como negocio e industria.
El propósito del autor es escribir sobre el mundo del cine en su configuración resultante tras la caída del sistema de estudios y la relación de aquel con la naciente sociedad de consumo y desde luego que lo consigue.
El libro aborda el tema desde diferentes perspectivas: la de los actores implicados y las relaciones existentes entre ellos, la del ciclo de vida del producto desde su conceptualización hasta las terminales finales de su explotación comercial, la tecnológica, las en mayor o menor medida inconfesables relaciones entre el cine independiente y el comercial, la evolución en la propiedad dentro del negocio cinematográfico... El repaso es más que interesante y por momentos no sólo resulta descriptivo sino también erudito, cosa que el que les escribe siempre agradece.
"La gran ilusión" responde muchas preguntas y ayuda a comprender qué es éso que llamamos cine y que se parece cada vez menos a aquello que fue y, mucho peor, a aquello que los que lo amamos quisiéramos que fuera, pero, y como en todo, el mercado ha impuesto su desnuda lógica retributiva.
Cada vez hay menos lugar en el cine para el arte, para la experiencia emocionante y empática.
Y cuando hay que decidir son de las miradas y de las personas de lo primero que se prescinde para hacer versiones comerciales de las películas. Antes el material que quedaba fuera del montaje final era verdaderamente irrelevante, ahora lo que queda fuera es precisamente todo aquello que da vida a las historias.
Las miradas, los rostros y las palabras.
Escrito por Edward Jay Epstein, un periodista especializado en los vinculos entre el poder y los medios de comunicación, "La Gran ilusión. Dinero y poder en Hollywood" es un relato bastante completo sobre el cine como negocio e industria.
El propósito del autor es escribir sobre el mundo del cine en su configuración resultante tras la caída del sistema de estudios y la relación de aquel con la naciente sociedad de consumo y desde luego que lo consigue.
El libro aborda el tema desde diferentes perspectivas: la de los actores implicados y las relaciones existentes entre ellos, la del ciclo de vida del producto desde su conceptualización hasta las terminales finales de su explotación comercial, la tecnológica, las en mayor o menor medida inconfesables relaciones entre el cine independiente y el comercial, la evolución en la propiedad dentro del negocio cinematográfico... El repaso es más que interesante y por momentos no sólo resulta descriptivo sino también erudito, cosa que el que les escribe siempre agradece.
"La gran ilusión" responde muchas preguntas y ayuda a comprender qué es éso que llamamos cine y que se parece cada vez menos a aquello que fue y, mucho peor, a aquello que los que lo amamos quisiéramos que fuera, pero, y como en todo, el mercado ha impuesto su desnuda lógica retributiva.
Cada vez hay menos lugar en el cine para el arte, para la experiencia emocionante y empática.
Y cuando hay que decidir son de las miradas y de las personas de lo primero que se prescinde para hacer versiones comerciales de las películas. Antes el material que quedaba fuera del montaje final era verdaderamente irrelevante, ahora lo que queda fuera es precisamente todo aquello que da vida a las historias.
Las miradas, los rostros y las palabras.
viernes, febrero 17, 2012
"En esta obra, a la luz de las observaciones hechas por Mauss y otros antropólogos sobre las instituciones económicas primitivas,se viene a decir que "el intercambio se considera como una pérdida suntuaria de los objetos cedidos" y "se presenta, por tanto, básicamente, como un proceso de gasto sobre el cual se ha desarrollado un proceso de adquisición", afirmándose "el carácter secundario de la producción y la adquisición con relación al gasto". La idea de un "mundo apacible y acorde con sus principios", supuestamente regulados por la necesidad primordial de adquirir, de producir y de conservar no es más que una "confortable ilusión", en tanto que el mundo en el que vivimos está abocado al descalabro, y la supervivencia de las sociedades no es posible más que a costa de considerables y crecientes gastos improductivos."
(La parte maldita y la noción del gasto, Georges Bataille. Introducción)
(La parte maldita y la noción del gasto, Georges Bataille. Introducción)
jueves, febrero 16, 2012
miércoles, febrero 15, 2012
"El espacio es cierto orden, cuya forma más sencilla es las tres dimensiones o coordenadas de Descartes. Pero si se sigue esta idea hasta la mecánica cuántica, se verá un orden multidimensional mucho más sutil que eventualmente se disuelve en un vasto océano de energía."
(El paradigma holográfico, Ken Wilber)
(El paradigma holográfico, Ken Wilber)
martes, febrero 14, 2012
Los vestigios materiales de las vivencias olvidadas arden mucho mejor.
Desde que comenzó a quemar todos sus recuerdos no ha hecho otra cosa que comprobarlo.
Supone que la sequedad del olvido lo vuelve todo aun más inflamable.
Y habiendo sido olvidado tantas veces,
no se arriesga a acercarse a las llamas por si acaso.
Seguramente todo su ser se consumiría en un parpadeo
y el viento despeinandole las cenizas haría el resto.
Desde que comenzó a quemar todos sus recuerdos no ha hecho otra cosa que comprobarlo.
Supone que la sequedad del olvido lo vuelve todo aun más inflamable.
Y habiendo sido olvidado tantas veces,
no se arriesga a acercarse a las llamas por si acaso.
Seguramente todo su ser se consumiría en un parpadeo
y el viento despeinandole las cenizas haría el resto.
lunes, febrero 13, 2012
"Se entiende al decir que: la teoría actual afirma que el vacío contiene toda esta energía que luego se ignora porque no
puede medirse con ningún instrumento. Se piensa que sólo puede considerarse real lo que se puede medir con un instrumento, porque el único punto acerca de la realidad de la física es resultado de los instrumentos, salvo que también se dice que hay partículas que no pueden verse en absoluto con instrumentos. Lo que puede decirse es que el estado actual de la física teórica implica que el espacio vacío tiene toda esta energía y que la materia es un ligero incremento de energía, y, por consiguiente, la materia es como un pequeño rizo en este océano tremendo de energía, con cierta estabilidad relativa, y que es manifiesto. Por lo que yo sugiero que este orden implicado implica una realidad que va mucho más allá de lo que llamamos materia. La materia misma no es más que un rizo sobre este fondo."
