"La tecnología sirve para instituir formas de control social y de cohesión social más efectivas y más agradables."
(El hombre unidimensional, Herbert Marcuse)
viernes, junio 03, 2011
jueves, junio 02, 2011
Si la situación es tan insostenible, no entiendo por qué la oposición no lleva hasta el extremo aquellas opciones que el ordenamiento jurídico pone en sus manos... O sea, moción de censura, aunque se pierda.
No presentar la moción sitúa el discurso apocalíptico en la mesa de poker de las estretagias políticas como una más entre ellas.
La culpa no es sólo de Zapatero.
La oposición espera tranquilamente a ver el cadáver de su enemigo pasar.
El país necesita un líder de verdad, no sólo de palabra, sino de acto y el mayor acto de valor es la moción de censura.
Perderla, como mínimo, obligará a todos los demás partidos a tomar posición a un lado o a otro, les hará esclavos de sus actos. Pondrá de manifiesto de nuevo la distancia de los políticos con respecto a la realidad del país, con respecto a sus necesidades.
No me creo a esta oposición que juega a caballo ganador y que espera llegar al poder subidos en la sillita de la reina mientras, como ellos dicen, el país se desangra.
Rajoy es más de lo mismo.
Más listo que Zapatero, seguro, pero más de lo mismo.
Intuyo cálculo tras un discurso apocalíptico, que al mismo tiempo apela a la responsabilidad y no me gusta.
Y continuando con ese discurso que apela a la responsabilidad me pregunto cuál es la principal responsabilidad de un lider de la oposición cuyo partido ha arrasado en unas elecciones locales y autonómicas en una situación tan crítica como ésta.
Y creo que implica algo más que sentarse a esperar.
Pero muchos doctores tiene la iglesia, especialmente muchos de esos que son capaces de diagnosticar la muerte en un cadáver.
SACRIFICIO
Es una opción complicada la apuesta por la lentitud y la reflexión que caracteriza al cine del ruso Andrei Tarkovski. Completamente es la forma que de forma simétrica se corresponde con un fondo, el radical cuestionamiento a cuyo rigor, y desde el papel y la cámara, el cineasta ruso somete al mundo que le rodeó.
Filmado o escrito, Tarkovski reivindica una mayor espiritualidad en las personas y en la relación que éstas mantienen entre si y con el mundo que les rodea, una espiritualidad laica de raíces cristianas cuyo único propósito es cambiar la dirección de la búsqueda de sentido del sí mismo hacia los demás.
Ese ser humano perdido, alejado de lo más esencial de sí mismo, en la época de mayor abundancia material que el ser humano a conocido, sólo puede encontrar su verdadero sentido en la generosa y total entrega a los demás. Ese yo que constantemente se busca a sí mismo, que espera encontrarse en alguna parte de su interior es un ser perdido.
Escéptico, cínico, con la capacidad para la utopía violentamente amputada por el traumático y fracasado transcurso del siglo XX, incitado por las necesidades sistémicas del siempre salvaje capitalismo ahora oculto bajo la amable máscara de la sociedad del bienestar y del consumo, el ser humano ha optado por un camino que no tiene final, optando por el egoísmo del ser.
Tarkovski entiende que gran parte de la creciente insatisfacción ontológica viene de la elección de un camino equivocado, que sólo sirve a las necesidades del sistema pero no a las del individuo, haciéndole renunciar al espíritu de la comunidad, a la subordinación del individuo a un colectivo que le respeta y proteje, convirtiendo a la sociedad en una sucesión de compartimientos estancos ocupados por individuos preocupados en una equívoca y siempre decepcionante actividad de ser en una soledad casi siempre acompañada.
En su última película, Tarkovski lleva sus ideas hasta el extremo en un cuento hermoso sobre un hombre bueno cuya bondad le lleva al mayor de los sacrificios. Alexander, el protagonista de "Sacrificio" es un héroe que lo dará todo a cambio de la posibilidad de volver atrás en el tiempo salvando así del desastre a aquellos que más quiere.
