Hoy, en el mes de Febrero de 2015, escucho a un periodista mediático decir que si la persona no ha hecho nada malo no tiene nada que temer.
Es curioso, pero esta expresión era muy propia del franquismo sociológico.
Si no has hecho nada malo no tienes nada que temer... ante un poder que de manera inmotivada ejerce su autoridad sobre sus súbditos.
El debate no está en si hay algo que temer o no.
No nos equivocamos.
El debate está en la situación de vigilancia que genera el mencionado argumento para justificarla.
El poder hace lo que quiere.
Hay que dejarle hacer.
Después de todo, si eres una persona decente no va a encontrarte nada, no debes preocuparte y por lo tanto deja al poder en paz.
Solo los facinerosos podrían molestarse ante un poder que les sigue e investiga.
Pedir razón y cuenta a ese poder ya es una prueba de culpabilidad.
La gente decente deja que el poder campe por sus respetos, que haga lo que quiera.
El tema no está en la manera inmotivada, siguiendo oscuros intereses inconfesables el poder elije a esta o a aquella persona, saltándose las reglas que ponen cerca al campo de su autoridad.
El tema está en que si te molesta es que algo tienes que ocultar.
Y estas cosas se dicen hoy, en la España de nuestros días, que sólo es democracia si no te pasas dela raya. Porque, si te pasas se convierte en otra cosa mucho más siniestra.
Hacienda te investiga, el ministro te señala, se discuten tus extractos bancarios en la hora televisiva de máxima audiencia y si te parece mal es que algo tienes que ocultar y con razón se te investiga.
Todo un retroceso de medio siglo que nos devuelve al último franquismo donde sólo si te pasas de esa raya encontrabas la bota de hierro de la dictadura.
Podemos darle muchas vueltas, adornarlo como queremos, pero hoy en día España es un país donde políticos de la oposición son señalados y perseguidos por las instituciones del estado.
Hacienda no investiga que el marido de Cospedal haya multiplicado por mil sus ingresos desde que su mujer está en el gobierno, no persigue las noticias que acusan al partido en gobierno de manejar dinero negro.
Se investiga a la oposición y sobre ella cae todo el peso del estado.
Hoy en día le llaman democracia a cualquier cosa.
Es curioso, pero esta expresión era muy propia del franquismo sociológico.
Si no has hecho nada malo no tienes nada que temer... ante un poder que de manera inmotivada ejerce su autoridad sobre sus súbditos.
El debate no está en si hay algo que temer o no.
No nos equivocamos.
El debate está en la situación de vigilancia que genera el mencionado argumento para justificarla.
El poder hace lo que quiere.
Hay que dejarle hacer.
Después de todo, si eres una persona decente no va a encontrarte nada, no debes preocuparte y por lo tanto deja al poder en paz.
Solo los facinerosos podrían molestarse ante un poder que les sigue e investiga.
Pedir razón y cuenta a ese poder ya es una prueba de culpabilidad.
La gente decente deja que el poder campe por sus respetos, que haga lo que quiera.
El tema no está en la manera inmotivada, siguiendo oscuros intereses inconfesables el poder elije a esta o a aquella persona, saltándose las reglas que ponen cerca al campo de su autoridad.
El tema está en que si te molesta es que algo tienes que ocultar.
Y estas cosas se dicen hoy, en la España de nuestros días, que sólo es democracia si no te pasas dela raya. Porque, si te pasas se convierte en otra cosa mucho más siniestra.
Hacienda te investiga, el ministro te señala, se discuten tus extractos bancarios en la hora televisiva de máxima audiencia y si te parece mal es que algo tienes que ocultar y con razón se te investiga.
Todo un retroceso de medio siglo que nos devuelve al último franquismo donde sólo si te pasas de esa raya encontrabas la bota de hierro de la dictadura.
Podemos darle muchas vueltas, adornarlo como queremos, pero hoy en día España es un país donde políticos de la oposición son señalados y perseguidos por las instituciones del estado.
Hacienda no investiga que el marido de Cospedal haya multiplicado por mil sus ingresos desde que su mujer está en el gobierno, no persigue las noticias que acusan al partido en gobierno de manejar dinero negro.
Se investiga a la oposición y sobre ella cae todo el peso del estado.
Hoy en día le llaman democracia a cualquier cosa.