Ucrania o la ilusión estratégica de Occidente - Cuando todos los frentes son el frente (V)

Tras el fracaso de la contraofensiva de 2023, Rusia cambió de método: ya no busca rupturas, sino desgaste.
Presiona en todos los frentes, detecta el punto débil y lo explota hasta que Ucrania refuerza.
Así nació la estrategia de dispersión controlada, una guerra que se gana por agotamiento, no por conquista.

Tras el fracaso de la gran contraofensiva ucraniana de 2023, Moscú reformuló su diagnóstico sobre el adversario.

Lejos de interpretar la guerra como una sucesión de campañas destinadas a producir rupturas decisivas, el Kremlin concluyó que Ucrania ya no disponía de masa suficiente —reservas entrenadas, logística robusta, autonomía operacional— para sostener concentraciones de fuerza capaces de cambiar la correlación de fuerzas.

Esa lectura “realista” de las posibilidades ucranianas explica el cambio doctrinal que comenzó a gestarse en invierno de 2023-2024: si el enemigo no puede concentrar fuerzas, basta con impedirle recomponerlas.

De ahí nace la estrategia rusa de presión simultánea y desgaste permanente: mantener activos múltiples ejes, testar reacciones, explotar la debilidad local y repetir el ciclo hasta que la defensa enemiga se agote.

En 2025, la guerra dejó de ser un conjunto de batallas para convertirse en un pulso continuo. Ya no se busca tanto la conquista espectacular como la asfixia estructural.

Génesis: cuando el enemigo se agota, la estrategia cambia

La estrategia de presión simultánea no nació de la noche a la mañana. Tiene tres momentos clave:

1. Otoño 2023: el diagnóstico

Tras el fracaso de la contraofensiva ucraniana (junio-octubre 2023), el Estado Mayor ruso observó algo fundamental: Ucrania había agotado su capacidad de generar masa ofensiva.

Como documentaron Franz-Stefan Gady y Michael Kofman en su influyente estudio “Making Attrition Work” (febrero 2024):

“La ofensiva de verano de 2023 fue infructuosa. La planificación resultó excesivamente optimista y estaba pobremente conectada con cómo las fuerzas armadas ucranianas realmente combaten.”

El análisis de Gady y Kofman, basado en trabajo de campo en Ucrania durante 2023, reveló algo crucial: el intento ucraniano de adoptar guerra de maniobra al estilo OTAN había fracasado contra una defensa preparada en profundidad.

Moscú extrajo la conclusión opuesta a la que sacaría Occidente: no era que Rusia fuera invencible, sino que Ucrania ya no podía concentrar.


2. Invierno 2023-2024: el experimento (Avdiivka)

La caída de Avdiivka en febrero de 2024 marcó el nacimiento operacional de la nueva doctrina.

Avdiivka había resistido desde 2014. Era una fortaleza ucraniana en el Donbass, defendida por brigadas veteranas y fortificaciones profundas.

¿Cómo cayó?

Rusia aplicó por primera vez, de forma sistemática, el método que perfeccionaría después: presión simultánea en múltiples sectores (Kupyansk al norte, Robotyne al sur, Bajmut al este) mientras concentraba esfuerzo artillero y de asalto en Avdiivka.

Jack Watling y Nick Reynolds, del Royal United Services Institute (RUSI), documentaron el método en su análisis “Russian Military Objectives and Capacity in Ukraine Through 2024” (febrero 2024):

“Rusia mantiene presión a lo largo de toda la línea del frente ucraniano para drenar las municiones y reservas de personal de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Paralelo a este esfuerzo, los Servicios Especiales rusos tienen la tarea de romper la determinación de los socios internacionales de Ucrania.”

Avdiivka demostró que el método funcionaba: mientras Ucrania intentaba reforzar un punto, Rusia explotaba otro.


3. Agosto 2024-presente: consolidación tras Kursk

La incursión ucraniana en Kursk (agosto 2024) confirmó el diagnóstico ruso: Kiev ya no tomaba decisiones militares, sino políticas.

Mientras Ucrania desplegaba brigadas móviles en territorio ruso sin valor estratégico, Rusia aceleró sus avances en el Donbass, registrando en 2024 sus mayores ganancias territoriales desde 2022: 4.168 km², siete veces más que en todo 2023.

La estrategia había madurado.

La doctrina del esfuerzo simultáneo

La doctrina rusa de 2024-2025 combina dos mecanismos complementarios:

A. División operativa

Rusia aplica presión simultánea en múltiples ejes:

  • Kupyansk/Járkov al norte

  • Avdiivka–Pokrovsk en el centro (eje principal)

  • Toretsk en el centro-este

  • Vuhledar–Zaporiyia al sur

  • Robotyne en el sur

Kiev debe dispersar sus reservas y sostener defensas extendidas en más de 1.000 km de frente.


