martes, julio 24, 2012

Crónica de un complot llamado crisis

Ya se nos ha olvidado cómo empezó todo ésto...

Primero de todo, y tal y como expone Jeremy Rifkin en sus últimos libros, hay un agotamiento del modelo económico basado en la segunda revolución industrial que se manifiesta a partir del último cuarto del pasado siglo. Ésto activa un plan B del sistema consistente en el calentamiento de la economía especulativa y crediticia.. Si ya no se produce tanta riqueza real el objetivo es apoderarse de la riqueza privada acumulada en épocas anteriores mediante los mecanismos del crédito y de la deuda.

Así se matan varios pájaros de un tiro: se mantiene la rueda del capitalismo de consumo permitiendo mediante el crédito obviar el descenso del peso de las rentas salariales y por otro permite poner en juego lo ahorrado por varias generaciones en el tiovivo de la cadena de valor del sistema capitalista de consumo.

Además se produce la caída del bloque socialista y la consiguiente victoria del bloque superviviente, con la consiguiente exacerbación al calor del fuego de la victoria de los postulados del estilo de vida vencedor, lo que entre otras cosas supone el pistoletazo de salida para el neoliberalismo sin complejos.

Una manifestación de esa falta de complejos es la distorsión del mecanismo del crédito y la deuda y su transformación en la dinámica monstruosa de lo especulativo en lo financiero; otra es la necesidad, casi por derecho de conquista, de apoderarse de lo que el sector público controlaba buscando roturar nuevas tierras y disminuir esa crisis de rentabilidad en la explotación de las existentes.

El resultado es un monstruo de cara amable que crece y crece.

Sobre este contexto, y del mismo modo que hizo Greenspan como responsable de la Reserva Federal, máxima autoridad monetaria en los Estados Unidos, se reducen en Europa los tipos de interés (el precio del dinero que se presta) a niveles por debajo de la inflación, como manifestación de ese monstruo especulativo y financiero que busca poseer ese ahorro público y privado.

Esto hace estúpido no endeudarse en un mundo sumido en una dinámica optimista y alcista.

El resultado es que el crédito se tira por los suelos y se produce una cadena de endeudamiento donde las personas piden dinero a los bancos y los bancos piden dinero a otros bancos.

El resultado es un sobrecalentamiento del endeudamiento.

En este proceso nadie guarda la menor tranquilidad y el menor control, tantos deudores como acreedores reciben y prestan dinero sin ton ni son, como si el victorioso capitalismo frente al socialismo necesitase reafirmar su superioridad entre sus filas con una perpetua orgía de consumo sin fin.

En lo que a Europa respecta, Alemania es el mayor propietario de dinero y por tanto el mayor prestador tanto a los clientes de sus propios bancos como a bancos de otros países que acuden a por más dinero.

Al mismo tiempo, y dentro de esta orgía (pero en el entorno más privados de los parquets de las bolsas y los consejos de administración), se dan todos los elementos necesarios que conllevan a la crisis especulativa que afecta a todo el sistema financiero, bancos incluidos.

Este impacto virtual de este evento termina por desequilibrar un sector financiero que ya de por si vivía bastante desequilibrado.

De repente los bancos deben muchísimo más dinero del que tienen y necesitan aportaciones de capital para no quebrar.

Y es aquí cuando el denostado por los neoliberales sector publico acude para socorrer a un sector privado bancario que por su mala cabeza privada se ha metido en un lío enorme.

Los estados se dedican básicamente a echar paladas de riqueza real intentando tapar ese agujero virtual, pero los estados también habían formado parte de esa que se pretendía orgía financiera perpetua.
También tienen su deuda, sus desequilibrios, pero heroicamente asumen su responsabilidad -cosa que los bancos no han hecho- y acuden a resolver la "cagada" de un importante sector de las economías de los países que estructuran. El resultado es un mayor y tremendo desequilibrio de las cuentas públicas a cambio de un saneamiento de las cuentas de los bancos.

Todo sea por el bien general.

¿Qué sucede?

Pues como en todo.

En el caso de Europa, los países más fuertes como Alemania pueden soportar mejor ese impacto que países con economías más débiles como Grecia, Portugal e Irlanda.

Lo cierto es que Alemania ha metido mucho, mucho dinero en sus sistema bancario. La única diferencia es que no se la ha acabado el dinero y no ha necesitado acudir a financiarse a los mercados y si se le acaba es una economía con garantías, pero para los otros, los débiles las fuentes de financiación propias se acaban y deben acudir a los mercados dando comienzo a el baile de los mercados presidido por la prima de riesgo.

Los países más débiles ofrecen mayores dudas que los fuertes y esas dudas se materializan en un incremento del interés que lógicamente se pide por el dinero que se presta. A mayor interés, más desconfianza.

¿Qué sucede?

Dos cosas...

Por un lado, la construcción económica europea es imperfecta: hay moneda única pero no unión fiscal ni un banco central propiamente dicho. Fue realizada desde la superioridad y en años de bonanza. No se pensó en la posibilidad de malos años y se prefirieron evitar los problemas que presentaría una profundización en la unidad económica.

El resultado es un euro vulnerable porque no hay un banco central que respalde la deuda pública de los países de la eurozona. Por lo tanto esos países cuando las cosas vienen mal dadas quedan a merced de las contradicciones de su economía y sometidos al rigor inclemente de los mercados que sólo piensan en el beneficio económico sin pensar en otros efectos como pueden ser los sociales.

La situación de economías como la británica no es mejor que la situación de economías como la española, la única diferencia es que los británicos tienen su propio banco central que garantiza cubrir la deuda pública del país; cosa que los países de la zona euro no tienen.

Por otro, el acreedor entra en pánico y fija al deudor unos imposibles plazos y ritmos para devolver esa deuda que en su momento se generó tan alegremente.

En lo que respecta a Europa, Alemania el acreedor principal solo piensa en sí misma, en recuperar ese dinero perdido lo antes posible y poniendo los intereses de sus bancos por delante de los intereses europeos fija una hoja de ruta asfixiante a los estados sumiéndoles en una política de ajustes que estrangula sus economías y que como efecto irónico final endeuda aun más a Alemania, en contra de su voluntad, porque se generan situaciones dramáticas de salvamento de las economías.

Así van cayendo Grecia, Irlanda, Portugal... España...Italia en una huida hacia delante que no tiene sentido.

Y el problema no es tanto que Alemania adopte esa política egoísta en favor de sus bancos sino la contumacia en el error que la ha llevado ya a poseer ochocientos mil millones de euros en deuda y ayudas a distintos países europeos cuyas economías están colapsadas.

Pero lo peor es que la dureza en los ritmos de adecentamiento de las cuentas públicas de esos estados les obliga a políticas restrictivas de recorte que hacen inviable nada que no sea devolver la deuda, lo que de paso hace inviable cualquier posibilidad de estado de bienestar.

Y esta es la realidad que los miserables y cobardes consideran palabra de Dios.

El resultado de una opción, de un error de cálculo, especialidad en la que los alemanes son unos auténticos maestros teniendo dos guerras mundiales y esta guerra económica a sus espaldas... todas causadas por errores de cálculo y lo que es peor contumacia en el error.

En la primera guerra aceptaron dos frentes porque pensaron que derrotarían a Francia rápidamente, en la segunda Hitler no contempló que Francia e Inglaterra aceptasen el envite y le declarasen la guerra tras la invasión de Polonia y ahora... pues esto, el timing.

El problema es que el timing mismo dificulta el objetivo de devolución de deuda que se pretende. El acreedor no asume la consecuencia de su decisión de regalar el dinero y pretende hacer que el deudor cargue con todo. Y ésto se está mostrando, además de una respetable aspiración, un error estratégico de primer orden porque de mantenerse firme en su error puede llevar a la ruina al propio acreedor... porque, y entre otras cosas, el deudor tiene que existir para poder pagar su deuda.

Y de paso, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se desmantela el estado de bienestar porque, y como no puede ser de otra manera, no hay dinero para pagarlo... Y se liberan cientos de hectáreas de economía a la roturación privada.

La duda es si el objetivo es simple, la devolución rápida de la deuda, o doble, la devolución de la deuda y de paso generar en las democracias una situación de shock que haga que los ciudadanos de esas democracias acepten perder el estado del bienestar a cambio de poder seguir viviendo.

No olvidemos que hay mucho neoliberal tras las mesas que están manteniendo con firmeza esta hoja de ruta.

No olvidemos que ya no tienen nada que temer, que ganaron la guerra fría y no hay un estilo de vida alternativo al que proponen. Ahora sólo les queda depurar las propias filas eliminando concesiones como el estado del bienestar mantenidas con el objetivo táctico de evitar la contestación aburguesando trabajadores entre sus propias filas.

Y necesitan extenderse a aspectos que controla el sector público de los estados, aspectos que en bastantes casos implican una demanda cautiva y un negocio seguro.

¿Complot?

A mi me huele bastante mal todo ésto, sobre todo una contumacia en la adopción errónea de una hoja de ruta que no me puedo creer que sea ignorancia.

Lo único cierto es que se va en serio, pasando por encima incluso de sociedades enteras, adoptando decisiones manifiestamente extrañas y cada vez más incomprensibles... quizá porque el futuro de todo un modelo económico basado en el motor de combustión interna, la electricidad y el petróleo está en juego.

lunes, julio 23, 2012

Con independencia de lo complicado de la situación no se han hecho las cosas bien:

"España está sentenciada por los inversores internacionales y la dinámica lleva al rescate completo. La única duda es la fecha del mismo, lo cual es un ejercicio con mucho morbo político pero es irrelevante económicamente. Lo más fácil siempre es buscar un enemigo externo, dentro la herencia recibida y fuera el BCE. La realidad es que en diciembre nuestra prima de riesgo era 200 pb inferior a la italiana y ahora supera los 100 pb y hemos conseguido que nadie hable de Italia, que tiene muchos más problemas que en diciembre. El Gobierno ha gestionado el país mirando al retrovisor hasta estrellarlo contra el muro del rescate.
La afloración del déficit fue surrealista. En primer lugar, cuando un país que quiere ser leal con sus compromisos y con sus socios europeos aflora un déficit mayor de lo esperado, debe inmediatamente sentarse para renegociar el programa de estabilidad y suavizar el ajuste fiscal para que sea creíble. Algo que se ha producido en junio y a propuesta de la Comisión, hecho sin precedentes en la historia comunitaria."
(Leer más)

Y si es cierto que el gobierno presente no tiene toda la responsabilidad en el problema que se intenta resolver, si la tiene completamente en una gestión del mismo que ha redundado en una falta de credibilidad que no nos ha beneficiado en nada con los mercados.