(El paradigma holográfico, Ken Wilber)
(El paradigma holográfico, Ken Wilber)
domingo, febrero 12, 2012
HOMELAND
Durante doce intensos episodios, "Homeland" desarrolla una intriga que tiene el problema islámico, la amenaza terrorista y las intervenciones norteamericanas en Irak como fondo.
Dos personajes principales entrecruzan sus destinos.
Por un lado, Carrie Mathieson (Claire Danes), una funcionaria de inteligencia de la CIA que recibe de uno de sus "recursos" a punto de ser condenado a muerte una importante información: un soldado norteamericano que ha sido hecho prisionero en la guerra de Irak se ha pasado al enemigo islamista.
Y por otro el sargento de los Marines Nicholas Brody (Damien Lewis) quién tras ser dado por muerto y habiendo pasado ocho años de cautiverio entre los islamistas es liberado casi en el mismo momento en que Mathieson recibe la filtración.
Como no puede ser de otra forma las sospechas de la agente Mathieson recaerán sobre un soldado que es considerado por todo el mundo como un héroe. Pero esa será la primera dificultad de una investigación que se complicará en un intrincado laberinto donde la verdad que Mathieson busca quizá no exista en la manera en que ella desea encontrarla.
La compleja vida personal de la agente Mathieson se convertirá además en un enemigo más, el más peligroso de todos, conforme la complejidad de ese laberinto va poniendo a prueba la estabilidad emocional de la agente y la paciencia de Saul Berenson (un magnífico Mandy Patinkin), ex-jefe y mentor en la CIA de la agente Mathieson.
"Homeland" combina el lábil juego de la identidad y de la inteligencia investigadora que tanto borda John le Carré con el drama psicológico de unos personajes complejos y bien perfilados, que constantemente ofrecen nuevas facetas sorprendentes y creíbles incrementando el interés de la historia que los hace ser.
Interesante.
Durante doce intensos episodios, "Homeland" desarrolla una intriga que tiene el problema islámico, la amenaza terrorista y las intervenciones norteamericanas en Irak como fondo.
Dos personajes principales entrecruzan sus destinos.
Por un lado, Carrie Mathieson (Claire Danes), una funcionaria de inteligencia de la CIA que recibe de uno de sus "recursos" a punto de ser condenado a muerte una importante información: un soldado norteamericano que ha sido hecho prisionero en la guerra de Irak se ha pasado al enemigo islamista.
Y por otro el sargento de los Marines Nicholas Brody (Damien Lewis) quién tras ser dado por muerto y habiendo pasado ocho años de cautiverio entre los islamistas es liberado casi en el mismo momento en que Mathieson recibe la filtración.
Como no puede ser de otra forma las sospechas de la agente Mathieson recaerán sobre un soldado que es considerado por todo el mundo como un héroe. Pero esa será la primera dificultad de una investigación que se complicará en un intrincado laberinto donde la verdad que Mathieson busca quizá no exista en la manera en que ella desea encontrarla.
La compleja vida personal de la agente Mathieson se convertirá además en un enemigo más, el más peligroso de todos, conforme la complejidad de ese laberinto va poniendo a prueba la estabilidad emocional de la agente y la paciencia de Saul Berenson (un magnífico Mandy Patinkin), ex-jefe y mentor en la CIA de la agente Mathieson.
"Homeland" combina el lábil juego de la identidad y de la inteligencia investigadora que tanto borda John le Carré con el drama psicológico de unos personajes complejos y bien perfilados, que constantemente ofrecen nuevas facetas sorprendentes y creíbles incrementando el interés de la historia que los hace ser.
Interesante.
sábado, febrero 11, 2012
viernes, febrero 10, 2012
"Aquí es donde nació el «paradigma holográfico»: el cerebro es un holograma que percibe y participa en un universo holográfico. En la esfera explícita o manifiesta del espacio y del tiempo, las cosas y los acontecimientos son
verdaderamente separados y discretos. Pero bajo la superficie, digamos, en la esfera implícita o de frecuencia, todas las cosas y acontecimientos son a-espaciales, atemporales, intrínsecamente unos e indivisos. Y, según Bohm y Pribram,
la verdadera experiencia religiosa, la experiencia de la unicidad mística y la «identidad suprema», podría ser muy
bien una experiencia genuina y legítima de este fundamento implícito y universal."
(El universo holográfico, Ken Wilber)
(El universo holográfico, Ken Wilber)
La deuda económica no es el principal problema de este país.
El asunto del juez Garzón vuelve a sacar a la luz el intrincado marasmo de deudas históricas y morales que consumen el espíritu de este pedazo de tierra rodeado de agua por todas partes menos una y rebosante de gentes pequeñas y tristes empeñadas en pasar facturas a discreción, sin saber que hay deudas que jamás pueden ser satisfechas o pagadas ni siquiera con la justicia.
Es un acto de madurez individual aprender a vivir con los propios errores y, de igual modo que las personas, las sociedades tiene que aprender a vivir con su historia, con sus contradicciones y fracasos como nuestra guerra civil y en este sentido sobrecoge leer los comentarios que en los principales diarios electrónicos sigue generando el juez Garzón.
Porque no se puede volver atrás en el tiempo, como mucho se puede aspirar a reescribir la historia, como demasiado a repetirla.
Y parece que se vive mejor anclado en un mundo de deudas pendientes, refugiado en un territorio familiar de filias y fobias, en un relato de buenos y malos que nos exime de cualquier responsabilidad convirtiéndonos en funcionarios del agravio que puntualmente exhiben su queja... mientras alrededor la vida sigue inadvertida y transparente.
Ojalá todos los problemas de este país se resolviesen con dinero, pero nada bueno puede esperarse mientras el país esté lleno de intransigentes imanes al servicio del Dios único de la propia interpretación de las cosas y de la historia, siempre dispuestos a ofenderse.
