Terrible texto...
"En la historia y en la vida, parece a veces discernirse una ley feroz que reza: «a quien tiene, le será dado; a quien no tiene, le será quitado». En el Lager, donde el hombre está solo y la lucha por la vida se reduce a su mecanismo primordial, esta ley inicua está abiertamente en vigor, es reconocida por todos. Con los adaptados, con los individuos fuertes y astutos, los mismos jefes mantienen con gusto relaciones, a veces casi de camaradas, porque tal vez esperan obtener más tarde alguna utilidad. Pero a los «musulmanes», a los hombres que se desmoronan, no vale la pena dirigirles la palabra, porque ya se sabe que se lamentarán y contarán lo que comían en su casa. Vale menos aún la pena hacerse amigo suyo, porque no tienen en el campo amistades ilustres, no comen nunca raciones extras, no trabajan en Kommandos ventajosos y no conocen ningún modo secreto de organizarse. Y, finalmente, se sabe que están aquí de paso y que dentro de unas semanas no quedará de ellos más que un puñado de cenizas en cualquier campo no lejano y, en un registro, un número de matrícula vencido. Aunque englobados y arrastrados sin descanso por la muchedumbre innumerable de sus semejantes, sufren y se arrastran en una opaca soledad íntima, y en soledad mueren o desaparecen, sin dejar rastros en la memoria de nadie. "
(Primo Levi, Si esto es un hombre)
lunes, julio 03, 2006
jueves, junio 22, 2006
LA VOLPE
El entrenador de la selección mejicana de fútbol se llama Ricardo LaVolpe. Es argentino, pero parece un personaje sacado de una película de Peckinpah con su rostro duro y masculino, con su apariencia peligrosa y desgastada que quizá esconda el negro brillar de una cierta fragilidad que ya revienta las costuras polvorientas de un alma mil y una veces perdida y reencontrada.
Perfectamente podría haber disparado contra el árbitro metrosexual que escatimó un penalty a su equipo.
Perfectamente podría haber sacado una sucia botella de tequila caliente y haberla vaciado allí mismo con grandes y glotones tragos antes de agotar su última bala sacando otro delantero.
Lo veo cabalgando con el Grupo Salvaje camino de la ninguna parte desde la que un día vinieron.
Su equipo perdió con Portugal, pero siempre atacó... incluso con un jugador menos.
¿Por qué no?
Lo importante es no ceder, seguir siendo uno mismo hasta que la vida -en este caso la competición- le lleve a uno por delante y que gane el mejor.
El entrenador de la selección mejicana de fútbol se llama Ricardo LaVolpe. Es argentino, pero parece un personaje sacado de una película de Peckinpah con su rostro duro y masculino, con su apariencia peligrosa y desgastada que quizá esconda el negro brillar de una cierta fragilidad que ya revienta las costuras polvorientas de un alma mil y una veces perdida y reencontrada.
Perfectamente podría haber disparado contra el árbitro metrosexual que escatimó un penalty a su equipo.
Perfectamente podría haber sacado una sucia botella de tequila caliente y haberla vaciado allí mismo con grandes y glotones tragos antes de agotar su última bala sacando otro delantero.
Lo veo cabalgando con el Grupo Salvaje camino de la ninguna parte desde la que un día vinieron.
Su equipo perdió con Portugal, pero siempre atacó... incluso con un jugador menos.
¿Por qué no?
Lo importante es no ceder, seguir siendo uno mismo hasta que la vida -en este caso la competición- le lleve a uno por delante y que gane el mejor.
REIVINDICACION
Viajando con mi mando a distancia por los canales de televisión topo de bruces con el familiar rostro de Manolo "eldelbombo" (no se cómo escribirlo).
El personaje lleva puesta la camiseta de la selección, pero esta vez no está aporreando su bombo en la grada. Cómodamente sentado en un sofá habla sobre sí mismo, que es lo mismo que hablar de fútbol, mientras él y su entrevistador francés ven un partido de Francia.
No se por qué decido quedarme, pero el caso es que decido escucharle para descubrir con asombro que lo ha dejado todo por el fútbol y, lo que es peor y con áún más asombro, que le han dejado por el futbol.
La historia es ésta: Manolo regresó un día de un partido de la selección y su familia no estaba en casa. Se había marchado.
Simple y clara.
No se cómo tomarmelo.
Podría vituperarle como seguramente haría la mayoría de la gente, después de todo el fútbol no es tan importante, pero enseguida mi fracaso me susurra al oído que debo comprenderle.
Primero, porque es uno quién debe decidir qué es lo importante en su vida (y muchos que se rien de Manolo y su bombo se morirán sin llegar a saberlo, seguramente con la satisfacción interna de haber sido correectos y formales)
Segundo, porque creo que no debo lamentar algo que ni siquiera el propio interesado parece lamentar... porque Manolo enseguida deja de lado su posible, y políticamente correcta, tragedia personal y se pone a hablar de fútbol y los ojos se le iluminan con una jugada de Henry.
Y de la mano de Manolo y su bombo llego a James Joyce, a las palabras finales de Gabriel en su relato corto "Los Muertos":
"Mejor pasar temerariamente a ese otro mundo en plena gloria de una pasión, que decaer y ajarse funestamente con la edad"
Es cierto.
En sus palabras late la plena gloria de una pasión.
Desde este blog reinvindico a Monolo y su pasión ciega por el fútbol y nuestra selección.
Esa ha sido su elección.
Viajando con mi mando a distancia por los canales de televisión topo de bruces con el familiar rostro de Manolo "eldelbombo" (no se cómo escribirlo).
El personaje lleva puesta la camiseta de la selección, pero esta vez no está aporreando su bombo en la grada. Cómodamente sentado en un sofá habla sobre sí mismo, que es lo mismo que hablar de fútbol, mientras él y su entrevistador francés ven un partido de Francia.
No se por qué decido quedarme, pero el caso es que decido escucharle para descubrir con asombro que lo ha dejado todo por el fútbol y, lo que es peor y con áún más asombro, que le han dejado por el futbol.
La historia es ésta: Manolo regresó un día de un partido de la selección y su familia no estaba en casa. Se había marchado.
Simple y clara.
No se cómo tomarmelo.
Podría vituperarle como seguramente haría la mayoría de la gente, después de todo el fútbol no es tan importante, pero enseguida mi fracaso me susurra al oído que debo comprenderle.
Primero, porque es uno quién debe decidir qué es lo importante en su vida (y muchos que se rien de Manolo y su bombo se morirán sin llegar a saberlo, seguramente con la satisfacción interna de haber sido correectos y formales)
Segundo, porque creo que no debo lamentar algo que ni siquiera el propio interesado parece lamentar... porque Manolo enseguida deja de lado su posible, y políticamente correcta, tragedia personal y se pone a hablar de fútbol y los ojos se le iluminan con una jugada de Henry.
Y de la mano de Manolo y su bombo llego a James Joyce, a las palabras finales de Gabriel en su relato corto "Los Muertos":
"Mejor pasar temerariamente a ese otro mundo en plena gloria de una pasión, que decaer y ajarse funestamente con la edad"
Es cierto.
En sus palabras late la plena gloria de una pasión.
Desde este blog reinvindico a Monolo y su pasión ciega por el fútbol y nuestra selección.
Esa ha sido su elección.
miércoles, junio 21, 2006
Podría detenerse.
Volver a pensar las cosas de nuevo.
Porque, a estas alturas de su vida, si hay algo que tenga de sobra es tiempo.
Ahora la mismo la carretera es una larga e interminable recta proyectada hacia el infinito horizonte inalcanzable y su corazón no aguarda nada nuevo del más allá que encierra.
Acaba de comprenderlo.
Ha dejado de esperar.
De repente se ha hecho viejo.
Por unos instantes su cansado corazón se le encoje en el pecho.
Podría detenerse, pero no lo hace.
Pisa el acelerador y agarra con más fuerza el volante.
Ha dejado de esperar, pero tampoco sería la primera vez que se equivocase.
El marcador de velocidad sobrepasa los ciento cuarenta.
El horizonte sigue igual de lejos.
Volver a pensar las cosas de nuevo.
Porque, a estas alturas de su vida, si hay algo que tenga de sobra es tiempo.
Ahora la mismo la carretera es una larga e interminable recta proyectada hacia el infinito horizonte inalcanzable y su corazón no aguarda nada nuevo del más allá que encierra.
Acaba de comprenderlo.
Ha dejado de esperar.
De repente se ha hecho viejo.
Por unos instantes su cansado corazón se le encoje en el pecho.
Podría detenerse, pero no lo hace.
Pisa el acelerador y agarra con más fuerza el volante.
Ha dejado de esperar, pero tampoco sería la primera vez que se equivocase.
El marcador de velocidad sobrepasa los ciento cuarenta.
El horizonte sigue igual de lejos.
viernes, junio 16, 2006
"Cosmópolis" de Stephen Toulmin está siendo un libro de lectura estimulante. Su objetivo es explicar la aparición de Descartes y su radical preocupación por encontrar un método que procurase a quién lo siguiera certezas absolutas.
El salto que lleva a la historia de la filosofía de Montaigne y su esceptecismo acerca de la posibilidad de un conocimiento absoluto a Descartes y su infalible método productor de dertezas absolutas es grande. Ambos pesonajes se representan a sí mismos, pero también son -para el autor- personajes representativos de dos sensibilidades diferentes y contrapuestas.
Toulmin se pregunta por qué la actitud cartesiana prendió tan profundamente en la europa de principios del siglo XVII y las razones que encuentra son históricas. La Europa de aquella época era la insegura Europa de la Guerra de los 30 años, la de las guerras de religión entre católicos y protestantes.
Los fanáticos habían derrotado todos los intentos de los hombres cabales por evitar el conflicto, uno de ellos fue Enrique IV de Francia. Primero fue protestante y luego se convirtió al catolicismo para obtener el trono de Francia, suya es la frase "Paris bien vale una misa". Todo su reinado fue uno de los primeros intentos por desarrollar un poder público en el que cupieran tanto protestantes como católicos, respetuoso con las conciencias. Desgraciadamente, fue asesinado por los fanáticos poseídos por el demonio de su certeza absoluta y su muerte introdujo un elemento definitivo de inestabilidad que llevó a una larga época de guerra.
Enrique IV fue uno de los últimos depositarios del espíritu hedonista y relativista de Montaigne, un espíritu que fue borrado por la pugna entre los fanáticos de uno y otro bando... lo que me llevó a pensar que en muchos casos los conflictos no se producen entre ideas sino entre los fanáticos que se sienten depositarios de una idea vivida como certeza absoluta.
Intolerancia.
En una época como aquella en que los hombres cabales de uno y otro bando eran asesinados o carecían de los arrestos precisos para enfrentarse a sus propios fanáticos, la época de la Guerra de los 30 años, un momento en el que sólo una idea podría quedar en pie, lo único que un hombre cabal podía hacer era encargarse de buscar un método que garantizase el encuentro por medios racionales de la verdad.
Mientras los hombres como Montaigne podían perfectamente convivir en un mundo donde existiesen tantas verdades como personas, los hombres como Descartes sólo podían existir en un mundo donde existiese una sóla verdad, generalmente la propia.
De qué nos sirve la verdad, si no tenemos a nadie con quién compartirla.
La tristeza de esa soledad es un elemento consustancial al Barroco, la tristeza del hombre que se sabe sólo ante Dios y lejos de la relativa alegría de los jardines renacentistas.
La gravedad del hombre abrumado por la tremenda responsabilidad de saberse en lo cierto es otro elemento consustancial del espíritu del barroco.
De vez en cuando, un poco más de Montaigne y un poco menos de Descartes no nos vendría mal.
El salto que lleva a la historia de la filosofía de Montaigne y su esceptecismo acerca de la posibilidad de un conocimiento absoluto a Descartes y su infalible método productor de dertezas absolutas es grande. Ambos pesonajes se representan a sí mismos, pero también son -para el autor- personajes representativos de dos sensibilidades diferentes y contrapuestas.
Toulmin se pregunta por qué la actitud cartesiana prendió tan profundamente en la europa de principios del siglo XVII y las razones que encuentra son históricas. La Europa de aquella época era la insegura Europa de la Guerra de los 30 años, la de las guerras de religión entre católicos y protestantes.
Los fanáticos habían derrotado todos los intentos de los hombres cabales por evitar el conflicto, uno de ellos fue Enrique IV de Francia. Primero fue protestante y luego se convirtió al catolicismo para obtener el trono de Francia, suya es la frase "Paris bien vale una misa". Todo su reinado fue uno de los primeros intentos por desarrollar un poder público en el que cupieran tanto protestantes como católicos, respetuoso con las conciencias. Desgraciadamente, fue asesinado por los fanáticos poseídos por el demonio de su certeza absoluta y su muerte introdujo un elemento definitivo de inestabilidad que llevó a una larga época de guerra.
Enrique IV fue uno de los últimos depositarios del espíritu hedonista y relativista de Montaigne, un espíritu que fue borrado por la pugna entre los fanáticos de uno y otro bando... lo que me llevó a pensar que en muchos casos los conflictos no se producen entre ideas sino entre los fanáticos que se sienten depositarios de una idea vivida como certeza absoluta.
Intolerancia.
En una época como aquella en que los hombres cabales de uno y otro bando eran asesinados o carecían de los arrestos precisos para enfrentarse a sus propios fanáticos, la época de la Guerra de los 30 años, un momento en el que sólo una idea podría quedar en pie, lo único que un hombre cabal podía hacer era encargarse de buscar un método que garantizase el encuentro por medios racionales de la verdad.
Mientras los hombres como Montaigne podían perfectamente convivir en un mundo donde existiesen tantas verdades como personas, los hombres como Descartes sólo podían existir en un mundo donde existiese una sóla verdad, generalmente la propia.
De qué nos sirve la verdad, si no tenemos a nadie con quién compartirla.
La tristeza de esa soledad es un elemento consustancial al Barroco, la tristeza del hombre que se sabe sólo ante Dios y lejos de la relativa alegría de los jardines renacentistas.
La gravedad del hombre abrumado por la tremenda responsabilidad de saberse en lo cierto es otro elemento consustancial del espíritu del barroco.
De vez en cuando, un poco más de Montaigne y un poco menos de Descartes no nos vendría mal.
martes, mayo 30, 2006
Leyendo a Habermas (quién a su vez lee a Marcuse) y completando a Passolinni:
"Marcuse cree poder reconocer la represión objetivamente superflua en «la intensificación del sometimiento de los individuos al inmenso aparato de producción y distribución, en la desprivatización del tiempo libre, en la casi irresoluble fusión de trabajo social productivo y destructivo». Pero, paradójicamente, esta represión puede desaparecer de la conciencia de la población, ya que la legitimación del dominio ha adquirido un carácter distinto: ahora apela a «la creciente productividad y creciente dominación de la naturaleza, que también
proporcionan a los individuos una vida más confortable»."
"El método científico, que conducía a una dominación cada vez más eficiente de la naturaleza, proporcionó después también tanto los conceptos puros como los instrumentos para una
dominación cada vez más efectiva del hombre sobre el hombre a través de la dominación de la naturaleza... Hoy la dominación se perpetúa y amplía no sólo por medio de la tecnología, sino como tecnología; y ésta proporciona la gran legitimación a un poder político expansivo que engulle todos los ámbitos de la cultura. En este universo la tecnología proporciona también la gran racionalización de la falta de libertad del hombre y demuestra la imposibilidad técnica de la realización de la autonomía, de la capacidad de decisión sobre la propia vida. Pues esta ausencia de libertad no aparece ni como irracional ni como política, sino más bien, como sometimiento a un aparato técnico que hace más cómoda la vida y eleva la productividad del trabajo."
(Ciencia y técnica como Ideología, Jurgen Habermas)
La estructura de dominación es ahora mucho más inteligente y mucho más perfecta porque todos formamos parte de ella como máquinas productoras-consumidoras, cada vez más iguales y menos diferentes los unos de los otros.
Nuestro propio monstruo nos devora lentamente mientras aburridos, por las noches y ante la televisión, cambiamos mecánicamente de canal.
"¿Por qué? Porque poseemos un abismo de codicia, y nos gustaría engullir toda la tierra; si un hombre posee muchas riquezas, viñas, prados y posesiones, no es bastante; Dios tendría que crear nuevos mundos si pretendiera satisfacernos."
(Comentario al segundo sermón acerca de Job, Calvino)
Codicia en sentido amplio.
La codicia de todo animal por sobrevivir y, una vez que sobrevive, por vivir de la mejor manera posible.
Y éso no sería cuestionable, después de todo uno no sabe cuando la aflición visitará su casa. Pero al mismo tiempo presumimos también de ser un animal diferente, cuando no directamente de no ser un animal, de ser otra cosa diferente, mejor.
¿Al final toda esa excelencia del pensamiento y la obra del alma humana se reduce a poder elegir un domingo cualquiera entre Alcampo o Carrefour?
"Marcuse cree poder reconocer la represión objetivamente superflua en «la intensificación del sometimiento de los individuos al inmenso aparato de producción y distribución, en la desprivatización del tiempo libre, en la casi irresoluble fusión de trabajo social productivo y destructivo». Pero, paradójicamente, esta represión puede desaparecer de la conciencia de la población, ya que la legitimación del dominio ha adquirido un carácter distinto: ahora apela a «la creciente productividad y creciente dominación de la naturaleza, que también
proporcionan a los individuos una vida más confortable»."
"El método científico, que conducía a una dominación cada vez más eficiente de la naturaleza, proporcionó después también tanto los conceptos puros como los instrumentos para una
dominación cada vez más efectiva del hombre sobre el hombre a través de la dominación de la naturaleza... Hoy la dominación se perpetúa y amplía no sólo por medio de la tecnología, sino como tecnología; y ésta proporciona la gran legitimación a un poder político expansivo que engulle todos los ámbitos de la cultura. En este universo la tecnología proporciona también la gran racionalización de la falta de libertad del hombre y demuestra la imposibilidad técnica de la realización de la autonomía, de la capacidad de decisión sobre la propia vida. Pues esta ausencia de libertad no aparece ni como irracional ni como política, sino más bien, como sometimiento a un aparato técnico que hace más cómoda la vida y eleva la productividad del trabajo."
(Ciencia y técnica como Ideología, Jurgen Habermas)
La estructura de dominación es ahora mucho más inteligente y mucho más perfecta porque todos formamos parte de ella como máquinas productoras-consumidoras, cada vez más iguales y menos diferentes los unos de los otros.
Nuestro propio monstruo nos devora lentamente mientras aburridos, por las noches y ante la televisión, cambiamos mecánicamente de canal.
"¿Por qué? Porque poseemos un abismo de codicia, y nos gustaría engullir toda la tierra; si un hombre posee muchas riquezas, viñas, prados y posesiones, no es bastante; Dios tendría que crear nuevos mundos si pretendiera satisfacernos."
(Comentario al segundo sermón acerca de Job, Calvino)
Codicia en sentido amplio.
La codicia de todo animal por sobrevivir y, una vez que sobrevive, por vivir de la mejor manera posible.
Y éso no sería cuestionable, después de todo uno no sabe cuando la aflición visitará su casa. Pero al mismo tiempo presumimos también de ser un animal diferente, cuando no directamente de no ser un animal, de ser otra cosa diferente, mejor.
¿Al final toda esa excelencia del pensamiento y la obra del alma humana se reduce a poder elegir un domingo cualquiera entre Alcampo o Carrefour?
lunes, mayo 29, 2006
Sigo leyendo...
Para Marlow, el silencioso testigo que narra la historia, Jim es una constante fuente de desconcierto. Finalmente, decide buscar una segunda opinión sobre Jim en Stein, un personaje que tiene toda su admiración y a quién -mediante la curiosidad de Marlow- el autor encarga la tarea de verbalizar aspectos importantes de la psicología del protagonista principal de la historia.
Todo esto sucede en el capítulo 20, a mi juicio uno de los más hermosos de todo el libro y no sólo por las valoraciones que Stein vierte sobre Jim -después de todo uno ya se las viene imaginando y Conrad lo único que hace es puntuar el discurso psicológico y emocional que subyace como una corriente freática por todo el libro- sino también por el necesario y complementario discurso sobre el tiempo y la levedad de la naturaleza humana sometida al destino y al azar.
Stein es otro aventurero, un rico y respetable hombre de negocios, que trafica entre otras cosas con mariposas e insectos.
Su historia relatada al principio del capítulo es la del heredero de un reino de negocios en el interior de las Celebes conquistado por otro aventurero escocés y que Stein se encargó de heredar y consolidar con inteligencia, sangre y fuego.
Para Stein Jim es un romántico.
El problema siempre es cómo llegar a ser lo que el hombre constantemente quiere ser. En este sentido, Stein compara una de sus magníficas mariposas con el ser humano a través de Jim:
"Esta magnífica mariposa encuentra un lugar firme en el barro y se posa, pero el hombre es incapaz de permenecer tan quieto en su pedazo de barro. Quiere ser una cosa y luego quiere ser otra... Quiere ser un santo y también quiere ser un diablo - y cada vez que cierra sus ojos se ve como el mejor de los hombres, tan bueno como nunca podrá ser... pero el gran problema está en que no puede mantener los ojos siempre cerrados. Entonces, al abrirlos, el corazón duele. El mundo duele... No es nada bueno comprender que uno no va a poder hacer realidad su sueño porque no se es lo suficientemente fuerte o lo suficientemente listo... Ese es el problema. Cómo vivir con ese sentimiento, porque al final uno siempre termina cerrando los ojos".
