La fe como coartada
La fe como coartada Pasolini, el cristianismo domesticado y la fealdad del mundo real Las redes hierven de indignación cristiana ante la transformación del Valle de Cuelgamuros. Hablan de profanación, de fealdad, de “odio a la belleza”. Se sienten sitiados por un mundo que ya no comparte su sensibilidad estética ni su lenguaje sagrado. Pero lo que realmente duele no es una grieta en la piedra: es el espejo que esa grieta les devuelve. Pier Paolo Pasolini habría entendido esta escena mejor que nadie. En los Scritti corsari denunció el nuevo fascismo que nacía bajo el disfraz del bienestar. Un poder que ya no imponía censura ni represión, sino consumo y conformismo. Lo terrible —decía— es que ese poder había hecho suyos a los católicos. Los había vuelto devotos de un cristianismo sin Evangelio, adaptado al confort y al mercado. Para Pasolini, la Iglesia había perdido el alma precisamente cuando se integró en el mundo moderno. Ya no se oponía al poder, si...