Nada mejor que convertirse en acreedores de deudas que jamás se terminan de pagar en un país cuya principal enfermedad parece ser la nostalgia, bien de un pasado mejor, bien de lo que pudo ser y no fue; un país cuyo presente rebosa de pasado y para el que el futuro jamás ha sido una prioridad.
Nada como ser rentista de la culpa.
Nada como tener a otro a quién señalar.
El asunto del juez Garzón vuelve a sacar a la luz el intrincado marasmo de deudas históricas y morales que consumen el espíritu de este pedazo de tierra rodeado de agua por todas partes menos una y rebosante de gentes pequeñas y tristes empeñadas en pasar facturas a discreción, sin saber que hay deudas que jamás pueden ser satisfechas o pagadas ni siquiera con la justicia.
Es un acto de madurez individual aprender a vivir con los propios errores y, de igual modo que las personas, las sociedades tiene que aprender a vivir con su historia, con sus contradicciones y fracasos como nuestra guerra civil y en este sentido sobrecoge leer los comentarios que en los principales diarios electrónicos sigue generando el juez Garzón.
Porque no se puede volver atrás en el tiempo, como mucho se puede aspirar a reescribir la historia, como demasiado a repetirla.
Y parece que se vive mejor anclado en un mundo de deudas pendientes, refugiado en un territorio familiar de filias y fobias, en un relato de buenos y malos que nos exime de cualquier responsabilidad convirtiéndonos en funcionarios del agravio que puntualmente exhiben su queja... mientras alrededor la vida sigue inadvertida y transparente.
Ojalá todos los problemas de este país se resolviesen con dinero, pero nada bueno puede esperarse mientras el país esté lleno de intransigentes imanes al servicio del Dios único de la propia interpretación de las cosas y de la historia, siempre dispuestos a ofenderse.
Nada mejor que convertirse en acreedores de deudas que jamás se terminan de pagar en un país cuya principal enfermedad parece ser la nostalgia, bien de un pasado mejor, bien de lo que pudo ser y no fue; un país cuyo presente rebosa de pasado y para el que el futuro jamás ha sido una prioridad.
Nada como ser rentista de la culpa.
Nada como tener a otro a quién señalar.
jueves, febrero 09, 2012
Siete razones para inhabilitar al juez Garzón
¿Parecen chorradas, no?
Siempre me ha parecido que la manera en que se cuestiona la sentencia sobre el caso Garzón es un claro indicativo de lo perdido en el laberinto de la ideología y del interés que se encuentra este país.
Hay que leer un poco y no creo que El País sea sospechoso... o si...
¿Y si nos nos podemos fiar de nada en virtud de qué estamos seguros de que lo que pensamos es lo correcto?
No se. Yo propongo leer este artículo y luego cerrar los ojos y pensar si alguna de las cosas que se dicen pueden ser pasadas por la manga ancha de las filias y las fobias. Quizá imaginar a otro juez que no sea Garzón haciendo las mismas cosas y luego intentar decir otra vez una cosa y su contraria: Garzón inocente aunque hizo lo que hizo.
Si son verdad y están probadas son 7 razones de peso para condenar a un juez y apartarlo de su magistratura, pero no veo que el debate vaya por ahí sino por caminos más complejos y profundos como el de "los tuyos y los míos" o el de "tú menos y yo más" pero ya en el nivel contaminado y definitivamente muerto de la opinión pública.
La confusión es total entre la sobreabundancia de sujetos necesitados de opinión.
Parece que no hay duda que ha hecho lo que ha hecho. Otra cosa es por qué le toca a él primero y le toca tan pronto, por qué se le proporciona munición y blancos al supuesto enemigo. Ese es otro debate, pero por el momento hemos trasladado al ámbito judicial discursos tan potentes como "si no condenas a uno de los tuyos para compensar la condena de uno de los míos, los míos son inocentes" u otro argumento tan potente y complejo como "Garzón, inocente" frente al inapelable rigor de unos hechos que parecen probados.
El punto crucial del tema es si el sujeto hizo lo que hizo.
Vaya tropa de país!
Una pena!
¿Parecen chorradas, no?
Siempre me ha parecido que la manera en que se cuestiona la sentencia sobre el caso Garzón es un claro indicativo de lo perdido en el laberinto de la ideología y del interés que se encuentra este país.
Hay que leer un poco y no creo que El País sea sospechoso... o si...
¿Y si nos nos podemos fiar de nada en virtud de qué estamos seguros de que lo que pensamos es lo correcto?
No se. Yo propongo leer este artículo y luego cerrar los ojos y pensar si alguna de las cosas que se dicen pueden ser pasadas por la manga ancha de las filias y las fobias. Quizá imaginar a otro juez que no sea Garzón haciendo las mismas cosas y luego intentar decir otra vez una cosa y su contraria: Garzón inocente aunque hizo lo que hizo.
Si son verdad y están probadas son 7 razones de peso para condenar a un juez y apartarlo de su magistratura, pero no veo que el debate vaya por ahí sino por caminos más complejos y profundos como el de "los tuyos y los míos" o el de "tú menos y yo más" pero ya en el nivel contaminado y definitivamente muerto de la opinión pública.
La confusión es total entre la sobreabundancia de sujetos necesitados de opinión.
Parece que no hay duda que ha hecho lo que ha hecho. Otra cosa es por qué le toca a él primero y le toca tan pronto, por qué se le proporciona munición y blancos al supuesto enemigo. Ese es otro debate, pero por el momento hemos trasladado al ámbito judicial discursos tan potentes como "si no condenas a uno de los tuyos para compensar la condena de uno de los míos, los míos son inocentes" u otro argumento tan potente y complejo como "Garzón, inocente" frente al inapelable rigor de unos hechos que parecen probados.
El punto crucial del tema es si el sujeto hizo lo que hizo.
Vaya tropa de país!
Una pena!
miércoles, febrero 08, 2012
Algún día debería dejar de observar.
Si se lo propusiera quizás pudiera romper el invisible cristal que le separa de las cosas
y que le mantiene encerrado en un interminable laberinto de suposiciones,
paralizado en un eterno presente virtual
donde los recuerdos cobran la suficiente entidad
como para resultar corpóreas presencias
a su inasequible voluntad para engañarse.