El capítulo termina con Stein hablando de sí mismo:
"¿Sabes cuántas oportunidades he dejado escapar; cuántos sueños he dejado desvanecerse en el olvido? Alguno de ellos habría estado muy bien de haber logrado hacerlos realidad ¿No sabes cuántos? Ni yo mismo lo se."
Marlow contesta hablando sobre Jim:
"Ciertamente, él sabe de uno que con toda seguridad ha dejado escapar"
Y Stein termina pronunciando la regla general:
"Todo el mundo se lamenta de uno o dos como ése".
Al principio del capítulo Stein relata un éxito. Tras una emboscada en la que a punto está de perder la vida y cuando se acerca al cadaver de uno de sus emboscadores, el destino pone ante él una mariposa que el alemán llevaba años buscando:
"- Y mientras buscaba en su rostro algún signo de vida noté un algo como el vibrar de una sombra pasando sobre su frente. Era la sombra de esta mariposa... Siempre deseé tener un especimen como éste. Hice grandes viajes y soporté muchas privaciones. Soñaba con tenerlo y, de pronto, estaba allí, al alcance de mi mano... Si, mi querido amigo. Aquel dia tenía todo lo que alcanzaba a desear. Había frustrado los planes de mi enemigo. Era joven y fuerte. Tenía amistad. El amor de mi mujer y de mi hijo llenaban mi corazón y además lo que siempre había soñado poseer estaba entre mis manos.
Entonces, Stein enciende una cerilla y su pensativo rostro plácido se tensa durante un pequeño instante. Luego sigue hablando:
- Amigos, mujer, hijos....
Stein pronuncia las palabras despacio, como paladeando el amargo sabor que esconden cada una de ellas y sin apartar los ojos de la pequeña llama, antes de soplar sobre ella y apagarla".
Para Stein Jim es un romántico porque no se resigna a cambiar de sueño, porque quiere seguir en el mar aunque la suerte le haya sido adversa y quiere ser lo que pretendía ser aunque todas las esencias y circunstancias se le opongan.
Una especie de Achab tranquilo que por los mares monzónicos persigue cazar la ballena blanca de si mismo, aunque ésta ya le esté arrastrando a las profundidades.
Áspero mundo.
Para Marlow, el silencioso testigo que narra la historia, Jim es una constante fuente de desconcierto. Finalmente, decide buscar una segunda opinión sobre Jim en Stein, un personaje que tiene toda su admiración y a quién -mediante la curiosidad de Marlow- el autor encarga la tarea de verbalizar aspectos importantes de la psicología del protagonista principal de la historia.
Todo esto sucede en el capítulo 20, a mi juicio uno de los más hermosos de todo el libro y no sólo por las valoraciones que Stein vierte sobre Jim -después de todo uno ya se las viene imaginando y Conrad lo único que hace es puntuar el discurso psicológico y emocional que subyace como una corriente freática por todo el libro- sino también por el necesario y complementario discurso sobre el tiempo y la levedad de la naturaleza humana sometida al destino y al azar.
Stein es otro aventurero, un rico y respetable hombre de negocios, que trafica entre otras cosas con mariposas e insectos.
Su historia relatada al principio del capítulo es la del heredero de un reino de negocios en el interior de las Celebes conquistado por otro aventurero escocés y que Stein se encargó de heredar y consolidar con inteligencia, sangre y fuego.
Para Stein Jim es un romántico.
El problema siempre es cómo llegar a ser lo que el hombre constantemente quiere ser. En este sentido, Stein compara una de sus magníficas mariposas con el ser humano a través de Jim:
"Esta magnífica mariposa encuentra un lugar firme en el barro y se posa, pero el hombre es incapaz de permenecer tan quieto en su pedazo de barro. Quiere ser una cosa y luego quiere ser otra... Quiere ser un santo y también quiere ser un diablo - y cada vez que cierra sus ojos se ve como el mejor de los hombres, tan bueno como nunca podrá ser... pero el gran problema está en que no puede mantener los ojos siempre cerrados. Entonces, al abrirlos, el corazón duele. El mundo duele... No es nada bueno comprender que uno no va a poder hacer realidad su sueño porque no se es lo suficientemente fuerte o lo suficientemente listo... Ese es el problema. Cómo vivir con ese sentimiento, porque al final uno siempre termina cerrando los ojos".
El capítulo termina con Stein hablando de sí mismo:
"¿Sabes cuántas oportunidades he dejado escapar; cuántos sueños he dejado desvanecerse en el olvido? Alguno de ellos habría estado muy bien de haber logrado hacerlos realidad ¿No sabes cuántos? Ni yo mismo lo se."
Marlow contesta hablando sobre Jim:
"Ciertamente, él sabe de uno que con toda seguridad ha dejado escapar"
Y Stein termina pronunciando la regla general:
"Todo el mundo se lamenta de uno o dos como ése".
Al principio del capítulo Stein relata un éxito. Tras una emboscada en la que a punto está de perder la vida y cuando se acerca al cadaver de uno de sus emboscadores, el destino pone ante él una mariposa que el alemán llevaba años buscando:
"- Y mientras buscaba en su rostro algún signo de vida noté un algo como el vibrar de una sombra pasando sobre su frente. Era la sombra de esta mariposa... Siempre deseé tener un especimen como éste. Hice grandes viajes y soporté muchas privaciones. Soñaba con tenerlo y, de pronto, estaba allí, al alcance de mi mano... Si, mi querido amigo. Aquel dia tenía todo lo que alcanzaba a desear. Había frustrado los planes de mi enemigo. Era joven y fuerte. Tenía amistad. El amor de mi mujer y de mi hijo llenaban mi corazón y además lo que siempre había soñado poseer estaba entre mis manos.
Entonces, Stein enciende una cerilla y su pensativo rostro plácido se tensa durante un pequeño instante. Luego sigue hablando:
- Amigos, mujer, hijos....
Stein pronuncia las palabras despacio, como paladeando el amargo sabor que esconden cada una de ellas y sin apartar los ojos de la pequeña llama, antes de soplar sobre ella y apagarla".
Para Stein Jim es un romántico porque no se resigna a cambiar de sueño, porque quiere seguir en el mar aunque la suerte le haya sido adversa y quiere ser lo que pretendía ser aunque todas las esencias y circunstancias se le opongan.
Una especie de Achab tranquilo que por los mares monzónicos persigue cazar la ballena blanca de si mismo, aunque ésta ya le esté arrastrando a las profundidades.
Áspero mundo.
viernes, mayo 26, 2006
Por un lado están aquellos que con inocencia angelical y esmerada educación critican el libro y por extensión la película.
Suelen ser satélites de la iglesica católica -cuando no sacerdotes directamente-, directores de publicaciones como "Vida y luz", civiles a sueldo de la conferencia episcopal, sesudos y trajeados catedráticos de corbata alfileteada, grises historiadores de la iglesia, finas y maternales catedráticas de broche y permanente cardada, profesionales de la COPE, jóvenes periodistas de pelo engominado y camisa de marca.
Todos consideran que:
- el libro está mal escrito
- falsea la historia y puede llevar a la confusión
- juega con cosas muy serias
- demoniza algunos aspectos de la iglesia católica
- frivoliza con otros (la posición de la mujer en su seno) y por supuesto está mal informado puesto que la mujer ocupa un lugar esencial en la misma (no en vano la virgen María es una mujer).
Por otro están aquellos que consideran que El Código Da Vinci es un auténtico código que ha sido capaz de abrir puertas cerradas desde el principio de los tiempos en las mentes de oficinistas del extrarradio y de las peluqueras de barrio.
Son de todas las edades y la mayoría llevan el cuello abierto. Visten informalmente y ninguna corbata se ciñe a su garganta.
Para ellos:
- la conspiración ha sido descubierta por fin.
- Dan Brown es mucho más que un mediocre y desconocido escritor.
- Leonardo era un ocultista -y de paso Cervantes también-.
- Todo el libro está lleno de claves, de llamadas a peliagudos asuntos aún por cerrar y definir.
- La verdad está ahí fuera.
- La democracia ha llegado a los secretos.
Casi todos han escrito un libro en cuyo titulo aparece la palabra Da Vinci y que pretende ayudar al lectos a caminar por ese jardín de los senderos que se bifurcan que supone la atenta lectura del libro.
El acuerdo es imposible y así debe ser.
Muy pronto se descubrirá que Jesucristo vive en Venezuela con Jesus Gil y James Dean.
Muy pronto harán santo a Juan Pablo II.
Cada loco con su tema.
Suelen ser satélites de la iglesica católica -cuando no sacerdotes directamente-, directores de publicaciones como "Vida y luz", civiles a sueldo de la conferencia episcopal, sesudos y trajeados catedráticos de corbata alfileteada, grises historiadores de la iglesia, finas y maternales catedráticas de broche y permanente cardada, profesionales de la COPE, jóvenes periodistas de pelo engominado y camisa de marca.
Todos consideran que:
- el libro está mal escrito
- falsea la historia y puede llevar a la confusión
- juega con cosas muy serias
- demoniza algunos aspectos de la iglesia católica
- frivoliza con otros (la posición de la mujer en su seno) y por supuesto está mal informado puesto que la mujer ocupa un lugar esencial en la misma (no en vano la virgen María es una mujer).
Por otro están aquellos que consideran que El Código Da Vinci es un auténtico código que ha sido capaz de abrir puertas cerradas desde el principio de los tiempos en las mentes de oficinistas del extrarradio y de las peluqueras de barrio.
Son de todas las edades y la mayoría llevan el cuello abierto. Visten informalmente y ninguna corbata se ciñe a su garganta.
Para ellos:
- la conspiración ha sido descubierta por fin.
- Dan Brown es mucho más que un mediocre y desconocido escritor.
- Leonardo era un ocultista -y de paso Cervantes también-.
- Todo el libro está lleno de claves, de llamadas a peliagudos asuntos aún por cerrar y definir.
- La verdad está ahí fuera.
- La democracia ha llegado a los secretos.
Casi todos han escrito un libro en cuyo titulo aparece la palabra Da Vinci y que pretende ayudar al lectos a caminar por ese jardín de los senderos que se bifurcan que supone la atenta lectura del libro.
El acuerdo es imposible y así debe ser.
Muy pronto se descubrirá que Jesucristo vive en Venezuela con Jesus Gil y James Dean.
Muy pronto harán santo a Juan Pablo II.
Cada loco con su tema.
jueves, mayo 25, 2006
Sigo leyendo...
"A man like that don't go anywhere in particular"
(Lord Jim, Joseph Conrad)
No ir a ninguna parte es, en términos barthesianos, el grado cero del viaje.
La posibilidad de ir a todas partes sólo es posible no definiendo el lugar a donde se va. Todo es todavía posible.
Así, el viaje va con uno mismo.
El viaje es uno mismo y cualquier lugar es bueno para encontrarse.
"A man like that don't go anywhere in particular"
(Lord Jim, Joseph Conrad)
No ir a ninguna parte es, en términos barthesianos, el grado cero del viaje.
La posibilidad de ir a todas partes sólo es posible no definiendo el lugar a donde se va. Todo es todavía posible.
Así, el viaje va con uno mismo.
El viaje es uno mismo y cualquier lugar es bueno para encontrarse.
miércoles, mayo 17, 2006
"Passolinni fue sensible a todo esto a partir de su propia homosexualidad, que temía pudiera disolverse en la norma (escribe que 'es intolerable ser tolerado') y que para él valía, evidentemente, mucho más como desafío que como factor de pertenencia: 'Ellos han condenado siempre no tanto al homosexual sino al escritor para quien la homosexualidad no podía ser tomada como medio de presión, de chantaje para volver al orden'."
(Ese orden) es "un formidable poder a la vez económico y mediático (los amos del mundo son también los amos de su representación), cuyo objetivo es imponer el reino de la manada generalizada, de la middle class planetaria, desacralizada y uniformadora"
"brutal nivelación totalitaria del mundo"
"el orden degradante de la horda"
"los subproletarios de los borgate (barrios pobres romanos) comenzaron a soñar con entrar en la norma, a tener vergüenza de sus antiguos códigos, a repudiar su cultura específica, empiezan a parecerse a los estudiantes que provienen de la burguesía (tiene los mismos comportamientos, los mismos jeans, las mismas largas cabelleras, casi el mismo lenguaje...debido a ese terrorífico instrumento de homologación y normalización que es la televisión"
"Todo aquello que el fascismo histórico no había logrado realizar, el nuevo poder conjunto del mercado y los medios de comunicación lo opera con calma, produciendo una voluntaria servidumbre: un verdadero genocido cultural donde el pueblo desaparece en una masa indiferenciada de consumidores sometidos y alienados"
"No existe otra manera de oponerse a este orden que afirmar ardientemente la singularidad, la diferencia, la irreductibilidad"
"Esta lección es más que nunca actual, en la antípodas de ese 'conformismo de rebelión' que florece en el mundo intelectual y que es el mejor cómplice del orden establecido".
(Passolini, un refractario ejemplar. Guy Scarpetta)
Auténtico y puro pensamiento de izquierdas.
Haciéndose eco de otros inconformistas como él y aportando su propio grano de arena, Passolinni sentó las bases de una nueva teoría crítica de nuestra sociedad moderna, proporcionó nuevos instrumentos y conceptos para reemplazar los viejos instrumentos y conceptos marxistas nacidos para explicar situaciones de otra época.
A mi entender, todo auténtico y verdadero pensamiento de izquierdas pasa por estos conceptos desarrollados por Scarpetta y que Passolinni vertió en libros y entrevistas a lo largo de toda su vida.
Ni primera ni segunda ni tercera vía.
(Ese orden) es "un formidable poder a la vez económico y mediático (los amos del mundo son también los amos de su representación), cuyo objetivo es imponer el reino de la manada generalizada, de la middle class planetaria, desacralizada y uniformadora"
"brutal nivelación totalitaria del mundo"
"el orden degradante de la horda"
"los subproletarios de los borgate (barrios pobres romanos) comenzaron a soñar con entrar en la norma, a tener vergüenza de sus antiguos códigos, a repudiar su cultura específica, empiezan a parecerse a los estudiantes que provienen de la burguesía (tiene los mismos comportamientos, los mismos jeans, las mismas largas cabelleras, casi el mismo lenguaje...debido a ese terrorífico instrumento de homologación y normalización que es la televisión"
"Todo aquello que el fascismo histórico no había logrado realizar, el nuevo poder conjunto del mercado y los medios de comunicación lo opera con calma, produciendo una voluntaria servidumbre: un verdadero genocido cultural donde el pueblo desaparece en una masa indiferenciada de consumidores sometidos y alienados"
"No existe otra manera de oponerse a este orden que afirmar ardientemente la singularidad, la diferencia, la irreductibilidad"
"Esta lección es más que nunca actual, en la antípodas de ese 'conformismo de rebelión' que florece en el mundo intelectual y que es el mejor cómplice del orden establecido".
(Passolini, un refractario ejemplar. Guy Scarpetta)
Auténtico y puro pensamiento de izquierdas.
Haciéndose eco de otros inconformistas como él y aportando su propio grano de arena, Passolinni sentó las bases de una nueva teoría crítica de nuestra sociedad moderna, proporcionó nuevos instrumentos y conceptos para reemplazar los viejos instrumentos y conceptos marxistas nacidos para explicar situaciones de otra época.
A mi entender, todo auténtico y verdadero pensamiento de izquierdas pasa por estos conceptos desarrollados por Scarpetta y que Passolinni vertió en libros y entrevistas a lo largo de toda su vida.
Ni primera ni segunda ni tercera vía.
martes, mayo 16, 2006
Escandalizarse es un síntoma claro de falta de fe.
Siempre lo he pensado y lo sigo pensando ahora que unos cuantos respetables payasos se escanzalizan con un producto (que no obra literaria ni cinematográfica) llamado "El código da Vinci".
Cuando era niño, los curas con los que estudiaba hablaban de la fe del carbonero. Un concepto interesante: La fe asumida como argumento de autoridad. Uno cree en lo que debe creer y haciéndolo cumple.
No se piensa si esa creencia es correcta o va con uno. Simplemente se asume porque es lo que hay que hacer. The right thing. La media aritmética trasladada a la moral y las costumbres.
El uno mismo no existe.
En su lugar existe el "soy lo que se espera de mi que sea dado el lugar que ocupo en el mundo"
Las filas de los escanzalizados, de los que persiguen y estigmatizan, se nutren en su mayoría de estos funcionarios de la religión y de la vida.
El miedo les impulsa.
La incertidumbre abierta por la existencia de un otro, con algún otro punto de vista diferente, por muy absurdo que sea, les aterra. Después de todo les aboca a un profundo e insondable abismo, el que se esconde tras de ellos mismos y su existencia ordenancista.
Cualquier cosa es preferible al cuestionamiento público y privado de la propia creencia.
El abandonado trabajo de ser uno mismo duele cada vez que palpita.
Siempre lo he pensado y lo sigo pensando ahora que unos cuantos respetables payasos se escanzalizan con un producto (que no obra literaria ni cinematográfica) llamado "El código da Vinci".
Cuando era niño, los curas con los que estudiaba hablaban de la fe del carbonero. Un concepto interesante: La fe asumida como argumento de autoridad. Uno cree en lo que debe creer y haciéndolo cumple.
No se piensa si esa creencia es correcta o va con uno. Simplemente se asume porque es lo que hay que hacer. The right thing. La media aritmética trasladada a la moral y las costumbres.
El uno mismo no existe.
En su lugar existe el "soy lo que se espera de mi que sea dado el lugar que ocupo en el mundo"
Las filas de los escanzalizados, de los que persiguen y estigmatizan, se nutren en su mayoría de estos funcionarios de la religión y de la vida.
El miedo les impulsa.
La incertidumbre abierta por la existencia de un otro, con algún otro punto de vista diferente, por muy absurdo que sea, les aterra. Después de todo les aboca a un profundo e insondable abismo, el que se esconde tras de ellos mismos y su existencia ordenancista.
Cualquier cosa es preferible al cuestionamiento público y privado de la propia creencia.
El abandonado trabajo de ser uno mismo duele cada vez que palpita.
Traduzco rapidamente del inglés...
"Es en el momento de entrar en contacto con el más íntimo sueño de otro ser humano cuando percibimos lo incomprensible, insegura y misteriosa que es la naturaleza de aquellos con quienes compartimos el calor del sol y la luz de las estrellas"
(Lord Jim, Joseph Conrad)
La aventura sigue su curso.
Alargadas sombras se ciernen sobre el lúcido y triste asombro de Jim.
Su afligido pecho luce como tatuado con todas ellas.
El mismo mar de siempre ya la aguarda.
"Es en el momento de entrar en contacto con el más íntimo sueño de otro ser humano cuando percibimos lo incomprensible, insegura y misteriosa que es la naturaleza de aquellos con quienes compartimos el calor del sol y la luz de las estrellas"
(Lord Jim, Joseph Conrad)
La aventura sigue su curso.
Alargadas sombras se ciernen sobre el lúcido y triste asombro de Jim.
Su afligido pecho luce como tatuado con todas ellas.
El mismo mar de siempre ya la aguarda.
jueves, mayo 11, 2006
Hacía mucho tiempo que no asistía a una ceremonía religiosa cristiana... Quizá reinaba en Madrid el obispo Vicente Enrique y Tarancón la última vez que asistí a uno de estos eventos del espíritu que jalonan la carrera burocrática de los católicos hacia la vida eterna.
No estoy seguro de cuándo. Lo único cierto es que las cosas no han cambiado mucho y que no me he perdido nada en todo este tiempo.
Fué el domingo pasado y aún no he salido del asombro.
Mis ojos todavía, a fecha de hoy, sobresalen de sus órbitas.
A punto estuvieron de caerseme y ser aplastados como cabeza de gamba por el zapato de alguna señorona.
La concha vacía de una ceremonía.
El espacio desierto de una creencia.
Y una niña, vestida para la ocasión, pronunciando la palabra "muerte" con una radiante sonrisa en los labios.
No estoy seguro de cuándo. Lo único cierto es que las cosas no han cambiado mucho y que no me he perdido nada en todo este tiempo.
Fué el domingo pasado y aún no he salido del asombro.
Mis ojos todavía, a fecha de hoy, sobresalen de sus órbitas.
A punto estuvieron de caerseme y ser aplastados como cabeza de gamba por el zapato de alguna señorona.
La concha vacía de una ceremonía.
El espacio desierto de una creencia.
Y una niña, vestida para la ocasión, pronunciando la palabra "muerte" con una radiante sonrisa en los labios.
viernes, mayo 05, 2006
"Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.
Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras."
(Facundo Cabral)
Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras."
(Facundo Cabral)
Sigo leyendo en "Lord Jim"...
"Esa clase de cuerpos errantes son muy comunes en el Atlántico Norte donde se encuentran presentes todos los terrores marinos: bancos de niebla, icebergs, barcos abandonados y sobre todo esas terribles e interminables galernas que se abaten como vampiros hasta que acaban con toda la fuerza, el espiritu e incluso la esperanza del más avezado de los marinos haciéndole sentirse como la vacía concha de un hombre"
La vacía concha de un hombre abandonada a su suerte finita un día más.