Aspecto que culmina con un ministro de economía del Reino de España, procedente de esos mismos mercados, que se lleva las manos a la cabeza con la irracionalidad de estos que es lo mismo que si un militar se sorprendiera de que una guerra ocasionase muerte y destrucción.

Mal asunto.

THE FRIENDS OF EDDIE COYLE

Dirigida en 1973 por el británico Peter Yates, "The friends of Eddie Coyle" es una de las mejores películas de cine negro de la década de los setentas del siglo pasado.

Localizada en un glacial pero soleado Boston invernal y basada en la novela homónima de George V. Harris un miembro de la carrera fiscal de esa misma ciudad y perfecto conocedor de los bajos fondos de la misma, "The friends of Eddie Coyle" pasa por ser una de las más perfectas descripciones del mundo del hampa, especialmente de ese descarnado y cruel mundo fronterizo que viven delincuentes y policías.

La historia se centra en Eddie Coyle, un soberbio como casi siempre Robert Mitchum, un viejo delincuente que tiene una causa pendiente con la justicia y que saca adelante a su familia con pequeños trapicheos con los pocos conocidos que aún le quedan dentro del hampa de la ciudad.

La necesidad de escapar de ese asunto legal que tiene pendiente  le llevará a frecuentar ese territorio intermedio que habitan policías y delincuentes en busca de la menor oportunidad y en el que impera una economía de trueque basada en el intercambio de información a cambio de favores.

Coyle pensará que puede manejar su situación intercambiando la posibilidad de un tratamiento benevolente por parte de la fiscalía en su caso a cambio de proporcionar información que no afecta al núcleo esencial de sus lealtades personales dentro de los bajos fondos de la ciudad, pero una vez más las cosas no saldrán como piensan para Eddie Coyle resultando la historia, además de esa descripción del mundo del hampa, el patético retrato de un perdedor en toda la regla.

El resultado final es la ajustada descripción de un ecosistema despiadado en el que el débil, en cuanto da muestras de tal condición, no tarda en ser devorado/utilizado por los fuertes, aspecto que se reflejará en un duro, descarnado y nihilista final que deja al espectador sin ninguna duda acerca de la verdadera naturaleza de esos amigos de Eddie Coyle.

"The friends of Eddie Coyle" constituye junto a "Bullit" y "The hot rock" los tres mejores trabajos de su director, el olvidado Peter Yates y se beneficia de la estólida y cascada presencia de un Robert Mitchum siempre dispuesto a cruzar los límites tanto fuera como dentro de la pantalla...


Resumiendo "The friends of Eddie Cole" es una película descarnada, dura y polar sobre la jungla de asfalto.

Brillante.




domingo, julio 22, 2012

Pues claro que hay dinero...

 "Y ahí está el problema más silenciado en los medios y en los debates. Fue una lástima que ninguno de los que participaron en el debate en las Cortes Españolas hiciese las siguientes preguntas al Presidente Rajoy: ¿Por qué el Estado español decidió congelar las pensiones a fin de conseguir 1.200 millones de euros, en lugar de revertir la bajada del impuesto de sucesiones, con lo cual habría obtenido casi el doble de ingresos ( 2.552 millones). O, ¿por qué en lugar de recortar nada menos que 7.000 millones en sanidad, el gobierno no eliminó la reducción del Impuesto de Sociedades a las empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, lo que significa menos del 0,12% de todas las empresas, con lo cual hubieran obtenido más de 5.600 millones de euros? O, ¿por qué quiere ahora establecer el copago sanitario en lugar de aumentar los impuestos de los fondos SICAV y las ganancias especulativas? O, ¿por qué quiere aumentar el IVA, en este momento de recesión, que afectará a las clases populares, en lugar de aumentar el impuesto de Sociedades al 35% para empresas que ganen más de un millón de euros al año, con lo cual ingresaría 14.000 millones de euros más? O, ¿por qué quiere destruir puestos de trabajo en los servicios públicos en lugar de establecer un impuesto a las transacciones financieras, con lo cual, tal como ha señalado el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda, se conseguirían 5.000 millones de euros? O, ¿por qué en lugar de forzar reducciones de los Estados del Bienestar gestionados por las CCAA no reduce la economía sumergida diez puntos, con lo cual aumentaría 38.500 millones de euros?"
 (¡Si que hay dinero!, Vicenç Navarro)

Amor a quemarropa

Los referentes de "Amor a quemarropa" están claros.

La preciosa Gassenhauer del compositor alemán Karl Orff sirve de punto de anclaje entre "Malas tierras", la maravillosa e inolvidable opera prima de Terrence Malick, y esta "Amor a quemarropa" escrita por Quentin Tarantino y digida por Tony Scott.

Del mismo modo que en la película de Malick, esta composición es la verdadera banda sonora que acompaña a los dos protagonistas en su loca cabalgada carretera adelante, persiguiendo la siempre esquiva línea del horizonte.

Las comparaciones son un poco odiosas... mejor dicho, bastante.

"Malas tierras" es la obra maestra de un autor mayor mientras que "Amor a quemarropa" es una de esas copias auténticas, como la Holly Golightly de "Breakfast at Tyffany's", que el sobrevalorado Tarantino tiene la incuestionable capacidad de producir siempre desde un talentosa capacidad de construir brillantes escenas dialogadas que son siempre el centro de sus películas. Tarantino no es un autor, es un divulgador de un género que admira desde su incuestionable talento para el diálogo.

Y las comparaciones terminan ahí.

Mientras Malick construye un relato entre épico y nihilista de unos adolescentes que juegan a ser adultos mientras va creciendo al paso de su loca escapada el inevitable peso de las consecuencias de sus actos en un mundo de adultos, Tarantino construye una historia de menor calado donde ya se detectan los rasgos que definen la personalidad de sus productos: la construcción de las historias desde la sucesión de escenas basadas en duelos físicos o verbales entre los personajes, la inspiración admirada en géneros como el exploit que conlleva la conjugación nada pudorosa de estilemas y elementos narrativos repetidos hasta la saciedad en las catacumbas de este género, siempre centrados en la violencia, la codicia y el sexo.

Desde su talento para componer brillantes diálogos el único honor de Tarantino radica en haber sacado de sus catacumbas los personajes y claves narrativas de un género ínfimo para ofrecerlo con un cierto talento a la luz del día del gran público. Y ésto, hay que reconocerlo, lo hace muy bien siempre amparado en la ignorancia del gran público sobre sus fuentes de inspiración, que en bastantes casos son mucho más que eso... y hasta aquí sigo leyendo.

"Amor a quemarropa" se rueda entre "Reservoir dogs" y "Pulp fiction" y es el único guión de largometraje que Tarantino no ha rodado él mismo.

Como comento, y por encima de todo, destaca en ella el talento de Tarantino para los diálogos como en la maravillosa secuencia que protagonizan Dennis Hopper y Christopher Walken (los sicilianos son negros...), que por si sola justifica toda la película, pero todo dentro de una historia que transcurre entre lo previsible y lo confuso y en la que brilla la presencia maravillosa de Patricia Arquette con la suficiente fuerza como para mantener el interés de esta historia incapaz de volar.



Tampoco resulta beneficioso para "Amor a quemarropa" que la dirija Tony, el hermanísimo de Ridley Scott, quién vuelve a mostrar su legendaria incapacidad para sacar partido a las historias multiplicando por mil el sentido esteticista tan propio en el cine de su hermano, pero que se convierte en el suyo en un acusado exceso que termina deviniendo a defecto.

Aceptable.



sábado, julio 21, 2012

Un condenado a muerte se ha escapado

Sin duda alguna la concepción que el director de cine alemán Wim Wenders tiene del cine como instrumento capaz de captar imágenes auténticas y verdaderas sin duda le viene directamente de Robert Bresson.

En su libro "Notas sobre el cinematógrafo", Bresson se sitúa del lado de los hermanos Lumière dentro de la tensión conceptual que acompaña al cine desde su nacimiento. Tensión que define dos polos: por un lado el del cine como fantasmagoría que protagoniza Meliès y por otro el cine como invento capaz de mostrar imágenes reales, verdaderamente reales, inalcanzables de otra manera para el ojo humano.

Asi, y mientras Meliès en su estudio parisino se dedicaba a recrear mil y un imposibles fascinaciones, los hermanos Lumiére se empeñaron en lanzar por todo el mundo un ejército de operadores cinematográficos con el objetivo de captar imágenes de la propia realidad, imágenes no imposibles como las de Meliès sino sencillamente inalcanzables.

Pero Bresson no tiene suficiente con concebir el cine como una herramienta reveladora de realidades, capacitada como ninguna otra para hacer presente mediante imágenes en movimiento la carne y el hueso que la distancia arrebata.

Sin duda influído por su sensibilidad cristiana, Bresson opta por una dirección contraria.

En busca de lo inalcanzable, Bresson no va hacia la realidad sino hacia el interior del individuo.

El objetivo de Bresson es la presentación de una intimidad y a través de ella ofrecer mediante la capacidad de registro del cinematógrafo, como el gustaba llamar al cine, la posibilidad de vislumbrar ese alma humana que él presumía existiendo, animando esa intimidad.

Y en este sentido todas las películas de Bresson se construyen desde un único personaje al que la cámara sigue de una manera obsesiva y dentro de una historia que a veces parece importar menos que el modo en que el personaje es afectado y se enfrenta a ella.

