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Mostrando las entradas etiquetadas como Dependencia

Cuando la lealtad se convierte en servidumbre: la rendición moral de Europa (y VIII)

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Durante décadas, la alianza atlántica se presentó como un pacto de libertad y prosperidad compartida. Hoy, esa narrativa se desmorona: Washington ya no lidera, administra su decadencia a costa de sus socios. Europa, convertida en cliente cautivo, paga el precio de una hegemonía que sobrevive saqueando el orden que creó. A lo largo de esta serie hemos documentado la transformación de la alianza atlántica en un sistema de subordinación económica, militar y política. Vimos el patrón histórico: Washington trata a sus aliados como instrumentos desechables (cap. 2). Analizamos el sabotaje del Nord Stream como destrucción deliberada de la autonomía energética europea (cap. 3). Estudiamos la guerra de Ucrania como conflicto por delegación donde Europa paga y Washington decide (cap. 4). Examinamos la OTAN como arquitectura de control que permite gastar más sin decidir nada (cap. 5). Explicamos la mutación de la hegemonía estadounidense en sistema de rentismo imperial (cap. 6). Y cuantific...

Aliado o cliente - El precio de la fidelidad (VII)

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Europa paga hoy el precio de su fidelidad. En apenas tres años, el Viejo Continente ha transferido a Estados Unidos más de un billón de euros en energía, armamento, inversiones y poder político. Lo que se presentó como una alianza de defensa mutua se ha convertido en una arquitectura de extracción: Washington cobra por proteger, impone su agenda y convierte la obediencia europea en fuente de rentas. La lealtad se ha transformado en sumisión, y la fidelidad, en una forma elegante de servidumbre. En la entrega anterior vimos cómo la hegemonía estadounidense ha mutado en un sistema de rentismo imperial: ya no protege, sino que cobra por mantener dependencias. Europa es hoy una fuente de rentas energéticas, militares y políticas. Lo que vive no es un accidente histórico, sino la versión actualizada de una vieja constante: para Washington, los aliados son instrumentos, no socios. Estados Unidos nunca ha tenido amigos permanentes, solo utilidades temporales. Y cuando un aliado deja de se...

Argentina no fue invadida. Fue comprada.

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En octubre de 2025, la economía argentina se convirtió en un laboratorio de geopolítica monetaria. Mientras el gobierno celebraba la “confianza de los mercados”, el Tesoro estadounidense y sus aliados financieros ejecutaban una secuencia precisa de intervenciones destinadas a influir en el resultado electoral. No hubo marines ni embajadas conspirando: hubo dólares. La dominación se ejerció en tiempo real, mediante liquidez condicionada, miedo calibrado y narrativa mediática coordinada. En el artículo anterior vimos cómo Milei había logrado transformar la crisis en identidad: cómo el sufrimiento económico se convirtió en un signo de pertenencia y el resentimiento en forma de moral. Pero toda religión necesita un altar, y en la Argentina de 2025 ese altar estaba fuera del país. Mientras el gobierno domesticaba la rabia interna, otro poder —más lejano y más real— intervenía desde los mercados. No con tanques ni embajadores, sino con dólares. Lo que se jugaba en esas semanas no era solo u...