Fantasma que se aparece encerrado en la transparente cárcel que sin quererlo componen a veces algunos espejos.
No todos y no siempre.
Sólo aquellos que nos devuelven con lucidez un reflejo extraño, quizá no deseado, seguramente verdadero.
También hablo de Jim y sigo leyendo.
"Esa clase de cuerpos errantes son muy comunes en el Atlántico Norte donde se encuentran presentes todos los terrores marinos: bancos de niebla, icebergs, barcos abandonados y sobre todo esas terribles e interminables galernas que se abaten como vampiros hasta que acaban con toda la fuerza, el espiritu e incluso la esperanza del más avezado de los marinos haciéndole sentirse como la vacía concha de un hombre"
La vacía concha de un hombre abandonada a su suerte finita un día más.
Fantasma que se aparece encerrado en la transparente cárcel que sin quererlo componen a veces algunos espejos.
No todos y no siempre.
Sólo aquellos que nos devuelven con lucidez un reflejo extraño, quizá no deseado, seguramente verdadero.
También hablo de Jim y sigo leyendo.
lunes, abril 24, 2006
Leo en "Lord Jim", la gran novela de Joseph Conrad:
"Estaba ante mi, confiando en que la edad y la sabiduría serían capaces de encontrar la forma de combatir el dolor que produce el contacto con la verdad"
Algunas páginas más adelante continúo leyendo:
"Es asombroso cómo vamos por la vida con los ojos medio cerrados, lo oídos medio tapados y el pensar adormecido. Y quizás sea para bien. Porque sólo esta forma tan minusválida de existir permite que, a la gran mayoría de nosotros, la vida se nos aparezca amable y tolerable. No obstante y a pesar de todo, unos pocos tienen la desgracia de vivir alguno de esos raros momentos de despertar total en los que vemos, escuchamos y entendemos demasiado, quizá todo -y en un sólo instante-, como en un fogonazo de profunda y escalofriante luz , antes de regresar a ese estado común de tolerable somnolencia."
Hablan de Jim.
No puedo dejar de leer.
"Estaba ante mi, confiando en que la edad y la sabiduría serían capaces de encontrar la forma de combatir el dolor que produce el contacto con la verdad"
Algunas páginas más adelante continúo leyendo:
"Es asombroso cómo vamos por la vida con los ojos medio cerrados, lo oídos medio tapados y el pensar adormecido. Y quizás sea para bien. Porque sólo esta forma tan minusválida de existir permite que, a la gran mayoría de nosotros, la vida se nos aparezca amable y tolerable. No obstante y a pesar de todo, unos pocos tienen la desgracia de vivir alguno de esos raros momentos de despertar total en los que vemos, escuchamos y entendemos demasiado, quizá todo -y en un sólo instante-, como en un fogonazo de profunda y escalofriante luz , antes de regresar a ese estado común de tolerable somnolencia."
Hablan de Jim.
No puedo dejar de leer.
viernes, abril 21, 2006
Los ojos se le abren como escarpias.
Un nuevo día.
Un día más.
Poco a poco las aceras se pueblan de fantasmas
de mirada huidiza,
sin apenas tiempo que perder.
Con prusiana puntualidad, la ciudad se despereza.
Insaciable, reclama su diaria ración de carne fresca.
A traves de la entreabierta ventana, le llega un murmullo
que muy pronto será rugido,
un sonido denso y poderoso
que pronuncia con impaciencia su nombre y el de otros cientos
A pesar del sol,
a pesar de los pájaros,
a pesar del profundo y marino cielo azul
(que ya nadie mira
por miedo a tropezar,
quizá a parecer estúpido),
a pesar de la primavera.
Un nuevo día.
Un día más.
Poco a poco las aceras se pueblan de fantasmas
de mirada huidiza,
sin apenas tiempo que perder.
Con prusiana puntualidad, la ciudad se despereza.
Insaciable, reclama su diaria ración de carne fresca.
A traves de la entreabierta ventana, le llega un murmullo
que muy pronto será rugido,
un sonido denso y poderoso
que pronuncia con impaciencia su nombre y el de otros cientos
A pesar del sol,
a pesar de los pájaros,
a pesar del profundo y marino cielo azul
(que ya nadie mira
por miedo a tropezar,
quizá a parecer estúpido),
a pesar de la primavera.
lunes, abril 03, 2006
jueves, marzo 30, 2006
DERBY
“En una concentración con el equipo nacional también estaban Marcial y Rexach. Tras jugar un miércoles con la selección, al domingo siguiente nos teníamos que enfrentar al Barcelona. Al despedirnos, les dije: “Llevar el DNI en la boca porque, a partir de este momento, ya no os conozco. Además ya sabéis que, cuando salgo al terreno de juego, hago una raya y aplico mi lema: o pasa el jugador contrario o el balón, pero los dos al mismo tiempo estando yo delante lo veo muy difícil. Como me conocían, Rexach y Marcial no me dijeron ni pío”
(Gregorio Benito, ex-jugador del Real Madrid)
Y Goyo Benito no miente. La verdad es que era muy difícil que pasaran los dos juntos... y vivos.
“En una concentración con el equipo nacional también estaban Marcial y Rexach. Tras jugar un miércoles con la selección, al domingo siguiente nos teníamos que enfrentar al Barcelona. Al despedirnos, les dije: “Llevar el DNI en la boca porque, a partir de este momento, ya no os conozco. Además ya sabéis que, cuando salgo al terreno de juego, hago una raya y aplico mi lema: o pasa el jugador contrario o el balón, pero los dos al mismo tiempo estando yo delante lo veo muy difícil. Como me conocían, Rexach y Marcial no me dijeron ni pío”
(Gregorio Benito, ex-jugador del Real Madrid)
Y Goyo Benito no miente. La verdad es que era muy difícil que pasaran los dos juntos... y vivos.
JOSEPH CONRAD
"He became chief mate of a fine ship, without ever having been tested by those eventos of the sea that show in the light of day the inner worth of a man, the edge of his temper, and the fibre of his stuff; that reveal the quality of his resistance and the secret truth of his pretences, not only to others but also to himself"
(Lord Jim)
Las raíces de la tragedia de Jim están así escritas, en las primeras páginas de esta esplendida novela que ya me gustó cuando la leí a los 14 años -y el mundo era un inmenso jardin de inagotables senderos que se bifurcaban- y que aún me sigue fascinando ahora, a mis 40 años -cuando a la luz pálida de mis ojos empieza a componerse el fantasma de un insondable abismo-.
Las raíces de su tragedia, que es un abandono y un fracaso, son las mismas de siempre.
Ir lejos, muy lejos, todo lo lejos que se pueda, tan lejos que uno acaba atravesando el mismísimo filo de su carácter (the edge of his temper) -qué hermosa forma de describirlo-.
El contacto con ese filo corta y aunque se siga más allá, internándose en el oscuro e insondable territorio del personal fracaso ya se está herido de muerte.
La eterna herida abierta por cuya boca nuestra alma sangra y se abisma en un llanto de tiempo perdido vivido por los labios de un otro distinto al que solíamos ser.
La muerte siempre empieza allí.
El hecho físico de dejar de respirar es sólo la culminación de un lento proceso de pérdida de esperanza en el que la redención no es imprescindible, porque sería demasiado pedir.
La redención sólo es posible en el mágico territorio del arte, de la literatura.
Por eso es grande Tuan Jim.
"He became chief mate of a fine ship, without ever having been tested by those eventos of the sea that show in the light of day the inner worth of a man, the edge of his temper, and the fibre of his stuff; that reveal the quality of his resistance and the secret truth of his pretences, not only to others but also to himself"
(Lord Jim)
Las raíces de la tragedia de Jim están así escritas, en las primeras páginas de esta esplendida novela que ya me gustó cuando la leí a los 14 años -y el mundo era un inmenso jardin de inagotables senderos que se bifurcaban- y que aún me sigue fascinando ahora, a mis 40 años -cuando a la luz pálida de mis ojos empieza a componerse el fantasma de un insondable abismo-.
Las raíces de su tragedia, que es un abandono y un fracaso, son las mismas de siempre.
Ir lejos, muy lejos, todo lo lejos que se pueda, tan lejos que uno acaba atravesando el mismísimo filo de su carácter (the edge of his temper) -qué hermosa forma de describirlo-.
El contacto con ese filo corta y aunque se siga más allá, internándose en el oscuro e insondable territorio del personal fracaso ya se está herido de muerte.
La eterna herida abierta por cuya boca nuestra alma sangra y se abisma en un llanto de tiempo perdido vivido por los labios de un otro distinto al que solíamos ser.
La muerte siempre empieza allí.
El hecho físico de dejar de respirar es sólo la culminación de un lento proceso de pérdida de esperanza en el que la redención no es imprescindible, porque sería demasiado pedir.
La redención sólo es posible en el mágico territorio del arte, de la literatura.
Por eso es grande Tuan Jim.
martes, marzo 28, 2006
OLIVER REED
En los últimos capítulos de "Happiness", el libro que actualmente estoy leyendo, me encuentro por sorpresa con la presencia de Oliver Reed.
"Don't drink. Don't smoke. Don't eat meat... Die anyway". El autor apunta que ese era el secreto de la vida -relativamente corta- del actor británico.
Me faltan datos. No se si es verdad o literatura, pero desde luego es Oliver Reed en estado puro.
Sobre él y su vida no hay acuerdo. Unos dicen que fue un gran talento desperdiciado, otros que utilizo su talento en las dosis precisas como para poder permitirse el lujo de vivir.
Esta falta de sintonía en la opinión me gusta.
Las personas especiales siempre generan opiniones contradictorias.
Una cierta complejidad nos impide arrojar la suficiente luz sobre ellos y sus vidas como para comprenderlos, hacerlos nuestros, domesticarlos haciendo que se desvanezcan todos los secretos que les hacían especiales y distintos.
Es en esa oscuridad radica esencialmente la especial fascinación que ejercen sobre nosotros, esos de los que nadie hablará cuando hayamos muerto.
Había algo profundo y triste en Oliver Reed, un algo sombrío y duro que le convertía en una presencia interesante, en el malvado de muchas películas que ya no recordamos -y que seguramente él propio Reed olvidó la noche del último día de rodaje, en una de sus famosas y excesivas juergas que le llevaron -por ejemplo- a aparecer dormido en pleno aeropuerto de Heathrow-.
La catarsis permanente.
La constante presencia de lo dionisiaco.
La diaria lucha por el pleno disfrute de cada segundo de una vida que se sabe leve... y por supuesto el lento desgaste que eso supone con la muerte como eterna y segura compañera de juergas.
Algo de éso quiero pensar que había en la presencia de Oliver Reed, en sus carcajadas brutales y desencajadas, sinceras y abiertas como ventanas.
Una visión heterodoxa de la vida surgida del eterno conflicto del instinto animal con la inteligencia que su dislexia insinuaba y el valor de ser consecuente, de atreverse al exceso de llevar esa visión hasta el extremo.
Ojos de perro azul.
El desvalimiento de una inteligencia ilimitada ante el absurdo de su propia existencia limitada por la muerte y la rebeldía contra el propio destino buscando la huella más indeleble en una atestada playa desierta.
La leyenda dice que Oliver Reed murió un 2 de mayo, en su última juerga, al pie del cañón, rodeado de marineros de la sexta flota -con algunos de los cuales se había peleado- y de botellas vacías, en pleno rodaje de "Gladiator", cagandose en los chupatintas y en las compañías de seguros y con tres botellas de ron en el cuerpo, riendose del miedo que seguramente tenía a todas las mismas cosas que a todos nos asustan.
¿Por qué no?
Más
En los últimos capítulos de "Happiness", el libro que actualmente estoy leyendo, me encuentro por sorpresa con la presencia de Oliver Reed.
"Don't drink. Don't smoke. Don't eat meat... Die anyway". El autor apunta que ese era el secreto de la vida -relativamente corta- del actor británico.
Me faltan datos. No se si es verdad o literatura, pero desde luego es Oliver Reed en estado puro.
Sobre él y su vida no hay acuerdo. Unos dicen que fue un gran talento desperdiciado, otros que utilizo su talento en las dosis precisas como para poder permitirse el lujo de vivir.
Esta falta de sintonía en la opinión me gusta.
Las personas especiales siempre generan opiniones contradictorias.
Una cierta complejidad nos impide arrojar la suficiente luz sobre ellos y sus vidas como para comprenderlos, hacerlos nuestros, domesticarlos haciendo que se desvanezcan todos los secretos que les hacían especiales y distintos.
Es en esa oscuridad radica esencialmente la especial fascinación que ejercen sobre nosotros, esos de los que nadie hablará cuando hayamos muerto.
Había algo profundo y triste en Oliver Reed, un algo sombrío y duro que le convertía en una presencia interesante, en el malvado de muchas películas que ya no recordamos -y que seguramente él propio Reed olvidó la noche del último día de rodaje, en una de sus famosas y excesivas juergas que le llevaron -por ejemplo- a aparecer dormido en pleno aeropuerto de Heathrow-.
La catarsis permanente.
La constante presencia de lo dionisiaco.
La diaria lucha por el pleno disfrute de cada segundo de una vida que se sabe leve... y por supuesto el lento desgaste que eso supone con la muerte como eterna y segura compañera de juergas.
Algo de éso quiero pensar que había en la presencia de Oliver Reed, en sus carcajadas brutales y desencajadas, sinceras y abiertas como ventanas.
Una visión heterodoxa de la vida surgida del eterno conflicto del instinto animal con la inteligencia que su dislexia insinuaba y el valor de ser consecuente, de atreverse al exceso de llevar esa visión hasta el extremo.
Ojos de perro azul.
El desvalimiento de una inteligencia ilimitada ante el absurdo de su propia existencia limitada por la muerte y la rebeldía contra el propio destino buscando la huella más indeleble en una atestada playa desierta.
La leyenda dice que Oliver Reed murió un 2 de mayo, en su última juerga, al pie del cañón, rodeado de marineros de la sexta flota -con algunos de los cuales se había peleado- y de botellas vacías, en pleno rodaje de "Gladiator", cagandose en los chupatintas y en las compañías de seguros y con tres botellas de ron en el cuerpo, riendose del miedo que seguramente tenía a todas las mismas cosas que a todos nos asustan.
¿Por qué no?
Más
jueves, marzo 23, 2006
E.T.A
Apostillas politicamente incorrectas a una tregua:
1.- ETA no deja de matar ahora... Dejó de matar hace tres años y seguramente lo ha estado intentando hasta ahora... pero no ha podido hacerlo.
Ahora mismo, el alto el fuego permanente supone que la banda dejará de poner bombas en polígonos industriales de Castilla- León.
2.- La ETA real, la de ahora mismo, la que declara la tregua no coincide con la ETA que todos tenemos en la cabeza, que es la ETA de la década de los 80, la del coche bomba indiscriminado y el tiro en la nuca selectivo.
3.- El Gobierno necesita a ETA, necesita la paz, para convertirla en una de sus principales armas de comunicación y por eso no hablará de y con esta ETA, la débil y acorralada, sino de la antigua, la del coche boma y el tiro en la nuca.
Sistemáticamente se ignora esa realidad de ETA.
4.- La disolución de ETA no soluciona ningún problema vasco, sólo solucionará la vida de los asesinos que se han hechado al monte.
El problema ya se ha trasladado a la política:
- Plan Ibarreche
- Reconocimiento de Cataluña como nación.
La paz social no empieza con el fin de ETA.
Así, la lucha armada ya no es necesaria. Los cabecillas de ETA han tardado años en darse cuenta.
En este sentido, los principales artífices de esta tregua son:
- el cerco policial iniciado en la epoca de González y continuado con Aznar
- la colaboración francesa en la lucha policial, mérito de los gobiernos de González.
- el cerco social iniciado por el Espíritu de Ermua
A esta ETA débil, le ha sacudido el destino dos golpes más:
- la actitud beligerante y centrífuga de los partidos nacionalistas que ha encontrado en el gobierno de Zapatero un perfecto eco, proceso que culmina en la aprobación por parte de las cortes españolas de un texto que relaciona el concepto Cataluña con el concepto nación.
- La masacre del 11-M fue una vuelta de tuerca al terror que ensombreció cualquier posible esfuerzo de aterrorizar llevado a cabo por una débil ETA.
Hasta un tonto que no le guste el cine de Peckinpah se daría cuenta que no hay mucho que hacer.
5.- Tregua no significa paz.
La tregua es una situación de no conflicto que se plantea dentro de una situación más larga de conflicto armado.
Hablar de paz es confundir realidad con deseo.
Olvidamos que la paz ya existe y es de facto.
La violencia etarra ahora vive en el ámbito de la posibilidad, alimentada por el delirio de los propios etarras en un lado y de la memoria historia de todos los españoles en el otro.
Otra cosa es la violencia social.
La disolución de ETA no garantiza al 100% su final, porque después de todo hay en el País Vasco cientos de miles de personas que, cada día, cuando se levantan no se sienten españoles... y están en su derecho.
Apostillas politicamente incorrectas a una tregua:
1.- ETA no deja de matar ahora... Dejó de matar hace tres años y seguramente lo ha estado intentando hasta ahora... pero no ha podido hacerlo.
Ahora mismo, el alto el fuego permanente supone que la banda dejará de poner bombas en polígonos industriales de Castilla- León.
2.- La ETA real, la de ahora mismo, la que declara la tregua no coincide con la ETA que todos tenemos en la cabeza, que es la ETA de la década de los 80, la del coche bomba indiscriminado y el tiro en la nuca selectivo.
3.- El Gobierno necesita a ETA, necesita la paz, para convertirla en una de sus principales armas de comunicación y por eso no hablará de y con esta ETA, la débil y acorralada, sino de la antigua, la del coche boma y el tiro en la nuca.
Sistemáticamente se ignora esa realidad de ETA.
4.- La disolución de ETA no soluciona ningún problema vasco, sólo solucionará la vida de los asesinos que se han hechado al monte.
El problema ya se ha trasladado a la política:
- Plan Ibarreche
- Reconocimiento de Cataluña como nación.
La paz social no empieza con el fin de ETA.
Así, la lucha armada ya no es necesaria. Los cabecillas de ETA han tardado años en darse cuenta.
En este sentido, los principales artífices de esta tregua son:
- el cerco policial iniciado en la epoca de González y continuado con Aznar
- la colaboración francesa en la lucha policial, mérito de los gobiernos de González.
- el cerco social iniciado por el Espíritu de Ermua
A esta ETA débil, le ha sacudido el destino dos golpes más:
- la actitud beligerante y centrífuga de los partidos nacionalistas que ha encontrado en el gobierno de Zapatero un perfecto eco, proceso que culmina en la aprobación por parte de las cortes españolas de un texto que relaciona el concepto Cataluña con el concepto nación.
- La masacre del 11-M fue una vuelta de tuerca al terror que ensombreció cualquier posible esfuerzo de aterrorizar llevado a cabo por una débil ETA.
Hasta un tonto que no le guste el cine de Peckinpah se daría cuenta que no hay mucho que hacer.
5.- Tregua no significa paz.
La tregua es una situación de no conflicto que se plantea dentro de una situación más larga de conflicto armado.
Hablar de paz es confundir realidad con deseo.
Olvidamos que la paz ya existe y es de facto.
La violencia etarra ahora vive en el ámbito de la posibilidad, alimentada por el delirio de los propios etarras en un lado y de la memoria historia de todos los españoles en el otro.
Otra cosa es la violencia social.
La disolución de ETA no garantiza al 100% su final, porque después de todo hay en el País Vasco cientos de miles de personas que, cada día, cuando se levantan no se sienten españoles... y están en su derecho.
jueves, marzo 16, 2006
John Hurt
Leo una maravillosa entrevista en The Guardian al genial actor británico John Hurt.
Nunca hago planes, dice. Los planes son lo que hace reir a Dios, termina.
John Hurt no sólo es un gran actor, sino también una persona interesante. Aquí van dos pildoras:
'When you get into the emotional areas, the animal areas, I think you'll find it's the one area where it doesn't seem to matter what intellect you have. Some of the most highly intelligent people I know have got just the same problems when it comes to sexuality, mistakes and things. They're brought to their knees by it, you see it in newspapers every day.'
'You know,' he says. 'I've never guided my life . I've just been whipped along by the waves I'm sitting in.' You don't make plans? 'I don't make plans at all. Plans are what make God laugh.' Hurt gives another of his barking laughs. 'You can make plans, you can make so many plans, but they never go right, do they?'
Lo de no hacer planes quizá sea una pose., porque -estoy convencido- todos hacemos planes. Estamos hechos para eso. No podemos dejar de hacerlos.
Nuestros planes determinan nuestra percepción de la realidad, quienes fuimos, quienes somos y quienes seremos.
Pero, desde luego, y en eso está en lo cierto, nuestros planes harían siempre reir a Dios en el caso de que existiera... o quizás Dios sea como el gato de Chesire y al final lo único que exista de él sea su sonrisa.
Toda la entrevista
Leo una maravillosa entrevista en The Guardian al genial actor británico John Hurt.
Nunca hago planes, dice. Los planes son lo que hace reir a Dios, termina.
John Hurt no sólo es un gran actor, sino también una persona interesante. Aquí van dos pildoras:
'When you get into the emotional areas, the animal areas, I think you'll find it's the one area where it doesn't seem to matter what intellect you have. Some of the most highly intelligent people I know have got just the same problems when it comes to sexuality, mistakes and things. They're brought to their knees by it, you see it in newspapers every day.'