La aspiración de Bresson es brutal... revelar desde la sinceridad de unas imágenes transparentes y puras una verdad única y transferible. Así, su cura en "El diario de un cura de campaña", su carterista en "Pickpocket" o este encarcelado perteneciente a la resistencia francesa frente a la ocupación alemana durante la segunda guerra mundial que protagoniza la película que nos ocupa aspiran a ser mucho más que meros personajes al servicio de una historia. Aspiran a ser una verdad que se muestre incontrovertible a través de lo elocuente que tiene su propia autenticidad mostrada de manera transparente. Casi nada...

El que les escribe, que no participa en demasía de la sensibilidad de Bresson, no tiene muy claro que ese propósito final sea conseguido, que lo que se muestra no sea más que una fantasmagoría por así decirlo "indoor" pero muy similar a la de Meliès, pero lo que no puede negar (porque ni quiere ni puede ni debe) es que todas las películas de Bresson son sobrecogedores espectáculos basados en la puesta en imágenes de la pura vivencia, del ser humano absorbido en la tarea de ocuparse de su propia existencia.

Y en este sentido el cine de Bresson es único e inigualable.

"Un condenado a muerte se ha escapado" es para mi gusto una de sus mejores películas.

Nos cuenta la aparentemente sencilla historia de un resistente encarcelado por las tropas de ocupación alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Con detenimiento meticuloso Bresson nos narra el esfuerzo de este individuo en llevar a cabo el plan de su fuga y termina mostrándonos un tremendo retrato de la fe, la decisión y la perseverancia necesaria para llevar a cabo ese proyecto, que prácticamente el protagonista lleva a cabo con sus propias manos y con su ingenio.

Y también con la solidaridad de sus compañeros de cárcel, porque para Bresson el sentido de esas existencias ocupadas cuya intimidad esencial pretende mostrarnos en busca del alma (quizá con la secreta intención de que nos convirtamos) está en los demás, ámbito donde esa existencia encuentra el apoyo decisivo para su proyecto ya sea de forma material o emocional.

El resultado además es una película que, pese a su evidente carga metafísica, está a la altura de las mejores dentro del cine de fugas aunque para Bresson la aventura más decisiva sucede de piel para dentro.

Y por supuesto Mozart...

Obra maestra.

viernes, julio 20, 2012

No hay democracia que valga en una sociedad compuesta por individuos cuyas vidas carecen de estabilidad en lo esencial y que no cuentan con la tranquilidad de una vida decente para poder construir un punto de vista sobre las cosas.

No sólo se trata de un tema económico... Es más, fundamentalmente no es un tema económico. Se trata de un tema eminentemente político.

Las políticas neoliberales generan sociedades desiguales basadas en la concentración de la mayor parte de la riqueza en manos de unos pocos. Esa utopía solo tiene un problema: en política, y en democracía, el voto de cualquier hombre vale lo mismo. Y los desheredados constituyen una mayoría política que en una situación de normalidad no va a ceder bienestar a cambio de inseguridad.

La única solución es desequilibrar esas sociedades, sumirlas en un caos que les lleva a tener que decidir entre el susto o la muerte.

O se hace ésto o no habrá dinero para pagar vuestras nóminas, porque ésta es la realidad, dicen los miserables capataces mientras sus dueños, las bestias humanas, asienten.

No hay otro camino para neoliberalizar: destruir y aprovechar la inseguridad para generar una espiral de miedo que salve las barreras democráticas.

Y si no hay crisis se producen con políticas basadas en los recortes y el estrangulamiento.

No es una crisis económica, es un complot contra las libertades.

El neoliberalismo es un vestigio del siglo XX.

La última de sus doctrinas totalitarias, más poderosa por haber sido perfeccionada tras aprender de los errores cometidos por sus predecesoras.
El gran problema de esta crisis es un asunto de timing.

Lo que está construyendo esa estupenda realidad a la que los miserables nos remiten como algo incuestionable es el tiempo en que el acreedor, pensando sólo en el interés de sus propios bancos (y no en el de los Europeos) son los tiempos brutales para conseguir estar en el nivel definido como aceptable en los indicadores.

Reducir tantos puntos de déficit público en tan poco tiempo obliga a recortar y hace inviable el estado del bienestar... y lo hace inviable porque ese es el verdadero objetivo.

El verdadero objetivo es el estrangulamiento de los estados via exigencias de corrección de dificit basada en timing brutales que se intentan conseguir mediante políticas de ajuste que no contemplan acciones de crecimiento.

El resultado es un circulo vicioso, una espiral de estrangulamiento que incrementa el estado de shock de los ciudadanos que puestos entre la espada y la pared por los políticos serán ellos mismos quienes renuncien a unos derechos luchados por generaciones anteriores.

Ya se está viendo... Aprobemos ésto que no hay dinero para las nóminas.

¿Cómo va a haberlo si se está siguiendo un curso de acción que deprime la actividad económica?

Por supuesto que otra realidad es posible.


Y también que hay mucha bestia humana suelta. 

La delicadeza

Vaya por delante que el que les escribe no es un fan de las películas románticas. Como ya he escrito alguna vez, me gustan las historias en las que el amor es un componente esencial de las mismas, pero no el aspecto principal de la historia. Al igual que en la vida misma, el amor surge de pronto, cuando estás ocupado haciendo otra cosa... Resumiendo mi ejemplo de película de amor es "Abyss" de James Cameron, con eso lo digo todo.

También me ponen los pelos de punta los libros que la gente lee mucho... suelen ser historias absurdas que no me gustan nada, clichés y pastiches que intentan conseguir el aprobado en literatura...

Asi que, en principio, está película, sin duda existente a mayor gloria de Audrey Tatou pues le permite conjugar todo su encantador y eficaz repertorio de morritos y guiños, lo tenía bastante difícil conmigo, pero... la verdad es que la delicadeza tiene su punto.

Nos cuenta la historia de Nathalie (Audrey Tatou), una mujer joven que de manera inesperada queda viuda volcando toda la energía de su vida en el trabajo. Allí conocerá a Markus (François Damiens), alguien que parece estar en las antípodas del hombre que podría enamorar a una mujer como Nathalie, pero del que poco a poco, de una manera delicada, terminará enamorándose.

Tras una primera media hora un tanto extraña, sobre cuya manera de narrar sobrevuela el imposible fantasma de Wes Anderson (cuántos crímenes empiezan a cometerse en su nombre), la película adquiere una tranquila velocidad de crucero a través de la que se nos narra esta historia no sin bastantes altibajos, pero que cuenta en su haber con algún que otro momento con encanto cuya sabia situación a lo largo de la historia ha permitido al que les escribe llegar al final de la misma... como ese maravilloso en que Nathalie coge la mano de Markus y enseguida se duerme llena de paz.

La delicadeza tiene algunos momentos así... delicados, que emocionan

Además, sobre toda ella brilla el nada dudoso encanto delicado de Audrey Tatou que está estupenda en un papel que le va como anillo al dedo.

Entretenida.

The killing

Uno de los grandes temas del cine y la novela  negra es la ciudad en sí misma.

La ciudad concebida como un peligroso mecanismo integrado por una trama de intereses cuya existencia resulta invisible para una mayoría que vive en la ignorancia, confiada bajo el cielo azul de un sistema de garantías y libertades que hace posible su vida cotidiana.

No obstante, de cuando en cuando, se producen puntos de contacto entre esa superficie y la corriente profunda, inconsciente de intereses que realmente sustenta el mecanismo que, a su vez, sustenta esa superficie cotidiana.

De cuando en cuando alguna circunstancia de esa superficie interfiere en el desenvolvimiento natural de ese mecanismo casi animal de intereses y se produce el acto fallido, el crimen, un evento que debe ser investigado y es aquí cuando interviene la figura trágica del policía, quién como Sísifo está entregado a reestablecer el orden y el sentido de la justicia en una ciudad que en realidad está sostenida por ese mecanismo ciego, pura voluntad, para el que el bien y el mal no pasan de ser en el mejor de los casos incómodas etiquetas para definir actos que resultan necesarios por sí mismos.

En este sentido, resolver un crimen se convierte en una tarea peligrosa que lleva la luz del día a lugares que jamás han sido tocados por ella, una tarea que pone en peligro muchos intereses y que moviliza a ese sistema en la necesidad de evitar la molestia de tener que rendir cuentas a alguien que por su fuerza de voluntad a llevado demasiado lejos ese relato de ley y orden que sólo existe para mantener unido al rebaño,. allá en la superficie.

En cualquier caso, el esforzado gesto del héroe exige un precio, lo que pone de manifiesto en su esfuerzo por saber de esa profundidad ignorada exige un gesto como contrapartida que cierre la incómoda grieta abierta y devuelva la situación a su status quo inicial.

Hay un escenario que mantener, un escenario que precisamente justifica su existencia para ocultar la existencia de esa parte trasera.

La relato de la ley y el orden debe ser escenificado y un culpable debe ser ajusticiado para que la ciega maquinaria de intereses creados siga existiendo.

La segunda temporada de "The killing", sin ser nada del otro mundo, participa claramente de este estilema descrito: el hombre -en este caso mujer- contra esa ciudad que ha inmolado la vida de una inocente joven cuyo destino, en el instante y lugar equivocados, se ha puesto en el camino de un rizo de acción de esa mecánica.

Profundizar en el asesinato de Rosie Larsen es profundizar en esa descarnada trama de intereses que convierte la ciudad en un lugar desasosegador y peligroso, donde abundan personajes que resultan tan culpables como el que se revela como el asesino "de facto" de la adolescente, el eslabón más débil y prescindible de una interminable cadena de intereses que no cesa de moverse en un movimiento perpetuo basado en la voluntad y la necesidad.

The killing no es The wire, no es una obra maestra, pero merece la pena sumergirse en esa atmósfera gris y lluviosa de Seattle siguiendo los pasos de los agentes Linden y Holden en busca del misterioso asesino de Rosie Larsen.



miércoles, julio 18, 2012

VIDA DE OHARU, MUJER GALANTE

Seguramente influido por circunstancias desgraciadas de su propia vida el cine de Kenji Mizoguchi pivota sobre el melodrama para construir un retrato agrio de la vida y sus exigencias.

Por entre las imágenes de un cine que Mizoguchi construye con una maestría casi pictórica destellan historias en las que sus protagonistas viven sus existencias sometidos a la precariedad de un destino cruel que tarde o temprano acaba pronunciando su agria sentencia.

