La guerra de los 13 días y una grieta en el mito
Durante décadas, los bonos del Tesoro de EE. UU. han funcionado como el activo refugio por excelencia cada vez que estallaba una crisis geopolítica, financiera o militar. Desde la Guerra del Golfo hasta los atentados del 11-S, pasando por la invasión de Irak o la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, la reacción de los mercados era casi automática: vender activos de riesgo (acciones, materias primas más volátiles) y refugiarse en deuda soberana norteamericana. ¿Por qué? Porque los Treasuries ofrecen tres garantías clave: Liquidez inigualable: Es el mercado de deuda más grande y profundo del mundo. Se pueden comprar o vender grandes volúmenes casi sin impacto en el precio. Capacidad de pago: EE. UU. emite deuda en su propia moneda y, en teoría, no puede quebrar porque siempre puede imprimir dólares para cumplir sus obligaciones. Confianza sistémica: El dólar es la moneda de reserva mundial, y muchos bancos centrales mantienen sus reservas en bonos del Tesoro. ...