Probablemente bastase con que se levantase de la silla
y realmente se decidiera a empezar a andar
con una decisión que jamás ha sentido,
una decisión que con su sola existencia
crease una fractura que separase para siempre
lo que quedaba delante de lo que quedaba detrás.
Seguramente sería suficiente con desconfiar de la tranquilidad que siente,
con no sonreír al conocido que todas las mañanas le saluda desde el otro lado del espejo...
O quizás necesitase algo más rápido y expeditivo,
algo como una piedra o un ladrillo
que poder lanzar contra esa mentira
en la que se había convertido con tanto esfuerzo.
Pero lo cierto es que esa máscara también era él.
Su materia era solamente éso,
el tibio resultado de la incesante acumulación
de seguras equivocaciones, compromisos insoslayables,
obligaciones ineludibles, inesperados aciertos,
misteriosos azares e incomprensibles coincidencias
mientras las agujas del reloj seguían corriendo.
Y seguramente parte de esa mentira era real
mientras parte de esa verdad esencial se le revelaba tan incierta
como las últimas luces del día
que apenas se bastaban para iluminar su desasosiego,
hasta tal punto que si se moviese no estaba seguro
de qué partes le seguirían y cuáles se quedarían detrás
al otro lado del espejo roto.
Estaba claro.
Algún día debería dejar de observar,
pero lo que más necesitaba ahora
era un cigarrillo.
Sonaba el teléfono.
Allá afuera la vida continuaba.
Si se lo propusiera quizás pudiera romper el invisible cristal que le separa de las cosas
y que le mantiene encerrado en un interminable laberinto de suposiciones,
paralizado en un eterno presente virtual
donde los recuerdos cobran la suficiente entidad
como para resultar corpóreas presencias
a su inasequible voluntad para engañarse.
Probablemente bastase con que se levantase de la silla
y realmente se decidiera a empezar a andar
con una decisión que jamás ha sentido,
una decisión que con su sola existencia
crease una fractura que separase para siempre
lo que quedaba delante de lo que quedaba detrás.
Seguramente sería suficiente con desconfiar de la tranquilidad que siente,
con no sonreír al conocido que todas las mañanas le saluda desde el otro lado del espejo...
O quizás necesitase algo más rápido y expeditivo,
algo como una piedra o un ladrillo
que poder lanzar contra esa mentira
en la que se había convertido con tanto esfuerzo.
Pero lo cierto es que esa máscara también era él.
Su materia era solamente éso,
el tibio resultado de la incesante acumulación
de seguras equivocaciones, compromisos insoslayables,
obligaciones ineludibles, inesperados aciertos,
misteriosos azares e incomprensibles coincidencias
mientras las agujas del reloj seguían corriendo.
Y seguramente parte de esa mentira era real
mientras parte de esa verdad esencial se le revelaba tan incierta
como las últimas luces del día
que apenas se bastaban para iluminar su desasosiego,
hasta tal punto que si se moviese no estaba seguro
de qué partes le seguirían y cuáles se quedarían detrás
al otro lado del espejo roto.
Estaba claro.
Algún día debería dejar de observar,
pero lo que más necesitaba ahora
era un cigarrillo.
Sonaba el teléfono.
Allá afuera la vida continuaba.
martes, febrero 07, 2012
Pólizas de seguros que permite a los clientes de Deutsche Bank apostar indirectamente a la esperanza de vida de personas de la tercera edad...
Deutsche Bank permite a sus clientes apostar por la muerte de los ancianos
¿Qué será lo siguiente?
Deutsche Bank permite a sus clientes apostar por la muerte de los ancianos
¿Qué será lo siguiente?
lunes, febrero 06, 2012
EL PUENTE SOBRE EL RIO KWAI
Dentro de la compleja e interminabale relación que, cuando no es una creación argumental original, el cine tiene con los referentes narrativos que le dan pie para decantarse en imágenes, "El puente sobre el río Kwai" reproduce uno de los esquemas clásicos: el de la imagen que devora al texto.
Estoy convencido de que no habría leído este relato de Pierre Boulle de no haber sido llevado al cine por David Lean y Sam Spiegel a finales de la década de los cincuentas del siglo pasado. Es más. Estoy convencido de que el libro estaría aun más profundamente olvidado de lo que hoy en día está.
La peor cualidad de la novela de Pierre Boulle es que, y de manera sorprendente, no ofrece mucho más que lo que el espectador de la película encuentra en las imágenes de la película.
La introspección en la psicología de los personajes que el lector encuentra en la novela es tan superficial y esquemática que sin duda puso las cosas fáciles a los guionistas para trasladar al guión la práctica totalidad de sentimientos y motivaciones.
Y por si misma resulta insatisfactoria, emociones que no emocionan expresadas de forma monótona y convencional.
Leyendo el libro quién les escribe esperaba encontrar alguna clave más para entender el misterio del Coronel Nicholson, ese militar que por cumplir su función de mantener la disciplina de sus tropas es capaz de ponerse del lado de sus captores y construir un puente que puede suponer la derrota militar de su país. Siempre me pareció interesante este personaje, siempre me pareció que la película le expresaba de manera tímida, temerosa quizá con la necesidad de expresar un personaje tan heterodoxo en un producto que iba destinado a la inmensa mayoría y siempre he echado de menos una profundización en esa vertiente en la película... Pero es que, y tras leer el libro, uno se queda igual.
Es el mismo Coronel Nicholson, ese monstruo creado por siglos de disciplina ideológica colonial que precisamente por cumplir aquella función para la que existe está a punto de acabar con el mismo sistema de valores en el que ha sido adoctrinado construyendo ese puente que puede permitir a Japón llegar hasta la India.
Lo más difícil de contar siempre es el absurdo y lo es entre otras cosas porque lo que diferencia a la ficción de la realidad es que aquella siempre tiene que tener sentido.
"El puente sobre el rio Kwai" es una buena prueba de ello.
Dentro de la compleja e interminabale relación que, cuando no es una creación argumental original, el cine tiene con los referentes narrativos que le dan pie para decantarse en imágenes, "El puente sobre el río Kwai" reproduce uno de los esquemas clásicos: el de la imagen que devora al texto.
