Volver a explicar lo obvio

Marx, los clásicos y los neoliberales: tres tradiciones que casi nunca se explican bien

Un mapa conceptual claro para entender quién hereda realmente a quién.

En el debate público, Marx, los clásicos, los neoclásicos y los neoliberales se mezclan como si formaran parte de la misma historia. No es así. La genealogía real es más clara: Marx pertenece a la economía clásica; los neoclásicos rompen con esa tradición; y el neoliberalismo deriva de los neoclásicos, no de Smith.

En el debate público todo se mezcla: Marx contra los liberales, los liberales contra los neoliberales, y Adam Smith convertido en mascota económica de todo el mundo. El resultado es un mapa mental falso. Si se pone orden histórico y conceptual, la imagen real es más clara: Marx pertenece a la economía clásica, los neoclásicos rompen radicalmente con los clásicos, y el neoliberalismo deriva del neoclasicismo, no de Smith.

Este artículo sigue tres pasos:

  • qué define a los clásicos y por qué Marx pertenece ahí;
  • qué rompe el marginalismo neoclásico;
  • qué heredan los neoliberales y en qué se diferencian de ambos.

1. Marx es un economista clásico: por qué y qué significa eso

La Escuela Clásica, de Smith a Ricardo, no estudia decisiones individuales, sino la estructura del capitalismo como sistema histórico. Sus rasgos fundamentales son claros:

  • Teoría del valor-trabajo: el valor viene del trabajo incorporado.
  • Análisis de la producción y la distribución: salarios, rentas y beneficios entre clases.
  • Totalidad sistémica: la economía no son mercados aislados, sino un conjunto dinámico.
  • Búsqueda de leyes de movimiento: acumulación, competencia, crisis.
  • Método histórico y estructural: el capitalismo es un periodo histórico concreto.

Marx entra en esta tradición con total naturalidad. No viene "de fuera" ni inventa una nueva economía. Recibe las categorías de Ricardo y las lleva al límite: si el valor depende del trabajo, entonces la ganancia tiene que venir del trabajo no pagado. Eso es la plusvalía.

La ruptura de Marx no es metodológica: es política.

Donde los clásicos preguntaban cómo se distribuye el excedente, Marx pregunta de dónde sale.

Por eso Marx no es un economista alternativo al liberalismo clásico: es su crítico interno. Y eso lo hace parte de la misma tradición.

¿Por qué importa esto? Porque tratarlo como "lo opuesto" a la economía clásica oculta que Marx comparte con Smith y Ricardo más herramientas analíticas, más preguntas fundamentales y más método que con cualquier economista del siglo XX. Entenderlo fuera de esa tradición convierte su obra en pura ideología, cuando en realidad es economía política llevada hasta sus últimas consecuencias.

2. Qué separa a los clásicos de los neoclásicos

La ruptura llega hacia 1870 con la Revolución Marginalista (Jevons, Menger, Walras). No es una "evolución" técnica: es un cambio completo de paradigma. Los neoclásicos eliminan todo lo que definía a los clásicos:

a) Sustituyen el valor-trabajo por el valor-utilidad marginal

El valor deja de depender de la producción y pasa a depender de preferencias subjetivas. Es un giro absoluto: del trabajo al deseo.

b) Sustituyen las clases por individuos aislados

Las clases desaparecen del análisis económico. En su lugar aparece un individuo abstracto que maximiza utilidad. Este ser no tiene historia, ni ética, ni vínculos sociales.

c) Sustituyen las leyes históricas por el equilibrio matemático

Los clásicos buscaban dinámicas históricas; los neoclásicos buscan estados de equilibrio. La economía pasa de ser ciencia social a física social.

d) Sustituyen la economía política por una disciplina técnica

El capitalismo ya no es un sistema social, sino un mecanismo eficiente de asignación. La política desaparece del modelo.

Este cambio destruye la continuidad clásica. Marx y los clásicos trabajan con categorías sociales. Los neoclásicos trabajan con ecuaciones.