'You know,' he says. 'I've never guided my life . I've just been whipped along by the waves I'm sitting in.' You don't make plans? 'I don't make plans at all. Plans are what make God laugh.' Hurt gives another of his barking laughs. 'You can make plans, you can make so many plans, but they never go right, do they?'
Lo de no hacer planes quizá sea una pose., porque -estoy convencido- todos hacemos planes. Estamos hechos para eso. No podemos dejar de hacerlos.
Nuestros planes determinan nuestra percepción de la realidad, quienes fuimos, quienes somos y quienes seremos.
Pero, desde luego, y en eso está en lo cierto, nuestros planes harían siempre reir a Dios en el caso de que existiera... o quizás Dios sea como el gato de Chesire y al final lo único que exista de él sea su sonrisa.
Toda la entrevista
"May, our entire economy is built on human weaknesses, on bad habits and insecurities. Fashion. Fast food. Sport cars. Techno-gadgets. Sex toys. Diet centres. Hair clubs for men. Personal ads. Fringe religious sects... Our entire way of life is built on self-doubt and dissatisfaction. Think what would happen if people were ever really, truly happy"
("Happiness" de Will Ferguson)
("Happiness" de Will Ferguson)
miércoles, marzo 01, 2006
CAPOTE
La película tiene dos cosas buenas:
- La interpretación de Phillip Seymour Hoffman componiendo un personaje total, redondo, sin resquicios... introspección, análisis y concentración absoluta... consistente en su constante contradicción, delicado en la enumeración de todos y cada uno de los egoísmos que componen sus emociones.
Espectacular por el fondo y también por la forma... Hay que ver cómo se sienta y cómo se mueve
- el planteamiento... aunque no lo parezca la película nos cuenta la vida de Truman Capote partiendo de un momento esencial dentro de su vida (todo lo relativo al proceso de producción de "A sangre fría")... uno sale del cine con una idea bastante clara del ser humano, cosa que no tiene ningún mérito si se compara con el hecho de que también sales con una idea clara del pasado y el futuro que roedeará a ese presente .
La inteligencia viperina y sagaz de Capote merecía una película así.
La película tiene dos cosas buenas:
- La interpretación de Phillip Seymour Hoffman componiendo un personaje total, redondo, sin resquicios... introspección, análisis y concentración absoluta... consistente en su constante contradicción, delicado en la enumeración de todos y cada uno de los egoísmos que componen sus emociones.
Espectacular por el fondo y también por la forma... Hay que ver cómo se sienta y cómo se mueve
- el planteamiento... aunque no lo parezca la película nos cuenta la vida de Truman Capote partiendo de un momento esencial dentro de su vida (todo lo relativo al proceso de producción de "A sangre fría")... uno sale del cine con una idea bastante clara del ser humano, cosa que no tiene ningún mérito si se compara con el hecho de que también sales con una idea clara del pasado y el futuro que roedeará a ese presente .
La inteligencia viperina y sagaz de Capote merecía una película así.
"Porque ya falta muy poco en este país nuestro para que, si alguien dice que son las 14.30 y otro sostiene que son las 15.00, los dos se líen a guantazos, jaleados por su correspondiente turba de fanáticos.
Las voces que llaman a la calma y al entendimiento están quedando definitivamente ahogadas por el fragor de los insultos.
Reflexión se oye poca. Gritos muchísimos y cada vez más altos."
(Victoria Prego)
Las voces que llaman a la calma y al entendimiento están quedando definitivamente ahogadas por el fragor de los insultos.
Reflexión se oye poca. Gritos muchísimos y cada vez más altos."
(Victoria Prego)
lunes, febrero 27, 2006
Las partículas elementales
Es cierto que, al final, la vida no tiene la menor gracia.
Después de todo uno termina muriendo, volviendo a la ninguna parte de donde vino.
Nadie te pide permiso para venir ni -en la mayoría de los casos- para marcharse.
Uno viene y va.
Es una hoja puesta en la corriente de un extraño y transparente viento.
Es cierto que, al final, se experimenta una gran pérdida, la de uno mismo. Ese ente transitorio con ínfulas de permanencia, que en cuanto se descuida olvida absolutamente su condición mortal para sumergirse en un eterno presente materializado en un propio y determinado afán... El sisífico trabajo de tener un yo, para más tarde o temprano perderlo.
Tanta desorientación en el presunto rey de la cración resulta divertida.
Toda una broma que a nosotros, los únicos implicados capaces de ser conscientes de semejante absurdo, jamás nos hará reir... aunque quizá sea la risa lo único que pueda salvarnos.
La risa brutal y nerviosa que exhiben algunos de los personajes de Sam Peckinpah durante su personal e intransferible camino de autodestrucción.
Resumiendo un tanto espúreamente a Freud en "El chiste y su relación con el inconsciente", sólo lo que verdaderamente nos duele, verdaderamente nos hace reir.
Es cierto que, al final, la vida no tiene la menor gracia.
Después de todo uno termina muriendo, volviendo a la ninguna parte de donde vino.
Nadie te pide permiso para venir ni -en la mayoría de los casos- para marcharse.
Uno viene y va.
Es una hoja puesta en la corriente de un extraño y transparente viento.
Es cierto que, al final, se experimenta una gran pérdida, la de uno mismo. Ese ente transitorio con ínfulas de permanencia, que en cuanto se descuida olvida absolutamente su condición mortal para sumergirse en un eterno presente materializado en un propio y determinado afán... El sisífico trabajo de tener un yo, para más tarde o temprano perderlo.
Tanta desorientación en el presunto rey de la cración resulta divertida.
Toda una broma que a nosotros, los únicos implicados capaces de ser conscientes de semejante absurdo, jamás nos hará reir... aunque quizá sea la risa lo único que pueda salvarnos.
La risa brutal y nerviosa que exhiben algunos de los personajes de Sam Peckinpah durante su personal e intransferible camino de autodestrucción.
Resumiendo un tanto espúreamente a Freud en "El chiste y su relación con el inconsciente", sólo lo que verdaderamente nos duele, verdaderamente nos hace reir.
miércoles, febrero 22, 2006
MUNICH
Es una buena película.
Steven Spielberg nos tiene mal acostumbrados. Siempre o casi siempre hace buenas películas... y ésta quizá sea una de sus mejores realizaciones.
La película arranca con el desafortunado incidente de los rehenes sucedido en las Olimpiadas celebradas en la ciudad Bávara el año 1972, pero la historia viene de mucho antes y desde mucho antes el enfrentamiento entre israelíes y palestinos ha generado un entramado de encuentros y desencuentros que, en la europa de los 70, se entrecruza con otros entramados de intereses: los de la guerra fría, los de ciertos estados con ciertas organizaciones terroristas y finalmente con los intereses de los profesionales de la muerte y de la información.
El resultado es un peligroso juego de rol en el que la información es lo más importante.
La vida o la muerte depende de la calidad de una información que se compra o vende al mejor postor. Información que revela situaciones y posiciones dentro de ese tablero, que genera ventajas, que produce trampas.
En este laberinto se introduce el protagonista (más que correctamente interpretado por Eric Bana) y su comando de idealistas guerreros de la causa sionista. El objetivo es la venganza. Golpear a quiénes han golpeado.
Pero el resultado será un viaje hacia el corazón de las sombras para encontrar allí la verdadera esencia de la naturaleza humana, un espacio altamente semiotizado donde todos se reconocen a todos el lugar que ocupan y en el que nadie puede salirse del rol que él mismo se ha asignado.
De hecho, la accidental muerte -ni deseada ni prevista y por supuesto no permitida- de un agente del KGB en Atenas transformará la exitosa trayectoria del comando en fracaso. La penalización supondrá la muerte de la mayoría de los miembros del comando y la imposibilidad de conseguir los objetivos previstos
De hecho, lo único que los superiores del servicio secreto israelí no aprueban es el ajusticiamiento de la asesina a sueldo que mata a uno de los miembros del comando. Esa venganza, resuelta con una brutalidad poco frecuente en Spielberg, no estaba prevista.
Todo irá bien siempre y cuando seas lo suficientemente bueno como para derrotar a tu enemigo sobre el tablero y esa derrota no implique que te salgas de tu rol afectando negativamente a los intereses de otros jugadores o tu victoria perjudique a los intereses de otro jugador (como es el caso del intento de asesinato de un miembro de Septiembre Negro abortado por la CIA en Londres).
Las ideas, las causas no importan tanto.
La bondad o maldad de las mismas tienen menos peso que la pragmática eficacia y el respeto de las reglas del juego.
Interesante puesta por obra de un juego que aproxima el contenido de la película a las novelas de John Le Carré, donde la muerte y la información forman parte de una profesión que tiene unas reglas muy definidas.
Pero Avner no es Smiley. No entiende que la defensa de las ideas es algo demasiado serio como para dejarlo a los idealistas
Y por éso este mundo se convertirá en la pared donde Avner estrellará sus ideales de joven aristócrata sionista como tomates maduros y rojos.
La película se convierte así en un viaje hacia las sombras, Mekong arriba, hasta que Avner se transforma en su propio Coronel Kurtz.
Avner se pierde a sí mismo por ganar una causa, una causa que poco a poco deja de ser la suya, porque no es posible ser bueno todo el rato, no es tan sencillo... y perdiendo la perspectiva de esa causa, Avner acaba por perderse a si mismo.
Pero hay una salvación en el amor y la familia.
Un salvación muy coherente con las claves del mundo que convierte a Spielberg en un autor.
La parte pura aún no tocada.
Una parte tan pura que, en el final de la película, ni siquiera Efraim, el personaje que interpreta Geoffrey Rush, en un momento muy John Le Carré, se atreve a tocar para corromperlo con unas manos que él sabe sucias.
Interesante, muy interesante.
Munich ofrece un texto rico, lleno de posibilidades a quién quiera, además de mirar, ver.
Spielberg se hace viejo.
Sus soñadores e idealistas personajes protagónicos empiezan a buscar un lugar donde ocultarse de un mundo incapaz de hablar su lenguaje.
Es una buena película.
Steven Spielberg nos tiene mal acostumbrados. Siempre o casi siempre hace buenas películas... y ésta quizá sea una de sus mejores realizaciones.
La película arranca con el desafortunado incidente de los rehenes sucedido en las Olimpiadas celebradas en la ciudad Bávara el año 1972, pero la historia viene de mucho antes y desde mucho antes el enfrentamiento entre israelíes y palestinos ha generado un entramado de encuentros y desencuentros que, en la europa de los 70, se entrecruza con otros entramados de intereses: los de la guerra fría, los de ciertos estados con ciertas organizaciones terroristas y finalmente con los intereses de los profesionales de la muerte y de la información.
El resultado es un peligroso juego de rol en el que la información es lo más importante.
La vida o la muerte depende de la calidad de una información que se compra o vende al mejor postor. Información que revela situaciones y posiciones dentro de ese tablero, que genera ventajas, que produce trampas.
En este laberinto se introduce el protagonista (más que correctamente interpretado por Eric Bana) y su comando de idealistas guerreros de la causa sionista. El objetivo es la venganza. Golpear a quiénes han golpeado.
Pero el resultado será un viaje hacia el corazón de las sombras para encontrar allí la verdadera esencia de la naturaleza humana, un espacio altamente semiotizado donde todos se reconocen a todos el lugar que ocupan y en el que nadie puede salirse del rol que él mismo se ha asignado.
De hecho, la accidental muerte -ni deseada ni prevista y por supuesto no permitida- de un agente del KGB en Atenas transformará la exitosa trayectoria del comando en fracaso. La penalización supondrá la muerte de la mayoría de los miembros del comando y la imposibilidad de conseguir los objetivos previstos
De hecho, lo único que los superiores del servicio secreto israelí no aprueban es el ajusticiamiento de la asesina a sueldo que mata a uno de los miembros del comando. Esa venganza, resuelta con una brutalidad poco frecuente en Spielberg, no estaba prevista.
Todo irá bien siempre y cuando seas lo suficientemente bueno como para derrotar a tu enemigo sobre el tablero y esa derrota no implique que te salgas de tu rol afectando negativamente a los intereses de otros jugadores o tu victoria perjudique a los intereses de otro jugador (como es el caso del intento de asesinato de un miembro de Septiembre Negro abortado por la CIA en Londres).
Las ideas, las causas no importan tanto.
La bondad o maldad de las mismas tienen menos peso que la pragmática eficacia y el respeto de las reglas del juego.
Interesante puesta por obra de un juego que aproxima el contenido de la película a las novelas de John Le Carré, donde la muerte y la información forman parte de una profesión que tiene unas reglas muy definidas.
Pero Avner no es Smiley. No entiende que la defensa de las ideas es algo demasiado serio como para dejarlo a los idealistas
Y por éso este mundo se convertirá en la pared donde Avner estrellará sus ideales de joven aristócrata sionista como tomates maduros y rojos.
La película se convierte así en un viaje hacia las sombras, Mekong arriba, hasta que Avner se transforma en su propio Coronel Kurtz.
Avner se pierde a sí mismo por ganar una causa, una causa que poco a poco deja de ser la suya, porque no es posible ser bueno todo el rato, no es tan sencillo... y perdiendo la perspectiva de esa causa, Avner acaba por perderse a si mismo.
Pero hay una salvación en el amor y la familia.
Un salvación muy coherente con las claves del mundo que convierte a Spielberg en un autor.
La parte pura aún no tocada.
Una parte tan pura que, en el final de la película, ni siquiera Efraim, el personaje que interpreta Geoffrey Rush, en un momento muy John Le Carré, se atreve a tocar para corromperlo con unas manos que él sabe sucias.
Interesante, muy interesante.
Munich ofrece un texto rico, lleno de posibilidades a quién quiera, además de mirar, ver.
Spielberg se hace viejo.
Sus soñadores e idealistas personajes protagónicos empiezan a buscar un lugar donde ocultarse de un mundo incapaz de hablar su lenguaje.
lunes, febrero 20, 2006
miércoles, febrero 08, 2006
"No sólo el fútbol, la sociedad", responde, antes de mentar a Francisco Franco. "Hubo un dictador por muchos años, e incluso cuando él murió la mentalidad sobrevivió. En Estados Unidos asumimos todos los desafíos. En España, un desafío genera ansiedad".
Y añade: "En Estados Unidos, si terminas último, piensas: 'El año próximo seremos primeros'. En España terminan últimos y piensan: 'El proximo año podríamos desaparecer'. La gente se pone nerviosa, pierde la cabeza y comete errores aún más grandes".
(Extracto de una entrevista a Dimitri Piterman, showman y presidente del Alavés, SAD)
La verdad es la verdad. No importa si la dice Agamenón o su porquero.
El dictador sigue vivo en cada uno de nosotros.
El primer paso para curarse es reconocerse enfermo: En este sentido, Aznar lo tiene más fácil que Zapatero.
Cada español tiene que matar siempre a dos padres y al final, en el fragor de la confusión, acabamos matándonos los unos a los otros ya sea de forma simbólica o de forma real.
Y añade: "En Estados Unidos, si terminas último, piensas: 'El año próximo seremos primeros'. En España terminan últimos y piensan: 'El proximo año podríamos desaparecer'. La gente se pone nerviosa, pierde la cabeza y comete errores aún más grandes".
(Extracto de una entrevista a Dimitri Piterman, showman y presidente del Alavés, SAD)
La verdad es la verdad. No importa si la dice Agamenón o su porquero.
El dictador sigue vivo en cada uno de nosotros.
El primer paso para curarse es reconocerse enfermo: En este sentido, Aznar lo tiene más fácil que Zapatero.
Cada español tiene que matar siempre a dos padres y al final, en el fragor de la confusión, acabamos matándonos los unos a los otros ya sea de forma simbólica o de forma real.
viernes, enero 20, 2006
viernes, diciembre 23, 2005
miércoles, diciembre 21, 2005
"In our gradually shrinking world, everyone is in need of all the others. We must look for man wherever we can find him. When on his way to Thebes Oedipus encountered the Sphinx, his answer to its riddle was: «Man». That simple word destroyed the monster. We have many monsters to destroy. Let us think of the answer of Oedipus."
(Giorgos Seferis' speech at the Nobel Banquet at the City Hall in Stockholm, December 10, 1963)
(Giorgos Seferis' speech at the Nobel Banquet at the City Hall in Stockholm, December 10, 1963)
martes, diciembre 20, 2005
La leyenda de Martin O'Leary
A ciertas edades es difícil que uno pueda cambiar su forma de ser y conforme más viejo me hago más tiendo a pensar que debe ser así. Después de todo nos ha costado toda una vida forjarnos el carácter que tenemos y, como mínimo, debemos hacer ostentación de él antes de que los gusanos se lo coman con el resto del kit.
La leyenda de Martin O'leary ilustra perfectamente esta resistencia al cambio de la que hacemos gala a ciertas edades.
Martín O'Leary fue un legendario jugador de futbol irlandés. Defendió la camiseta verde en más de 50 ocasiones formando un muro infranqueable (todo lo infranqueable que podía ser el equipo irlandés en aquella época -que no era mucho-) con el no menos mítico Sean Thornton.
Tras jugar en diversos equipos de mitad de la tabla de la Primera división inglesa, O'Leary regresó a su Irlanda natal para dar sus últimas patadas alevosas a los delanteros incautos en el Limerick. Allí, y en su última temporada en activo, fue convocado por el seleccionador irlandés Norman Blackwell para un partido amistoso contra la Hungría de Kubala y Kocsis.
Blackwell, que había compartido vestuario y terreno de juego con O'Leary en la escuadra inglesa del Southtampton, decidió que ese podría ser el mejor homenaje a casi 19 años de carrera deportiva: el duro tallo de O'Leary (más duro que nunca entonces a sus 37 años) enfrentado a los finos estilistas húngaros, la espada contra la pluma.
El día del partido las cosas fueron de acuerdo con el guión.... húngaro.
Los voluntariosos futbolistas irlandeses corrían como pollos descabezados tras las camisetas rojas y ya estaban dos goles por debajo en el marcador.
Puskas, Csibor, Kocsis, ... escondían el balón y lo depositaban en la red de cuando en cuando ante la rabia callada de O'Leary que manchado de barro hasta en el blanco de los ojos no paraba de maldecir a diestro y siniestro entre constante amenaza de tarjeta roja y fulminante expulsión.
En un momento determinado, el veloz extremo Mike Finley recibió el balón y se internó por la banda ante la sorpresa del público y de sus propios compañeros. Con fortuna, el central húngaro Garaba desvió su envenenado centro a corner.
¡Cormer!
Palabra mágica en el fútbol británico de aquella época.
La auténtica proximidad del gol.
La democratización de la oportunidad marcar.
Su olor.
El público ya gritaba invocándolo.
En un momento dado, Blackwell salió del banquillo y ordenó a los centrales que subieran a rematar... y hacia allí fue O'Leary escupiendo enormes gargajos espesos de saliva sobre el cesped.
Los gritos se redoblaron a su llegada al área rival.
O'Leary se retiraba y jamás había marcado un gol para su querida Irlanda.
El propio Finley lanzó el corner.
En el área la pelea por una posición era encarnizada mientras el balón llegaba bien tocado en busca del punto de penalty... de pronto, como un titán, emergió la figura de O'Leary en majestuoso salto (que más parecía vuelo).
Los más viejos del lugar, entre pinta y pinta, aún recuerdan que algún infortunado jugador húngaro subía con él arrastrado por el poderoso impulso, enganchado en uno de sus brazos.
Se hizo el silencio en el estadio.
La cabeza de O'Leary buscaba la pelota y ésta iba hacia su cabeza.
Algunos rezaban, otros intentaban cerrar su boca abierta de par en par. El viejo O'Leary estaba a punto de hacer su parte por Irlanda.
El encuentro era inevitable y el cabezazo se produjo.
El balón salió despejado a la altura del medio campo.
Los húngaros no salían de su asombro.
Blackwell fue el primero en aplaudir.
Una vez más O'Leary había despejado la pelota. 19 años sacando balones era demasiado tiempo, tanto que ya era demasiado tarde para cambiar.
Entre aplausos O'Leary regresó a su posición. Lo hizo sonriendo, encojiéndose de hombros, mientras Hungría recuperaba la posesión del balón de nuevo.
La selección húngara aún anotó dos goles más. Tampoco pudieron dejar de ser ellos mismos.
A ciertas edades es difícil que uno pueda cambiar su forma de ser y conforme más viejo me hago más tiendo a pensar que debe ser así. Después de todo nos ha costado toda una vida forjarnos el carácter que tenemos y, como mínimo, debemos hacer ostentación de él antes de que los gusanos se lo coman con el resto del kit.
La leyenda de Martin O'leary ilustra perfectamente esta resistencia al cambio de la que hacemos gala a ciertas edades.
Martín O'Leary fue un legendario jugador de futbol irlandés. Defendió la camiseta verde en más de 50 ocasiones formando un muro infranqueable (todo lo infranqueable que podía ser el equipo irlandés en aquella época -que no era mucho-) con el no menos mítico Sean Thornton.
Tras jugar en diversos equipos de mitad de la tabla de la Primera división inglesa, O'Leary regresó a su Irlanda natal para dar sus últimas patadas alevosas a los delanteros incautos en el Limerick. Allí, y en su última temporada en activo, fue convocado por el seleccionador irlandés Norman Blackwell para un partido amistoso contra la Hungría de Kubala y Kocsis.