Estoy convencido de que no habría leído este relato de Pierre Boulle de no haber sido llevado al cine por David Lean y Sam Spiegel a finales de la década de los cincuentas del siglo pasado. Es más. Estoy convencido de que el libro estaría aun más profundamente olvidado de lo que hoy en día está.
La peor cualidad de la novela de Pierre Boulle es que, y de manera sorprendente, no ofrece mucho más que lo que el espectador de la película encuentra en las imágenes de la película.
La introspección en la psicología de los personajes que el lector encuentra en la novela es tan superficial y esquemática que sin duda puso las cosas fáciles a los guionistas para trasladar al guión la práctica totalidad de sentimientos y motivaciones.
Y por si misma resulta insatisfactoria, emociones que no emocionan expresadas de forma monótona y convencional.
Leyendo el libro quién les escribe esperaba encontrar alguna clave más para entender el misterio del Coronel Nicholson, ese militar que por cumplir su función de mantener la disciplina de sus tropas es capaz de ponerse del lado de sus captores y construir un puente que puede suponer la derrota militar de su país. Siempre me pareció interesante este personaje, siempre me pareció que la película le expresaba de manera tímida, temerosa quizá con la necesidad de expresar un personaje tan heterodoxo en un producto que iba destinado a la inmensa mayoría y siempre he echado de menos una profundización en esa vertiente en la película... Pero es que, y tras leer el libro, uno se queda igual.
Es el mismo Coronel Nicholson, ese monstruo creado por siglos de disciplina ideológica colonial que precisamente por cumplir aquella función para la que existe está a punto de acabar con el mismo sistema de valores en el que ha sido adoctrinado construyendo ese puente que puede permitir a Japón llegar hasta la India.
Lo más difícil de contar siempre es el absurdo y lo es entre otras cosas porque lo que diferencia a la ficción de la realidad es que aquella siempre tiene que tener sentido.
"El puente sobre el rio Kwai" es una buena prueba de ello.
domingo, febrero 05, 2012
"Pero la convicción (venida de no se sabe muy bien dónde) de que, si el Estado se retirase, el espíritu emprendedor camparía por sus fueros, abundarían las nuevas oportunidades económicas y el bienestar general de la raza humana se vería enormemente mejorado, no cuadra con la observación histórica... Aunque el mercado ha sido un motor social sin parangón para el fomento de la inventiva y el espíritu emprendedor, nunca ha logrado generar por sí solo una revolución económica... ya no nos podemos permitir semejantes ejercicios de pensamiento mágico.
Las revoluciones económicas no surgen del éter sin más. El despliegue de nuevas infraestructuras energéticas y comunicativas ha sido siempre un esfuerzo conjunto entre estado e industria privada. Esa idea, que tan querida resulta a los ultraliberales, según la cual las revoluciones económicas son el resultado inexorable de la colaboración entre inventores y emprendedores sólo capta una parte de la historia real. Tanto la Primera Revolución Industrial como la Segunda Revolución Industrial requirieron del compromiso a gran escala del Estado (en forma de fondos públicos) con la construcción de las correspondientes infraestructuras. Los gobiernos también fijaron los códigos, las regulaciones y las normas para administrar el nuevo flujo de actividad económica, y crearon generosos incentivos fiscales y subvenciones para asegurar el crecimiento y la estabilización del nuevo orden económico.
(La tercera revolución industrial, Jeremy Rifkin)
Las revoluciones económicas no surgen del éter sin más. El despliegue de nuevas infraestructuras energéticas y comunicativas ha sido siempre un esfuerzo conjunto entre estado e industria privada. Esa idea, que tan querida resulta a los ultraliberales, según la cual las revoluciones económicas son el resultado inexorable de la colaboración entre inventores y emprendedores sólo capta una parte de la historia real. Tanto la Primera Revolución Industrial como la Segunda Revolución Industrial requirieron del compromiso a gran escala del Estado (en forma de fondos públicos) con la construcción de las correspondientes infraestructuras. Los gobiernos también fijaron los códigos, las regulaciones y las normas para administrar el nuevo flujo de actividad económica, y crearon generosos incentivos fiscales y subvenciones para asegurar el crecimiento y la estabilización del nuevo orden económico.
(La tercera revolución industrial, Jeremy Rifkin)
sábado, febrero 04, 2012
"Los intelectuales izquierdistas occidentales han llegado a un callejón moral sin salida. La rendición intelectual de hoy tiene sus raíces en el reflejo anticomunista de principios de los años 80 y en el apoyo auto-ilusorio de las guerras imperiales humanitarias de los 90. Su transvaloración de la guerra total como una "guerra justa" es una perversión de los imperativos morales al servicio del imperio. Las guerras imperiales, como escribió Jean Paul Sartre, son el cáncer de la democracia. El renacimiento de la práctica intelectual de la izquierda occidental requerirá más que una inteligencia crítica, requerirá un coraje moral capaz de resistir la fácil elección
entre dobles demonios y equivalencias morales."
(Escritos, James Petras)
" Para Letelier era obvio que las reglas del libre mercado de la dictadura estaban logrando exactamente lo que pretendían: no creaban una economía perfecta y armoniosa sino que convertían a los que ya eran ricos en super-ricos y a la clase trabajadora organizada en pobres de usar y tirar. Estas pautas de estratificación se han repetido en todos los lugares en que la ideología de la Escuela de Chicago ha triunfado."
(La doctrina del shock, Naomi Klein)
(La doctrina del shock, Naomi Klein)
viernes, febrero 03, 2012
"Mientras tanto, la campaña de Romney está dando señales de que va a tratar de tergiversar esto y convertirlo en que "paga muchos impuestos". ¿Se creen que somos tan estúpidos? Mejor que no respondan a eso."
(Los candidatos republicanos tienen que ser cínicos o tontos, El Blog de Paul Krugman)
La respuesta a esa pregunta siempre es afirmativa...
