THE POWER OF NIGHTMARES
Escrito y producido para la BBC por el periodista y politólogo británico Adam Curtis, The power of Nightmares es una serie de tres documentales de una hora de duración que aborda un concepto que el propio Curtis denomina la política del miedo.
El planteamiento de Curtis es controvertido, aunque, y para mi gusto, la realidad política de la que intenta dar explicación es absolutamente incontrovertible.
La controversia radica en que el documental analiza el movimiento islamista y neocon de una forma paralela, argumentando similaridades de origen y presentando un desarrollo paralelo en el que, como enemigos íntimos, el uno no habría podido existir sin el otro.
De manera resumida, la tesis de Curtis es la siguiente:
1.- Tanto el movimiento conservador como el islamista son reacciones de dos sistemas de creencias finalistas frente a una presunta pérdida, precisamente, de valores finalistas que trae consigo el capitalismo e su incipiente modelo de consumo. Tanto desde el interior, los neoliberales, como desde el exterior, los islamistas, reflexionan de manera crítica desde sus respectivos sistemas de valores.
De algún modo su critica es la reacción de los grandes relatos que hablaba Lyotard frente al relativismo que transforma las sociedades occidentales, un relativismo que desemboca en un individualismo y un hedonismo que los neoliberales interpretan como debilitamiento del sentido de sacrificio y compromiso hacia la nación mientras que los fundamentalistas lo interpretan directamente como contaminación pecaminosa.
Estas reacciones se estructuran respectivamente en torno al pensamiento del filósofo Leo Strauss y del teólogo Sayyid Qutb, el primero generando un discurso maniqueo basado en la recuperación de un sentimiento de una nación portadora de valores buenos y eternos y el segundo generando una interpretación no menos maniquea del Islam como portador de una verdad eterna que las sociedades occidentales solo pueden contaminar.
2.- Estos dos modos de pensamiento llevan un desarrollo paralelo que encuentra en la Unión Soviética como la encarnación del mal contra la que luchar y en este sentido los neocones desarrollan todo un proceso de agravamiento de la peligrosidad del enemigo soviético que, basado en la directa y completa mentira, buscaba convertir esa lucha en algo mucho mas noble haciendo de la Unión Sovietica una malvada potencia del mal... no sólo malvada sino también peligrosa, capaz de hacer daño real al mundo libre.
Estos conservadores, ocupando puestos clave en la administración Reagan, exageraron el peligro de la Unión Soviética basando en la mentira flagrante buena parte de sus argumentos: si no los vemos no es que no existan, es que no podemos detectarlos porque su tecnología es muy poderosa.
3.- Esta lucha del bien y el mal encontró en la invasión soviética de Afganistán el perfecto terreno de batalla. Allí, los intereses norteamericanos confluyeron con los intereses islamistas en la lucha que estos mantenían con los invasores.
Y es en Afganistán donde el fundamentalismo islámico encuentra un terreno de expresión no sólo a nivel internacional sino también en el nivel de la comunidad islámica donde no tenían un preponderante predicamento.
Es ahí, donde aparecen Bin Laden y Al Zawahiri, su presencia toma carta de naturaleza en una lucha contra el invasor del primer mundo, miles de voluntarios engrosan las filas de la resistencia afgana y de todo modo los islamistas consiguen monopolizar la lectura del conflicto desde la comunidad islámica. Además, y por confluencia de intereses, los americanos financian a los islamistas buscando la derrota de la Unión Soviética.
4.- La derrota de la Unión Soviética supone un gran refuerzo a la moral de los islamistas que los americanos no saben ver. Aquellos entienden que, la victoria contra los soviéticos, supone un juicio de Dios en favor de su causa y esta lectura les lleva a una delirante radicalización que les hacer verse como únicos y verdaderos portadores de la verdad que les lleva a inevitables planteamientos maniqueos: o estás conmigo o contra mi.
Durante la década de los 90, en lugares como Egipto y Argelia, este islamismo colisiona con las sociedades civiles y, sobre todo, con los estados de los países musulmanes.
El resultado es que son las propias sociedades musulmanas quienes dan la espalda al cruel rigorismo de los fundamentamistas y ésto les lleva a una mayor radicalización: los musulmanes que no están con nosotros, están en contra y deben morir.
El principal ejemplo de esta nueva radicalización es el terrorismo del GIA argelino.
5.- El resultado es la derrota de los fundamentalistas dentro del propio mundo árabe que les lleva a retirarse al Afganistán de sus victorias. Allí, se produce una nueva y desesperada vuelta de tuerca a su radicalización: su objetivo serán ahora los intereses de los Estados Unidos.
Es entonces cuando se producen una serie de atentados aislados a nivel global: Nairobi, Somalia...
6.- Al mismo tiempo y en paralelo los neoconservadores necesitan un nuevo malvado sobre el que renovar su mito de la misión sagrada de la nación americana.