La alegría, la estabilidad, la paz, la tranquilidad son aspectos pasajeros que distraen con sus aconteceres episódicos a sus personajes de una realidad compleja y desconsiderada con el deseo, rebosante de desgracias y sin sabores que constantemente amenazan todos los esfuerzos de los protagonistas de sus historias por construir un espacio de calma en el que detenerse y descansar.

Y en este aspecto, Mizoguchi está muy cerca de Kurosawa, otro gran maestro de la época clásica del cine japonés. Para ambos la vida es un animal hermoso que siempre se termina volviendo para morder la mano que distraída la acaricia. Luego llegan las diferencias que en absoluto logran borrar ese punto esencial común entre ambos maestros y en este sentido Kurosawa va mucho más allá que Mizoguchi en la profundización dentro de ese caos sinsentido en el que los seres humanos se descubren un día arrojados.

Mizoguchi es más constructivo.

En todas sus películas siempre hay un personaje que se resiste, que es portador de una esencia de hermosa nobleza cuyo destino siempre encaminado a la derrota Mizoguchi gusta mostrar. La mujer a quién el marido no escucha en "Los cuentos de la luna pálida" o la bella y desgraciada Oharu en la película que nos ocupa... Casi siempre mujeres... Seguramente un retrato de la madre que con gran esfuerzo y sacrificio, en contra de una realidad exigente y cruel, sacó adelante a la familia del propio Mizoguchi.

Por eso, buena parte de las películas de Mizoguchi se mueven dentro de las claves del melodrama como género cinematográfico. Porque el melodrama siempre describe el enfrentamiento autodestructivo y destructivo de un personaje protagonista contra un mundo.

Sus protagonistas resumen lo mejor del temperamento romántico en un sentido amplio: la inevitable escucha de la voz interior frente a las otras voces que se escuchan desde fuera y el consecuente enfrentamiento contra el mundo buscando imponer a toda costa un criterio individual, una manera heterodoxa de entender las cosas.

Y en este sentido, la historia de Oharu es un melodrama tremendo, con todas las de la ley, en el que Mizoguchi pone por obra el rigor cruel de un destino trágico, el de una cortesana de la corte del emperador que por amor se verá desterrada y alejada del exitoso plan de vida que todos tenían previsto para ella.

Así, ese acontecimiento marcará su vida que se verá en un constante encuentro con el infortunio, pero en la que también brillará la poderosa la entereza del personaje protagonista quién, pese a todo, se las arreglará para mantener intacta esa manera de ser a la que no puede hacer otra cosa que deberse.

"Vida de Oharu"  es una de las obras maestras de Mizoguchi.

martes, julio 17, 2012

Lo he encontrado...

"Dos años después de las declaraciones de Williamson sobre la idoneidad de avivar las crisis, Michael Bruno, economista principal del Banco Mundial en el ámbito de la economía del desarrollo, se hizo eco en público de esa misma línea de argumentación sin atraer la atención tampoco ni la atención ni el escrutinio de los medios. En una conferencia impartida ante la International Economic Association en Túnez, en 1995, que luego se convertiría en una publicación del Banco Mundial, Bruno informó a los quinientos economistas allí congregados (y procedentes de 68 países distintos) que cada vez existía un consenso más extendido en torno a la idea de que una crisis lo suficientemente amplia podría conseguir impresionar a los decisores políticos hasta tal punto que éstos se decidieran finalmente por instaurar reformas destinadas a potenciar la productividad. Bruno señaló a América Latina como ejemplo destacado de crisis profundas que aparentemente han resultado beneficiosas y, en particular, a Argentina donde, según dijo, el presidente Carlos Menem y su ministro de economía Domingo Cavallo, estaban haciendo una gran labor de aprovechamiento del ambiente de emergencia que allí se respiraba para imponer un hondo y amplio proceso privatizador."
(La doctrina del shock, Naomí Klein)

Este es el modelo que el totalitarismo neoliberal ha seguido en las democracias... como sus planteamientos generan desigualdad social y la gente no va a votar para tener una vida peor, optan por soluciones "out of the box" basadas en la crisis y generar un shock en la sociedad lo suficientemente grande como para que la gente, puesta entre la espada y la pared, opte por la pared.
La espiral de estrangulamiento de las políticas de ajuste constantes tiene ese sentido perverso y estratégico.
Y además como solución es perfecta porque es autoexplicativa ya que los objetivos de déficit nunca se consiguen, por supuesto, porque la economía se deprime aún más.

En el siguiente giro de la espiral irán las pensiones... y por supuesto unas cuantas vidas pequeñas tiradas a la basura pero ya se sabe que en la sala de operaciones de los grande diseños abundan también las victimas sacrificables y los daños colaterales.

lunes, julio 16, 2012

Pues claro que los que desde el poder proponen únicamente políticas de ajuste son conscientes del circulo vicioso de estrangulamiento al que las sociedades son sometidas.
Claro que lo saben.
Y ya va siendo hora de decir las cosas claras.
No son tontos, algunos de ellos puede que sean incompetentes, pero lo que son, sobre todo, es malos... entendiendo por maldad el perseguir el interés de parte hasta el extremo de comprometer a la mayoría.
El objetivo es someter a las sociedades a un punto de estrés en el que puedan hacer lo que quieran poniendo a las personas en el umbral de elección entre el susto y la muerte. Enfrentados a la posibilidad del caos, el ser humano prescindirá de cualquier cosa: sanidad pública, pensiones... y cualquier cosa que se ponga por delante.
Y no es nuevo.
La mecánica del interés y el terror está perfectamente descrita en "La doctrina del shock" por Naomi Klein.
El poder produce una realidad y sus voceros se limitan a reconocerla como inevitable e incuestionable.
Es la manera que tiene el neoliberalismo de gestionar su proyecto en las sociedades democráticas. Para ellos, una crisis siempre es una oportunidad para conseguir muchas más cosas.
¿Porque quién puede ir en contra de la realidad?
Pero lo que se olvida es que la realidad es un producto, siempre pertenece a alguien y aceptando según qué realidades, en realidad se acepta algo que es propiedad privada de alguien.
Y esta realidad que nos piden aceptar... nos piden... en realidad nos están exigiendo que la aceptemos de manera indirecta... Esa realidad no nos pertenece.
Y además hay realidades que el ser humano no se puede permitir aceptar por dignidad.
Se trata de rebelarse.
La solución está fuera de la caja, porque dentro todo es inevitable.

La realidad se produce.
Socialmente siempre es un efecto, no una causa.
No dejes que los miserables te engañen.

ALEGRÍA

No se podía medir en metros
la distancia que le separaba de todo aquello.
Podría acercarse, sonreirles, abrazarles, tocarles,
pero seguiría estando lejos, muy lejos
de aquella radiante alegría
que reventaba los rostros
insinuando el fantasma de la felicidad
con trazo nervioso y grueso
sobre una superficie cubista de abrazos y besos.

No se trataba sólo de una cuestión de espacio,
también intervenía el tiempo,
mejor dicho todo lo que sucedía
era una pura cuestión que concernía a su reflejo,
al instante que presenciaba.
Porque, en realidad, nada contemplaba.
Se interponía translúcido el peso de una ausencia,
la presencia del vacío
de todas las alegrías pasadas ya extintas,
alegrías que ya ni siquiera recordaba,
si habían sucedido en vano o no,
si en alguna ocasión fueron o no de provecho.

Desde el otro lado del espejo
el veneno de la memoria empezaba
a ser un viejo conocido que una vez más
le arrebataba al instante su condición de eterno.
Lo sabía, pero aún no estaba todo perdido.
Todavía no había olvidado que era un veneno
más poderoso el de la alegría
y que era inevitable que se acercase,
que empezase a construir su personaje
desde fuera, abrazándose, besándose,
cantando, bebiendo,
con la secreta esperanza de que esa ficción
llegase lo suficiente adentro como para convertirse,
el tiempo que durase, en algo cierto.

domingo, julio 15, 2012

Los paraguas de Cherburgo

Todo un descubrimiento para el que les escribe el cine de Jacques Demy.

Una característica de la generación de cineastas que empiezan a hacer cine a finales de la década de los 50 es el cuestionamiento del modo clásico de hacer cine. Los hijos de los padres que se devoraron vivos en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial plantean una diferencia general que se materializa a lo largo de la década de los 50's de maneras muy distintas y el cine, el entretenimiento por excelencia de aquella sociedad, no podía quedar fuera.

En Europa este fenómeno fue mucho más acusado: Nouvelle Vague, Free Cinema Inglés, Nuevo cine alemán; pero en los Estados Unidos, la llamada generación de la televisión (Peckhinpah, Lumet, Paddy Chayefsky, Bogdanovich o Penn), realiza una función similar en el desarrollo generacional de la industria... Utilizando las ventajas de la tecnología, nuevos equipos de rodaje más ligeros que convertían al hecho de rodar cine en una experiencia más flexible e inmediata buscaban por un lado introducir temáticas, propuestas de pensamiento y vida, maneras de contar más acordes con el sentir de una nueva era y por otro revisar las esquematizadas estructuras narrativas de los géneros para, haciendo coincidir fondo y forma, vehiculizar esos nuevos contenidos y maneras.

Parte de esa revisión implicaba el cuestionamiento, la traducción al escepticismo de esos mismos cánones narrativos.

En este sentido, es un magnífico ejemplo la revisión que Sam Peckinpah hace del western, un género conservador por excelencia, introduciendo claves nihilistas y sentidos existencialistas en historias que tienen siempre un importante punto de enloquecido enfrentamiento de ese individuo, que el western ensalzaba, contra un mundo que de pronto se muestra poderoso e invencible.

Y cito a Peckinpah porque, en mi opinión, Demy desempeña ese mismo papel deconstructor dentro del musical, el otro género cinematográfico por excelencia.

Hasta Demy el musical es un género que escenifica por excelencia el relato sentimental de un estilo de vida, de una ideología que el cine ha vehiculizado a espuertas  y, del mismo modo que Peckinpah, Demy introduce el mismo tipo de claves nihilistas y existencialistas propias de la época, de manera más acusada si cabe que Peckinpah en el western, claves que desarticulan el carácter circular de ese relato.