(Los candidatos republicanos tienen que ser cínicos o tontos, El Blog de Paul Krugman)
La respuesta a esa pregunta siempre es afirmativa...
miércoles, febrero 01, 2012
"Sí bueno, tengo algunas en las que hablo, no sé, hablo de situaciones sociales extremas, de pescadores de Somalia que están desalojados porque los petroleros, las compañías navales, han convertido su costa en un estercolero en el que se abandonan los barcos viejos o los que encallan allí, en las playas. Entonces les han dejado imposible pescar y se han metido a piratas. Estos son los que están exigiendo rescate por los que van allí a pescar, entre ellos algunos españoles. Son relaciones, tensiones que se van creando y no tienen salida. Son relaciones a las que el propio sistema no le puede dar salida, porque son tensiones creadas para eso: provocar desigualdades, miseria, para provocar guerra. No se puede tener una mirada superficial."
(Una conversación improvisada #7, El blog de Kiko Veneno)
(Una conversación improvisada #7, El blog de Kiko Veneno)
¡Llega el VI naciones!
"Llegan las gaitas en las gradas, los gritos - "heave!!" - de los galeses, los dos himnos de los irlandeses y un tercer himno, "Fields of Athenry", y también, qué se le va a hacer, los "ouais" despectivos de los franceses hacia el rival cuando avanzan sus delanteros. Llegan los árbitros que explican cosas, los capitanes que atienden con respeto y responsabilidad, los jugadores que miran con cara de crío cuando un señor al que hay que llamar señor les regaña en directo para todo el mundo. Se van, por unas semanas, las protestas teatrales, las trampas continuas, la simulación de agresiones y las bravatas nunca consumadas tras pegar la frente dos rivales con actitud de carnero poco mordedor. Llegan los puñetazos al mentón cuando no queda otra, los agarrones por el cuello de la camiseta, las vendas en las orejas y los cráneos afeitados, los pasillos al perdedor y al ganador. Llegan los jugadores que simulan no estar lesionados para que no les sustituyan, precisamente lo contrario que en el fútbol, y las aficiones sin ultras que comparten cerveza y conversación antes, durante y después del partido, precisamente como debería ser el fútbol antes y no es. Llega el VI Naciones"
(Ya casi estamos, El rojo y el blanco)
¡Perfecto!
France welcome her english friends!
"Llegan las gaitas en las gradas, los gritos - "heave!!" - de los galeses, los dos himnos de los irlandeses y un tercer himno, "Fields of Athenry", y también, qué se le va a hacer, los "ouais" despectivos de los franceses hacia el rival cuando avanzan sus delanteros. Llegan los árbitros que explican cosas, los capitanes que atienden con respeto y responsabilidad, los jugadores que miran con cara de crío cuando un señor al que hay que llamar señor les regaña en directo para todo el mundo. Se van, por unas semanas, las protestas teatrales, las trampas continuas, la simulación de agresiones y las bravatas nunca consumadas tras pegar la frente dos rivales con actitud de carnero poco mordedor. Llegan los puñetazos al mentón cuando no queda otra, los agarrones por el cuello de la camiseta, las vendas en las orejas y los cráneos afeitados, los pasillos al perdedor y al ganador. Llegan los jugadores que simulan no estar lesionados para que no les sustituyan, precisamente lo contrario que en el fútbol, y las aficiones sin ultras que comparten cerveza y conversación antes, durante y después del partido, precisamente como debería ser el fútbol antes y no es. Llega el VI Naciones"
(Ya casi estamos, El rojo y el blanco)
¡Perfecto!
France welcome her english friends!
martes, enero 31, 2012
THE DESCENDANTS
Decepcionante el regreso de Alexander Payne tras siete años lejos de la industria.
"The descendants" no pasa de ser una película para televisión con pretensiones de arte cinematográfico que cuenta con la presencia de la estrella George Clooney para llevarla mucho más lejos de lo que la historia podría llegar por sí misma.
Los ricos también lloran y lo hacen en lo que pensamos que es el paraíso. El planteamiento inicial ya resulta de bajos vuelos e incluso insultante para cualquier inteligencia que se precie.
Todos los bailarines son gays, todos los rusos son mafiosos y en las islas Hawai nadie trabaja ni se pone enfermo ni se muere. Todos permanecen eternos en playas de arena blanca saboreando una piña colada detrás de otra.
Perfecto... Pero no. Nos equivocamos.
En Hawai también hay días nublados y dolor.
Y sobre ese planteamiento nimio e insulso acompañamos a un insuficiente George Clooney -como actor- en un aburrido paseo por el desamor y la muerte en el que se abordan demasiados temas pero siempre con la misma superficialidad del analfabeto turista emocional que no tiene tiempo para pararse en ninguno.
Un paseo que tiene más de viaje en una de esas atracciones de feria que de verdadero periplo transformador que justifique la necesidad de escribir sobre él.
En "The descendants" siempre hay un tópico a la vuelta de cada recodo del camino en un viaje que pone a prueba la paciencia del espectador con una insoportable vocación de eternidad... en el peor sentido de la palabra.
Aunque si subrayas los libros de Paulo Coelho y devoras su sabiduría enlatada seguro que te gustará.
Mención aparte el dudoso espectáculo de George Clooney enfrentandose a sus limitaciones como actor y estrellándose estrepitosamente contra ellas en las pocas escenas que demandan de su talento un poco de verdad... Pero seguro que le dan el Oscar. No os preocupéis.
Superficial, espesa y con menos verdad que Rocky V.
Decepcionante el regreso de Alexander Payne tras siete años lejos de la industria.
"The descendants" no pasa de ser una película para televisión con pretensiones de arte cinematográfico que cuenta con la presencia de la estrella George Clooney para llevarla mucho más lejos de lo que la historia podría llegar por sí misma.
Los ricos también lloran y lo hacen en lo que pensamos que es el paraíso. El planteamiento inicial ya resulta de bajos vuelos e incluso insultante para cualquier inteligencia que se precie.
Todos los bailarines son gays, todos los rusos son mafiosos y en las islas Hawai nadie trabaja ni se pone enfermo ni se muere. Todos permanecen eternos en playas de arena blanca saboreando una piña colada detrás de otra.
