Escrita y dirigida por el estupendo y olvidado Richard Brooks, "Los profesionales" es un western romántico y crepuscular encabezado por un magnífico reparto capaz de dar justa vida a los magníficos diálogos que encierra la película, unos diálogos llenos de poesía y melancolía que nos hablan del amor y la revolución como causas perdidas.
Un grupo de mercenarios, formado por los estupendos Lee Marvin, Burt Lancaster, Robert Ryan y Woody Strode, recibe el encargo de un potentado americano (Ralph Bellamy) de rescatar a su esposa (Claudia Cardinale), secuestrada por Raza (Jack Palance), un temible revolucionario mexicano.
El trabajo de liberarla supondrá para algunos de ellos el amargo reencuentro con un nada dulce pasado de revolucionarios ideales perdidos y también el descubrimiento de la verdad que hay tras esa acusación de secuestro, una verdad que les llevará a redimirse de su pasado poniéndose una vez más del lado perdedor en favor de otro ideal no demasiado diferente.
"Los profesionales" es la melancólica historia de un inevitable fracaso aparente, de restos de naufragio intentando recomponerse para continuar adelante, de hombres integros en un mundo que no lo es tanto, de un destino lleno de sombras para corazones repletos de luz y todo aderezado con maravillosos diálogos como éstos:
- "Nos quedamos porque nos enamoramos. Nos vamos porque nos desencantamos. Regresamos porque nos sentimos solos. Morimos porque es inevitable. "
- "Son ustedes unos hijos de puta. Sí, señor, pero lo nuestro es de nacimiento y, sin embargo, usted se ha hecho a sí mismo"... "
- "Quizá sólo ha habido una re única revolución desde el principio, la de los buenos contra los malos. La cuestión es saber quiénes son los buenos."
¡Bravo!
Amo estos diálogos.
¿Quién no?
Aunque de poética diferente, "Los profesionales" y "Grupo Salvaje" guardan grandes parecidos en cuanto a las emociones que laten en su interior. Las dos películas están protagonizadas por un grupo de tipos que quizá demasiado tarde descubren quiénes son los buenos y se ponen de su lado asumiendo todas las consecuencias que ello supone y por costosas que sean.
No es una cuestión baladí saber cuál es el lado de los buenos. Junto al tema de llevarse siempre a la chica, saber cuál es el lado donde están los buenos son los dos criterios que rigen mi actuar en la vida. Se esté donde se esté uno tiene que estar en el lado correcto y con la chica correcta. Todo lo demás es secundario, aunque personalmente no suela acertar ¡jajajajjaja!. Después de todo, la lógica de la vida suele ser intentar acertar y casi siempre fracasar.
En cualquier caso, uno siempre tiene que intentar estar en el lado correcto y con la mujer correcta. Todo lo demás no importa. Son leves circunstancias pasajeras, mucho más que la corrección de ese lado o la idoneidad de la mujer... que también pasan. No nos hagamos un lío.
Mención aparte merece el personaje de Raza, un enamorado revolucionario mejicano que, seguramente demasiado tarde, ha descubierto que toda revolución siempre empieza por uno mismo. Memorable ese bandolero perdidamente enamorado que compone Jack Palance con su habitual maestría de principalísimo actor de carácter.
En fin, "Los profesionales" es una de las películas de mi vida. Debería serlo también d ela vuestra.
Hay mucha verdad en ella.