Y en este sentido el musical escenifica como ninguno narrativas más o menos subliminales que buscan reforzar el deseo del individuo. Con su constante glorificación del amor romántico, el musical escenifica el mito capitalista de la oportunidad y el éxito que espera a todos los que perseveren y lo hace en una especie de equivalente del mundo Disney en el mundo de los adultos.

Nada puede oponerse al deseo del individuo, si ese deseo es verdadero.

Sobre esa circularidad, Demy trabaja para imbricar el cuestionamiento, la ruptura... El amor como muchas otras cosas en la vida no tienen por qué llegar y si lo hace tampoco tiene por qué hacerlo de la manera en que se le espera.

El individuo no tiene la última palabra. Su destino se escribe y reescribe constantemente en el tiempo.

"Los paraguas de Cherburgo" muestra precisamente esa levedad que afecta al destino del humano. Nos cuenta la historia de un amor imposible, el de los adolescentes Genevieve (Catherine Deneuve) y Guy (Nino Castelnuovo) a quienes la vida terminará separando.

Dividida en tres partes, partida, ausencia y regreso, "Los paraguas de Cherburgo" es la crónica melancólica y amarga de una perdida que se termina apareciendo como inevitable y contra la que nada pueden hacer ninguno de los dos amantes.

La vida manda, tiene otros planes para ellos y el resultado final termina siendo algo muy distinto a lo inicialmente planeado por ellos en un final melancólico y amargo, de los más grandes que el que les escribe recuerda, una verdadera magdalena de Proust que el maestro Demy moja en el interior de la mirada de cada espectador.

Obra maestra.





"Me escuchó, sentado con las piernas cruzadas. A veces su cabeza desaparecía por completo en una gran erupción de humo, y un gruñido de simpatía surgía de entre la nube. Cuando terminé, descruzó las piernas,dejó la pipa, se inclinó hacia delante, hacia mí, con avidez, con los codos en los brazos de su sillón, las yemas de los dedos juntas.
-Entiendo muy bien. Es romántico.
Me diagnosticó el caso, y al principio me sobresalté al descubrir cuán sencillo era. Y en verdad, nuestra conferencia se parecía mucho una consulta médica: Stein, de aspecto erudito, sentado en un sillón,
delante de su escritorio; yo, ansioso, en otro, frente a él pero un tanto un costado... y me pareció natural preguntar:
-¿Qué es bueno para eso?
Levantó un largo índice.
-¡Hay un solo remedio! ¡Una sola cosa puede curarnos de nosotros mismos! -El dedo descendió al escritorio con un golpe vivaz. El caso que había hecho parecer tan sencillo, hacía un momento, se volvió
más sencillo aún, si eso era posible... y desde todo punto de vista desesperado.
Hubo una pausa.
-Sí -dije-, hablando en términos estrictos, el problema no es cómo curarse, sino cómo vivir.
Aprobó con la cabeza, en apariencia con cierta tristeza.
-¡Ja! ¡Ja! En general, para adaptar las palabras de su gran poeta: ese es el problema... -Continuó asintiendo con simpatía: - ¡Cómo ser!¡Ach! Cómo ser.
Se puso de pie, con las yemas de los dedos apoyadas en el escritorio.
-Queremos ser en tantas formas distintas –continuó. -Esta magnifica mariposa encuentra un montículo de tierra y se queda inmóvil en él. Pero el hombre nunca permanece inmóvil en su montículo de barro.
Quiere ser así, y después quiere ser de otra manera... -Movió la mano hacia arriba, luego, hacia abajo...- Quiere ser un santo, y quiere ser un demonio... y cada vez que cierra los ojos se ve como un individuo
espléndido... tan espléndido como jamás podrá serlo... en un sueño..."
(Lord Jim, Joseph Conrad)

sábado, julio 14, 2012

"Al frente de la infantería estaba el teniente Zúbarev, que antes de la guerra había estudiado canto en el conservatorio. A veces, por la noche, se acercaba con sigilo hasta las líneas alemanas y entonaba «Oh, efluvios de la primavera, no me despertéis» o el aria de Lenski de Eugenio Oneguin. Cuando le preguntaban qué le empujaba a subirse a un montón de cascotes para cantar, aun a riesgo de poner en peligro su propia vida, Zúbarev eludía dar una respuesta. Quizás allí, donde el hedor de los cadáveres flotaba en el aire día y noche, quería demostrar, no sólo a sí mismo y a sus camaradas sino también a los enemigos, que las fuerzas destructoras, por poderosas que fueran, nunca podrían borrar la belleza de la vida."
(Vida y destino, Vasili Grossman)

La personalidad neurótica de nuestro tiempo

Ahora que cielo ha perdido su amable y hermoso color azul protector y nos muestra su negrura esencial, una negrura que incluso quienes debieran ser los mejores de nosotros aceptan sin pestañear. Ahora que descubrimos que sigue habiendo clases  y que siguen existiendo unos propietarios de los medios de producción cuyo omnímodo poder les lleva a definir las reglas de una realidad inapelable para el resto de mortales, que somos mayoría, necesitamos munición intelectual para combatir el destructivo absurdo que implica esa siniestra e irritante calma con la que se nos explica el horror y el absurdo.

Ahora, precisamente ahora, no estaría mal subir a los desvanes para recuperar las viejas armas, los viejos libros en los que nuestros abuelos encontraron el sueño que también nosotros debiéramos hallar: que nada ese inevitable si hay hombres de por medio, que todo es mentira y que otros mundos podían ser posibles en éste.

Y no es casualidad que los grandes padres pensadores de la critica a la modernidad y a su monstruo, el sistema capitalista, Hegel, Marx, Nietzsche, Freud, Escuela de Frankfurt, Baudrillard, todos, hayan sido cuestionados, criticados hasta la saciedad y rapidamente olvidados, viendo reemplazado el incómodo dramatismo estratégico de sus planteamientos por pensamientos más hedonistas, tácticos y postmodernos, que sólo buscaban la descripción y la gestión de una opulencia que estaba ahí para quedarse eternamente y que por tanto era estúpido e innecesario cuestionar... y más teniendo en cuenta el fracaso sangriento y gris que chirriaba al otro lado del telón de acero.

Pero sobre esa base idílica de final de la historia someramente descrita en el párrafo anterior, una perversa y silenciosa Ariadna ha venido tejiendo con materiales más amables -eso, sí- una nueva cárcel en la que de pronto nos encontramos sumidos, nosotros, la especie de la voluntad y los sueños, atada de pies y manos a una realidad que se manifiesta implacable e inamovible.

Y quién en primer lugar necesita armas es la cabeza y las precisa para disparar al cielo oscuro de la realidad inapelable que se nos presenta buscando producir agujeros a través de los cuales brille la esperanza de un sentido nuevo y más justo.

Las estrellas no nacen, se hacen.

Hegel, Marx, Freud, Baudrillard proporcionaron modelos teóricos de análisis y crítica que en absoluto están superados si no se les entiende por las circunstancias y se va más allá, a la esencia crítica de su pensamiento.

Freud es uno de ellos... uno de los más cuestionados y cuestionables... si no se entiende su psicoanálisis como una doctrina que ha ido evolucionando con el tiempo.

"La personalidad neurótica de nuestro tiempo", escrito en 1937 por Karen Horney significa uno de esos grandes puntos de evolución del paradigma capacitándolo aún más como herramienta crítica a nivel macro y micro de nuestra sociedad.

En pocas palabras Horney da un giro copernicano al paradigma considerando lo sexual como una manifestación más de un fenómeno que funda lo social y que es el proceso de socialización, es decir, el proceso por el que individuo aprende a desenvolverse en sociedad.

Horney recoge la teoría social del psicoanálisis expresada por Freud fundamentalmente en "El malestar en la cultura" , trabajo en el que describe ese proceso de tensión entre el sujeto deseante y las necesidades constrictivas de una sociedad, que necesita generar un orden al que los sujetos deben someter el egoísmo de su deseo si lo que se quiere es construir algo en común.

Este proceso de sometimiento que Freud, como no podía ser de otra manera, centra en lo sexual, tampoco puede ser nada más que un proceso represivo que se manifiesta en restricciones tan básicas como el incesto, que permite establecer el orden familiar (evitando que padre e hijo puedan llegar a pelear por la misma mujer: la madre) y es en la familia donde se produce los momentos más importantes de ese proceso de socialización.

Horney abandona el protagonismo de lo sexual y se centra en lo cultural, en todo el conjunto de normas, roles e instituciones que el niño debe conocer y respetar para poder funcionar en colectividad. Y en este proceso siempre se produce represión, una energía que genera ese inconsciente que constantemente se manifiesta por las rendijas que deja nuestra vigilia consciente y racional.

La neurosis no es otra cosa que la manifestación como cuadro clínico de esa tensión entre realidad y deseo, entre lo que Freud llamaba el proceso erotico constructivo de fundirse con el otro para crear algo en conjunto y el proceso tanático de consumirse y consumir a los otros persiguiendo unicamente la satisfacción del propio deseo.

La necesidad que el hombre tiene de lo social le obliga a poner límites a la voluntad animal del cerebro reptiliano y convierte al individuo en un campo de batalla, en un lugar donde se produce la constante tensión entre dos fuerzas contradictorias y que por mor de su propia ley de gravedad entran en constante colisión.

En este sentido, y para Horney, todos tenemos la potencialidad de ser neuróticos principalmente porque esa tensión está en nosotros.

El problema como siempre tiene que ver con el lugar donde se traza línea y si esta se cruza o no. Esta misión corresponde al propietario de un saber clínico que con criterios meramente operativos y funcionales la traza: la neurosis empieza cuando esa sombra inconsciente usando terminología jungiana es lo suficientemente fuerte como para interponerse entre el sujeto y las necesidades de su vida consciente, constructiva.

Y en este aspecto la última evolución del sistema capitalista que es la sociedad de consumo intenta capitalizar, como no podía ser de otra forma, ese deseo dirigiendo a él toda su estructura de comunicación, intentando penetrar por la misma dirección pero en contrario sentido esos resquicios de la racionalidad por los que habitualmente se manifiesta.