Perfecto... Pero no. Nos equivocamos.
En Hawai también hay días nublados y dolor.
Y sobre ese planteamiento nimio e insulso acompañamos a un insuficiente George Clooney -como actor- en un aburrido paseo por el desamor y la muerte en el que se abordan demasiados temas pero siempre con la misma superficialidad del analfabeto turista emocional que no tiene tiempo para pararse en ninguno.
Un paseo que tiene más de viaje en una de esas atracciones de feria que de verdadero periplo transformador que justifique la necesidad de escribir sobre él.
En "The descendants" siempre hay un tópico a la vuelta de cada recodo del camino en un viaje que pone a prueba la paciencia del espectador con una insoportable vocación de eternidad... en el peor sentido de la palabra.
Aunque si subrayas los libros de Paulo Coelho y devoras su sabiduría enlatada seguro que te gustará.
Mención aparte el dudoso espectáculo de George Clooney enfrentandose a sus limitaciones como actor y estrellándose estrepitosamente contra ellas en las pocas escenas que demandan de su talento un poco de verdad... Pero seguro que le dan el Oscar. No os preocupéis.
Superficial, espesa y con menos verdad que Rocky V.
domingo, enero 29, 2012
HASTA QUE LLEGÓ SU HORA
Los mitos son expresados y se expresan a través de ceremonias y rituales.
Como escribe Emile Durkheim en "Las formas elementales de vida religiosa", sirven "para mantener la vitalidad de esas creencias, para impedir que se borren de la memoria y permanezcan en la conciencia colectiva".
En definitiva, en los ritos y lasceremonias no se hace otra cosa que contar una historia que nos transmite unsentido esencial. Ese es su fondo y su forma, la de la narración. No obstante,y en su forma, la narración siempre implica una escenografía que, a su vez,supone un constante énfasis en la importancia esencial de todo aquello que senarra.
Los mitos son expresados y se expresan a través de ceremonias y rituales.
Como escribe Emile Durkheim en "Las formas elementales de vida religiosa", sirven "para mantener la vitalidad de esas creencias, para impedir que se borren de la memoria y permanezcan en la conciencia colectiva".
En definitiva, en los ritos y lasceremonias no se hace otra cosa que contar una historia que nos transmite unsentido esencial. Ese es su fondo y su forma, la de la narración. No obstante,y en su forma, la narración siempre implica una escenografía que, a su vez,supone un constante énfasis en la importancia esencial de todo aquello que senarra.
En los ritos y las ceremonias, cadaparte de ese todo tiene su tiempo y en ese tiempo no hay ninguna prisa paraexpresar de forma total y completa lo que implica esa parte.
Hay siempre lentitud y parsimoniaque son consecuencia de la necesidad de hacer énfasis en la importancia de cadaparte del relato.
"Hasta que llego su hora"tiene esa lentitud y parsimonia en todos y cada una de las secuencias que laintegran. Es en realidad y en sí misma una ceremonia consagrada a expresar elmito del western.
El más mínimo gesto, la más leve delas acciones tienen su momento, suceden como esculpidas en el tiempo de lanarración, porque están revestidas de una importancia esencial para la miradade Sergio Leone y esa importancia es la de formar parte de ese mito, deconstituirlo contribuyendo en mayor o menor medida a su existencia como relato.
De todo modo, y salvando lasdistancias, Leone se acerca a los áridos cañones de Monument Valley con elmismo sentimiento reverencial con el que Homero se acercó a las playas delestrecho de Dardanelos en busca de Troya. Sabiendo que lo que se narra esmucho más que una anécdota.
Se narra un sentido que en el casode Leone seguramente tiene que ver con su amor por el cine desde la infancia yla configuración de su deseo, y de su persona por extensión, en las oscurassalas de los cines.
Y en este sentido "Hasta quellegó su hora" hay la misma estilización, la misma dedicación para eldetalle que en la ceremonia del te o la misma veneración que con Romeodescribiría cada detalle del rostro de Julieta.
Y no en vano el propio titulo de lapelícula nos sitúa en el hecho de asistir a una narración... Erase una vez... en el Oeste.
Obra maestra.
THE EXPENDABLES
Nada nuevo bajo el sol.
El mundo es ancho, ajeno y está poblado de cientos de villanos a los que Satallone y sus chicos matarán de las más diversas maneras, utilizando siempre la superficie de cualquier idea altruista como quebradiza coartada.
"The expendables" es exploit, quizá exploit de calidad si es que es posible hacer realidad semejante contradicción terminológica. La apuesta para garantizar la tranquilidad en el inevitable retiro de una estrella del pasado como Sylvester Stallone, una reserva para la cinesfera de los actores que protagonizaron las superproducciones de acción durante las dos décadas finales del siglo pasado, un parque temático meta-narrativo que encierra las claves de todo un género que ya ha pasado y que intenta beneficiarse de la melancolía que siempre trae consigo el echar la vista atrás, una melancolía que hace que las cosas parezcan mejores de lo que son.
Porque por si sola, la magdalena de Proust jamás sabrá tan rica.
Esa es la apuesta.
Pero a mi no me pone este tipo de memoria. Prefiero que camino del desierto el viento me despeine.
Nada nuevo bajo el sol.
El mundo es ancho, ajeno y está poblado de cientos de villanos a los que Satallone y sus chicos matarán de las más diversas maneras, utilizando siempre la superficie de cualquier idea altruista como quebradiza coartada.
"The expendables" es exploit, quizá exploit de calidad si es que es posible hacer realidad semejante contradicción terminológica. La apuesta para garantizar la tranquilidad en el inevitable retiro de una estrella del pasado como Sylvester Stallone, una reserva para la cinesfera de los actores que protagonizaron las superproducciones de acción durante las dos décadas finales del siglo pasado, un parque temático meta-narrativo que encierra las claves de todo un género que ya ha pasado y que intenta beneficiarse de la melancolía que siempre trae consigo el echar la vista atrás, una melancolía que hace que las cosas parezcan mejores de lo que son.
Porque por si sola, la magdalena de Proust jamás sabrá tan rica.