Un revolucionario que pone el bienestar de los otros por delante del suyo propio, porque la próxima revolución deberá suceder en el interior de las personas antes de salir a las calles.
No en vano dedica con esperanza su última obra a su hijo, siendo consciente de lo irremediable de su enfermedad pero también de la importancia para las futuras generaciones que quieran detenerse a escucharle de las imágenes y palabra que lega.
Hermosa y cierta.
Es una opción complicada la apuesta por la lentitud y la reflexión que caracteriza al cine del ruso Andrei Tarkovski. Completamente es la forma que de forma simétrica se corresponde con un fondo, el radical cuestionamiento a cuyo rigor, y desde el papel y la cámara, el cineasta ruso somete al mundo que le rodeó.
Filmado o escrito, Tarkovski reivindica una mayor espiritualidad en las personas y en la relación que éstas mantienen entre si y con el mundo que les rodea, una espiritualidad laica de raíces cristianas cuyo único propósito es cambiar la dirección de la búsqueda de sentido del sí mismo hacia los demás.
Ese ser humano perdido, alejado de lo más esencial de sí mismo, en la época de mayor abundancia material que el ser humano a conocido, sólo puede encontrar su verdadero sentido en la generosa y total entrega a los demás. Ese yo que constantemente se busca a sí mismo, que espera encontrarse en alguna parte de su interior es un ser perdido.
Escéptico, cínico, con la capacidad para la utopía violentamente amputada por el traumático y fracasado transcurso del siglo XX, incitado por las necesidades sistémicas del siempre salvaje capitalismo ahora oculto bajo la amable máscara de la sociedad del bienestar y del consumo, el ser humano ha optado por un camino que no tiene final, optando por el egoísmo del ser.
Tarkovski entiende que gran parte de la creciente insatisfacción ontológica viene de la elección de un camino equivocado, que sólo sirve a las necesidades del sistema pero no a las del individuo, haciéndole renunciar al espíritu de la comunidad, a la subordinación del individuo a un colectivo que le respeta y proteje, convirtiendo a la sociedad en una sucesión de compartimientos estancos ocupados por individuos preocupados en una equívoca y siempre decepcionante actividad de ser en una soledad casi siempre acompañada.
En su última película, Tarkovski lleva sus ideas hasta el extremo en un cuento hermoso sobre un hombre bueno cuya bondad le lleva al mayor de los sacrificios. Alexander, el protagonista de "Sacrificio" es un héroe que lo dará todo a cambio de la posibilidad de volver atrás en el tiempo salvando así del desastre a aquellos que más quiere.
Un revolucionario que pone el bienestar de los otros por delante del suyo propio, porque la próxima revolución deberá suceder en el interior de las personas antes de salir a las calles.
No en vano dedica con esperanza su última obra a su hijo, siendo consciente de lo irremediable de su enfermedad pero también de la importancia para las futuras generaciones que quieran detenerse a escucharle de las imágenes y palabra que lega.
Hermosa y cierta.
miércoles, junio 01, 2011
domingo, mayo 29, 2011
XAVI
De nuevo se repite la historia.
El Barcelona asombra al mundo, vuelve a demostrar que es el mejor equipo de la historia del fútbol y vuelve a no existir sitio suficiente para Xavi Hernández en la parte más alta de los titulares.
Probablemente porque el fútbol de Xavi está del lado de las causas, generando constantemente las condiciones para que brillen los efectos, desencadenando el fogonazo de los fotógrafos.
Seguramente porque, y por el modo en que estamos hechos para percibir el mundo, se nos da mejor darnos cuenta de los efectos que de las causas, que siempre permanecen ocultas en la sombra del resplandor que genera aquello que sucede.
