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Mostrando las entradas etiquetadas como Opinión pública

Sobre el fallo culpabilidad del Fiscal General del Estado

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Lo que puede deducirse del caso antes de que se publique la sentencia La filtración del fallo del Tribunal Supremo contra el Fiscal General del Estado, sin acompañarlo de la sentencia íntegra, ha abierto un debate público inmediato. Pero sin conocer los fundamentos —el “por qué”— la discusión siempre se llena de ruido. Mientras llega la sentencia, solo cabe analizar lo que sí está disponible y, sobre lo que se conoce, cuál es la hipótesis de fundamento de culpabilidad más probable. En una entrada anterior sobre este tema en el blog, “ Guía rápida para formarse una opinión ” , se defendía un criterio básico: para valorar un asunto conviene esperar a los hechos completos. La filtración del fallo del Supremo —sin explicar su motivación— contradice ese principio. Conocemos el resultado. Pero no conocemos la argumentación jurídica que lo sustenta. Esa asimetría permite que cada quien rellene el vacío según su posición ...

La batalla cultural por la violencia de género en España

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Una anomalía española: por qué solo aquí convertimos un fenómeno marginal en batalla cultural En las democracias occidentales existe un consenso claro: la violencia de género solo puede enfrentarse con medidas preventivas rápidas. Solo en España esa evidencia se ha convertido en guerra cultural y arma política. En la mayoría de democracias occidentales —Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Canadá, Australia— existe un consenso claro: la violencia de género es un fenómeno estructural que exige medidas preventivas rápidas , incluso antes de la sentencia, porque esperar al final del proceso puede costar vidas. Es una lógica asumida y no discutida. Pero en España, esa evidencia básica se ha convertido en un campo de batalla cultural. Un fenómeno estadísticamente mínimo — las denuncias falsas — ha pasado a dominar el debate como si fuese el centro del problema. La consecuencia es clara: la anomalía no es la l...

Volver a explicar lo obvio

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Marx, los clásicos y los neoliberales: tres tradiciones que casi nunca se explican bien Un mapa conceptual claro para entender quién hereda realmente a quién. En el debate público, Marx, los clásicos, los neoclásicos y los neoliberales se mezclan como si formaran parte de la misma historia. No es así. La genealogía real es más clara: Marx pertenece a la economía clásica; los neoclásicos rompen con esa tradición; y el neoliberalismo deriva de los neoclásicos, no de Smith. En el debate público todo se mezcla: Marx contra los liberales, los liberales contra los neoliberales, y Adam Smith convertido en mascota económica de todo el mundo. El resultado es un mapa mental falso. Si se pone orden histórico y conceptual, la imagen real es más clara: Marx pertenece a la economía clásica, los neoclásicos rompen radicalmente con los clásicos, y el neoliberalismo deriva del neoclasicismo, no de Smith. Este artículo sigue tres pasos: ...

El portaaviones no lo pagas tú

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Cómo EE.UU. puede financiar su imperio militar sin tocar los impuestos El despliegue de una flota estadounidense frente a Venezuela parece, a primera vista, un lujo que pagan los ciudadanos con sus impuestos. Este texto sostiene lo contrario: explica cómo funciona realmente el dinero en una economía con moneda hegemónica, por qué el déficit de EE.UU. es una fuente de poder y cómo la financiarización global permite sostener un aparato militar descomunal sin esfuerzo fiscal interno. Cada vez que los Estados Unidos realizan un despliegue de fuerza —y el último es la flota que han enviado a las costas de Venezuela— la reacción pública es siempre la misma: “¿Cuánto nos cuesta esto a los ciudadanos?” Es un reflejo condicionado que se repite cada vez que aparece un portaaviones, un grupo de combate o una operación militar: asumir que todo ese gasto sale del bolsillo del contribuyente. Ese error impide ver el mecanismo real que permite a EE.UU. sos...

La trampa del voto joven

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España es un país demográficamente viejo, pero el PP ha decidido pelear la próxima batalla en el terreno más frágil: el voto joven de su bloque que hoy domina Vox. Este artículo explica por qué ese giro responde al miedo a un sorpasso inmediato, por qué es una apuesta estadísticamente mala en una sociedad envejecida y cómo puede acabar debilitando al PP mientras fortalece a Vox y consolida al PSOE en el centro del tablero. España es un país viejo. La edad media supera los 44 años. Más del 21 % de la población tiene más de 65. Y el votante adulto —entre 45 y 70 años— es, con diferencia, el que más participa, el que más se moviliza y el que más decide elecciones. Sin embargo, el Partido Popular ha reorientado una parte creciente de su estrategia hacia el voto joven , tratando de disputárselo a Vox. Esto no es una impresión ni un sesgo interpretativo: es un movimiento real, verificable y acelerado en los últimos dos años. Este artículo explica por qué el PP e...