Esa es la apuesta.
Pero a mi no me pone este tipo de memoria. Prefiero que camino del desierto el viento me despeine.
sábado, enero 28, 2012
miércoles, enero 25, 2012
Inquietante por lo posible... Ahí está el insignificante (en todas las acepciones de la palabra) baile de trending topics en Twitter
"En plena globalización, los agoreros tienden a pensar que el Gran Hermano es o está a punto de ser una corporación. Algunos señalan a Google, otros a Apple o a Monsanto. Sin embargo, hay una variante de la distopía inexplorada por la ciencia ficción. ¿Y si el Gran Hermano no es una multinacional ni un gran gobierno imperial? ¿Y si resulta ser la suma global de un montón de idiotas? Imagina que, por aquello de la globalización, la inmediatez y la no verificación de la información, por el abrumador índice de ruido que nos rodea, los idiotas empiezan a ponerse de acuerdo como quien no quiere la cosa. Imagina que, de puro escepticismo mal enfocado, de puro desconocimiento y falta de formación básica, los idiotas acaban provocando un inesperado giro en nuestra civilización… sin querer."
(La distopía de los idiotas, Mi mesa cojea)
Inteligente y ácido como siempre.... como me gusta a mí.
"En plena globalización, los agoreros tienden a pensar que el Gran Hermano es o está a punto de ser una corporación. Algunos señalan a Google, otros a Apple o a Monsanto. Sin embargo, hay una variante de la distopía inexplorada por la ciencia ficción. ¿Y si el Gran Hermano no es una multinacional ni un gran gobierno imperial? ¿Y si resulta ser la suma global de un montón de idiotas? Imagina que, por aquello de la globalización, la inmediatez y la no verificación de la información, por el abrumador índice de ruido que nos rodea, los idiotas empiezan a ponerse de acuerdo como quien no quiere la cosa. Imagina que, de puro escepticismo mal enfocado, de puro desconocimiento y falta de formación básica, los idiotas acaban provocando un inesperado giro en nuestra civilización… sin querer."
(La distopía de los idiotas, Mi mesa cojea)
Inteligente y ácido como siempre.... como me gusta a mí.
martes, enero 24, 2012
KILLER ELITE
Como bien dice el personaje del jeque que origina toda la dinámica de violencia que nos cuenta "Killer elite", una guerra no termina cuando una de las dos partes lo decide.
Al derrotado, si sobrevive y es inmensamente rico como él, siempre le queda la venganza y este es el elemento detonante de la historia, verídica, que nos cuenta la película.
Derrotado con ayuda de las fuerzas especiales británicas, un jeque de Omán fatalmente enfermo de cáncer se propone como última tarea tomar venganza de aquellos que le arrebataron tres de sus cuatro hijos en una de esas guerras por el control de los recursos petrolíferos que crecieron como malas hierbas en todo el mundo durante la segunda mitad del siglo pasado.
Y construye la venganza de una forma retorcida. Secuestrando a Hunter (Robert de Niro) que es el padre de Danny (Jason Statham) y forzando a este último a asesinar a los tres miembros de las SAS, fuerzas especiales británicas, que son responsables directos de la muerte de cada uno de sus hijos.
Realizando este trabajo, Davis chocará con toda una organización secreta que los SAS han construido para su protección y de la cual Spike (Clive Owen) es la mano ejecutora.
A lo largo de la película Spike protegerá a los suyos e intentará que Davis no consiga su propósito.
Sin atender demasiado a la letra pequeña de los "porqués", "Killer elite" es un "thriller" de acción que se mueve dentro de la corrección si uno no se hace demasiadas preguntas al respecto de la razón por la que suceden o se hacen las cosas.
No pasará a la historia del cine pero seguramente resolverá más de alguna tarde vacía de domingo con sus secuencias de acción bastante bien resueltas, especialmente las peleas cuerpo a cuerpo que Spike y Davis mantienen a lo largo de la película.
Menos musculado que sus ochenteros predecesores, Statham, tanto por sus posibilidades físicas como por sus capacidades interpretativas, sigue siendo uno de los intérpretes de acción con más posibilidades del género.
Aceptable.
Como bien dice el personaje del jeque que origina toda la dinámica de violencia que nos cuenta "Killer elite", una guerra no termina cuando una de las dos partes lo decide.
Al derrotado, si sobrevive y es inmensamente rico como él, siempre le queda la venganza y este es el elemento detonante de la historia, verídica, que nos cuenta la película.
Derrotado con ayuda de las fuerzas especiales británicas, un jeque de Omán fatalmente enfermo de cáncer se propone como última tarea tomar venganza de aquellos que le arrebataron tres de sus cuatro hijos en una de esas guerras por el control de los recursos petrolíferos que crecieron como malas hierbas en todo el mundo durante la segunda mitad del siglo pasado.
Y construye la venganza de una forma retorcida. Secuestrando a Hunter (Robert de Niro) que es el padre de Danny (Jason Statham) y forzando a este último a asesinar a los tres miembros de las SAS, fuerzas especiales británicas, que son responsables directos de la muerte de cada uno de sus hijos.
Realizando este trabajo, Davis chocará con toda una organización secreta que los SAS han construido para su protección y de la cual Spike (Clive Owen) es la mano ejecutora.
A lo largo de la película Spike protegerá a los suyos e intentará que Davis no consiga su propósito.
Sin atender demasiado a la letra pequeña de los "porqués", "Killer elite" es un "thriller" de acción que se mueve dentro de la corrección si uno no se hace demasiadas preguntas al respecto de la razón por la que suceden o se hacen las cosas.
No pasará a la historia del cine pero seguramente resolverá más de alguna tarde vacía de domingo con sus secuencias de acción bastante bien resueltas, especialmente las peleas cuerpo a cuerpo que Spike y Davis mantienen a lo largo de la película.
Menos musculado que sus ochenteros predecesores, Statham, tanto por sus posibilidades físicas como por sus capacidades interpretativas, sigue siendo uno de los intérpretes de acción con más posibilidades del género.
Aceptable.
lunes, enero 23, 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)