Blackwell, que había compartido vestuario y terreno de juego con O'Leary en la escuadra inglesa del Southtampton, decidió que ese podría ser el mejor homenaje a casi 19 años de carrera deportiva: el duro tallo de O'Leary (más duro que nunca entonces a sus 37 años) enfrentado a los finos estilistas húngaros, la espada contra la pluma.
El día del partido las cosas fueron de acuerdo con el guión.... húngaro.
Los voluntariosos futbolistas irlandeses corrían como pollos descabezados tras las camisetas rojas y ya estaban dos goles por debajo en el marcador.
Puskas, Csibor, Kocsis, ... escondían el balón y lo depositaban en la red de cuando en cuando ante la rabia callada de O'Leary que manchado de barro hasta en el blanco de los ojos no paraba de maldecir a diestro y siniestro entre constante amenaza de tarjeta roja y fulminante expulsión.
En un momento determinado, el veloz extremo Mike Finley recibió el balón y se internó por la banda ante la sorpresa del público y de sus propios compañeros. Con fortuna, el central húngaro Garaba desvió su envenenado centro a corner.
¡Cormer!
Palabra mágica en el fútbol británico de aquella época.
La auténtica proximidad del gol.
La democratización de la oportunidad marcar.
Su olor.
El público ya gritaba invocándolo.
En un momento dado, Blackwell salió del banquillo y ordenó a los centrales que subieran a rematar... y hacia allí fue O'Leary escupiendo enormes gargajos espesos de saliva sobre el cesped.
Los gritos se redoblaron a su llegada al área rival.
O'Leary se retiraba y jamás había marcado un gol para su querida Irlanda.
El propio Finley lanzó el corner.
En el área la pelea por una posición era encarnizada mientras el balón llegaba bien tocado en busca del punto de penalty... de pronto, como un titán, emergió la figura de O'Leary en majestuoso salto (que más parecía vuelo).
Los más viejos del lugar, entre pinta y pinta, aún recuerdan que algún infortunado jugador húngaro subía con él arrastrado por el poderoso impulso, enganchado en uno de sus brazos.
Se hizo el silencio en el estadio.
La cabeza de O'Leary buscaba la pelota y ésta iba hacia su cabeza.
Algunos rezaban, otros intentaban cerrar su boca abierta de par en par. El viejo O'Leary estaba a punto de hacer su parte por Irlanda.
El encuentro era inevitable y el cabezazo se produjo.
El balón salió despejado a la altura del medio campo.
Los húngaros no salían de su asombro.
Blackwell fue el primero en aplaudir.
Una vez más O'Leary había despejado la pelota. 19 años sacando balones era demasiado tiempo, tanto que ya era demasiado tarde para cambiar.
Entre aplausos O'Leary regresó a su posición. Lo hizo sonriendo, encojiéndose de hombros, mientras Hungría recuperaba la posesión del balón de nuevo.
La selección húngara aún anotó dos goles más. Tampoco pudieron dejar de ser ellos mismos.
jueves, diciembre 15, 2005
martes, diciembre 13, 2005
No deja de mirarlos a todos mientras se apoya en la pared.
Paciente o impacientemente, según la circunstancia vital que a cada uno de ellos les ha tocado vivir en esa concreta hora del día, aguardan la inminente y ruidosa entrada del tren en la atestada estación.
Después de todo son seres humanos igual que él... o por lo menos así lo parecen.
Se plantea que quizá debiera sentir algo por ellos,
compartir alguna especie de sentimiento solidario,
una cierta simpatía procedente de un animoso esfuerzo empático
pero no siente nada.
El esfuerzo de sentir se le escapa de entre las manos como si fuera agua.
Los labios de su corazón permanecen callados.
Sólo les observa con descuido,
sin realmente ver los árboles.
Ante el bosque.
Paciente o impacientemente, según la circunstancia vital que a cada uno de ellos les ha tocado vivir en esa concreta hora del día, aguardan la inminente y ruidosa entrada del tren en la atestada estación.
Después de todo son seres humanos igual que él... o por lo menos así lo parecen.
Se plantea que quizá debiera sentir algo por ellos,
compartir alguna especie de sentimiento solidario,
una cierta simpatía procedente de un animoso esfuerzo empático
pero no siente nada.
El esfuerzo de sentir se le escapa de entre las manos como si fuera agua.
Los labios de su corazón permanecen callados.
Sólo les observa con descuido,
sin realmente ver los árboles.
Ante el bosque.
domingo, diciembre 04, 2005
Veo en Canal Historia un documental muy interesante sobre la Rumanía de Ceaucescu.
Con imágenes inéditas filmadas por los medios de comunicación del dictador, el programa reconstruye el largo viaje hacia la locura emprendido por Ceaucescu, llevando consigo al propio pueblo rumano hasta casi la destrucción.
Hay muchas cosas interesantes dentro del documental: la megalómana construcción del palacio presidencial, la exposición de frutas y verduras hechas de madera que el dictador pasa revista como si fueran reales, el loco culto a la personalidad de la primera dama, .... pero lo que más me ha atraído es el momento en que se produce el motín que supuso la caída y posterior muerte de Ceaucescu.
La sorpresa que muestra su rostro ante los crecientes abucheos.
No sabría decir si Ceaucescu se sorprende de que el pueblo de Bucarest abuchee a su Conducator o de que se atreva hacerlo.
Me pregunto si el dictador pensaba que tenían motivos, si conocía la realidad cruel sobre la que se imponía su poder total o la ignoraba viviendo en el mejor de los mundos que producía su propio aparato de comunicación.
No lo tengo claro.
Me pregunto si los propios tiranos son víctimas también de sus propias mentiras y, después de ver el rostro de Ceaucescu no lo muy tengo claro... Aunque, y en cualquier caso, seguro que no se lo esperaba.
Con imágenes inéditas filmadas por los medios de comunicación del dictador, el programa reconstruye el largo viaje hacia la locura emprendido por Ceaucescu, llevando consigo al propio pueblo rumano hasta casi la destrucción.
Hay muchas cosas interesantes dentro del documental: la megalómana construcción del palacio presidencial, la exposición de frutas y verduras hechas de madera que el dictador pasa revista como si fueran reales, el loco culto a la personalidad de la primera dama, .... pero lo que más me ha atraído es el momento en que se produce el motín que supuso la caída y posterior muerte de Ceaucescu.
La sorpresa que muestra su rostro ante los crecientes abucheos.
No sabría decir si Ceaucescu se sorprende de que el pueblo de Bucarest abuchee a su Conducator o de que se atreva hacerlo.
Me pregunto si el dictador pensaba que tenían motivos, si conocía la realidad cruel sobre la que se imponía su poder total o la ignoraba viviendo en el mejor de los mundos que producía su propio aparato de comunicación.
No lo tengo claro.
Me pregunto si los propios tiranos son víctimas también de sus propias mentiras y, después de ver el rostro de Ceaucescu no lo muy tengo claro... Aunque, y en cualquier caso, seguro que no se lo esperaba.
miércoles, noviembre 30, 2005
Vuelvo a leer "Crimen y castigo".
No es la primera vez que pienso que tras Raskolnikoff, tras su atormentada duda moral, se encuentra el propio autor.
Dostoyevsky era un jugador empedernido y, después de todo, el plan del protagonista de su novela más esencial no es otra cosa que una enorme, terrible y definitiva apuesta a favor de él mismo y en contra de su propio destino.
Siempre que me enfrentó a esta novela tengo la impresión de que para Dostoievsky la vida es un juego y nuestros planes, grandes o pequeños, son las jugadas que desarrollamos en el tablero espacio-temporal de la vida.
Lo único que hace terrible a este juego de vivir es lo que uno puede llegar a perder si la jugada sale mal, tan terrible que hasta nos ponemos serios, trascendentes y nos resistimos a pensar que simplemente se trate de un juego... Y es al revés. No hay nada más serio que un juego, que apostarlo todo a una sola jugada, que se lo digan a Raskolnikoff.
La eternidad trascendente del instante despertando una marejada de primeras y últimas consecuencias.
La vida misma.
No es la primera vez que pienso que tras Raskolnikoff, tras su atormentada duda moral, se encuentra el propio autor.
Dostoyevsky era un jugador empedernido y, después de todo, el plan del protagonista de su novela más esencial no es otra cosa que una enorme, terrible y definitiva apuesta a favor de él mismo y en contra de su propio destino.
Siempre que me enfrentó a esta novela tengo la impresión de que para Dostoievsky la vida es un juego y nuestros planes, grandes o pequeños, son las jugadas que desarrollamos en el tablero espacio-temporal de la vida.
Lo único que hace terrible a este juego de vivir es lo que uno puede llegar a perder si la jugada sale mal, tan terrible que hasta nos ponemos serios, trascendentes y nos resistimos a pensar que simplemente se trate de un juego... Y es al revés. No hay nada más serio que un juego, que apostarlo todo a una sola jugada, que se lo digan a Raskolnikoff.
La eternidad trascendente del instante despertando una marejada de primeras y últimas consecuencias.
La vida misma.
viernes, noviembre 25, 2005
"Adventures in the screen trade" es un buen libro.
Da gusto leerlo.
El mundo del cine desde la perspectiva de un guionista, una perspectiva dependiente y sufrida... La conclusión tras cerrar el libro no puede ser otra... Incluso uno tiene la impresión de que no se trata de un buen trabajo, de que asiste a la historia del circo contada por el último mono: los cambios, los despidos inesperados, los directores que quieren una misma escena narrada desde todos los ángulos posibles (Paul Mazursky es el miserable en cuestión), los dislogos de última hora, las reuniones tensas mantenidas entre personas que quieren cosas diferentes o que, simplemente, no tienen ni pajolera idea de lo que quieren... Y a todo eso se añade los problemas propios de la escritura: las inseguridades, el folio en blanco, los miedos.
Un panorama estremecedor que William Goldman cuenta con un relativamente amargo sentido del humor que resulta muy adecuado al contenido general de la historia.
El libro está escrito en 1982. Por aquel entonces Goldman era un reputado guionista responsable de textos como "Marathon man" o "Dos hombres y un destino" o "Todos los hombres del presidente" o una joya olvidada llamada "Hot Rock" .... Y todavía no había escrito "La princesa prometida".
Estaba en condiciones de hablar con conocimiento de causa y, desde luego, lo hace.
A lo largo de sus más de 300 páginas, Goldman da un repaso a los principales oficios y cargos de la industria, mostrando al mismo tiempo las complejidades que conlleva el proceso de generación de un producto cinematográfico y trufando el recorrido con divertidas anécdotas que hacen aún más placentero el viaje.
Especialmente recomendable es la parte desdicada al proceso de escritura de un guión que Goldman concibe como estructuras de ingeniería narrativa que funcionan y en los que la literatura es lo último que entra en liza.
El sentido práctico aplicado a este tipo de escritura, la justa visión descarnada de epopeyas propia del profesional, resultará sorprendente para quienes todavía piensan que el guionista es sólo un escritor.
Retrato nada complaciente de un mundo complacido y nada plácido.
Lectura imprescindible para aquellos que quieren saber un poco más, esos que como yo no se conforman con ver salir al conejo de la chistera y quieren saber cómo.
Da gusto leerlo.
El mundo del cine desde la perspectiva de un guionista, una perspectiva dependiente y sufrida... La conclusión tras cerrar el libro no puede ser otra... Incluso uno tiene la impresión de que no se trata de un buen trabajo, de que asiste a la historia del circo contada por el último mono: los cambios, los despidos inesperados, los directores que quieren una misma escena narrada desde todos los ángulos posibles (Paul Mazursky es el miserable en cuestión), los dislogos de última hora, las reuniones tensas mantenidas entre personas que quieren cosas diferentes o que, simplemente, no tienen ni pajolera idea de lo que quieren... Y a todo eso se añade los problemas propios de la escritura: las inseguridades, el folio en blanco, los miedos.
Un panorama estremecedor que William Goldman cuenta con un relativamente amargo sentido del humor que resulta muy adecuado al contenido general de la historia.
El libro está escrito en 1982. Por aquel entonces Goldman era un reputado guionista responsable de textos como "Marathon man" o "Dos hombres y un destino" o "Todos los hombres del presidente" o una joya olvidada llamada "Hot Rock" .... Y todavía no había escrito "La princesa prometida".
Estaba en condiciones de hablar con conocimiento de causa y, desde luego, lo hace.
A lo largo de sus más de 300 páginas, Goldman da un repaso a los principales oficios y cargos de la industria, mostrando al mismo tiempo las complejidades que conlleva el proceso de generación de un producto cinematográfico y trufando el recorrido con divertidas anécdotas que hacen aún más placentero el viaje.
Especialmente recomendable es la parte desdicada al proceso de escritura de un guión que Goldman concibe como estructuras de ingeniería narrativa que funcionan y en los que la literatura es lo último que entra en liza.
El sentido práctico aplicado a este tipo de escritura, la justa visión descarnada de epopeyas propia del profesional, resultará sorprendente para quienes todavía piensan que el guionista es sólo un escritor.
Retrato nada complaciente de un mundo complacido y nada plácido.
Lectura imprescindible para aquellos que quieren saber un poco más, esos que como yo no se conforman con ver salir al conejo de la chistera y quieren saber cómo.
jueves, noviembre 24, 2005
EL OJO DEL HURACÁN
No le sobra tiempo.
El reloj le quema en la muñeca.
No le queda tiempo, pero decide detenerse. Decide mirar.
A su alrededor, el espectáculo del propio movimiento.
el hormiguero, la colmena,
sucede como un interminable vórtice de carne y aire.
Se imagina a si mismo llendo y viniendo,
teniendo prisa,
entrando y saliendo.
No puede ser mucho más distinto que alguno de ellos.
Se imagina saliendo,
tumbándose en el suelo,
descansando al borde de un abismo de instantes que no le pertenecen
porque cobra por ellos.
Se recuerda de pronto,
pequeño y sin tiempo.
Apresuradamente se viste la prisa.
Todos los trenes están ya partiendo.
No le sobra tiempo.
El reloj le quema en la muñeca.
No le queda tiempo, pero decide detenerse. Decide mirar.
A su alrededor, el espectáculo del propio movimiento.
el hormiguero, la colmena,
sucede como un interminable vórtice de carne y aire.
Se imagina a si mismo llendo y viniendo,
teniendo prisa,
entrando y saliendo.
No puede ser mucho más distinto que alguno de ellos.
Se imagina saliendo,
tumbándose en el suelo,
descansando al borde de un abismo de instantes que no le pertenecen
porque cobra por ellos.
Se recuerda de pronto,
pequeño y sin tiempo.
Apresuradamente se viste la prisa.
Todos los trenes están ya partiendo.
miércoles, noviembre 16, 2005
No me resisto a transcribir una maravillosa anécdota que he leído en el libro de William Goldman: "Adventures in the screen trade. A personal view of Hollywood".
El protagonista es Harry Cohn, responsable de la Columbia en la época dorada de Hollywood.
En un funeral un conocido se le acercó y le comentó su asombro ante la gran cantidad de personas que habían acudido a despedir al muerto.
La contestación de Cohn fue la siguiente: "Da a la gente lo que quiere y acudirá".
Puro humor negro.
El protagonista es Harry Cohn, responsable de la Columbia en la época dorada de Hollywood.
En un funeral un conocido se le acercó y le comentó su asombro ante la gran cantidad de personas que habían acudido a despedir al muerto.
La contestación de Cohn fue la siguiente: "Da a la gente lo que quiere y acudirá".
Puro humor negro.
martes, noviembre 15, 2005
jueves, noviembre 10, 2005
Dos películas absolutamente recomendables:
- "La novia cadaver" de Tim Burton.
Un relato con aspiraciones de cuento que se mueve entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos.
Pasmosa envoltura de fantásticas marionetas y decorados para un fondo amable y bienintencionado que busca a toda costa emocionar al espectador recurriendo a mecanismos narrativos pertenecientes al ámbito de la fábula y el cuento: sublimación del amor, crueldad de la realidad (bodas obligadas) frente a la sensibilidad de una aspiración (bodas soñadas), final feliz... Nada que no haya intentado hacernos llorar antes, nada que no nos haga llorar cuando menos lo esperemos.
Personalmente disfruté mucho con el encuentro de los vivos con los muertos y con ese maravilloso perro muerto, siempre fiel a su dueño.
- "Match point" de Woody Allen.
Es la primera película de Allen que realmente me interesa en mucho tiempo.
La historia de un arribista sin escrupulos. Patricia Hisgmith pasada por el tamiz de las vivisecciones emocionales sin conceciones que tan adicto a practicar está volviéndose Ingmar Bergman en sus últimos trabajos (que no es otro que el Bergman de "Persona" mucho más concentrado y viejo).
Escenas de un matrimonio, escenas de un adulterio.
Magníficamente interpretada.
Soberbiamente filmada.
Una obra de madurez que coloca a Allen en una dimensión cercana a la del maestro sueco, aunque siempre salvando la distancia que siempre existirá entre ambos, una distancia que en mi opinión se cifra en intensidad de descarnada ética protestante.
- "La novia cadaver" de Tim Burton.
Un relato con aspiraciones de cuento que se mueve entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos.
Pasmosa envoltura de fantásticas marionetas y decorados para un fondo amable y bienintencionado que busca a toda costa emocionar al espectador recurriendo a mecanismos narrativos pertenecientes al ámbito de la fábula y el cuento: sublimación del amor, crueldad de la realidad (bodas obligadas) frente a la sensibilidad de una aspiración (bodas soñadas), final feliz... Nada que no haya intentado hacernos llorar antes, nada que no nos haga llorar cuando menos lo esperemos.
Personalmente disfruté mucho con el encuentro de los vivos con los muertos y con ese maravilloso perro muerto, siempre fiel a su dueño.
- "Match point" de Woody Allen.
Es la primera película de Allen que realmente me interesa en mucho tiempo.
La historia de un arribista sin escrupulos. Patricia Hisgmith pasada por el tamiz de las vivisecciones emocionales sin conceciones que tan adicto a practicar está volviéndose Ingmar Bergman en sus últimos trabajos (que no es otro que el Bergman de "Persona" mucho más concentrado y viejo).
Escenas de un matrimonio, escenas de un adulterio.
Magníficamente interpretada.
Soberbiamente filmada.
Una obra de madurez que coloca a Allen en una dimensión cercana a la del maestro sueco, aunque siempre salvando la distancia que siempre existirá entre ambos, una distancia que en mi opinión se cifra en intensidad de descarnada ética protestante.
"Hay algo terrible en la realidad y no se qué es"
(Giulianna en "El desierto rojo" de Michelangelo Antonioni)
Pues tiene donde elegir: el fracaso, el éxito, la decepción, la alegría, los demás, uno mismo, el pasado, el presente, el futuro, el más allá, el más acá... y en general todos los vaivenes del destino a los que se ve sometida esa nuestra levedad del ser que a Milan Kundera le parecía tan insoportable.
Todo cambia y nada es para siempre.
La eternidad no es otra cosa que un presente vivido intensamente, como si jamás fuera a terminarse.
Todo lo demás pertenece al imaginario ámbito de los dioses, la proyección reificada de nuestras limitaciones: A ellos nos confiamos y cuando lo hacemos en realidad no hacemos otra cosa que entregarnos al fantasma de nuestras incapacidades, imposibilidades y contradicciones... Otra cosa bastante inquietante, por cierto.
En general, somos absoluta y totalmente incapaces de vernos tal y como somos.
Nuestro lado inteligente y racional no puede soportarlo.
La desnudez de la carne y la sangre.
El incierto silencio entre latido y latido.
Las voraces dentelladas del tiempo.
El exacto número de los días que tenemos.
La neurosis nos constituye.
Sedientos, bebemos y bebemos.
Es la primera costumbre de nuestro sentir.
No es un defecto.
(Giulianna en "El desierto rojo" de Michelangelo Antonioni)
Pues tiene donde elegir: el fracaso, el éxito, la decepción, la alegría, los demás, uno mismo, el pasado, el presente, el futuro, el más allá, el más acá... y en general todos los vaivenes del destino a los que se ve sometida esa nuestra levedad del ser que a Milan Kundera le parecía tan insoportable.
Todo cambia y nada es para siempre.
La eternidad no es otra cosa que un presente vivido intensamente, como si jamás fuera a terminarse.
Todo lo demás pertenece al imaginario ámbito de los dioses, la proyección reificada de nuestras limitaciones: A ellos nos confiamos y cuando lo hacemos en realidad no hacemos otra cosa que entregarnos al fantasma de nuestras incapacidades, imposibilidades y contradicciones... Otra cosa bastante inquietante, por cierto.
En general, somos absoluta y totalmente incapaces de vernos tal y como somos.
Nuestro lado inteligente y racional no puede soportarlo.
La desnudez de la carne y la sangre.
El incierto silencio entre latido y latido.
Las voraces dentelladas del tiempo.
El exacto número de los días que tenemos.
La neurosis nos constituye.
Sedientos, bebemos y bebemos.
Es la primera costumbre de nuestro sentir.
No es un defecto.
martes, noviembre 01, 2005
lunes, octubre 31, 2005
viernes, octubre 28, 2005
Una de las cosas buenas que tiene el mundo en que vivimos es que las despedidas ya no existen (si uno no quiere despedirse).
La tecnología ha abolido la distancia.