Pero no hay lugar para Xavi en las primeras frases, en las primeras palabras que hablan de la victoria... y sin embargo nada de lo que ha sucedido podría haber sido sin la participación de su inigualable sentido del futbol, del timing, del pase, de la pausa, del posicionamiento global de sus compañeros, del sentido del juego, de su evolución en cada jugada... Como cuando hay un buen trabajo de arquitectura web, éste no se nota cuando existe.Sólo cuando falta. Y eso es lo que sucederá con Xavi Hernández. Porque, para mi, el gran reto del mejor equipo de la historia será reemplazar a Xavi cuando el tiempo haga su natural trabajo. No se si el Barcelona seguirá ganando, pero seguro jugará de otra forma y en absoluto lo hará igual de bien.
Será entonces cuando nos acordemos de ese Balón de Oro que no le hemos dado.
En cualquier caso, y desde aquí, Xavi Hernández tiene todo mi respeto. Es el mejor jugador del mejor equipo de fútbol de la historia... con diferencia.
Verle jugar es escuchar los latidos del corazón del fútbol.
De nuevo se repite la historia.
El Barcelona asombra al mundo, vuelve a demostrar que es el mejor equipo de la historia del fútbol y vuelve a no existir sitio suficiente para Xavi Hernández en la parte más alta de los titulares.
Probablemente porque el fútbol de Xavi está del lado de las causas, generando constantemente las condiciones para que brillen los efectos, desencadenando el fogonazo de los fotógrafos.
Seguramente porque, y por el modo en que estamos hechos para percibir el mundo, se nos da mejor darnos cuenta de los efectos que de las causas, que siempre permanecen ocultas en la sombra del resplandor que genera aquello que sucede.
Pero no hay lugar para Xavi en las primeras frases, en las primeras palabras que hablan de la victoria... y sin embargo nada de lo que ha sucedido podría haber sido sin la participación de su inigualable sentido del futbol, del timing, del pase, de la pausa, del posicionamiento global de sus compañeros, del sentido del juego, de su evolución en cada jugada... Como cuando hay un buen trabajo de arquitectura web, éste no se nota cuando existe.Sólo cuando falta. Y eso es lo que sucederá con Xavi Hernández. Porque, para mi, el gran reto del mejor equipo de la historia será reemplazar a Xavi cuando el tiempo haga su natural trabajo. No se si el Barcelona seguirá ganando, pero seguro jugará de otra forma y en absoluto lo hará igual de bien.
Será entonces cuando nos acordemos de ese Balón de Oro que no le hemos dado.
En cualquier caso, y desde aquí, Xavi Hernández tiene todo mi respeto. Es el mejor jugador del mejor equipo de fútbol de la historia... con diferencia.
Verle jugar es escuchar los latidos del corazón del fútbol.
ASAMBLEA
No sólo fue un acto social, de la persona hacia fuera, sino psicológico, de la persona hacia dentro.
La asamblea puso a prueba la paciencia del yo producto de la sociedad de consumo. Había que esperar, había que escuchar a todos en sus correspondientes turnos de palabra y pasaba el tiempo sin que la asamblea resolviese. Y crecía la impaciencia.
Había prisa, necesidad de consumir puntos del orden del día como se consumen objetos en los estantes del supermercado. En absoluto se gestionaba lo emocional del momento, su novedad, la necesidad de conocernos todos porque en el fondo era como una primera cita. Era necesario primero resolver lo comunitario, lo solidario antes de resolver lo institucional, lo orgánico.
Se olvidaba que ya era importante estar allí, poder tomar la palabra entre iguales con la seguridad de ser escuchados, que casi tan importante como resolver tomando decisiones era empezar a constituirse en comunidad y ese sentimiento de comunidad implica empezar a ver al otro de otra manera, de una manera más abierta porque el sistema siempre nos ha querido divididos, preocupados y ocupados en las necesidades y miedos de cada uno.
Lo verdaderamente revolucionario está ahí.
Ojalá se consigan cosas más puntuales, ojalá se consiga cambiar la ley electoral, pero lo más importante, para mi gusto, es recuperar el sentimiento de comunidad, la solidaridad de clase, el único poder con el que contamos los que con nuestra casi nada tenemos que pagar esa parte del todo que los poderosos han perdido en su afán de tener más y más: dos piscinas en vez de una, tres casas en vez de dos.