B. Explotación dinámica

Más allá de obligar a dividir fuerzas, el método es cíclico:

  1. Presionar en múltiples puntos para identificar el sector con menor capacidad de respuesta.

  2. Concentrar un esfuerzo limitado y rentable sobre ese flanco vulnerable.

  3. Sostener la explotación hasta que Kiev se ve obligado a reforzar.

  4. Cuando refuerza, cambiar el foco a otra debilidad ya testada.

Ese ciclo —testar, explotar, forzar refuerzo, cambiar— convierte el frente en una sucesión de crisis locales que obligan a consumos permanentes de personal, munición y moral.

Watling y Reynolds lo describen como un proceso en tres etapas con horizonte temporal hasta 2026:

“Una vez que la ayuda militar ha sido significativamente limitada y las existencias de munición ucranianas se agotan, Rusia pretende iniciar operaciones ofensivas adicionales para lograr ganancias significativas —aunque lentas— en el campo de batalla. Estas ganancias se utilizarán como palanca contra Kiev para forzar la capitulación en términos rusos.”


IV. El método operacional: cómo funciona en la práctica

A. Dosificación del esfuerzo

Rusia evita picos de desgaste que le cuesten más de lo ganado. Cada activación de un sector se calcula para extraer valor hasta el umbral rentable.

Gady y Kofman (febrero 2024):

“El ejército ruso es también una fuerza agotada, perdiendo más tanques, obuses y otro equipamiento militar ante las fuerzas ucranianas de lo que puede producir o reacondicionar. La atrición actualmente funciona a favor de Ucrania, aunque esa proporción favorable está disminuyendo gradualmente debido al racionamiento de municiones.”

Pero —y aquí está la clave— Rusia puede sostener esas bajas porque cumple su objetivo: drenar las reservas ucranianas más rápido de lo que pueden reponerse.


B. Armas del ritmo

Artillería masiva, fuego de saturación y enjambres de drones FPV sustituyen la maniobra de masas por un ritmo de destrucción: la guerra como metrónomo, no como estallido.

Watling documentó en julio de 2023:

“Los campos minados masivamente densos están frenando su movimiento, porque tienen que reconocerlos y luego atravesarlos. Pero lo que esa desaceleración significa es que se vuelven vulnerables a la artillería rusa, y luego los rusos contraatacan muy agresivamente cuando logran atravesar.”

En 2024-2025, Rusia perfeccionó ese método: ya no necesita contraatacar masivamente. Basta con mantener el fuego constante y rotar la presión.


C. Rotación controlada

Cuando un eje agota las capacidades ucranianas locales, Rusia rota la presión a otro punto ya testado.

Ejemplo: ciclo Vuhledar–Pokrovsk–Toretsk (2024)

  • Marzo–abril 2024: presión en Avdiivka y Chasiv Yar

  • Mayo–junio: activación de Vuhledar al sur

  • Julio–agosto: intensificación hacia Pokrovsk

  • Octubre: caída de Vuhledar (1 de octubre)

  • Noviembre–diciembre: cerco de Kurakhove y avance hacia Pokrovsk

  • 2025: Pokrovsk al borde de caer

Cada activación obligó a Ucrania a mover reservas. Cada movimiento abrió otra vulnerabilidad.

El colapso de la concentración ucraniana

La consecuencia es directa: Kiev pierde la posibilidad de concentración.

Cada intento de reagruparse para una contraofensiva encuentra una nueva activación rusa. Las reservas se consumen en ajustes.

RUSI (Preliminary Lessons from Ukraine’s Offensive Operations, julio 2024):

“Para Ucrania, los plazos involucrados en regenerar poder de combate ofensivo significan que las operaciones ofensivas renovadas no son viables en el futuro previsible.”

Ucrania ya no puede atacar. Solo puede defenderse.

Los números no mienten

  • Contraofensiva 2023: fracaso operativo.

  • Kursk 2024: desgaste sin ganancias sostenibles.

  • 2025: sin reservas estratégicas, sin masa ofensiva.

Kofman y Gady (febrero 2024):

“Ucrania necesitaría 200.000–250.000 proyectiles de artillería mensuales para sostener una ofensiva. La coalición occidental solo produce lo suficiente para sostener la defensa.”

Sin masa, sin munición, sin tiempo: no hay concentración posible.

El contraste doctrinal: OTAN vs Rusia

La doctrina OTAN se basa en concentración de masa, superioridad aérea y sincronización.
La rusa actual se basa en dispersión, negación y rotación.

Gady (julio 2023):

“El desafío para el ejército ucraniano es que carecen de oficiales de estado mayor entrenados. Solo pueden entrenar colectivamente a nivel de compañía. Es difícil sincronizar más de dos compañías a la vez.”

El método ruso neutraliza ese punto débil:

  • Dispersa fuerzas enemigas.