En este sentido, y durante los primeros 90, Saddam Hussein con su invasión de Kuwait ocupa esa mítica posición de demonio, pero, poco a poco, la sombra de los islamistas empieza a alargarse y a crecer.
En un primer momento no había la menor conexión. Hussein era el lider del partido BAAS, de inspiración Nasseriana, laico y principal enemigo de los fundamentalistas, pero cuando Saddam Hussein es derrotado otros deben ocupar su lugar.
No obstante, y como medida de emergencia, a Saddam se le derrota pero no se le vence en la primera guerra del golfo. Las tropas aliadas se detienen permitiendo que Hussein conserve el poder que no es otra cosa que la capacidad paciente de vestir esa mitología del mal.
7.- No obstante, el relativo ruido que los islamistas hacen a nivel global, unido al hecho de que desde la lejanía de los Estados Unidos y desde lo ignorancia Hussein y Bin Laden pueden ser confundidos, unido también a la beliogerancia de lo musulman contra los Estados Unidos desde la perspectiva del conflicto palestino-israelí, poco a poco, van generando la alargada sombra de ese nuevo enemigo.
8.- Y el acontecimiento clave que define la existencia de ese nuevo enemigo son los oscuros acontecimientos del 11 de Septiembre que desembocan en la claridad de la caída de las torres gemelas. Ya hay un nuevo enemigo, un enemigo sigiloso que está en todas partes y en ninguna y que obliga a gestionar la seguridad desde la convicción y la posibilidad, no desde los incontrovertibles hechos... lo que Curtis llama la política del terror.
Desde aquel entonces, los politicos ya no gobiernan desde los hchos y las certezas sino desde las posibilidades y las probilidades.
Políticas que existen solo para conciliar los discursos de una organización criminal mundial y superpeligrosa con una realidad que siempre los ha contradicho.
9.- Y es aqui donde los neoconservadores despliegan todo su musculo de exageración y mentira, esta vez contra unos islamistas que ya eran unos perdedores entre los suyos.
Desde ese momento, los mass media y los fieles expertos generan una Al Quaeda poderosa y siniestra, una construcción que la realidad se encarga de desmentir una y otra vez.
En este sentido, el tercer y último capítulo es terriblemente revelador.
En fin, una propuesta inteligente y estimulante para mentes inquietas que tengan un poco de memoria.
Fundamental para entender el mundo en que vivimos... si es que lo que se quiere es entender.
Escrito y producido para la BBC por el periodista y politólogo británico Adam Curtis, The power of Nightmares es una serie de tres documentales de una hora de duración que aborda un concepto que el propio Curtis denomina la política del miedo.
El planteamiento de Curtis es controvertido, aunque, y para mi gusto, la realidad política de la que intenta dar explicación es absolutamente incontrovertible.
La controversia radica en que el documental analiza el movimiento islamista y neocon de una forma paralela, argumentando similaridades de origen y presentando un desarrollo paralelo en el que, como enemigos íntimos, el uno no habría podido existir sin el otro.
De manera resumida, la tesis de Curtis es la siguiente:
1.- Tanto el movimiento conservador como el islamista son reacciones de dos sistemas de creencias finalistas frente a una presunta pérdida, precisamente, de valores finalistas que trae consigo el capitalismo e su incipiente modelo de consumo. Tanto desde el interior, los neoliberales, como desde el exterior, los islamistas, reflexionan de manera crítica desde sus respectivos sistemas de valores.
De algún modo su critica es la reacción de los grandes relatos que hablaba Lyotard frente al relativismo que transforma las sociedades occidentales, un relativismo que desemboca en un individualismo y un hedonismo que los neoliberales interpretan como debilitamiento del sentido de sacrificio y compromiso hacia la nación mientras que los fundamentalistas lo interpretan directamente como contaminación pecaminosa.
Estas reacciones se estructuran respectivamente en torno al pensamiento del filósofo Leo Strauss y del teólogo Sayyid Qutb, el primero generando un discurso maniqueo basado en la recuperación de un sentimiento de una nación portadora de valores buenos y eternos y el segundo generando una interpretación no menos maniquea del Islam como portador de una verdad eterna que las sociedades occidentales solo pueden contaminar.
2.- Estos dos modos de pensamiento llevan un desarrollo paralelo que encuentra en la Unión Soviética como la encarnación del mal contra la que luchar y en este sentido los neocones desarrollan todo un proceso de agravamiento de la peligrosidad del enemigo soviético que, basado en la directa y completa mentira, buscaba convertir esa lucha en algo mucho mas noble haciendo de la Unión Sovietica una malvada potencia del mal... no sólo malvada sino también peligrosa, capaz de hacer daño real al mundo libre.