Por eso tenemos que reunirnos tantas veces como haga falta, sin prisa, buscando ese cambio espiritual, de mirada y actitud... y de paso decidir cosas más concretas cuando todos estemos de acuerdo, porque antes de saber qué hacer, lo que quieres, tienes que saber quién eres.
Como bien dice Alejo Carpentier... "Los mundos nuevos debe ser vividos antes de ser explicados".
No sólo fue un acto social, de la persona hacia fuera, sino psicológico, de la persona hacia dentro.
La asamblea puso a prueba la paciencia del yo producto de la sociedad de consumo. Había que esperar, había que escuchar a todos en sus correspondientes turnos de palabra y pasaba el tiempo sin que la asamblea resolviese. Y crecía la impaciencia.
Había prisa, necesidad de consumir puntos del orden del día como se consumen objetos en los estantes del supermercado. En absoluto se gestionaba lo emocional del momento, su novedad, la necesidad de conocernos todos porque en el fondo era como una primera cita. Era necesario primero resolver lo comunitario, lo solidario antes de resolver lo institucional, lo orgánico.
Se olvidaba que ya era importante estar allí, poder tomar la palabra entre iguales con la seguridad de ser escuchados, que casi tan importante como resolver tomando decisiones era empezar a constituirse en comunidad y ese sentimiento de comunidad implica empezar a ver al otro de otra manera, de una manera más abierta porque el sistema siempre nos ha querido divididos, preocupados y ocupados en las necesidades y miedos de cada uno.
Lo verdaderamente revolucionario está ahí.
Ojalá se consigan cosas más puntuales, ojalá se consiga cambiar la ley electoral, pero lo más importante, para mi gusto, es recuperar el sentimiento de comunidad, la solidaridad de clase, el único poder con el que contamos los que con nuestra casi nada tenemos que pagar esa parte del todo que los poderosos han perdido en su afán de tener más y más: dos piscinas en vez de una, tres casas en vez de dos.
Por eso tenemos que reunirnos tantas veces como haga falta, sin prisa, buscando ese cambio espiritual, de mirada y actitud... y de paso decidir cosas más concretas cuando todos estemos de acuerdo, porque antes de saber qué hacer, lo que quieres, tienes que saber quién eres.
Como bien dice Alejo Carpentier... "Los mundos nuevos debe ser vividos antes de ser explicados".
sábado, mayo 28, 2011
LA RONDE
Dirigida en 1950 por el alemán Max Ophüls, "La Ronde" es una de las grandes películas del cine francés de mediados del siglo XX.
Con un planteamiento cuando menos curioso y en el que la moral tiene bastante poco que decir, "La ronde" nos cuenta diez historias centradas en el amor, el deseo y las relaciones entre hombres y mujeres en la Viena de principios de siglo XX.
Un maestro de ceremonias, magnificamente interpretado por el olvidado Anton Walbrook, que ocupa un lugra intermedio entre la realidad espía del espectador y la ficción espiada de los personajes conduce a ambos a lo largo de un viaje en el que uno de los protagonistas de cada pequeño episodio permanece en el posterior generando una fascinante hilazón en el que el sentimiento del personaje que permanece es puesto a prueba por una nueva tentación.
Militares, criadas, mujeres casadas, cortesanas, condes, maridos aburridos... Todo el paisaje de la "belle epoque" centro europea sucede ante los ojos del espectador en un espectáculo inteligente y exquisito, rebosante de pasión pero también de una instrascendencia que convierte las calles de Viena en el escenario de un juego en el que nadie parece interesado en ganar o perder, sino en vivir las cosas tal y como suceden, en el momento en que lo hacen... porque lo importante es tener la oportunidad de participar.
Brillante.
viernes, mayo 27, 2011
Apenas siente las primeras gotas de lluvia.
Aún es necesario que siga lloviendo un poco más para que, como llameantes azucarillos, el agua disuelva las ideas que le prenden en la cabeza.
