Israel, la única democracia de Oriente Medio… ¿o una democracia con apellidos?
Israel suele presentarse en foros internacionales y en la prensa occidental como “la única democracia de Oriente Medio” . La fórmula funciona como un sello de legitimidad: elecciones periódicas, pluralidad de partidos, tribunales activos… todos los atributos formales de un sistema democrático. Pero la democracia no es solo la celebración de elecciones. Una democracia se mide, sobre todo, por la igualdad de derechos entre quienes viven bajo el mismo Estado. Y aquí es donde aparece la contradicción. En la práctica, Israel distingue entre ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda : entre quienes gozan de derechos plenos y quienes los ven limitados por su origen, su religión o su estatus legal. Esta diferencia no es un accidente ni una disfunción, sino que está institucionalizada en leyes, políticas y prácticas cotidianas . Es una falacia común confundir lo que se dice con lo que se hace: repetir que un país es democrático no convierte automáticamente en democracia aquello que ocurr...