Cómo Kautsky convirtió a Marx en socialdemócrata
En la tradición marxista, el Estado nunca fue un asunto secundario ni una cuestión técnica de administración. Es el corazón del problema revolucionario. Para Marx, el Estado es la forma política de la dominación de clase: el aparato mediante el cual la burguesía organiza y perpetúa su poder. La pregunta decisiva, entonces, fue siempre la misma: ¿puede ese aparato ser conquistado y usado por la clase trabajadora, o debe ser destruido y reemplazado por otra forma política? La respuesta a esta cuestión dividió a todo el movimiento obrero internacional. Fue el motivo de la fractura entre marxistas y anarquistas en la Primera Internacional; marcó la frontera entre revolucionarios y reformistas en la Segunda; y se convirtió en la paradoja irresuelta del siglo XX: de un lado, la socialdemocracia confiada en el parlamento y el Estado burgués; del otro, el socialismo real que convirtió al Estado en un poder absoluto. En todos los casos, la pregunta sobre el Estado no fue un matiz, sino l...