Los problemas y los riesgos son obvios, desestabilizando aún más la estabilidad de los individuos que no es más que una fina película de razón surgida a base de represión sobre un profundo e insondable mar de energía que como sostenía Jung se extiende más allá del espacio y del tiempo.

Horney dedica buena parte del libro a describir no tanto la génesis como la variada sintomatología neurótica que un aprensivo como el que les escribe a disfrutado/sufrido identificándose hasta en el más pequeño de los aspectos.


El psicoanálisis no es un paradigma desechable en absoluto.

Desde el punto de vista clinico se basa en un sistema tan antiguo como la curación mediante el relato y la palabra y desde el punto de vista macro ofrece una radiografía bastante ajustada para explicar la fragilidad del individuo y su carácter animal-racional así como los pilares oscuros sobre los que descansa cualquier organización social ofreciendo un modelo psico-sociológico nada desdeñable siempre que lo que uno busque sea el conocimiento.
"Hemos tomado decisiones que no iban en nuestro programa electoral porque no había otra posibilidad de sacar adelante el país."
(Soraya Ruiz de Santamaria)

Si me preguntan lo que más detesto en todos ellos ese ese satisfecho conformismo con el que están mandado el país a la ruina.
Por lo menos, ahora han aprendido a escenificar una tristeza que puede que sientan, aunque seguramente les puede mas ese sentimiento de satisfacción tecnocrático que no pueden disimular, un sentimiento parecido a la emoción que exhibe el empollón de la clase cuando consigue un nuevo sobresaliente.
Y en el fondo ésta es una de las principales miserias de lo que podría llamarse la sensibilidad de la derecha, la constante búsqueda de una realidad a cuyas exigencias plegarse absolutamente, planteandole a la realidad una suerte de relación sadomasoquista en la que la parte sádica se limita a imponerse y la masoquista se pliega a esa imposición con la satisfacción en los labios de estar en lo cierto, cediendo sin lucha alguna una de las mayores responsabilidades con las que por el hecho de existir el hombre incurre con la vida y que no es otra que chocar contra las cosas, revelarse contra las imposiciones persiguiendo, más o menos ciegamente, la posibilidad de entornos y escenarios mejores.
Y la verdad es que va en contra de lo más esencial del ser humano que se siente libre y capaz de todo y que no se la pasa por la cabeza la posibilidad de ser un esclavo de las cosas que él mismo crea otorgándoles un sentido. Un ser humano que mediante ese mismo sentido no se construye una cárcel sino un espacio transparente de acción en el que el ancho y ajeno mundo, con sus complejidades y peligrosos, nunca tiene jamás la última palabra. Un ser humano que por respeto a sí mismo jamás acepta que no existe otra posibilidad en una situación dada.
Seguramente nunca hubiéramos salido de la caverna si hubiésemos echo caso a los que no quieren salir de la caverna ni abandonar la costa para internarse en el mar navegando. Hubiéramos desaparecido sin dejar rastro como especie si individuos como Rajoy o Soraya fueran los dominantes en nuestra manada.
Y en este sentido es una lástima que después de tanto esfuerzo todo culmine en una sociedad cuyos gobernantes, que debieran ser los primeros entre los pares, aceptan encogiéndose de hombros la injusticia como parte de una realidad que para la infame comodidad de su muy conveniente tranquilidad consideran inapelable.
El cínico planteamiento que reconoce la injusticia de una situación pero al mismo tiempo su inevitabilidad nos rebaja en nuestra condición de seres humanos. Entre otras cosas porque el sentido no es un elemento del entorno que tenga vida propia sino que es un producto de nuestra voluntad y sobre todo de nuestro intelecto. Jamás es una realidad objetiva sino una realidad de parte que se impone: el interés de unos pocos lanzado en contra de la conveniencia de la mayoría.
Una situación nada democrática que quienes debieran ser los mejores de nosotros no solo reconocen sino que aceptan encogiéndose de hombros y agachando la cabeza.
Cincuenta mil años de evolución para esto, para reproducir a escala una representación de la selva de la que con el impulso civilizador quisimos escapar construyendo una cultura.
Un completo fracaso de la naturaleza o de Dios, marquen la casilla que quieran.

jueves, julio 12, 2012

Y llega Jean Ziegler...

"vivimos en un orden mundial criminal y caníbal, donde las pequeñas oligarquías del capital financiero deciden de forma legal quién va a morir de hambre y quién no. Por tanto, estos especuladores financieros deben ser juzgados y condenados, reeditando una especie de Tribunal de Núremberg."

El vicepresidente de la ONU, Jean Ziegler, recomienda a España no pagar la deuda a la que califica de odiosa e ilegítima
Las medidas de austeridad sin políticas de activación de los ingresos son un circulo vicioso de depresión: se deprime la actividad económica y no se recauda lo esperado por lo que los objetivos perseguidos no se consiguen y es necesario un nuevo ajuste.

A los oportunistas del desastre les interesa esta situación porque, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, es posible realizar un ataque ordenado al estado del bienestar. Es sencillo. Basta con someter al gente a un estado de shock tal que cuando se le pregunte si prefiere susto o muerte, prefiera susto. Y eso es lo que se está haciendo cuando al grito de "no hay dinero" algún tonto útil o interesado declara como inevitables situaciones que colocan a seres humanos entre la espada y la pared.

Y no... Para ciertos asuntos no se puede esgrimir la escusa de "no hay dinero" sin revelar la miserable condición... Si no lo hay, se pinta o se llora amargamente como la ministra italiana. Cualquier cosa menos esa repugnante actitud sabionda de esperar el diez tras recitar de memoria y correctamente la lección.

El miserable no quiere que ayuden a otros si no le ayudan a él, pretende castigar a los que a su parecer se han equivocado, se refugia en lo que considera una realidad inapelable cuando le conviene pero cuando no le conviene considera que hay que cambiarla, se acuerda de los números y olvida a las personas, da la razón al poderoso y cuestiona los motivos del débil... Estén atentos. Intenten reconocerlos. Márquenlos con una cruz de tiza en la espalda como en "M" de Fritz Lang

Y mientras tanto Rajoy se está comportando como ese "estupendo" empresario español que para resolver los problemas de su empresa despide y despide hasta que ya no le queda empresa.

No da para más.
Magnífico artículo de Ignacio Ramonet...

"Unas políticas que condenen a sectores de la ciudadanía a la exclusión, a la imposibilidad de vivir una vida digna, deberían ser consideradas ilegítimas. Y el Gobierno español, después de seis meses de arrastrar los pies, como dicen algunos, con las medidas anunciadas por el presidente Rajoy se está situando al borde de la ruptura del pacto social que está obligado a defender."

"Los españoles no podemos elegir si hacemos o no sacrificios. No tenemos esa libertad”, ha dicho el presidente. Unas frases así un gobernante sólo debería pronunciarlas un minuto de antes de presentar su dimisión. Si no es capaz de hacerse responsable de las políticas que dicta, un jefe de gobierno no debe continuar."

La irresponsabilidad del presidente
PASTORAL

Extraña textura la del silencio de este fulgurante amanecer
en el que pérdidas y promesas se entrelazan
como una pastoral de silenciosas plegarias
pronunciadas por una coral del negras alas blancas.
En esta transparente hora en punto
de lo que translúcido ya no puede esperar más
reventando estrepitoso,
inexorable la claridad avanza
y descuenta el tiempo su callada deuda
eliminando una blanca piedra negra de la balanza.

miércoles, julio 11, 2012

Apuntes sobre el debate en el Congreso de los Diputados:

- El presidente del Congreso parece que acaba de comerse un buey... y no es la primera vez que sembra como mínimo una incómoda dispepsia. Sería un buen casting de gobernador disoluto en una peli de piratas. Sólo le falta la peluca.

- Da mucha pena Rajoy enfrentado a sus propias palabras y a la contradicción... bueno... la verdad es que no me da ninguna pena. Se lo merece aunque sólo sea por negar la evidencia de la intervención que se deduce de esa contradicción.

- Rubalcaba ha hecho un discurso Tampax... Nada se ha notado, se ha movido y lo que es más importante ha traspasado. Creo que es otra manifestación del Principio de Peter que dice que uno asciende en las organizaciones hasta ocupar un puesto para el que no está cualificado. Su virtualidad educada en el mundo paralelo de la casta política no se adapta en fondo y forma a las exigencias extremas de esta realidad... por no hablar de un pasado que la locura de esa misma virtualidad le llevó a pensar que sería tan superable como en otras ocasiones.
Como se descuide, Izquierda Unida aparecerá muy pronto en el retrovisor... aunque no se lo que opinará la T de Student de los tecnócratas a los que siempre termina por sorprender la realidad... bueno... la negación es un mecanismo psicológico muy poderoso.
Como se descuide la política española será como una de esas carreras de Fernando Alonso en que el segundo y el tercero se olvidan del primero y se dedican a pelear por la segunda plaza... Ya se sabe hay facturas que pagar.

- Se nota que la inmersión lingüística en el catalán de Durán i Lleida va viento en popa.

- Cayo Lara está aprovechando su oportunidad y Rosa Díez se estremece.

- Y Rosa Díez ha hecho un discurso de estadista... la perfecta encarnación del espíritu aventurero del mejor PSOE... Será una demagoga, pero tiene bastante sentido todo lo que dice... Otra extraña contradicción, pero ya se sabe que hay algunos que no tenemos ni idea y que necesitamos que nos expliquen las cosas.


El Rojo y el Blanco....

Dos apuntes sobre la Eurocopa...

¡Maravilloso!

"Tampoco fue así. El tipo de las pecas, recién convertido en Campeón de Europa por segunda vez, recién nombrado mejor goleador del torneo, reciente su enésima demostración de que no caben las críticas donde no caben y de que no merece ninguna de las constantes faltas de respeto que recibe, hizo el pasillo al rival vencido, recogió su medalla, celebró el alzamiento de la copa, se fue a la grada, levantó los brazos y se llevó en volandas a una niña con coletas y un niño con chupete. Se fue al centro del campo, se hizo cargo de la muñeca de su hija cuando ésta se cansó de llevarla, le dio un balón a su hijo y se dedicó a tirar confetti, junto con su mujer, a los niños del resto de jugadores."
Magnífico artículo de Isaac Rosa...