La gente no se va (si de verdad no quiere irse).
Siempre hay un correo electrónico, un messenger, una video conferencia llegándote cuando menos la esperas.
Los olvidos empiezan a depender de la voluntad de olvidar que tenga cada uno mismo.
La tecnología ha abolido la distancia.
La gente no se va (si de verdad no quiere irse).
Siempre hay un correo electrónico, un messenger, una video conferencia llegándote cuando menos la esperas.
Los olvidos empiezan a depender de la voluntad de olvidar que tenga cada uno mismo.
jueves, octubre 27, 2005
GRIPE AVIAR
Con toda la gente que vive en Asia, me parecen muy pocas las personas que durante este año han muerto infectadas por la gripe aviar y sin embargo éste es un tema que obsesiona, atemoriza y preocupa a nuestra opulenta sociedad (que vive dando la espalda a las gallinas).
Manejo mentalmente la cifra de 60 muertos y me parece muy pequeña comparada con los miles de millones de habitantes que pueblan Asia... Seguro que han muerto más personas atragantadas con costillas de "celdo" asadas con salsa Teriyaki y no por ello hemos dejado de pedirlas en los chinos.
Es cierto que el virus que ataca a los animales puede mutar y afectar al hombre, pero hay otro montón de seres minúsculos que están también dispuestos a mutar, por ejemplo, el anthrax... y es que estar vivo es un milagro.
La vida es un delicado equilibrio que constantemente está a punto de irse al traste.
Los peligros son múltiples y nos acechan por todas partes, como indios comanches.... pero, y centrándonos en el tema aviar, para que el virus mute tienen que darse unas cuantas circunstancias bastante excepcionales. Circunstancias que por cierto aún no se han dado en sociedades compuestas por cientos de millones de personas. Sociedades caracterizadas por niveles más bajos de salubridad y cuya gran parte de integrantes convive con estos animales como si fueran de la familia... y todos sabemos que donde hay confianza da asco.
Esas circunstancias a las que me refiero tienen que ver con el hecho de que en un organismo humano infectado por el virus de la gripe normal se vea también infectado por el virus de la gripe aviar y además esos dos organismos tienen que conocerse y caerse bien, unirse en santo y mortal matrimonio.
Supongo que habrá más elementos a tener en cuenta.
Supongo que en alguna parte tiene que existir un blog sobre la Gripe Aviar llamado quizas "Chicken Kills" con más y mejor información.
Puede que algún día mute y todos nos veamos obligados a jugar nuestra personal partida de ajedrez con la muerte, pero quizá antes nos mate el estrés, los conservantes y colorantes, el tabaco, la velocidad, las viejas enfermedades de siempre, los compañeros de trabajo hijos de puta, el alcohol, el nuevo disco de la Kelly Family, el estatut, la radiación de los móviles, las fotografías robadas de Leticia Ortiz en el Hospital o, simplemente, el propio tiempo, que es la peor de las enfermedades.
Pero nadie habla del tiempo.
Sólo poetas y filósofos lo hacen y casi nadie los lee.
Con toda la gente que vive en Asia, me parecen muy pocas las personas que durante este año han muerto infectadas por la gripe aviar y sin embargo éste es un tema que obsesiona, atemoriza y preocupa a nuestra opulenta sociedad (que vive dando la espalda a las gallinas).
Manejo mentalmente la cifra de 60 muertos y me parece muy pequeña comparada con los miles de millones de habitantes que pueblan Asia... Seguro que han muerto más personas atragantadas con costillas de "celdo" asadas con salsa Teriyaki y no por ello hemos dejado de pedirlas en los chinos.
Es cierto que el virus que ataca a los animales puede mutar y afectar al hombre, pero hay otro montón de seres minúsculos que están también dispuestos a mutar, por ejemplo, el anthrax... y es que estar vivo es un milagro.
La vida es un delicado equilibrio que constantemente está a punto de irse al traste.
Los peligros son múltiples y nos acechan por todas partes, como indios comanches.... pero, y centrándonos en el tema aviar, para que el virus mute tienen que darse unas cuantas circunstancias bastante excepcionales. Circunstancias que por cierto aún no se han dado en sociedades compuestas por cientos de millones de personas. Sociedades caracterizadas por niveles más bajos de salubridad y cuya gran parte de integrantes convive con estos animales como si fueran de la familia... y todos sabemos que donde hay confianza da asco.
Esas circunstancias a las que me refiero tienen que ver con el hecho de que en un organismo humano infectado por el virus de la gripe normal se vea también infectado por el virus de la gripe aviar y además esos dos organismos tienen que conocerse y caerse bien, unirse en santo y mortal matrimonio.
Supongo que habrá más elementos a tener en cuenta.
Supongo que en alguna parte tiene que existir un blog sobre la Gripe Aviar llamado quizas "Chicken Kills" con más y mejor información.
Puede que algún día mute y todos nos veamos obligados a jugar nuestra personal partida de ajedrez con la muerte, pero quizá antes nos mate el estrés, los conservantes y colorantes, el tabaco, la velocidad, las viejas enfermedades de siempre, los compañeros de trabajo hijos de puta, el alcohol, el nuevo disco de la Kelly Family, el estatut, la radiación de los móviles, las fotografías robadas de Leticia Ortiz en el Hospital o, simplemente, el propio tiempo, que es la peor de las enfermedades.
Pero nadie habla del tiempo.
Sólo poetas y filósofos lo hacen y casi nadie los lee.
miércoles, octubre 26, 2005
Se nota que es su primer día de trabajo.
Poniendo los cafés, montando los pinchos de tortilla sobre los pequeños platos...
Sus movimientos son todavía demasiado lentos, como si todas las acciones tuvieran un propósito, un sentido que ella tuviera que memorizar para poder desempeñar su nuevo trabajo de la forma más perfecta posible.
La teoría.
Sus movimientos también son cuidadosos, como si la lentitud pudiera conjurar el terrible fantasma de posibles errores y descuidos.
La práctica.
Se maneja con cuidado.
Se fija en todo.
Quiere hacerlo bien.
Cualquiera podría verlo.
Poniendo los cafés, montando los pinchos de tortilla sobre los pequeños platos...
Sus movimientos son todavía demasiado lentos, como si todas las acciones tuvieran un propósito, un sentido que ella tuviera que memorizar para poder desempeñar su nuevo trabajo de la forma más perfecta posible.
La teoría.
Sus movimientos también son cuidadosos, como si la lentitud pudiera conjurar el terrible fantasma de posibles errores y descuidos.
La práctica.
Se maneja con cuidado.
Se fija en todo.
Quiere hacerlo bien.
Cualquiera podría verlo.
martes, octubre 25, 2005
No sólo me gustan los días de lluvia, también me gustan las buenas librerías.
No son fáciles de encontrar, pero existen.
Yo conozco alguna.
En las buenas librerías uno no sólo suele encontrar lo que busca sino que también, simplemente, encuentra lo que no estaba buscando.
Es difícil salir sin un libro de ellas.
Sus propietarios te lo ponen muy complicado colocando en la sección de poesía un libro que contiene 100 poemas de Li Bai o en la sección de literatura algún libro de Sam Shepard, Vila-Matas o John Fowles.
Normalmente, hay poca gente en las buenas librerías.
Los movimientos son lentos.
El silencio es consustancial.
Todos saben que en cualquier momento el tesoro puede brillar ante sus ojos y esperan.
No hay prisa.
En mi caso, tardé poco en encontrar "La Ideología alemana" de Karl Marx.
El deslumbramiento fue total.
No son fáciles de encontrar, pero existen.
Yo conozco alguna.
En las buenas librerías uno no sólo suele encontrar lo que busca sino que también, simplemente, encuentra lo que no estaba buscando.
Es difícil salir sin un libro de ellas.
Sus propietarios te lo ponen muy complicado colocando en la sección de poesía un libro que contiene 100 poemas de Li Bai o en la sección de literatura algún libro de Sam Shepard, Vila-Matas o John Fowles.
Normalmente, hay poca gente en las buenas librerías.
Los movimientos son lentos.
El silencio es consustancial.
Todos saben que en cualquier momento el tesoro puede brillar ante sus ojos y esperan.
No hay prisa.
En mi caso, tardé poco en encontrar "La Ideología alemana" de Karl Marx.
El deslumbramiento fue total.
viernes, octubre 21, 2005
miércoles, octubre 19, 2005
martes, octubre 18, 2005
miércoles, octubre 12, 2005
RETRATO Nº1
Está sentado al principio de la escalera.
Con pensativa displicencia consume más veneno de su cigarrillo.
La ingesta es pausada y lenta, como si en el fondo pensara que hay tiempo para todo, incluso para envenenarse un poco más.
Al fondo, ante sus ojos, la calle y la ciudad, en un oscuro atardecer de otoño.
Como extrañas flores nocturnas, las luces empiezan a brotar por todas partes.
Muy pronto anochecerá, pero hay tiempo.
Hay tiempo para pensar en todo y también en nada.
Está sentado al principio de la escalera,
como de espaldas a un mundo cuya inexorable y acostumbrada mecánica sucede a su alrededor.
Medita.
Piensa.
Quizá, espera.
Simplemente, deja pasar el tiempo a la espera de que algo nuevo, en el tiempo, suceda.
Está sentado al principio de la escalera.
Con pensativa displicencia consume más veneno de su cigarrillo.
La ingesta es pausada y lenta, como si en el fondo pensara que hay tiempo para todo, incluso para envenenarse un poco más.
Al fondo, ante sus ojos, la calle y la ciudad, en un oscuro atardecer de otoño.
Como extrañas flores nocturnas, las luces empiezan a brotar por todas partes.
Muy pronto anochecerá, pero hay tiempo.
Hay tiempo para pensar en todo y también en nada.
Está sentado al principio de la escalera,
como de espaldas a un mundo cuya inexorable y acostumbrada mecánica sucede a su alrededor.
Medita.
Piensa.
Quizá, espera.
Simplemente, deja pasar el tiempo a la espera de que algo nuevo, en el tiempo, suceda.
lunes, octubre 10, 2005
viernes, octubre 07, 2005
"17. Me gustaría saber tu opinión sobre Sam Peckinpah, el cual yo creo rodó dos de los mejores westerns modernos (The Wild Bunch y Ride The Hgh Country) además de otras grandes películas como La balada de cable hogue o Mayor Dundee
William Holden diciéndole a su pandilla "¿Vamos?" y éstos respondiéndole: "¿Por qué no?" La última mirada a las montañas del agonizante Joel Mc Crea en "Duelo en la alta sierra". Cable Hogue preguntándole al reverendo Johsua Duncan Sloane: "¿Por qué será que aunque hayas conocido a infinitas mujeres siempre aparece alguna que te toca en lo más hondo?" Y el reverendo respondiéndole: "Bueno, no es grave. Supongo que se pasa con la muerte". Teresa María Santiago asegurándole con tristeza al resacoso Amos Dundee: "Para usted, Mayor, la guerra no acabará nunca". ¿Tengo que explicarle que el cine de Peckinpah pertenece a mi alma?"
(Carlos Boyero)
La poética del ruido y de la furia.
Para siempre, Amén.
William Holden diciéndole a su pandilla "¿Vamos?" y éstos respondiéndole: "¿Por qué no?" La última mirada a las montañas del agonizante Joel Mc Crea en "Duelo en la alta sierra". Cable Hogue preguntándole al reverendo Johsua Duncan Sloane: "¿Por qué será que aunque hayas conocido a infinitas mujeres siempre aparece alguna que te toca en lo más hondo?" Y el reverendo respondiéndole: "Bueno, no es grave. Supongo que se pasa con la muerte". Teresa María Santiago asegurándole con tristeza al resacoso Amos Dundee: "Para usted, Mayor, la guerra no acabará nunca". ¿Tengo que explicarle que el cine de Peckinpah pertenece a mi alma?"
(Carlos Boyero)
La poética del ruido y de la furia.
Para siempre, Amén.
martes, octubre 04, 2005
Somos muy celosos de nuestra intimidad... hsta que alguién nos llama al móvil.
Casi todas las mañanas, casi todas las tarde, corro el riesgo de enterarme al detalle de la vida de una persona que no conozco.
A voz en grito y mientras el autobús avanza torpemente en el atasco las miserias del desconocido me llegan altas y claras... casi nunca interesantes, porque por lo menos podrían obsequiar a su cautivo público con alguna historia cautivante... No se. Corrupciones políticas, intrigas de espionaje internacional, nuevas posturas sexuales, historias de fantasmas, agudos comentarios filosóficos, chistes graciosos que luego podamos contar... No se. Cosas que sean de provecho para los que estamos obligados a escuchar, pero no: tallas ganadas, llaves perdidas, ya te lo había dicho yo, papá si, mamá no... Seguro que hay silencios más interesantes.
No lo entiendo y no lo soporto.
Menos mal que tengo los cascos.
Menos mal que la música, una vez más, acude a salvarme.
Casi todas las mañanas, casi todas las tarde, corro el riesgo de enterarme al detalle de la vida de una persona que no conozco.
A voz en grito y mientras el autobús avanza torpemente en el atasco las miserias del desconocido me llegan altas y claras... casi nunca interesantes, porque por lo menos podrían obsequiar a su cautivo público con alguna historia cautivante... No se. Corrupciones políticas, intrigas de espionaje internacional, nuevas posturas sexuales, historias de fantasmas, agudos comentarios filosóficos, chistes graciosos que luego podamos contar... No se. Cosas que sean de provecho para los que estamos obligados a escuchar, pero no: tallas ganadas, llaves perdidas, ya te lo había dicho yo, papá si, mamá no... Seguro que hay silencios más interesantes.
No lo entiendo y no lo soporto.
Menos mal que tengo los cascos.
Menos mal que la música, una vez más, acude a salvarme.
domingo, octubre 02, 2005
VACACIONES
Primera semana después de las vacaciones
y estas empiezan a quedar ya lejos.
Estuvieron bien, pero no fueron reales.
No fueron otra cosa que tiempo comprado,
un tiempo que intenté aprovechar de la mejor forma posible
y conforme a mi mejor criterio sobre lo que en realidad soy yo...
pero mi vida real era otra:
madrugar,
trabajar,
llegar a casa tarde,
intentar marchar a dormir
lo antes posible,
volver a madrugar...
y, de pronto, un fin de semana
que siempre termina pasando
demasiado rápido,
demasiado pronto.
Mi vida auténtica era otra y me estaba esperando
en el mismo lugar donde la dejé apresuradamente,
antes de salir corriendo a una calurosa tarde de septiembre
para perseguir placenteras sombras
que apenas mostraban sus esquivos rostros a mi paso.
Somos criaturas necesitadas de ficciones
y la de las vacaciones es una de ellas,
una más.
Hay una vida diferente esperándonos al otro lado del espejo:
Ser otro o, incluso, el verdadero uno mismo,
pero a plazo fijo
y con fecha de caducidad.
Hacer otras cosas,
intentar olvidar.
Son la otra cara del Jano que de por vida nos ata,
la placentera y amable,
la que no nos duele tanto
aunque en realidad tengamos vacaciones porque trabajamos,
porque estamos atados a esas obligaciones y responsabilidades
de cuya voracidad insaciable salimos escapando.
Las vacaciones no nos salvan,
nos atan aún más,
como si se tratara de una buena droga:
demasiado pronto regresamos
con el deseo de, lo antes posible, volver a marchar.
Primera semana después de las vacaciones
y estas empiezan a quedar ya lejos.
Estuvieron bien, pero no fueron reales.
No fueron otra cosa que tiempo comprado,
un tiempo que intenté aprovechar de la mejor forma posible
y conforme a mi mejor criterio sobre lo que en realidad soy yo...
pero mi vida real era otra:
madrugar,
trabajar,
llegar a casa tarde,
intentar marchar a dormir
lo antes posible,
volver a madrugar...
y, de pronto, un fin de semana
que siempre termina pasando
demasiado rápido,
demasiado pronto.
Mi vida auténtica era otra y me estaba esperando
en el mismo lugar donde la dejé apresuradamente,
antes de salir corriendo a una calurosa tarde de septiembre
para perseguir placenteras sombras
que apenas mostraban sus esquivos rostros a mi paso.
Somos criaturas necesitadas de ficciones
y la de las vacaciones es una de ellas,
una más.
Hay una vida diferente esperándonos al otro lado del espejo:
Ser otro o, incluso, el verdadero uno mismo,
pero a plazo fijo
y con fecha de caducidad.
Hacer otras cosas,
intentar olvidar.
Son la otra cara del Jano que de por vida nos ata,
la placentera y amable,
la que no nos duele tanto
aunque en realidad tengamos vacaciones porque trabajamos,
porque estamos atados a esas obligaciones y responsabilidades
de cuya voracidad insaciable salimos escapando.
Las vacaciones no nos salvan,
nos atan aún más,
como si se tratara de una buena droga:
demasiado pronto regresamos
con el deseo de, lo antes posible, volver a marchar.
viernes, septiembre 30, 2005
¡Que el señor bendiga cada rincón de esta red... si es que aún nuestro estilo de vida (el de los que creen -sobre todo- y el de los que no creen) aún no le ha matado!
¡Alégrate, lleno de gracia (aunque no seas sevillano)!
¡Ha vuelto!
¡Alégrate, lleno de gracia (aunque no seas sevillano)!
¡Ha vuelto!
jueves, septiembre 29, 2005
DIVAGACIÓN Nº234
Escribo mientras escucho a Van Morrison.
Sobre la mesa, despreocupadamente tumbado, uno de mis gatos se despereza a mi lado.
En todos y cada uno de los últimos discos del León de Belfast, he encontrado una canción que no puedo dejar de escuchar.
"If you love me", "High Summer", "Fast Train" o "Celtic New Year" (la que ahora escucho por enésima vez).
El gato me mira, extiende la pata hacia el teclado, como si él también quisiera escribir.
Me gusta escuchar muchas veces la misma canción.
Me gusta convertirlas en mantras, imbuirme del estado emocional que la pieza transmite, penetrar en ella hasta hacerla mía, convertir el flechazo sentido en una relación aún más profunda... Y al final, siempre estoy yo mismo esperándome al final de alguna ensoñación con el agua fresca de algún recuerdo o alguna emoción entre las manos.
El gato sigue mirándome.
Se ha incorporado.
Parece escuchar también los rugidos del León.
Se acerca la medianoche.
De su fugaz mano,
un viejo día muere
y un nuevo día llega.
Escribo mientras escucho a Van Morrison.
Sobre la mesa, despreocupadamente tumbado, uno de mis gatos se despereza a mi lado.
En todos y cada uno de los últimos discos del León de Belfast, he encontrado una canción que no puedo dejar de escuchar.
"If you love me", "High Summer", "Fast Train" o "Celtic New Year" (la que ahora escucho por enésima vez).
El gato me mira, extiende la pata hacia el teclado, como si él también quisiera escribir.
Me gusta escuchar muchas veces la misma canción.
Me gusta convertirlas en mantras, imbuirme del estado emocional que la pieza transmite, penetrar en ella hasta hacerla mía, convertir el flechazo sentido en una relación aún más profunda... Y al final, siempre estoy yo mismo esperándome al final de alguna ensoñación con el agua fresca de algún recuerdo o alguna emoción entre las manos.
El gato sigue mirándome.
Se ha incorporado.
Parece escuchar también los rugidos del León.
Se acerca la medianoche.
De su fugaz mano,
un viejo día muere
y un nuevo día llega.
martes, septiembre 27, 2005
"Pero la condición para gobernar (en contra del pueblo, como ha de ser), es gobernar. Es explicar. Es razonar. Es elaborar frases complejas: quiero decir con sujeto, verbo y predicado. Es abrir un profundo debate nacional sobre el perdón, la sangre y el olvido. Es situar al pueblo ante las rigurosas y difíciles elecciones morales que comporta la seguridad. Nada que esté haciendo este gobierno, ni que haya pensado hacer, en la más rigurosa textualidad de la expresión."
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UNA BREVE HISTORIA DE CASI TODO
Bill Bryson es un escritor norteamericano residente en las islas británicas.
Entré en contacto con su obra hace ya un tiempo, por recomendación de E., mi hermana de Carolina del Norte. En su momento discutíamos mucho sobre la vida en Norteamerica, sobre la realidad (que aportaba ella) y la imagen que se tenía desde fuera (que aportaba yo) y cierto día ella me sugirió que leyera alguno de sus libros de viajes por los Estados Unidos.
Ella me decía que, después de haber estado viviendo más de 20 años en Europa, sus ojos eran los de un europeo y esta cualidad hacía de sus libros un interesante material... y empecé por "I'm a Stranger Here Myself: Notes on Returning to America After 20 Years Away ".
En absoluto me defraudó.
Descubrí una mirada sensible e inteligente, capaz de percibir en la realidad lo importante, una mirada también llena de sentido del humor e incluso de ternura.
Todo un descubrimiento: el perfecto viajero y también el perfecto escritor, puesto que sus libros están muy bien escritos. Se leen casi sin querer y disfrutando cada página del placer de la lectura.
Cuando descubrí que Bryson había escrito un libro de divulgación científica no lo dudé ni un segundo. Lo compré.
Tampoco me sorprendió que un escritor de libros de viajes escribiera "Una breve historia de casi todo", después de todo la Ciencia también es un viaje... en el tiempo y sobre el saber, pero viaje al fin y al cabo.