Estos conservadores, ocupando puestos clave en la administración Reagan, exageraron el peligro de la Unión Soviética basando en la mentira flagrante buena parte de sus argumentos: si no los vemos no es que no existan, es que no podemos detectarlos porque su tecnología es muy poderosa.
3.- Esta lucha del bien y el mal encontró en la invasión soviética de Afganistán el perfecto terreno de batalla. Allí, los intereses norteamericanos confluyeron con los intereses islamistas en la lucha que estos mantenían con los invasores.
Y es en Afganistán donde el fundamentalismo islámico encuentra un terreno de expresión no sólo a nivel internacional sino también en el nivel de la comunidad islámica donde no tenían un preponderante predicamento.
Es ahí, donde aparecen Bin Laden y Al Zawahiri, su presencia toma carta de naturaleza en una lucha contra el invasor del primer mundo, miles de voluntarios engrosan las filas de la resistencia afgana y de todo modo los islamistas consiguen monopolizar la lectura del conflicto desde la comunidad islámica. Además, y por confluencia de intereses, los americanos financian a los islamistas buscando la derrota de la Unión Soviética.
4.- La derrota de la Unión Soviética supone un gran refuerzo a la moral de los islamistas que los americanos no saben ver. Aquellos entienden que, la victoria contra los soviéticos, supone un juicio de Dios en favor de su causa y esta lectura les lleva a una delirante radicalización que les hacer verse como únicos y verdaderos portadores de la verdad que les lleva a inevitables planteamientos maniqueos: o estás conmigo o contra mi.
Durante la década de los 90, en lugares como Egipto y Argelia, este islamismo colisiona con las sociedades civiles y, sobre todo, con los estados de los países musulmanes.
El resultado es que son las propias sociedades musulmanas quienes dan la espalda al cruel rigorismo de los fundamentamistas y ésto les lleva a una mayor radicalización: los musulmanes que no están con nosotros, están en contra y deben morir.
El principal ejemplo de esta nueva radicalización es el terrorismo del GIA argelino.
5.- El resultado es la derrota de los fundamentalistas dentro del propio mundo árabe que les lleva a retirarse al Afganistán de sus victorias. Allí, se produce una nueva y desesperada vuelta de tuerca a su radicalización: su objetivo serán ahora los intereses de los Estados Unidos.
Es entonces cuando se producen una serie de atentados aislados a nivel global: Nairobi, Somalia...
6.- Al mismo tiempo y en paralelo los neoconservadores necesitan un nuevo malvado sobre el que renovar su mito de la misión sagrada de la nación americana.
En este sentido, y durante los primeros 90, Saddam Hussein con su invasión de Kuwait ocupa esa mítica posición de demonio, pero, poco a poco, la sombra de los islamistas empieza a alargarse y a crecer.
En un primer momento no había la menor conexión. Hussein era el lider del partido BAAS, de inspiración Nasseriana, laico y principal enemigo de los fundamentalistas, pero cuando Saddam Hussein es derrotado otros deben ocupar su lugar.
No obstante, y como medida de emergencia, a Saddam se le derrota pero no se le vence en la primera guerra del golfo. Las tropas aliadas se detienen permitiendo que Hussein conserve el poder que no es otra cosa que la capacidad paciente de vestir esa mitología del mal.
7.- No obstante, el relativo ruido que los islamistas hacen a nivel global, unido al hecho de que desde la lejanía de los Estados Unidos y desde lo ignorancia Hussein y Bin Laden pueden ser confundidos, unido también a la beliogerancia de lo musulman contra los Estados Unidos desde la perspectiva del conflicto palestino-israelí, poco a poco, van generando la alargada sombra de ese nuevo enemigo.
8.- Y el acontecimiento clave que define la existencia de ese nuevo enemigo son los oscuros acontecimientos del 11 de Septiembre que desembocan en la claridad de la caída de las torres gemelas. Ya hay un nuevo enemigo, un enemigo sigiloso que está en todas partes y en ninguna y que obliga a gestionar la seguridad desde la convicción y la posibilidad, no desde los incontrovertibles hechos... lo que Curtis llama la política del terror.
Desde aquel entonces, los politicos ya no gobiernan desde los hchos y las certezas sino desde las posibilidades y las probilidades.
Políticas que existen solo para conciliar los discursos de una organización criminal mundial y superpeligrosa con una realidad que siempre los ha contradicho.
9.- Y es aqui donde los neoconservadores despliegan todo su musculo de exageración y mentira, esta vez contra unos islamistas que ya eran unos perdedores entre los suyos.
Desde ese momento, los mass media y los fieles expertos generan una Al Quaeda poderosa y siniestra, una construcción que la realidad se encarga de desmentir una y otra vez.
En este sentido, el tercer y último capítulo es terriblemente revelador.
En fin, una propuesta inteligente y estimulante para mentes inquietas que tengan un poco de memoria.
Fundamental para entender el mundo en que vivimos... si es que lo que se quiere es entender.