De empresarios a rentistas
Cuando los beneficios históricos no se convierten en inversión, sino en rentas para quienes ya tienen capital
Los datos oficiales ya no dejan espacio para el relato heroico del empresario español. Márgenes en máximos históricos, salarios rezagados, inversión productiva débil y una parte creciente del excedente que se desvía a la economía financiera. No estamos ante empresarios que arriesgan para construir país, sino ante rentistas que extraen riqueza sin devolverla a la economía real.
En las últimas semanas han salido datos nuevos que confirman lo que ya sabíamos: los márgenes empresariales están en máximos históricos. No es una opinión. Lo muestran las cifras del Observatorio de Márgenes Empresariales (OME), creado por la AEAT y el Banco de España precisamente para monitorizar este problema estructural.
A esto se suma el análisis de Funcas, que confirma que entre 2019 y 2022 los márgenes crecieron a la misma velocidad que los precios, mientras que los costes salariales subieron de forma moderada. Es lo que denominan abiertamente «inflación de márgenes».
Incluso miembros del BCE han señalado que el riesgo inflacionario actual no viene de los salarios, sino del aumento de los beneficios empresariales.
Y, sin embargo, el discurso dominante sigue siendo el de siempre: «Los costes laborales nos ahogan», «no podemos competir», «España tiene un problema salarial».
La realidad es otra: los beneficios suben más que los costes, y las quejas suben más que la inversión.
El contrato roto del capitalismo español
El capitalismo promete algo simple: el beneficio empresarial es legítimo porque compensa el riesgo asumido. El empresario arriesga capital, innova, invierte, y si acierta, gana. Si se equivoca, pierde.
Ese es el contrato social que justifica moralmente los privilegios del capital: fiscalidad favorable, flexibilidad laboral, ayudas públicas, protección regulatoria.
Pero ¿qué pasa cuando quien se queda con los beneficios no asume ningún riesgo? ¿Qué pasa cuando extrae renta sin reinvertir?
Entonces ya no es un empresario. Es un rentista.
Y España está llena de ellos.
No se reinvierte: se deriva a la economía financiera
El relato empresarial dice que «no se puede invertir porque no hay margen». Los datos dicen lo contrario.
La economía real genera beneficios extraordinarios:
- La productividad real por persona asalariada subió un +13% (2018–2023), según el informe de CCOO.
- Los salarios reales solo subieron un +4%.
- La brecha del +9% la captura el capital.
Ese excedente no se reinvierte en la empresa.
Los datos del Banco de España muestran que la inversión en maquinaria apenas ha recuperado niveles pre-pandemia, y que la inversión en equipo de transporte sigue un 17% por debajo de 2019.
La tasa total de inversión productiva ronda el 13,6% del PIB, insuficiente para sostener un crecimiento sólido.
En cambio, ¿qué sí hacen los propietarios del capital español?
- Reducen deuda.
- Acumulan activos financieros.
- Distribuyen dividendos.
- Y, cada vez más, realizan recompras de acciones (buybacks).
Según Funds Society, las recompras ya superan al dividendo como forma preferida de remuneración del accionista. Esade explica por qué: permiten aumentar el beneficio por acción sin invertir un euro en mejorar la empresa.
Una recompra de acciones no crea un solo puesto de trabajo. No mejora ningún producto. No desarrolla ninguna tecnología. Solo infla artificialmente el precio de la acción.
La consecuencia es clara: España no tiene empresas ricas: tiene rentistas ricos. Y un tejido productivo pobre que no recibe retorno de esos beneficios.
La excusa de la "falta de demanda": admitiendo que no son empresarios
La Encuesta EBAE del Banco de España confirma que los factores que frenan la inversión no son financieros, sino de expectativas, regulación y poca demanda percibida.
Aquí algunos dirán: «Claro, si no hay demanda, ¿para qué arriesgar?».
Pero esa es precisamente la confesión. Si no invierten porque hay «incertidumbre» o «falta de demanda», están admitiendo que solo quieren beneficios sin riesgo. Eso no es ser empresario: es ser rentista.
El discurso capitalista promete que el beneficio empresarial es legítimo porque compensa el riesgo asumido. Pero si ese riesgo no se asume, ¿qué diferencia hay entre un empresario y alguien que vive de cobrar alquileres?
