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TESIS
Martin Varsavsky dice...
"Al final, la mayoría de nosotros pasamos la mayor parte de la infancia estudiando y de la vida adulta trabajando. ¿Por qué considerar el estudio y luego el trabajo una tortura y caer en el mal humor francés? Claramente, la vida es mucho más que el trabajo, pero yo que vengo de trabajar en el 2006 más que nunca en mi vida (unas 80 horas por semana), creo que el trabajo puede ser también una enorme fuente de satisfacción. Y si no lo es, creo que todos tenemos que pensar como lograr que por lo menos sea lo más placentero posible, ya que sin trabajo no tenemos sociedad."
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ANTITESIS
A Martin Varsavsky le dicen...
"Esa filosofía calvinista de la vida y el trabajo que preconizas en tu post es demasiado fácil defenderla desde la posición de una persona a la que le ha ido (muy) bien en la vida en el aspecto laboral y económico; que cuando se levanta por las mañanas está encantad de dedicarse a lo que se dedica, que no tiene que soportar a jefes petulantes y explotadores, que no se preocupa por si el sueldo le llegará hasta final de mes...., etc, etc... Lo siento Martín, tú eres una excepción porque formas parte de ese misero porcentaje del mundo que tiene su vida resulta durante varias generaciones. La gente "normal" cobra poco dinero por muchas horas de trabajo, tiene una sola casa que paga con dificultades durante treinta años, no puede ir a cenar a los restaurante caros a no ser que ahorre para ello, se desplaza por las mañanas en metro y se va de vacaciones a cualquier apartamentito de la costa durante una semana (y eso con suerte). El concepto de trabajo del que hablas lo puedes aplicar como mucho a 5 o un 10% de los trabajadores (aquellos que realmente se dedican a cosas interesantes, creativas y que además están bien pagadas), porque un trabajador normal es imposible que se realice en su entorno laboral, imposible, y pensar lo contrario es comulgar con ruedas de molino. Podrás convencer a tus trabajadores de FON, a los curritos de Google o a los directivos de algunas empresas, y hasta algunos profesores o investigadores que no cobran mucho pero que hacen su trabajo de forma absolutamente vocacional (sólo el trabajo vocacional es realmente una fuente para la autorrealización), pero ve a a hablar con los obreros de una zanja, los operarios de una cadena de montaje, la dependienta de un supermercado o el tipo que te atiende en el mostrador de un banco y cuéntales que con su trabajo se realizan personalmente...., a ver qué te responden.... Y no olvides Martín, que esas son las perosnas con mayúsculas, las que constituyen la mayoría de la sociedad, no aquellos de los que hablas y que ejemplificas contigo mismo."
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SINTESIS
¿Y cuál es la solución? ¿El Euromillón?
Precisamente, el que peor lo tiene es el que más esfuerzo debe emplear en arreglarselas para ser feliz.
Cuando todo te va bien, y eres un Martin Varsavsky de la vida, ella misma se encarga de hacerte sentir estupendo.
El problema somos todos los demás, ese gris ejército de las sombras que diariamente se autoinmola en el hambriento volcán.
Quizá la responsabilidad de intentar sentirnos felices descansa sobre todos y cada uno de nosotros. Quizá -y sólo quizá- dimitimos de esa responsabilidad cargando las tintas sobre las circunstancias socio-económicas-laborales. Ese es el inconveniente de ser por encima de todo aspiracional... Nunca se tiene suficiente.
Si la felicidad de todos y cada uno de nosotros depende de tener y sólo de tener, mal lo llevamos... porque en la cima de la pirámide sólo hay sitio para uno.
Es pura física.
Quizá no tenga mérito ser feliz cuando uno lo tiene todo, pero, desde luego, tampoco tiene gracia esperar a tenerlo todo para ser feliz...
Se nos acabará el tiempo antes de conseguirlo.
Seguro.