Esa es la primera gran discontinuidad de la historia económica moderna.

3. Qué heredan los neoliberales de los neoclásicos

No heredan a Smith ni a Ricardo: heredan el individualismo metodológico del marginalismo. El neoliberalismo es la traducción política de la teoría neoclásica.

Sus pilares:

  • el individuo maximizador como ideal moral, no solo analítico;
  • los mercados son eficientes por definición;
  • toda intervención pública es distorsión;
  • Estado mínimo, contrato y propiedad como núcleo político;
  • la eficiencia como criterio moral.

Los neoliberales toman el aparato matemático neoclásico y lo convierten en programa ideológico:

  • si los mercados tienden al equilibrio, el Estado sobra;
  • si el individuo maximiza utilidad, la política social es innecesaria;
  • si el precio es información perfecta, la regulación es un obstáculo.

Esto no es liberalismo clásico: es neoclasicismo politizado.

Figuras como Friedrich Hayek y Milton Friedman hacen explícita esta traducción: toman el modelo abstracto del equilibrio neoclásico y lo convierten en mandato político. Hayek, en Camino de servidumbre, argumenta que toda intervención estatal amenaza la libertad porque distorsiona los mecanismos espontáneos del mercado. Friedman, desde la Escuela de Chicago, eleva la eficiencia del mercado a criterio normativo universal. Ambos construyen una teoría política sobre los cimientos técnicos del marginalismo, no sobre la filosofía moral de Smith.

4. La gran ruptura: de la economía moral a la economía matemática

Aquí está el punto decisivo que casi nadie explica.

La diferencia entre los clásicos y los neoclásicos no es principalmente técnica: es ética y epistemológica.

Los clásicos (Smith, Ricardo) parten de un ser humano moral y social

En Smith, el mercado funciona porque hay un marco ético previo. La simpatía —la capacidad de ponerse en el lugar del otro— es la base de la vida social. La economía es parte de la filosofía moral.

Para el liberalismo clásico:

  • la sociedad existe antes que el mercado,
  • el Estado tiene un papel positivo,
  • el individuo está atravesado por normas éticas compartidas.

Adam Smith no es el padre del egoísmo racional: es un filósofo moral que analiza la economía dentro de una sociedad real.

Los neoclásicos eliminan ese suelo moral

Para que sus modelos funcionen, necesitan un individuo sin historia, sin vínculos y sin moral. Un agente que maximiza utilidad en un entorno abstracto.

El homo economicus no es una observación empírica: es una construcción matemática.

La economía deja de ser economía política y se convierte en "economics": una técnica neutra, aséptica, aparentemente ajena al conflicto social.

Los neoliberales llevan esa abstracción al terreno político

Al convertir la eficiencia en criterio moral y al mercado en norma universal, los neoliberales hacen del modelo técnico una ética. Pero esa ética no es clásica ni liberal: es la ética del equilibrio, la ética del individuo aislado, la ética de la función de utilidad.

Esa es la ruptura que importa: los clásicos estudian sociedades; los neoclásicos estudian funciones. Y todo lo que viene después deriva de esa decisión epistemológica.

Conclusión

Cuando se ordenan las tradiciones, el mapa aparece claro:

  • Marx es un economista clásico.
  • Los neoclásicos rompen con toda la tradición clásica.
  • El neoliberalismo hereda el modelo neoclásico, no a Smith.

Los clásicos trabajaban con sociedades, clases, historia y ética. Los neoclásicos trabajan con individuos, ecuaciones y equilibrio. Los neoliberales convierten esas ecuaciones en política.

Entender esa genealogía permite desmontar uno de los grandes malentendidos del debate público: la idea de que la economía actual es continuidad natural del liberalismo clásico.

No lo es.

Es otra tradición —más abstracta, más técnica y más pobre moralmente— que empezó borrando la ética de Smith y terminó convirtiendo el mercado en criterio moral.

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