Europa juega a la guerra (como quien juega al Fortnite)

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Europa juega a la guerra (como quien juega al Fortnite) Autopercepción moral, política performativa y realidad nuclear Cada cierto tiempo, algún dirigente suelta que “Europa se prepara para la guerra con Rusia”. No hace falta tomarse la frase al pie de la letra para ver el síntoma: un continente que confunde política con comunicación cree que puede declarar guerras desde el sofá, en directo por redes, como si el frente fuese otro episodio de su serie moral favorita. Europa vive atrapada en una ficción sostenida por su propia autopercepción moral. Sus políticos actúan como influencers: declaran principios, posan para las cámaras y miden su coraje en retuits. No gobiernan realidades, administran relatos. Y su fuerza ya no es propia: depende de la energía de otros, de las armas de otros, de la moneda de otros. Aun así, siguen hablando como si el siglo XX no hubiera terminado. E...

La fe como coartada

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La fe como coartada Pasolini, el cristianismo domesticado y la fealdad del mundo real Las redes hierven de indignación cristiana ante la transformación del Valle de Cuelgamuros. Hablan de profanación, de fealdad, de “odio a la belleza”. Se sienten sitiados por un mundo que ya no comparte su sensibilidad estética ni su lenguaje sagrado. Pero lo que realmente duele no es una grieta en la piedra: es el espejo que esa grieta les devuelve. Pier Paolo Pasolini habría entendido esta escena mejor que nadie. En los Scritti corsari denunció el nuevo fascismo que nacía bajo el disfraz del bienestar. Un poder que ya no imponía censura ni represión, sino consumo y conformismo. Lo terrible —decía— es que ese poder había hecho suyos a los católicos. Los había vuelto devotos de un cristianismo sin Evangelio, adaptado al confort y al mercado. Para Pasolini, la Iglesia había perdido el alma precisamente cuando se integró en el mundo moderno. Ya no se oponía al poder, si...

La nueva RTVE: la vieja máquina de movilizar que habíamos dejado de mirar

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RTVE vuelve a crecer. Y su recuperación no es solo un dato de audiencia: es un hecho político. En un país envejecido, donde la abstención decide más que el voto, la televisión pública ha recuperado algo que las redes no tienen: la capacidad de llegar a quienes estaban desconectados. El poder mediático ha cambiado de forma, pero no de sitio. La vieja máquina de movilizar ha vuelto a arrancar. En los dos artículos anteriores,  Por qué la derecha siempre espera más de lo que consigu e y El factor invisible , vimos dos cosas: que la derecha española vive de encuestas que no miden poder, sino ilusión; que el verdadero campo de batalla electoral en la España de los bloques es la abstención diferencial , no el supuesto “votante centrista” que ya casi no existe. Falta una tercera pieza: quién tiene hoy capacidad real de llegar a los segmentos que más se abstienen . Y aquí vuelve a entrar RTVE. Durante los años de Zapatero se tomó una decisión explícita: desideologizar y “tranq...

El factor invisible: cómo la abstención reescribe el mapa electoral español

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  Por qué el poder en España se decide menos por los porcentajes que por quién logra vencer a la abstención En un artículo anterior explicábamos por qué la derecha española vive atrapada en una ilusión estadística: cree que liderar en las encuestas nacionales equivale a poder político, cuando en realidad el sistema electoral español —52 circunscripciones, ley D'Hondt, fragmentación del voto— convierte esa ventaja aparente en insuficiente para gobernar. Pero hay una pieza del rompecabezas que apenas mencionamos y que, sin embargo, es determinante: la abstención . No hablamos de un residuo estadístico ni de un dato secundario. La abstención es el motor invisible que explica por qué las encuestas fallan sistemáticamente, por qué la derecha "siempre espera más de lo que consigue" y por qué el PSOE, una y otra vez, rinde por encima de lo previsto. Y lo hace de una manera que la sociología electoral lleva años documentando, pero que el debate público sigue ignorando. Dos Es...

Por qué la derecha siempre espera más de lo que consigue: la trampa aritmética del voto útil

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Las encuestas son el espejismo de un país que nunca vota igual dos veces. Y el poder, en España, sigue siendo una cuestión de aritmética territorial más que de arrebato ideológico. Las encuestas de El Mundo vuelven a dibujar una España azul. Sigma Dos da al PP un 34,9 % de intención de voto frente al 26,7 % del PSOE, con Vox alrededor del 13 % y Sumar por debajo del 8 %. A primera vista, parece una ventaja sólida: casi nueve puntos. Los titulares acompañan —“el PP se dispara”, “el bloque de derechas rozaría la mayoría”— y en la derecha se reaviva la sensación de que la próxima vez sí. Pero esa distancia, que entusiasma a los gráficos, no basta para gobernar . Y lo sorprendente es que el motivo no es político, sino aritmético. Cincuenta y dos elecciones, no una España no elige un parlamento nacional como un país unificado, sino como un mosaico de 52 pequeñas elecciones provinciales . Cada provincia reparte un número fijo de escaños y aplica la ley D’Hondt, un método de divisore...