Unos minutos más para que nada interfiera entre su ser y la realidad que se derrama sobre su estar.
Allá, en el cielo gris, una afilada bandada de pájaros avanza trabajosamente contra el viento.
Ya no piensa en nada.
Descansa.
Sólo mira.
El agua parece haber disuelto todas las metáforas que se interponían entre ese hecho y su mera contemplación.
Parece que todavía están en el mismo sitio.
Intenta imaginar ese titánico esfuerzo por imponerse a las circunstancias.
A su espalda, el coche espera impaciente.
La puerta continúa abierta.
El motor sigue en marcha.
Permanecen pendientes.
Han dejado de existir.
La lluvia y los pájaros están primero.
Aún es necesario que siga lloviendo un poco más para que, como llameantes azucarillos, el agua disuelva las ideas que le prenden en la cabeza.
Unos minutos más para que nada interfiera entre su ser y la realidad que se derrama sobre su estar.
Allá, en el cielo gris, una afilada bandada de pájaros avanza trabajosamente contra el viento.
Ya no piensa en nada.
Descansa.
Sólo mira.
El agua parece haber disuelto todas las metáforas que se interponían entre ese hecho y su mera contemplación.
Parece que todavía están en el mismo sitio.
Intenta imaginar ese titánico esfuerzo por imponerse a las circunstancias.
A su espalda, el coche espera impaciente.
La puerta continúa abierta.
El motor sigue en marcha.
Permanecen pendientes.
Han dejado de existir.
La lluvia y los pájaros están primero.
jueves, mayo 26, 2011
DEBTOCRACY
Debtocracy International Version por BitsnBytes
Interesante ese sospechosamente poco mencionado concepto de deuda ilegítima... tan poco mencionado como tan aplicable a nuestra realidad...
Y otros dos conceptos interesantes: deuda socialmente insostenible y la deuda como manifestación de la lucha de clases.
Debtocracy International Version por BitsnBytes
Interesante ese sospechosamente poco mencionado concepto de deuda ilegítima... tan poco mencionado como tan aplicable a nuestra realidad...
Y otros dos conceptos interesantes: deuda socialmente insostenible y la deuda como manifestación de la lucha de clases.
miércoles, mayo 25, 2011
"El análisis moralizante (del que no escapan ni los liberales ni los marxistas) es siempre un error... el sistema sólo conoce las condiciones de su supervivencia; ignora los contenidos sociales e individuales... Consumo, información, comunicación, cultura, abundancia: hoy el sistema mismo instaura, descubre y organiza todo esto, presentándolo, para su mayor gloria, como las nuevas fuerzas productivas. También él se reconvierte (relativamente) de una estructura violenta a una estructura no violenta; sustituye la explotación y la guerra por la abundancia y el consumo. Pero nadie debería agradecérselo pues esa reconversión no implica que el sistema cambie y si lo hace es sólo obedeciendo a sus propias leyes"
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
(La sociedad de consumo: sus mitos, sus estructuras. Jean Baudrillard)
domingo, mayo 22, 2011
THE STRAIGHT STORY
"No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos"
Con su habitual brillantez entre melancólica y amarga, Cesare Pavese escribió esta frase mucho tiempo antes de que David Lynch filmase esta película.
Una frase que tiene mucho que ver con el sentido de esta historia, con ese plano de cielo estrellado con que empieza y termina la película y que resume absolutamente la necesidad de Alvin Stright de hacer ese viaje, su necesidad de ser.
Porque no cuentan los días.
Lo único que importa para Straight es la necesidad de recuperar ese momento, de recuperar al hermano perdido sin cuya compañía ese momento sublime resulta desnaturalizado.
"The straight story" es la historia de una iluminación, de una necesidad y del esfuerzo por realizarla convertido en viaje.
El lado más onírico del sueño americano, el de la pura realización más allá de lo material.
No cuentan los días.
Cuentan los momentos.
Y cuenta sobre todo reconocerse verdadero en uno de ellos.
Por eso nada puede parar a Alvin Straight.
Obra maestra
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