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Mostrando las entradas etiquetadas como Conflictos culturales

Israel como reliquia colonial: del sueño sionista ashkenazí a la democracia estratificada

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  Israel sigue presentándose —y siendo presentado en muchos foros internacionales— como “la única democracia de Oriente Medio”. El eslogan funciona porque evoca un contraste cómodo: un oasis de pluralismo rodeado de autoritarismos. Pero cuando rascamos un poco, la imagen se resquebraja. En una  entrada anterior vimos que esa democracia es con apellidos: plena para los judíos, condicionada para los árabes. En esta nueva entrega damos un paso más: incluso dentro del propio mundo judío, esa democracia se fractura en categorías. No todos los judíos han gozado de la misma inclusión ni de los mismos derechos. El sionismo que dio forma al Estado de Israel nació con una impronta ashkenazí que definió quién representaba al “pueblo judío” y quién quedaba en los márgenes. Y esa huella sigue presente hoy.. Desde sus orígenes, el sionismo político no fue un proyecto que incluyera a todas las comunidades judías por igual. Al contrario, fue concebido y dirigido por una élite ashkenazí cent...

Cuando la Iglesia inventó al judío: los orígenes antiguos y medievales del antisemitismo

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  Cuando pensamos en antisemitismo solemos mirar al siglo XIX, al racismo pseudocientífico, o al nazismo en el siglo XX. Sin embargo, el terreno sobre el que esas ideologías pudieron florecer se sembró mucho antes. El cristianismo, que nació como una secta judía dentro del judaísmo del Segundo Templo, construyó su identidad precisamente negando esas raíces. Y cuando la Iglesia católica se convirtió en la gran institución de la Europa medieval, esa separación se radicalizó hasta crear un sistema cultural y político de exclusión permanente. 1. El cristianismo como secta judía (siglos I–II) Jesús de Nazaret fue un judío del siglo I, y sus primeros discípulos también. El cristianismo nació dentro del judaísmo del Segundo Templo, como un movimiento mesiánico que compartía la Torá, las Escrituras, las sinagogas y el marco religioso del Templo de Jerusalén. Para el Imperio romano, los cristianos no eran más que una de las múltiples corrientes judías de la época, comparables a fariseos,...

Rusia, el espejo incómodo de la identidad europea

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Europa se cuenta a sí misma como heredera exclusiva de Grecia, Roma y la Cristiandad latina. Una historia de continuidad cultural que desemboca en el Renacimiento, la Ilustración y la modernidad. Pero esa narración esconde mestizos olvidos decisivos: sus raíces son asiáticas, su seguridad dependió de Rusia y, en el resto del mundo, ella misma fue la horda devastadora que tanto temió. Grecia: un origen asiático Europa suele presentarse como “hija de Grecia”, como si la cultura griega fuese una creación exclusivamente occidental. Sin embargo, esa Grecia que hoy se invoca como origen puro nació en la frontera asiática del Mediterráneo y bebió a fondo de las tradiciones del Oriente Próximo. Los grandes nombres de la primera filosofía —Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito— no vivieron en la Grecia continental, sino en Jonia, en la costa de Asia Menor, bajo dominio persa y en contacto constante con comerciantes fenicios, egipcios y mesopotámicos. Tales predijo un eclipse gracias a ta...

Cuando Roma temía a los bárbaros y vivía gracias a ellos

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Una de las paradojas más notables del Imperio romano tardío fue la relación con los llamados barbari . Por un lado, se los necesitaba desesperadamente: para repoblar territorios vacíos, para cultivar la tierra, y sobre todo para sostener unas legiones cada vez más vacías de ciudadanos romanos. Por otro, se los despreciaba, se los temía, se los señalaba como amenaza cultural y política. El término barbarus no era neutro. No designaba solo a un extranjero, sino a alguien “incivilizado”, ajeno a la romanitas . Incluso cuando luchaban y morían por el imperio, seguían siendo tachados de “otros”. El racismo romano no siempre se manifestaba como odio frontal: muchas veces era más sutil, una tolerancia condescendiente , una integración vigilada donde el bárbaro podía hablar latín, vestir la toga, servir en la guardia imperial… pero nunca dejar de ser recordado como extranjero. Ya en el siglo IV, el historiador Amiano Marcelino observa con crudeza la transformación del ejército: “La antigu...

la migración europea: del imperialismo colonial a la Europa fortaleza

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Europa se mira hoy como una fortaleza sitiada. El discurso político y mediático repite la idea de “invasión migratoria”: hay que reforzar fronteras, externalizar controles en el Mediterráneo, blindar aeropuertos, criminalizar a quienes ayudan a migrantes. La imagen de barcazas y alambradas se ha convertido en símbolo de un continente que teme al otro. Pero la paradoja es inevitable: durante cuatro siglos, Europa no solo no temió a la migración, sino que hizo de la emigración masiva el motor de su expansión imperialista y colonial . La Europa que hoy se protege de quienes llaman a sus puertas es la misma que, desde el siglo XVI hasta bien entrado el XX, envió millones de europeos a todos los rincones del planeta, alterando para siempre la demografía y la historia de continentes enteros. Una válvula de escape demográfica La expansión europea fue posible gracias a un factor de fondo que rara vez se recuerda: la demografía. Tras la crisis de la peste medieval, Europa entró en un ciclo ...