Y tampoco me he sentido defraudado.
Todo lo contrario. Estoy entusiasmado con su talento para narrar aspectos tan complicados como las nuevas teorías sobre el origen del universo. Para ser más correcto, sigo estándolo.
Como ha hecho con los Estados Unidos (y con otras zonas del mundo), Bryson ha sido capaz de poner ante el lector el apasionante territorio de la ciencia al alcance de su mano.
Sus más de 500 páginas pasan volando.
Se leen con interés y atención porque los temas lo merecen y también porque el autor se las arregla para hacer con su inteligente sentido del humor el viaje aún más gradable de lo que en realidad ya es.
Bryson no escribe literatura (que yo sepa), pero sin lugar a dudas es un gran narrador que hace los mundos que nos descubre sean aún más grandes de lo que ya son.
Altamente recomendable... si uno tiene la inquietud de conocer.
Bill Bryson es un escritor norteamericano residente en las islas británicas.
Entré en contacto con su obra hace ya un tiempo, por recomendación de E., mi hermana de Carolina del Norte. En su momento discutíamos mucho sobre la vida en Norteamerica, sobre la realidad (que aportaba ella) y la imagen que se tenía desde fuera (que aportaba yo) y cierto día ella me sugirió que leyera alguno de sus libros de viajes por los Estados Unidos.
Ella me decía que, después de haber estado viviendo más de 20 años en Europa, sus ojos eran los de un europeo y esta cualidad hacía de sus libros un interesante material... y empecé por "I'm a Stranger Here Myself: Notes on Returning to America After 20 Years Away ".
En absoluto me defraudó.
Descubrí una mirada sensible e inteligente, capaz de percibir en la realidad lo importante, una mirada también llena de sentido del humor e incluso de ternura.
Todo un descubrimiento: el perfecto viajero y también el perfecto escritor, puesto que sus libros están muy bien escritos. Se leen casi sin querer y disfrutando cada página del placer de la lectura.
Cuando descubrí que Bryson había escrito un libro de divulgación científica no lo dudé ni un segundo. Lo compré.
Tampoco me sorprendió que un escritor de libros de viajes escribiera "Una breve historia de casi todo", después de todo la Ciencia también es un viaje... en el tiempo y sobre el saber, pero viaje al fin y al cabo.
Y tampoco me he sentido defraudado.
Todo lo contrario. Estoy entusiasmado con su talento para narrar aspectos tan complicados como las nuevas teorías sobre el origen del universo. Para ser más correcto, sigo estándolo.
Como ha hecho con los Estados Unidos (y con otras zonas del mundo), Bryson ha sido capaz de poner ante el lector el apasionante territorio de la ciencia al alcance de su mano.
Sus más de 500 páginas pasan volando.
Se leen con interés y atención porque los temas lo merecen y también porque el autor se las arregla para hacer con su inteligente sentido del humor el viaje aún más gradable de lo que en realidad ya es.
Bryson no escribe literatura (que yo sepa), pero sin lugar a dudas es un gran narrador que hace los mundos que nos descubre sean aún más grandes de lo que ya son.
Altamente recomendable... si uno tiene la inquietud de conocer.
sábado, septiembre 24, 2005
SENSACIONAL REVELACIÓN
Acabo de escuchar en la televisión que el pelo que luce la Virgen de la Macarena pertenece a la tonadillera Juanita Reina... ¡Impresionante revelación!
Me pregunto con terror de quién serán los ojos, las manos o la piel...
No se por qué pero imagino a alguien parecido a Vincent Price peinando a la virgen antes de cada procesión.
Acabo de escuchar en la televisión que el pelo que luce la Virgen de la Macarena pertenece a la tonadillera Juanita Reina... ¡Impresionante revelación!
Me pregunto con terror de quién serán los ojos, las manos o la piel...
No se por qué pero imagino a alguien parecido a Vincent Price peinando a la virgen antes de cada procesión.
jueves, septiembre 22, 2005
APOCALÍPTICO
"En todo caso, para la evolución del ser humano, Mill entendía que la lucha decisiva, la lucha que efectivamente podría llamarse lucha por la vida, era el combate que el propio individuo emprendía por la autoformación de su carácter. Ésta era la lucha que podía mantener abiertas las vías evolutivas e impedir que se cegaran hasta hacer del hombre un animal gregario... Ahora vemos la clave de la complexio oppositorum de Mill y el sentido de la construcción de hombres de carácter fuerte. Mientras éstos no tomen responsablemente sobre sí la conducción de la revolución democrática formal, conformando una nueva política, el despotismo cesarista será inevitable. Éste hará de la política el órgano de las tendencias y los instintos de la masa y aspirará a complacer esos instintos reflejando en su forma de poder la mediocridad colectiva."
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
La democracia sólo funciona sobre la base de la discusión de opiniones fundamentadas emitidas por individuos formados e implicados en lo problemas de su tiempo.
Todo lo demás es lo que ahora tenemos: una sociedad que descuida su sistema educativo y que en lugar de generar individuos con criterio se dedica a producir máquinas trabajadoras/consumidoras a las que de cuando en cuando les hace partícipes de la ilusión sacramental de una toma de decisión.
Una decisión que es realmente imposible de tomar puesto que ni se tiene toda la información ni tampoco se tiene la capacidad de procesarla de acuerdo con un personal modo fundado de ver las cosas... De este modo, un político puede decir una misma cosa y la contraria dentro de un lapso relativamente corto de tiempo sin que realmente pasa nada. De su lado, tiene los slóganes y la posibilidad de repetir una mentira en los medios de comunicación afines el número suficiente de veces como para que se convierta en verdad.
Ahora nuestras vidas transcurren muy lejos de la política, como si de una forma inconsciente reconociéramos nuestra manipulada condición, pero hubo un tiempo en que lo fue todo... y de ese tiempo provienen muchas de las cosas que constituyen nuestro bienestar actual.
Quizá las acabemos perdiendo.
Quizá, como escribe Mill, "Europa tenderá a convertirse en una nueva China", un régimen despótico en el que la individualidad no cuenta nada...
"En todo caso, para la evolución del ser humano, Mill entendía que la lucha decisiva, la lucha que efectivamente podría llamarse lucha por la vida, era el combate que el propio individuo emprendía por la autoformación de su carácter. Ésta era la lucha que podía mantener abiertas las vías evolutivas e impedir que se cegaran hasta hacer del hombre un animal gregario... Ahora vemos la clave de la complexio oppositorum de Mill y el sentido de la construcción de hombres de carácter fuerte. Mientras éstos no tomen responsablemente sobre sí la conducción de la revolución democrática formal, conformando una nueva política, el despotismo cesarista será inevitable. Éste hará de la política el órgano de las tendencias y los instintos de la masa y aspirará a complacer esos instintos reflejando en su forma de poder la mediocridad colectiva."
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
La democracia sólo funciona sobre la base de la discusión de opiniones fundamentadas emitidas por individuos formados e implicados en lo problemas de su tiempo.
Todo lo demás es lo que ahora tenemos: una sociedad que descuida su sistema educativo y que en lugar de generar individuos con criterio se dedica a producir máquinas trabajadoras/consumidoras a las que de cuando en cuando les hace partícipes de la ilusión sacramental de una toma de decisión.
Una decisión que es realmente imposible de tomar puesto que ni se tiene toda la información ni tampoco se tiene la capacidad de procesarla de acuerdo con un personal modo fundado de ver las cosas... De este modo, un político puede decir una misma cosa y la contraria dentro de un lapso relativamente corto de tiempo sin que realmente pasa nada. De su lado, tiene los slóganes y la posibilidad de repetir una mentira en los medios de comunicación afines el número suficiente de veces como para que se convierta en verdad.
Ahora nuestras vidas transcurren muy lejos de la política, como si de una forma inconsciente reconociéramos nuestra manipulada condición, pero hubo un tiempo en que lo fue todo... y de ese tiempo provienen muchas de las cosas que constituyen nuestro bienestar actual.
Quizá las acabemos perdiendo.
Quizá, como escribe Mill, "Europa tenderá a convertirse en una nueva China", un régimen despótico en el que la individualidad no cuenta nada...
miércoles, septiembre 21, 2005
SOBRE LA FELICIDAD
"La felicidad sólo se da en esta tierra como añadidura a la búsqueda positiva de otra cosa que no es ella. Apuntando hacia otra cosa los hombres encuentran incidentalmente la felicidad. La clave reside en no hacer de la felicidad el objetivo inmediato y directo de la vida, pues ello nos obligaría a someter su idea a un examen riguroso, a prolijas reflexiones, a interrogantes permanentes, en suma, a infinitas sospechas.... Pero esta respuesta es la mitad del asunto... No cabe esperar la añadidura de la felicidad si no se pone en el lugar central de la vida humana el cultivo interno del individuo... Es preciso formar y educar, reforzar y dirigir el mundo de la interioridad... la atención a todas las facultades humanas y a su equilibrado desarrollo.
La felicidad no se puede entregar al hombre desde el exterior"
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
"La felicidad sólo se da en esta tierra como añadidura a la búsqueda positiva de otra cosa que no es ella. Apuntando hacia otra cosa los hombres encuentran incidentalmente la felicidad. La clave reside en no hacer de la felicidad el objetivo inmediato y directo de la vida, pues ello nos obligaría a someter su idea a un examen riguroso, a prolijas reflexiones, a interrogantes permanentes, en suma, a infinitas sospechas.... Pero esta respuesta es la mitad del asunto... No cabe esperar la añadidura de la felicidad si no se pone en el lugar central de la vida humana el cultivo interno del individuo... Es preciso formar y educar, reforzar y dirigir el mundo de la interioridad... la atención a todas las facultades humanas y a su equilibrado desarrollo.
La felicidad no se puede entregar al hombre desde el exterior"
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
martes, septiembre 20, 2005
NORTHFORK
La visión de esta pequeña obra maestra ha sido todo un descubrimiento para mí, un puro enamoramiento.
Northfork es el nombre de un pueblo de Montana que está a punto de ser tragado por las aguas de una presa en construcción, pero también es la historia de un pequeño huérfano llamado Irwin cuya joven vida ya se acaba. Cuidado por el padre Harlan (un M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-O Nick Nolte), la imaginación de Irwin volará sobre la también agonizante Northfork acompañándole hasta el final de su viaje.
Nadie debería perderse esta difícil relato crepuscular de ritmo cadencioso y suave, elegante y lúcido, lleno de una sútil y sobria sensibilidad poética, una especie de largo adios pronunciado entre sonrisas y lágrimas
Me gustaría escribir muchas cosas más sobre Northfork, pero es mejor no contarla. Se me hace imposible hablar de ella. Cualquier cosa que dijera no terminaría de hacer justicia a su magia.
La visión de esta pequeña obra maestra ha sido todo un descubrimiento para mí, un puro enamoramiento.
Northfork es el nombre de un pueblo de Montana que está a punto de ser tragado por las aguas de una presa en construcción, pero también es la historia de un pequeño huérfano llamado Irwin cuya joven vida ya se acaba. Cuidado por el padre Harlan (un M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-O Nick Nolte), la imaginación de Irwin volará sobre la también agonizante Northfork acompañándole hasta el final de su viaje.
Nadie debería perderse esta difícil relato crepuscular de ritmo cadencioso y suave, elegante y lúcido, lleno de una sútil y sobria sensibilidad poética, una especie de largo adios pronunciado entre sonrisas y lágrimas
Me gustaría escribir muchas cosas más sobre Northfork, pero es mejor no contarla. Se me hace imposible hablar de ella. Cualquier cosa que dijera no terminaría de hacer justicia a su magia.
lunes, septiembre 19, 2005
MARIA TERESA CAMPOS
Aprovecho mis dos semanas de vacaciones para recuperar mi inconfesabe faceta de televidente y al encender el televisor me encuentro con ella.
Se la nota mucho más tensa, mucho más nerviosa, como si tuviera el convencimiento de que con cada minuto que pasa una décima más de su audiencia estuviera marchándose a la competencia, como si pensara que debe hacer algo pero no supiera muy bien qué hacer.
Por lo demás -y teniendo en cuenta lo poco que he visto- su programa presente se diferencia muy poco de anteriores programas de su pasado: tertulias sinergégicas sobre programas de la cadena, colaboradores poniendo a parir Rivera Ordóñez... La misma mierda de siempre. Lo único que ha pasado sobre ella es el tiempo y quizá lo haya hecho definitivamente.
Ls diferencia más importante es que la reventona Tererelu no está. Sólo por éso debiera haber subido la audiencia.
Contemplando su nerviosismo, sus verbalizados esfuerzos patéticos y desesperados por presentarse como portavoz del sentir de los televidentes o diciéndole a Santiago Segura que ella nunca se equivoca, me viene a la cabeza un pensamiento: Lo peor de ser el número uno en cualquier faceta de la vida es ser simplemente éso, ser el o la mejor.
Como si la identidad propia procediera única y exclusivamente de la comparación favorable con los otros y no por aspectos que pertenecen al exclusivo ámbito del "uno mismo".
El tiempo pasa y algún día son otros los que disfrutarán los manjares habitualmente dispuestos en lo que hasta ayer fue nuestra diaria cena.
Y entonces ya no habrá nada.
La obsesión por volver a ser lo que fuimos terminará por matarnos.
Aprovecho mis dos semanas de vacaciones para recuperar mi inconfesabe faceta de televidente y al encender el televisor me encuentro con ella.
Se la nota mucho más tensa, mucho más nerviosa, como si tuviera el convencimiento de que con cada minuto que pasa una décima más de su audiencia estuviera marchándose a la competencia, como si pensara que debe hacer algo pero no supiera muy bien qué hacer.
Por lo demás -y teniendo en cuenta lo poco que he visto- su programa presente se diferencia muy poco de anteriores programas de su pasado: tertulias sinergégicas sobre programas de la cadena, colaboradores poniendo a parir Rivera Ordóñez... La misma mierda de siempre. Lo único que ha pasado sobre ella es el tiempo y quizá lo haya hecho definitivamente.
Ls diferencia más importante es que la reventona Tererelu no está. Sólo por éso debiera haber subido la audiencia.
Contemplando su nerviosismo, sus verbalizados esfuerzos patéticos y desesperados por presentarse como portavoz del sentir de los televidentes o diciéndole a Santiago Segura que ella nunca se equivoca, me viene a la cabeza un pensamiento: Lo peor de ser el número uno en cualquier faceta de la vida es ser simplemente éso, ser el o la mejor.
Como si la identidad propia procediera única y exclusivamente de la comparación favorable con los otros y no por aspectos que pertenecen al exclusivo ámbito del "uno mismo".
El tiempo pasa y algún día son otros los que disfrutarán los manjares habitualmente dispuestos en lo que hasta ayer fue nuestra diaria cena.
Y entonces ya no habrá nada.
La obsesión por volver a ser lo que fuimos terminará por matarnos.
COMIENZO
Mi nueva historia empieza así:
"Sabe que es un sueño.
Sabe que duerme.
No es la primera vez que se encuentra de pie, en medio de una geografía vagamente familiar de suaves colinas verdes, bajo un tremendo cielo azul de primavera.
El pasado no existe.
Simplemente se ha encontrado a sí mismo allí, sintiéndose como vagamente abandonado, notando el molesto aliento de una helada brisa que le invisible le llega, escuchando su sonar fantasmal conjugarse arrítmicamente con el profundo batir de su corazón cansado.
No es la primera vez que no siente calor. No es la primera vez que quiere sentirlo por encima de cualquier otra cosa.
Gira sobre si mismo, mira a su alrededor.
Nada se mueve.
Todo parece detenido. Se le antoja una suerte de inmensa naturaleza muerta, un espacio artificial que carece del invisible bullir de la vida. Ni un pájaro, ni una hormiga, ni una abeja… Nada. Sólo él, el viento y la clara sensación de haber ya estado aquí antes.
Gira sobre si mismo, mira a su alrededor sintiéndose como constantemente atravesado por el invisible filo helado de esa brisa.
Su corazón late aún más fuerte.
Y de pronto sobre una colina donde antes no había nada, está él. Quieto, vestido de negro, mirándole, pareciendo una fantasmal aparición de las que narra Henry James.
Hay sangre en su blanca camisa.
Puede ver el rojo destacando sobre el blanco en la distancia… pero la figura es negra. No sabría explicarlo mejor. Simplemente lo es.
No es la primera vez que comprende que la taladrante brisa es en realidad una mirada, la de ese desconocido que en realidad no es tal.
Enseguida, una pegajosa sensación de calor se aferra a su pecho.
También es sangre.
Un río de lágrimas brota incontenible de sus ojos, lo siente caer caliente por sus mejillas.
Su corazón ha dejado de ser un corazón. Es un tam-tam africano celebrando la alegría de un encuentro, el definitivo reconocimiento de un camino que le conducirá inexorablemente hacia esa colina donde esa persona le espera.
Ya no siente frío.
Sonríe.
Comprende.
Sabe que enseguida despertará…, justo cuando se proponga empezar a caminar."
Mi nueva historia empieza así:
"Sabe que es un sueño.
Sabe que duerme.
No es la primera vez que se encuentra de pie, en medio de una geografía vagamente familiar de suaves colinas verdes, bajo un tremendo cielo azul de primavera.
El pasado no existe.
Simplemente se ha encontrado a sí mismo allí, sintiéndose como vagamente abandonado, notando el molesto aliento de una helada brisa que le invisible le llega, escuchando su sonar fantasmal conjugarse arrítmicamente con el profundo batir de su corazón cansado.
No es la primera vez que no siente calor. No es la primera vez que quiere sentirlo por encima de cualquier otra cosa.
Gira sobre si mismo, mira a su alrededor.
Nada se mueve.
Todo parece detenido. Se le antoja una suerte de inmensa naturaleza muerta, un espacio artificial que carece del invisible bullir de la vida. Ni un pájaro, ni una hormiga, ni una abeja… Nada. Sólo él, el viento y la clara sensación de haber ya estado aquí antes.
Gira sobre si mismo, mira a su alrededor sintiéndose como constantemente atravesado por el invisible filo helado de esa brisa.
Su corazón late aún más fuerte.
Y de pronto sobre una colina donde antes no había nada, está él. Quieto, vestido de negro, mirándole, pareciendo una fantasmal aparición de las que narra Henry James.
Hay sangre en su blanca camisa.
Puede ver el rojo destacando sobre el blanco en la distancia… pero la figura es negra. No sabría explicarlo mejor. Simplemente lo es.
No es la primera vez que comprende que la taladrante brisa es en realidad una mirada, la de ese desconocido que en realidad no es tal.
Enseguida, una pegajosa sensación de calor se aferra a su pecho.
También es sangre.
Un río de lágrimas brota incontenible de sus ojos, lo siente caer caliente por sus mejillas.
Su corazón ha dejado de ser un corazón. Es un tam-tam africano celebrando la alegría de un encuentro, el definitivo reconocimiento de un camino que le conducirá inexorablemente hacia esa colina donde esa persona le espera.
Ya no siente frío.
Sonríe.
Comprende.
Sabe que enseguida despertará…, justo cuando se proponga empezar a caminar."
PROPÓSITO
He decidido volver a escribir una historia.
Las estanterías de todas las casas en las que he vivido están llenas de carpetas llenas de folios que cuentan historias sin terminar.
Siempre me ha faltado constancia.
He preferido vivir.
Músicos que venden su alma al diablo, jóvenes que demasiado tarde comprenden que de quién estaban verdaderamente enamorados era de la propia muerte, todopoderosos que desesperadamente intentan comprar el amor, mujeres hermosas de expresión ausente que despreocupadamente se dejan llevar, preciosas cantantes que siempre producen el silencio cada vez que cantan, elegíacas cabalgadas contra los cañones en pos de alguna ilusión o de algún sueño... Recuerdo perfectamente a muchos de esos hijos míos muertos antes de nacer (en realidad asesinados por mí) y espero que esa feroz crítica de los ratones que Karl Marx menciona en alguna de sus páginas no haya sido dura con ellos.
Siguen en mi cabeza y hoy he llegado al convencimiento de que debo volver a escribir.
Me lo debo a mí mismo, porque realmente sólo me siento realmente feliz en muy pocas situaciones y una de ellas es cuando escribo.
Quizá sólo soy feliz ante la pantalla blanca del ordenador (perdonadme mujeres de mi vida).
Puede que haya nacido para escribir.
Siempre he tenido esa sospecha.
La cicatriz que cruza mi mejilla derecha me tira.
Va a cambiar el tiempo.
Tengo que escribir.
No prometo nada, pero intentaré acabar esta vez.
He decidido volver a escribir una historia.
Las estanterías de todas las casas en las que he vivido están llenas de carpetas llenas de folios que cuentan historias sin terminar.
Siempre me ha faltado constancia.
He preferido vivir.
Músicos que venden su alma al diablo, jóvenes que demasiado tarde comprenden que de quién estaban verdaderamente enamorados era de la propia muerte, todopoderosos que desesperadamente intentan comprar el amor, mujeres hermosas de expresión ausente que despreocupadamente se dejan llevar, preciosas cantantes que siempre producen el silencio cada vez que cantan, elegíacas cabalgadas contra los cañones en pos de alguna ilusión o de algún sueño... Recuerdo perfectamente a muchos de esos hijos míos muertos antes de nacer (en realidad asesinados por mí) y espero que esa feroz crítica de los ratones que Karl Marx menciona en alguna de sus páginas no haya sido dura con ellos.