  • Niega el control aéreo.

  • Hace imposible la coordinación.

  • Obliga a reaccionar, no a planificar.

Resultado: doctrina OTAN neutralizada.

Efectos observables: los datos de 2024–2025

  • 2024: Rusia captura 4.168 km², ocho veces más que en 2023.

  • Vuhledar (1 octubre 2024): cae tras pérdida de reservas.

  • Kurakhove: rodeada y capturada en diciembre 2024.

  • Pokrovsk: combates urbanos, noviembre 2025.

  • Kursk: incursión revertida; 99,4 % del territorio recuperado.

Cada dato confirma la misma dinámica: presión simultánea + rotación + desgaste.

Por qué Moscú adoptó este método

Diagnóstico ruso 2023–2024:

  1. Ucrania agotada.

  2. Apoyo occidental insuficiente.

  3. Ventaja rusa en tiempo, reservas y producción.

Respuesta lógica: no buscar victoria rápida, sino victoria inevitable.

RUSI (febrero 2024):

“A principios de 2024, el Grupo Operativo de Fuerzas rusas comprendía 470.000 tropas… podrán mantener un tempo constante de ataques durante todo 2024.”

Y así fue. Y así sigue siendo.

Riesgos y límites

La estrategia exige resistencia industrial y cohesión política.
Rusia ha pagado un alto precio: más de 420.000 bajas en 2024, según ISW.
Pero mantiene el tempo.

Sus vulnerabilidades —industria, fatiga interna, posible aumento de ayuda occidental— no se han materializado.
Mientras eso siga así, el método se mantiene estable.

Evaluación crítica

Hechos verificados:

  1. Estrategia de presión simultánea adoptada tras 2023.

  2. Avdiivka (febrero 2024) como primer caso.

  3. 4.168 km² capturados en 2024.

  4. Vuhledar y Kurakhove caídas.

  5. Pokrovsk en fase final de asedio.

  6. Kursk revertido.

Inferencias:

  • Respuesta lógica a la debilidad ucraniana.

  • Neutraliza doctrina OTAN.

  • Convierte la guerra en competencia de resistencia.

  • Tiempo a favor de Moscú.

Watling y Reynolds (febrero 2024):

“El horizonte de planificación para estos objetivos… prevé la victoria para 2026.”

A noviembre de 2025, ese calendario sigue en curso.

Conclusión: la victoria como asfixia

La estrategia rusa no improvisa: transforma la lentitud en método.
Presiona en todas partes, detecta debilidades, las explota hasta el límite rentable, fuerza la redistribución y repite.

Cuando todos los frentes son el frente, la guerra se convierte en una ecuación de tiempo y resistencia.
La victoria ya no es tomar una ciudad, sino impedir que el enemigo pueda decidir dónde pelear.

Franz-Stefan Gady (febrero 2024):

“Es una lucha agotadora, caracterizada por altas tasas de atrición. Todavía existe potencial para el éxito militar ucraniano.”

Pero ese potencial requiere algo que Ucrania ya no tiene: masa concentrable.

Rusia no necesita ganar cada batalla.
Solo necesita que Ucrania no pueda ganar ninguna guerra.

Y esa es, al final, la diferencia entre estrategia y desesperación.

Bibliografía

(selección completa de fuentes académicas y periodísticas)

  • Gady, Franz-Stefan, y Michael Kofman. Making Attrition Work: A Viable Theory of Victory for Ukraine. Survival, vol. 66, no. 1 (febrero 2024).

  • Watling, Jack, y Nick Reynolds. Russian Military Objectives and Capacity in Ukraine Through 2024. RUSI, 13 febrero 2024.

  • Watling, Jack, Oleksandr V. Danylyuk, y Nick Reynolds. Preliminary Lessons from Ukraine’s Offensive Operations, 2022–23. RUSI, 18 julio 2024.

  • Institute for the Study of War. Russian Offensive Campaign Assessments, agosto–diciembre 2024.

  • AFP. “Russian advances in Ukraine grew seven-fold in 2024.” 31 diciembre 2024.

  • Radio Free Europe/Radio Liberty. “The Fall of Vuhledar.” 3 octubre 2024.

  • The Washington Post. “As Pokrovsk is set to fall.” 6 noviembre 2025.

  • CNN. “Russian forces are poised to finally capture Pokrovsk.” 8 noviembre 2025.

  • Ukrainska Pravda. “Russians occupied 4,168 sq km of Ukrainian territory in 2024.” 1 enero 2025.

  • The Moscow Times. “What Went Wrong for Ukraine at Vuhledar?” 3 octubre 2024.

  • ABC News, Meduza, Al Jazeera, Russia Matters (Harvard Kennedy School), 2024–2025.


Siguiente entrega: El frente olvidado: el Donbass como verdadero centro de gravedad de la guerra.

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