La falsa paz social: cómo se borró la lucha que hizo posible nuestros derechos
Cuando pensamos en Rosa Parks, la recordamos como una mujer tranquila que se negó a levantarse de su asiento en un autobús de Montgomery. Pero aquel gesto fue un delito: Parks fue detenida, acusada y señalada por “alterar el orden público”. Hoy la celebramos como heroína porque su acto abrió una grieta en un sistema racista. Sin embargo, olvidamos que entonces fue vista como una peligrosa amenaza. La historia convierte en estatuas inofensivas a quienes, en su tiempo, incomodaron al poder.  Esa operación de memoria no es inocente. Vivimos en sociedades que se narran a sí mismas como pacificadas y definitivas : democracias liberales y economías de mercado que, tras la caída del bloque soviético, habrían llegado al “fin de la historia” anunciado por Francis Fukuyama. Si el presente es el destino final, todo conflicto aparece como una anomalía, un error que perturba un orden natural.  Cómo nació la ilusión de la paz social  La sensación de que hoy habitamos sociedades “resueltas” —sin anta...