"En cuanto a lo segundo, la dureza clásica con que resisten los mineros, la violencia con que responden a la violencia, hace que debamos buscar otra palabra para denominar lo que hacemos los demás, eso que a menudo llamamos de manera exagerada resistencia. Mientras nosotros ‘incendiamos’ las redes sociales, los mineros prenden fuego real a las barricadas en las autopistas. Mientras nosotros convocamos una huelga cada dos años, sin mucha convicción y sobre todo sin continuidad, los mineros eligen la huelga indefinida durante semanas, inflexible. Mientras nosotros escribimos posts y tuits de denuncia contra los recortes (yo el primero), ellos se encierran en los pozos, paralizan el tráfico, levantan en pie de guerra comarcas enteras, y finalmente echan a andar por la carretera. Mientras nosotros pintamos ingeniosas pancartas y componemos simpáticos pareados para gritar en manifestación, ellos se enfrentan a cuerpo con la Guardia Civil. Mientras nosotros retuiteamos y damos miles de “me gusta” para apoyar las reivindicaciones de los colectivos más castigados, ellos van pueblo por pueblo dando y recibiendo abrazos, compartiendo comidas y techo. Mientras esperamos al próximo aniversario para volver a tomar las plazas, ellos se plantan en la Puerta del Sol tras haber hecho suyas las plazas de todas aquellas localidades por las que pasaron.
La lección está clara: ante el ataque total contra los trabajadores, estos no son tiempos de hashtag, sino de barricada. Frente a la solidaridad efímera de la red social y la indignación inofensiva, son tiempos de caminar juntos, de compartir encierro o marcha, de encontrarse en las calles, de abrazarse como ya no nos abrazábamos, como estos días se abrazaban los mineros con quienes los esperaban a la entrada de cada pueblo."
(Soy minero, Isaac Rosa)

Para ciertas cosas no se puede bajo ningún concepto decir que no hay dinero... que lo pinten...

martes, julio 10, 2012

Asi ve Mario Draghi a los españoles:

 "Los españoles son muy orgullosos, son hidalgos, te miran a la cara con ojos desafiantes y dan taconazos de rabia si se les devuelve la misma mirada. Como en el flamenco, donde arquean la espalda y la ceja. Tratar con ellos no debe de ser fácil."
(Draghi se acuerda de “Balotelli cuando lloraba” si se le pregunta sobre España, El Pais)

Fenomenal!
Todo va bien.
Ha obligado a la gitana a repetir la tirada de cartas hasta encontrar la respuesta adecuada a su pregunta, pero todo va bien.
Ahora ya sabe exactamente lo que tiene que hacer...
Y los hados además estarán de su parte.

lunes, julio 09, 2012

¿Dónde está?

Siente que hay algo allá fuera
Siente que hay algo aquí dentro.

Siente.

Se le abren los ojos
mientras vagamente le retoma
el recuerdo de un inflexible orden
que le aguarda intacto,
desvestido junto a las ropas
que desordenadamente
se acumulan
como los restos de un naufragio
alrededor de su desconcertado lecho.

Parece que nada le pide permiso
para seguir sucediendo.

domingo, julio 08, 2012

Cuentos de la luna pálida

En la época tumultuosa y feudal del Japón previo a la unificación Tokuwaga sucede esta maravillosa e inolvidable "Cuentos de la luna pálida".

Narra las peripecias reales y fantásticas de dos parejas de campesinos pobres expuestos a los rigores de una época descarnada y violenta.

Genjurô, uno de los dos hombres, encuentra en la alfarería y en el dinero obtenido de la venta de los cacharros una posibilidad de escape a la situación sin esperanza en la que se encuentran. Este afán de Genjurô de ganar más y más terminará exponiendo a las dos familias a un viaje por los peligrosos caminos del Japón feudal, caminos que no sólo resultarán complicados por los humanos que los habitan sino también por los fantasmas y apariciones que encontrarán a lo largo de un periplo en busca de una paz que les será esquiva porque quizá hayan equivocado el lugar y la manera de buscarla.

Sólo Miyagi, la mujer de Genjurô, tendrá claro qué es lo importante y dónde se encuentra, pero únicamente cuando sea demasiado tarde será comprendida y escuchada por todos.

Dirigida en 1953 por el maestro del cine japonés y mundial Kenji Mizoguchi, "Cuentos de la luna pálida" es una historia hermosa y sutil, llena de imágenes bellas, que sitúa a los protagonistas frente a la peligrosa cuesta abajo de un deseo que curiosamente les ciega y aparta de lo que verdaderamente importa.

Los dos hombres protagonistas persiguen ciegamente un afán que poco a poco les hace más y más desgraciados apartándoles de lo que, en sentido mismo, y a la misma velocidad de descubrimiento, va revelando su carácter esencial con forme la historia avanza.

"Cuentos de la luna pálida" es además un relato fantástico en el que los fantasmas, como la triste Dama Wakasa, ofrecen un dramático y esencial contrapunto mostrando las consecuencias, cuyo alcance va más allá de la vida terrena, de un insaciable deseo aniquilador y siempre insatisfecho.

El periodo de desorden que trae consigo la guerra parece venir acompañado de un desorden general del estado tradicional de las cosas que se traduce en la desorientación y la locura para los seres humanos que, como los protagonistas, los padecen. Y ésto es una catástrofe para una sociedad tan basada en el orden y en la costumbre como la japonesa.

El resultado es un paisaje enloquecido en el que hombres y muertos vagan por los campos persiguiendo la alargada sombra de aquello que nunca terminan de alcanzar, un mundo desordenado que se ha alejado del orden y el buen sentido que sólo algunos, como Miyagi, la mujer de Genjurô, parecen guardar y reconocer. Asi Miyagi tendrá reservado el protagonismo de un final mágico, triste y maravilloso, uno de los mejores finales de la historia del cine en el que finalmente, y para su tranquilidad eterna, las cosas parecen volver a su cauce tras el que resulta inevitable pago de las consecuencias.

"Cuentos de la luna pálida" es una obra maestra emocionante, una experiencia estética e intelectual total y absoluta.


Una de las mejores películas de su autor, Kenji Mizoguchi, o lo que es lo mismo, una de las mejores películas de la historia del cine.

Sin discusión.





Además del hostiazo de las elecciones, perder casi 5,6 puntos y estar en un 23,1% de intención de voto es un segundo hostiazo importante.
Haría bien el PSOE en mirarse en el espejo del PASOC... porque la caída en intención de voto parece una caída libre que le sitúa -seguro- por debajo de los cien diputados.
Todavía no han empezado las medidas realmente impopulares, pero lo cierto es que llevamos más de cincuenta mil millones de euros en recortes de carácter preferentemente social y no hay atisbo de desgaste. Todo lo contrario.

"También porque los ciudadanos siguen considerando que el Gobierno del PSOE es más responsable de la crisis que el del PP y desaprueban mayoritariamente la labor de oposición de Rubalcaba, según una encuesta de Metroscopia para EL PAÍS. Parapetado tras ese burladero, el Gobierno actual, que ejecuta el plan de recortes y anuncia nuevas medidas impopulares, sufre un desgaste, pero lento y casi imperceptible.
(El PSOE paga más por la crisis que el PP, El Pais)

La oportunidad para Izquierda Unida es histórica... sólo tiene que ser ella misma y quizá pueda hasta adelantar al PSOE por la izquierda.
¿Y al PSOE?
Salvo soluciones creativas que a una organización tan grande, esclava de su tamaño y esclerotizada es difícil que se le ocurran... la queda esperar al desgaste con la tensión de que, antes de que se produzca la remontada, el partido no termine pulverizado contra un suelo que vendrá definido por la intención de voto hacia Izquierda Unida.
¡Planazo!
Pero no me dan pena... Se lo merecen.


"Lo que puede decirse es que el estado actual de la física teórica implica que el espacio vacío tiene toda esta energía y que la materia es un ligero incremento de energía y, por consiguiente, la materia es como un pequeño rizo en este océano tremendo de energía, con cierta estabilidad relativa y que es manifiesto. Por lo que yo sugiero que este orden implicado implica una realidad que va mucho más allá de lo que llamamos materia. La materia misma no es mas que un rizo sobre este fondo"
(Entrevista con David Bohm, El Paradigma holográfico, VV.AA.)

sábado, julio 07, 2012

Azul oscuro, casi negro

Mientras veo la película no puedo evitar pensar en un poema del poeta argentino Roberto Juarroz...

"Buscar una cosa
es siempre encontrar otra.
Así, para hallar algo,
hay que buscar lo que no es.


Buscar al pájaro para encontrar a la rosa,
buscar el amor para hallar el exilio,
buscar la nada para descubrir un hombre,
ir hacia atrás para ir hacia delante.


La clave del camino,
más que en sus bifurcaciones,
su sospechoso comienzo
o su dudoso final,
está en el cáustico humor
de su doble sentido.
Siempre se llega,
pero a otra parte.


Todo pasa.
Pero a la inversa."

Juarroz resume como nadie ese sentimiento de desconcierto ante lo que al final y después de todo la vida termina ofreciéndonos.

Uno aprende a dejar de aguardar que las cosas sucedan como se las espera. Suceden los imprevistos, los accidentes y al final uno siempre se encuentra viviendo un esfuerzo en cierta medida siempre diferente.

Y uno puede tomarse a mal que las cosas tengan su propia idea de si mismas y es entonces cuando llega el color azul para resumir todo ese sentimiento agrio casi siempre indescriptible que va desde la decepción hasta la desesperanza.

Un color azul que puede ser tan oscuro que se convierta en negro...

En este sentido, "Azul, oscuro casi negro" es una película interesante y acertada, llena de personajes que se debaten entre una esperanza incierta y una más que segura decepción, una película coral que consigue trasladar a narración ese desconcierto que con tanto talento poetiza Juarroz.

Muy recomendable.