La verdad incómoda es que prefieren capturar renta de la masa salarial (reduciendo su porcentaje del PIB) antes que arriesgar en inversión productiva.
Es más cómodo. Es más seguro. Y es perfectamente legal.
Pero no construye ningún país.
Si la demanda es débil, ¿no es precisamente porque los salarios están contenidos y el consumo no crece? Es un círculo vicioso que solo se rompe con inversión o salarios. Y si los rentistas disfrazados de empresarios eligen ni una cosa ni la otra, entonces el problema no es el entorno: es la estrategia extractiva.
De empresarios a rentistas: los datos de una transformación
Entre 2009 y 2024, las sociedades no financieras generaron más de 570.000 millones de euros de capacidad de financiación acumulada, según Funcas.
Ese dinero no se destinó a abrir nuevas plantas, aumentar la capacidad productiva o mejorar el tejido industrial. Se destinó a:
- desapalancamiento,
- acumulación de activos financieros,
- dividendos y recompras de acciones.
Si no hay inversión, no hay riesgo. Y si no hay riesgo, no hay mérito.
El mito del empresario valiente se sostiene solo mientras nadie mira los balances.
Un país que repite el patrón de las economías rentistas
Los síntomas encajan perfectamente con los de una economía rentista:
- Márgenes altos
Confirmado por OME y Funcas. Las empresas capturan una parte creciente del valor añadido. - Salarios rezagados
Productividad +13% frente a salarios +4%. - Baja inversión productiva
Inversión privada por debajo de 2019. Inversión en transporte –17%. - Alta acumulación financiera
Los activos financieros crecen al mismo ritmo que los activos productivos. - Remuneración al accionista en máximos
Las recompras de acciones superan a los dividendos.
Esto no es un modelo de crecimiento. Es un modelo de extracción de rentas. Justo el comportamiento típico de economías subdesarrolladas o rentistas: cuando el capital se orienta a protegerse a sí mismo, no a desarrollar el país.
El engaño del "problema salarial"
Cuando los rentistas se quejan mientras baten récords de beneficio, lo que realmente dicen es:
«Quiero ganar más sin arriesgar más.»
Es un modelo pensado para exprimir, no para construir.
Por eso, aunque la economía genera riqueza, esa riqueza no se transforma en mejores salarios, más productividad o mayor competitividad.
Se transforma en liquidez aparcada, rentas financieras y revalorización bursátil.
La pregunta que nadie quiere responder es esta: ¿cómo va a mejorar la productividad si quienes se quedan con los beneficios no los reinvierten?
No es falta de productividad: es un problema de legitimidad
España no tiene un problema de trabajadores. Tiene un problema de modelo económico:
- temor crónico al riesgo,
- obsesión por el corto plazo,
- dependencia del margen sin inversión,
- financiarización del excedente,
- cultura de la queja sin compromiso inversor.
El capitalismo español ha roto su propio contrato social. Exige los privilegios del empresario (bajos impuestos, flexibilidad laboral, ayudas públicas) pero se comporta como un rentista (extrae, no construye).
La economía productiva se vacía. La financiera se infla. Y el país queda atrapado.
Si el capital español no reinvierte, ¿qué legitimidad tiene para exigir moderación salarial, reformas laborales o ayudas públicas?
¿Qué diferencia hay entonces entre un empresario y un rentista?
Ninguna. Y eso es lo que los datos demuestran.
Bibliografía (fuentes citadas)
- Funcas — ¿Inflación de costes o inflación de márgenes empresariales?
- Funcas — Activos y pasivos de las sociedades no financieras en España (2000–2024)
- Funcas — Las condiciones financieras para la recuperación de la inversión empresarial
- CCOO — Las mejoras de productividad se extienden entre el tejido productivo
- Banco de España — La inversión productiva como motor del crecimiento
- Banco de España — Estadísticas de Sociedades No Financieras (SNF)
- Observatorio de Márgenes Empresariales — AEAT + Banco de España
- Funds Society — Las recompras de acciones superan al dividendo
- Esade — Pagar dividendos o recomprar acciones
- Santander — Programa de recompra de acciones

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