Siguen en mi cabeza y hoy he llegado al convencimiento de que debo volver a escribir.
Me lo debo a mí mismo, porque realmente sólo me siento realmente feliz en muy pocas situaciones y una de ellas es cuando escribo.
Quizá sólo soy feliz ante la pantalla blanca del ordenador (perdonadme mujeres de mi vida).
Puede que haya nacido para escribir.
Siempre he tenido esa sospecha.
La cicatriz que cruza mi mejilla derecha me tira.
Va a cambiar el tiempo.
Tengo que escribir.
No prometo nada, pero intentaré acabar esta vez.
"John Stuart Mill también echó de menos otro tipo de hombre, muy diferente del que veía a su alrededor. Él mimo lo deseó ser con todas sus fuerzas analíticas, y este deseo le costó una amarga crisis. Salió de ella, como los genios de la cultura alemana, con la lectura de poesía, de mucha poesía"
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
La poesía es también -y quizá sobre todo- una forma de conocimiento superior (de uno mismo, de los otros, del mundo que nos rodea... No se...)
Los conceptos elaborados y complejos: las religiones, las filosofías y las ciencias siempre acaban haciendo poesía cuando intentan abordar las esencias: la metáfora del espejo en las teorías más avanzadas sobre el orígen del Universo, cualquier clase de mística religiosa, Hölderlin y los filósofos alemanes, Nieztsche y su alucinada verborrea lúcida,....
La metáfora y la metonimia, la condensación y el desplazamiento son a veces la única forma de acercarnos a los que aún nos queda demasiado lejos.
Son sombras luminosas que nos llevan de su huidiza mano por el camino correcto, una senda que en una eterna aproximación jamás nos llevará al encuentro total con la auténtica verdad sobre el sentido de las cosas (quizá porque no es posible, quizá porque nuestra capacidad de hacernos preguntas es muy superior a la de encontrar las correspondientes respuestas).
No deberíamos vivir de espaldas a la poesía.
Deberíamos tratar todos y cada uno de nosotros encontrar a nuestro poeta, ese que dice las cosas que no sabemos cómo decir.
Al final de esa búsqueda siempre estaremos nosotros mismos, esperándonos en cualquier recodo del interminable camino.
Por lo menos ya no haremos el viaje solos.
(John Stuart Mill, El espítiru de resistencia del hombre utilitarista. Historia de la filosofía contemporánea. Jose Luis Villacañas)
La poesía es también -y quizá sobre todo- una forma de conocimiento superior (de uno mismo, de los otros, del mundo que nos rodea... No se...)
Los conceptos elaborados y complejos: las religiones, las filosofías y las ciencias siempre acaban haciendo poesía cuando intentan abordar las esencias: la metáfora del espejo en las teorías más avanzadas sobre el orígen del Universo, cualquier clase de mística religiosa, Hölderlin y los filósofos alemanes, Nieztsche y su alucinada verborrea lúcida,....
La metáfora y la metonimia, la condensación y el desplazamiento son a veces la única forma de acercarnos a los que aún nos queda demasiado lejos.
Son sombras luminosas que nos llevan de su huidiza mano por el camino correcto, una senda que en una eterna aproximación jamás nos llevará al encuentro total con la auténtica verdad sobre el sentido de las cosas (quizá porque no es posible, quizá porque nuestra capacidad de hacernos preguntas es muy superior a la de encontrar las correspondientes respuestas).
No deberíamos vivir de espaldas a la poesía.
Deberíamos tratar todos y cada uno de nosotros encontrar a nuestro poeta, ese que dice las cosas que no sabemos cómo decir.
Al final de esa búsqueda siempre estaremos nosotros mismos, esperándonos en cualquier recodo del interminable camino.
Por lo menos ya no haremos el viaje solos.
domingo, septiembre 18, 2005
APUNTES DE ANTROPOLOGÍA
Una de las cosas -pienso- que nos diferencia del resto de animales es, precisamente, el esfuerzo por dejar de serlo.
Por lo visto, y escribo de memoria, el cerebro humano se estructura en una serie de capas hasta hacer un total de 3. Cada una de ellas no es otra cosa que los distintos cerebros que hemos ido teniendo a lo largo de nuestra evolución como especie.
Esto quiere decir que el cerebro que teníamos cuando eramos monos arborícolas convive con el cerebro del hombre que nos ha llevado hasta este siglo XXI (que por cierto debería ser un siglo XIX en lo político y lo social o no será nada... pero esa es otra historia).
Dentro, muy dentro de ese orgáno tan misterioso y espectacular se esconde el animal que fuimos y seguimos siendo. Ligado y conectado más intimimamente que ninguno a nuestro cuerpo está el cerebro de ese animal que en algún momento tan abiertamente fuímos.
Es nuestra infraestructura emocional.
Por encima de él están los otros dos cerebros, los que progresivamente nos han apartado de ese animal creando la ética y la moral, las religiones y creencias.
Todo el aparato estructural que nos ha permitido construir y producir
Esos cerebros nos han permitido limitar con una serie de reglas a ese animal abandonado a los impulsos básicos de placer, destrucción y supervivencia.
Un ejemplo es, en teoría política, el paso del Estado de Naturaleza (en que cada uno sigue individualmente y de forma egoísta la propia vida y el propio beneficio) por el Estado deDerecho (pacto por el que los individuos firmantes deciden entregar parte de su libertad a una autoridad dimanada de ellos mismos, autoridad que impone una serie de reglas para ordenar la vida de esas personas, reglas a las que esas personas voluntariamente se someten)
Son la superestructura de nuestras emociones.
Y es el esfuerzo por someternos a esas reglas lo que nos hace más humanos.
Siempre hay una lucha para intentar dominar esa infraestructura básica, por dejar de ser un animal precisamente para beneficio de nosotros mismos como especie.
El ser humano funciona mejor colaborando
El animal lo quiere todo para sí mismo, busca su propia supervivencia.
El ser humano pacta, define unas reglas éticas y morales, políticas y vitales y se ciñe a ellas.
Necesita convivir, sabe que el éxito de su empresa depende de la colaboración de los otros... y decide pactar, aceptar unas determinadas reglas y asumir el compromiso de seguirlas.
El animal tiene que desaparecer para que exista algo que verdaderamente merezca la pena.
Una de las cosas -pienso- que nos diferencia del resto de animales es, precisamente, el esfuerzo por dejar de serlo.
Por lo visto, y escribo de memoria, el cerebro humano se estructura en una serie de capas hasta hacer un total de 3. Cada una de ellas no es otra cosa que los distintos cerebros que hemos ido teniendo a lo largo de nuestra evolución como especie.
Esto quiere decir que el cerebro que teníamos cuando eramos monos arborícolas convive con el cerebro del hombre que nos ha llevado hasta este siglo XXI (que por cierto debería ser un siglo XIX en lo político y lo social o no será nada... pero esa es otra historia).
Dentro, muy dentro de ese orgáno tan misterioso y espectacular se esconde el animal que fuimos y seguimos siendo. Ligado y conectado más intimimamente que ninguno a nuestro cuerpo está el cerebro de ese animal que en algún momento tan abiertamente fuímos.
Es nuestra infraestructura emocional.
Por encima de él están los otros dos cerebros, los que progresivamente nos han apartado de ese animal creando la ética y la moral, las religiones y creencias.
Todo el aparato estructural que nos ha permitido construir y producir
Esos cerebros nos han permitido limitar con una serie de reglas a ese animal abandonado a los impulsos básicos de placer, destrucción y supervivencia.
Un ejemplo es, en teoría política, el paso del Estado de Naturaleza (en que cada uno sigue individualmente y de forma egoísta la propia vida y el propio beneficio) por el Estado deDerecho (pacto por el que los individuos firmantes deciden entregar parte de su libertad a una autoridad dimanada de ellos mismos, autoridad que impone una serie de reglas para ordenar la vida de esas personas, reglas a las que esas personas voluntariamente se someten)
Son la superestructura de nuestras emociones.
Y es el esfuerzo por someternos a esas reglas lo que nos hace más humanos.
Siempre hay una lucha para intentar dominar esa infraestructura básica, por dejar de ser un animal precisamente para beneficio de nosotros mismos como especie.
El ser humano funciona mejor colaborando
El animal lo quiere todo para sí mismo, busca su propia supervivencia.
El ser humano pacta, define unas reglas éticas y morales, políticas y vitales y se ciñe a ellas.
Necesita convivir, sabe que el éxito de su empresa depende de la colaboración de los otros... y decide pactar, aceptar unas determinadas reglas y asumir el compromiso de seguirlas.
El animal tiene que desaparecer para que exista algo que verdaderamente merezca la pena.
viernes, septiembre 16, 2005
OJOS DE PERRO AZUL
I
Estoy de vacaciones y no estoy en Benidorm,
ensuciando la playa y tostándome al sol,
en el mismo centro del tópico descanso vacacional.
Estoy de vacaciones y sigo en la ciudad.
Me gusta pasearla,
observar desde fuera su mecanismo,
el ordenado funcionamiento de sus engranajes de carne y sangre.
Nadie me ve.
Sólo los animales y algún niño.
II
Mis ojos observan
Altos niveles de endeudamiento familiar,
elevado precio de las viviendas,
contratos basura,
precariedad laboral,
salarios aún más precarios
y la misma vida de siempre esperando
al final del trabajo
(para los otros, los que están parados,
no hay vida que valga,
sólo la esperanza de alguna oportunidad
a la que agarrarse),
la misma apurada cena de todas las madrugadas.
Mis ojos procesan.
Comprenden entonces
que España sea el lugar donde más cocaína se consume del mundo.
Es un síntoma.
Algo hay que tomar
para poder seguir adelante
como si nada estuviera sucediendo.
III
“We've crossed the border and we're still here.
How many borders must we cross to reach home?"
(The Suspended Step of the Stork -1991-,Theo Angelopoulos)
I
Estoy de vacaciones y no estoy en Benidorm,
ensuciando la playa y tostándome al sol,
en el mismo centro del tópico descanso vacacional.
Estoy de vacaciones y sigo en la ciudad.
Me gusta pasearla,
observar desde fuera su mecanismo,
el ordenado funcionamiento de sus engranajes de carne y sangre.
Nadie me ve.
Sólo los animales y algún niño.
II
Mis ojos observan
Altos niveles de endeudamiento familiar,
elevado precio de las viviendas,
contratos basura,
precariedad laboral,
salarios aún más precarios
y la misma vida de siempre esperando
al final del trabajo
(para los otros, los que están parados,
no hay vida que valga,
sólo la esperanza de alguna oportunidad
a la que agarrarse),
la misma apurada cena de todas las madrugadas.
Mis ojos procesan.
Comprenden entonces
que España sea el lugar donde más cocaína se consume del mundo.
Es un síntoma.
Algo hay que tomar
para poder seguir adelante
como si nada estuviera sucediendo.
III
“We've crossed the border and we're still here.
How many borders must we cross to reach home?"
(The Suspended Step of the Stork -1991-,Theo Angelopoulos)
miércoles, septiembre 14, 2005
WHY NOT
I
Ayer estuve viendo "La cruz de hierro" (1977), una de las últimas películas que firmó ese genio airado y misógino llamado Sam Peckinpah.
Tenía ganas de volver a verla. Recordaba la meticulosa reconstrucción y presentación de un sinsentido y no quedé decepcionado. Allí estaba, ante mis ojos y ante los del Cabo Steiner, sucediendo demoledor e inevitable.
"I believe God is a sadist, but probably doesn't even know it. "
(Steiner)
Me reafirmo.
Lo mejor de "La cruz de hierro" no es el terrible espectáculo brutal de una guerra, sino la mostración de otro espectáculo mucho más sobrecogedor: el del hombre mismo mostrando sus lados más oscuros.
Después de todo, la guerra no se hace sola: la hacen todos y cada uno de los hombres que participan en ella.
No es más que un escenario.
La continuación por otros medios de un mismo espectáculo: el de la naturaleza humana en sus cosas buenas y sus cosas malas.
Cada vez que veo "La cruz de hierro" aflora en mi la misma incapacidad de comprender por qué se condena la guerra y nunca se condena al hombre, como si las guerras se hicieran solas y surgieran de la nada, como si fuera algo que no nos pertenece, que no forma parte de nuestras capacidades como especie.
Decir "no" a la guerra, es decir "no" a una parte importante de nosotros mismos.
La neurosis.
Marx hablaba de la REIFICACIÓN. En pocas palabras y de memoria, dar entidad a las cosas. El capital, la contaminacíón o la guerra tienen vida propia.
La maldad de nuestras obras no nos pertenece.
Simplemente la padecemos.
Otra mentira más que necesitamos para seguir existiendo.
II
Casi al final de la película, pronunciada en labios de Steiner surgió un viejo conocido dentro del cine de Peckinpah: la frase "Why not".
Siempre afirmada con desidia y al mismo tiempo con la convicción necesaria para afrontar las consecuencias que al personaje acaerrará el pronunciarla.
Siempre pronunciada como preludio a la catársis final con que Peckinpah culmina las películas en que aparece.
Su pronunciación sentencia el definitivo abandono de los protagonistas de Peckinpah al absurdo en el que se encuentran envueltos.
Dejan de escapar y acceden a un último y definitivo enfrentamiento.
Se abandonan a la violencia como última y definitiva expresión de su presencia en el mundo.
La violencia en los personajes de Peckinpah se convierte en un último y desesperado acto de comunicación de la propia autodestrucción, el definitivo abandono a los rigores de un mundo cuya fría mecánica biológica de fuertes y débiles destruye a todos aquellos que se le resisten.
Los hombres del "Grupo Salvaje" o el cabo Steiner de "La cruz de hierro" son hombres a quienes el desgaste de los años vividos va tornando la fuerza en debilidad.
Hombres que en un momento se encuentran cansados y al final de su camino
Hombres que no temen enfrentarse a su nueva realidad, que son capaces de mirarse fijamente y que tienen las narices suficientes como para pronunciar la palabra mágica que les hará desaparecer: Why not.
Y es la propia moral, el seguimiento hasta las últimas consecuencias del propio código, el agente desencadenante de la propia destrucción.
La primera bala que les llega al corazón es la de su propia palabra empeñada o dada.
No puede ser de otra forma en el brutal mundo de Peckinpah.
Un mundo de sucios caballeros andantes en el que la muerte es la dama que todos cortejan.
III
Hay mucha poesía en su cine.
Una poesía palpitante y oscura
que me estalla en la mente como una bala.
I
Ayer estuve viendo "La cruz de hierro" (1977), una de las últimas películas que firmó ese genio airado y misógino llamado Sam Peckinpah.
Tenía ganas de volver a verla. Recordaba la meticulosa reconstrucción y presentación de un sinsentido y no quedé decepcionado. Allí estaba, ante mis ojos y ante los del Cabo Steiner, sucediendo demoledor e inevitable.
"I believe God is a sadist, but probably doesn't even know it. "
(Steiner)
Me reafirmo.
Lo mejor de "La cruz de hierro" no es el terrible espectáculo brutal de una guerra, sino la mostración de otro espectáculo mucho más sobrecogedor: el del hombre mismo mostrando sus lados más oscuros.
Después de todo, la guerra no se hace sola: la hacen todos y cada uno de los hombres que participan en ella.
No es más que un escenario.
La continuación por otros medios de un mismo espectáculo: el de la naturaleza humana en sus cosas buenas y sus cosas malas.
Cada vez que veo "La cruz de hierro" aflora en mi la misma incapacidad de comprender por qué se condena la guerra y nunca se condena al hombre, como si las guerras se hicieran solas y surgieran de la nada, como si fuera algo que no nos pertenece, que no forma parte de nuestras capacidades como especie.
Decir "no" a la guerra, es decir "no" a una parte importante de nosotros mismos.
La neurosis.
Marx hablaba de la REIFICACIÓN. En pocas palabras y de memoria, dar entidad a las cosas. El capital, la contaminacíón o la guerra tienen vida propia.
La maldad de nuestras obras no nos pertenece.
Simplemente la padecemos.
Otra mentira más que necesitamos para seguir existiendo.
II
Casi al final de la película, pronunciada en labios de Steiner surgió un viejo conocido dentro del cine de Peckinpah: la frase "Why not".
Siempre afirmada con desidia y al mismo tiempo con la convicción necesaria para afrontar las consecuencias que al personaje acaerrará el pronunciarla.
Siempre pronunciada como preludio a la catársis final con que Peckinpah culmina las películas en que aparece.
Su pronunciación sentencia el definitivo abandono de los protagonistas de Peckinpah al absurdo en el que se encuentran envueltos.
Dejan de escapar y acceden a un último y definitivo enfrentamiento.
Se abandonan a la violencia como última y definitiva expresión de su presencia en el mundo.
La violencia en los personajes de Peckinpah se convierte en un último y desesperado acto de comunicación de la propia autodestrucción, el definitivo abandono a los rigores de un mundo cuya fría mecánica biológica de fuertes y débiles destruye a todos aquellos que se le resisten.
Los hombres del "Grupo Salvaje" o el cabo Steiner de "La cruz de hierro" son hombres a quienes el desgaste de los años vividos va tornando la fuerza en debilidad.
Hombres que en un momento se encuentran cansados y al final de su camino
Hombres que no temen enfrentarse a su nueva realidad, que son capaces de mirarse fijamente y que tienen las narices suficientes como para pronunciar la palabra mágica que les hará desaparecer: Why not.
Y es la propia moral, el seguimiento hasta las últimas consecuencias del propio código, el agente desencadenante de la propia destrucción.
La primera bala que les llega al corazón es la de su propia palabra empeñada o dada.
No puede ser de otra forma en el brutal mundo de Peckinpah.
Un mundo de sucios caballeros andantes en el que la muerte es la dama que todos cortejan.
III
Hay mucha poesía en su cine.
Una poesía palpitante y oscura
que me estalla en la mente como una bala.
martes, septiembre 13, 2005
AMONESTACIÓN
A veces me pregunto qué es lo que la gente quiere decir cuando dice que te quiere.
Incluso, cuando el resto de su decir y estar está comunicando lo contrario. Algunas personas aún son capaces de decirte con la mejor de sus sonrisas que te quieren.
Y eso es porque ya vale todo cuando dentro no se tiene nada, un vacío que bajo ningún concepto quiere estar sólo.
Un vacío que llama a otro vacío, que desesperadamente lo busca... y que no tardará en encontrarlo.
El grado más bajo de la esperanza.
La confusión del todo con la nada.
A veces me pregunto qué es lo que la gente quiere decir cuando dice que te quiere.
Incluso, cuando el resto de su decir y estar está comunicando lo contrario. Algunas personas aún son capaces de decirte con la mejor de sus sonrisas que te quieren.
Y eso es porque ya vale todo cuando dentro no se tiene nada, un vacío que bajo ningún concepto quiere estar sólo.
Un vacío que llama a otro vacío, que desesperadamente lo busca... y que no tardará en encontrarlo.
El grado más bajo de la esperanza.
La confusión del todo con la nada.
lunes, septiembre 12, 2005
" Dijiste hace años: En el fondo soy un asunto de luz. Y ahora todavía al apoyarte en la ancha espalda del sueño, aun cuando te hunden en el pecho aletargado del pronto, buscas rincones donde el negro se ha gastado y no resiste, buscas a tientas la daga destinada a perforar tu corazón y abrirlo a la luz."
(Yorgos Séferis)
No lo olvidéis nunca. Vuestro asunto es la luz.
(Yorgos Séferis)
No lo olvidéis nunca. Vuestro asunto es la luz.
"La eternidad y un día" de Theo Angelopoulos y "Río Grande" de John Ford.
Mi programa doble favorito.
He convocado a mis demonios para que lo veamas juntos. Quizá, así me comprendan y me dejen en paz, pero... Siguen sonriendome.
Siempre me sonríen.
Nunca han dejado de hacerlo, como si en realidad mi destino les perteneciera,
Yo me resisto. Siempre lo he hecho, pero ahí están ellos sobrios y sonrientes, como esperándome, haciendo como que miran a Bruno Ganz o a John Wayne, pero en realidad fijándose en mi.
Os diré algo.
Tiene mucho mérito haber llegado a los 39 años con esa clase de demonios constantemente arañándome las espaldas.
Y además no beben.
Solo bebo yo.
Absenta.
Mi único consuelo es entretenerlos,
que se queden conmigo para que no os atormenten a vosotros.
Puedo con ellos.
De verdad que puedo.
Decirme que si.
No me jodais mi único consuelo.
Mi programa doble favorito.
He convocado a mis demonios para que lo veamas juntos. Quizá, así me comprendan y me dejen en paz, pero... Siguen sonriendome.
Siempre me sonríen.
Nunca han dejado de hacerlo, como si en realidad mi destino les perteneciera,
Yo me resisto. Siempre lo he hecho, pero ahí están ellos sobrios y sonrientes, como esperándome, haciendo como que miran a Bruno Ganz o a John Wayne, pero en realidad fijándose en mi.
Os diré algo.
Tiene mucho mérito haber llegado a los 39 años con esa clase de demonios constantemente arañándome las espaldas.
Y además no beben.
Solo bebo yo.
Absenta.
Mi único consuelo es entretenerlos,
que se queden conmigo para que no os atormenten a vosotros.
Puedo con ellos.
De verdad que puedo.
Decirme que si.
No me jodais mi único consuelo.
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