Y así sucede inevitable el fin de todas las cosas.
Se hace sombra la palabra del tiempo
y todo deviene a un metódico olvido,
cuyo meticuloso engranaje ciego
apenas detiene solo el recuerdo.
Apura la copa.
Vacía el plato.
Es vanidad oponerse,
suponer lo contrario.
Emplea bien la incierta cantidad
de estantes que te restan,
persigue el momento
y escapa a la eternidad
por esa imposible puerta
que se abre al mismo tiempo que se cierra.
Ningún valor tiene el tiempo por si solo
se desvanece,
transparenta,
pareciendo pura nada
que se nos escapa de entre las manos
sorprendiéndonos en el pensar de que todo lo era.
Bien visto...

"Nosotros no aprendemos, cierto, pero los alemanes tampoco aprenden. Recuerdo cuando los estadounidenses nos decían: “Nosotros tenemos el poder, así que debéis hacer lo que nosotros ordenamos”. Lo mismo decían, con más brutalidad, los soviéticos a los polacos o los checos: “Cumplid nuestras órdenes y callad, porque somos los más fuertes”. Los alemanes, en cambio, no nos dicen que son más fuertes, sino que son “mejores”.
P. Recurren a argumentos morales.
R. Porque tienen el trauma de la Segunda Guerra Mundial. No se atreven a decir “somos más fuertes que vosotros” y optan por decir “somos mejores que vosotros”, lo cual es mucho peor."
(Hijos de la tragedia, Entrevista a Petros Markaris, El Mundo)

ONDINE

Antes de marcharse a la televisión para poner en marcha "Los Borgia", Neil Jordan se permitió el lujo de filmar dos películas extraordinarias: la muy maravillosa "Desayuno en Plutón" y esta "Ondine", un poco menos maravillosa que su predecesora pero igualmente extraordinaria.

En el cine de Jordan siempre ha habido una tensión subyacente basada en el conflicto entre realidad y ficción, un conflicto que dota a sus historias de un carácter extraño y ambiguo centrado en la necesidad que los personajes que las protagonizan tienen de vivir las vidas que les ha tocado vivir. En un territorio mixto de sentido en el que las proporciones de realidad y ficción varían los protagonistas de las historias de Jordan intentan encontrar un espacio confortable en el que haya sitio para ellos mismos y su deseo... porque siempre hay un deseo que se oculta tras la necesidad de mezclar eso que se llama realidad con eso que llamamos ficción.

Desde el enamorado conductor de "Mona Lisa" o el terrorista del IRA en "The crying game" en todas las historias de Jordan hay una adulteración de la realidad motivada por el deseo que es el escondido motor inmóvil que genera la necesidad de la historia que se nos cuenta.

En "Ondine" Neill Jordan reproduce este esquema de fantasía y realidad y lo hace de una manera mucho más abierta.

Un humilde pescador irlandés recoge con su red a una misteriosa mujer que parece haberse ahogado, pero que de pronto vuelve a la vida. La situación parece el comienzo de una de esas viejas historias de marinos y sirenas.

El pescador tiene una hija enferma a la que relata el encuentro con la mujer como una historia de marinos y sirenas, lo que excitará la fantasía de la niña que creerá en la posibilidad de una fantasía hecha realidad dentro de su complicada vida de enferma.

Así, la historia se moverá entre realidad y ficción de una manera acertada y sutil que incluso lleva a dudar hasta el propio espectador especialmente cuando el propio marinero se deja llevar por al voluntad de ficción de su propia hija necesitado de agarrarse a un sentido mejor al que le ofrece su propia existencia humilde.

Y en este sentido, Neil Jordan nos muestra la necesidad esencialmente humana de ficciones materializados en ese padre y esa hija que se agarran desesperadamente a la posibilidad de que esa extraña mujer venida de ninguna parte sea realmente una sirena, a la necesidad de que la ficción tome los mandos de una realidad desábrida a la que se encuentran expuestos.

No en vano la niña, maravillosa la niña Alison Barry (lo mejor de la película), protesta al padre el hecho de que siempre los relatos de las historias bonitas sucedan "erase una vez".

Me gusta mucho el cine de Neill Jordan, su preocupación por el lugar que ocupan las ficciones en nuestras vidas y el papel que desempeñan es mucho más importante de lo que parece.

Hemos nacido para disfrutar o padecer las consecuencias de nuestra complicada relación con lo que llamamos realidad y lo que llamamos ficción... y Mr. Jordan nos lo pone por obra, ante los ojos, en todas y cada una de sus historias.

Está bastante bien "Ondine".

viernes, julio 06, 2012

"El Banco de España obliga a las entidades financieras a eliminar 'la letra pequeña' de los contratos de los productos bancarios con el objetivo de avanzar en la protección de los clientes y promover la concesión responsable de créditos."
(El Banco de España obliga a las entidades a eliminar 'la letra pequeña' de los contratos, El Mundo)

¡Qué menos que lo que se escribe en un papel -se supone- para ser leído, se pueda leer!

Y está claro que uno no debe firmar lo que no puede leer, pero también está igual de claro que no se debe ofrecer para firmar lo que no está hecho para ser leído...

Antes se podía discutir teniendo siempre un máximo nivel de comprensión para el banco poderoso pero ahora no es posible acudir en socorro del poderoso: el regulador ha regulado.

Aunque, y pese a este pequeño contratiempo, nunca van a dejar de faltar españoles sensatos, elocuentes y valerosos acudiendo prestos en socorro del poderoso.

Mineros

No es la viabilidad del carbón del norte de España. Está clara su poca rentabilidad.

El problema es que, cuando el gobierno se sentó a negociar un acuerdo con los mineros, la minería de carbón no era viable y lo cierto es que llegó a un acuerdo que implicaban una serie de compromisos. También llegó a un acuerdo con las empresas de las autovías radiales y tampoco eran viables.

Los dos son compromisos.

Lo curioso es el agravio comparativo siempre proyectado en la misma dirección. Hay dinero para mantener las imposibles autovías, pero no hay dinero para los mineros.

Este es el siniestro corazón de la crisis.

Para algunos siempre hay razones, argumentos y dinero.

jueves, julio 05, 2012

THE WALKING DEAD

La segunda temporada de "The walking dead" consigue multiplicar el intenso efecto desasosegador que transmitía la intensa, pero corta, primera temporada.

Sigue sin haber historia y no puede ser de otra forma.

La plaga ha terminado con el mundo tal y como era y con ese final también se han venido abajo las historias.

El sentido tal y como era conocido ha dejado de existir.

Ante los supervivientes se extiende un extenso presente, una interminable situación de supervivencia, un abismo sobre el que se encuentran precariamente suspendidos luchando por continuar con vida un día más, asediados por los muertos vivientes, por la constante posibilidad de ser devorados como carne fresca pero también siendo asolados por la nostalgia de un sentido, de la confortabilidad que suponía una vida civilizada a la que es ya imposible regresar.

Y en este punto, "The walking dead" es mucho más que una simple historia de zombies. Frank Darabont y compañía consiguen mostrar un espectáculo metafísico, la batalla que dentro de cada ser humano diariamente se libra entre lo racional y lo animal se hace real y evidente dentro del grupo de supervivientes que protagoniza la serie.

El esfuerzo por mantener la civilización o el empeño en adaptarse a una nueva realidad salvaje y animal, con todas las consecuencias que la adopción de ambas posturas implican materializadas en la evolución emocional de dos amigos: Rick y Shane; el primero esforzándose por imponer un orden y un sentido mientras el segundo, lentamente, y como si un personaje de Joseph Conrad se tratase, va lentamente abriendo su corazón a las tinieblas del caos que parece envolverles conforme la serie avanza de manera inexorable.

Asi, Darabont parece prolongar y profundizar con esta serie en una preocupación que ya motivó su inquietante película "La niebla": la capacidad del ser humano para mantenerse fiel a un sentido, aun cuando las circunstancias externas en nada invitan a ello.

En este aspecto, "The walking dead" nos muestra un espectáculo aterrador: el de los efectos que la progresiva pérdida del sentido (y de la esperanza subsiguientemente) tiene sobre el ser humano; pero también la desesperada belleza de ser esclavo de esa necesidad hasta los límites más insospechados.

Imprescindible obra maestra.

miércoles, julio 04, 2012

La muerte en directo

Dirigida por el francés Bertrand Tavernier en 1980, es una historia de ciencia ficción sobre la tragedia del individuo expuesto y sometido a las necesidades de una sociedad futura donde las desigualdades sociales se multiplican, pero no a la misma velocidad que la necesidad de ser entretenido por la minoría opulenta.

En este sentido se ha llegado tan lejos como para que la muerte se haya convertido en un espectáculo.

Un empleado de la televisión (Harvey Keitel) ha convertido su mirar en una cámara que registra todo lo que sucede a su alrededor y lo transmite en directo. Su trabajo será emplear esa capacidad adquirida en seguir a una escritora (Romy Schneider) que padece una enfermedad terminal.

Su enfrentamiento con la inapelable realidad de su propia muerte se convertirá en espectáculo televisivo retransmitido por este empleado que se convierte en la definitiva mirada espía capaz de reabrir caminos a lo que parecía una curiosidad agotada.

"La muerte en directo" es una de esas películas que promete más de lo que ofrece desde un planteamiento que resulta estimulante a todas luces. Por supuesto no se encuentra entre las mejores obras de su autor, resultando progresivamente entretenida desde unos comienzos que no resultan nada estimulantes, cuando no directamente aburridos.

Para mi gusto en ella destaca por encima de todo la puesta por obra de la vulnerabilidad del ser humano que, como la escritora protagonista, resulta total y definitivamente expuesto, sacrificado en el altar de las necesidades globales de una sociedad que no se para ni por un segundo en examinar su propio desear y las consecuencias del mismo.

Y en realidad la transparencia del espectáculo dantesco que se presencia a escondidas se convierte en espejo que refleja la miseria de un mundo soberbio, ensimismado en la grandeza de su opulencia aburrida y sin ser consciente del monstruo en que se está convirtiendo.

No obstante, y como ya he comentado, es una lastima que narrativamente y como obra la película no esté a la altura de la tensión que encierra su historia.

Aceptable.