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Mostrando las entradas etiquetadas como Crisis social

La economía va bien. La democracia, no tanto.

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La financiarización no solo transformó la economía: redefinió la democracia. El poder ya no fluye desde los ciudadanos hacia el Estado, sino desde los mercados hacia los gobiernos. Gobernar se ha vuelto un ejercicio de obediencia contable: equilibrar los números, aunque se desequilibre la vida. En las democracias contemporáneas ya no se gobierna para los ciudadanos, sino para l os mercados. La política económica ha cambiado de sujeto: donde antes estaba el pueblo, hoy está el capital financiero. El voto que decide el rumbo de un país ya no se emite cada cuatro años en una urna, sino cada mañana en las pantallas que muestran la prima de riesgo, el precio de la deuda o la cotización del dólar. El nuevo soberano no tiene rostro, pero sí poder. Y su lenguaje es el de la macroeconomía. El poder ha cambiado de dirección: ya no asciende desde las urnas, sino que desciende desde los mercados financieros. La financiarización como nuevo régimen político Durante el siglo XX, el Estado era el ...

Cuando la economía va bien y la gente va mal: el mundo gobernado por los mercados

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Los indicadores sonríen, los mercados aplauden y los ministros presumen de estabilidad. Pero la vida cotidiana se encarece, los salarios se estancan y la desigualdad crece. La financiarización ha invertido el propósito de la economía: ya no se gobierna para las personas, sino para los balances. La macro prospera mientras la micro se hunde El dinero ya no necesita fábricas, ni trabajadores, ni productos: basta con sí mismo. La financiarización ha convertido a la economía en un juego autorreferencial que se alimenta de expectativas, algoritmos y apuestas sucesivas sobre el riesgo. Pero cuanto más huye de la realidad, más depende de ella. Y en esa contradicción late una amenaza mayor: la de un capitalismo que socava sus propias bases mientras prepara el terreno para su próxima mutación. Durante buena parte de la historia contemporánea, el capitalismo se legitimó por su capacidad de transformar inversión en producción, trabajo en innovación y tecnología en bienestar. La banca y los mercado...