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Mostrando las entradas etiquetadas como Cultura económica

La Economía al Revés: De la Vida a la Cifra

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La economía ya no nace de la vida, sino de la cifra. Lo que antes se construía desde el trabajo, los salarios y el consumo, hoy se diseña desde los balances, los tipos de interés y la deuda. La financiarización ha invertido el sentido de la economía: la macro gobierna desde arriba, la micro obedece desde abajo. El resultado es un mundo donde los indicadores prosperan mientras las sociedades se empobrecen —y donde el crecimiento ya no es una promesa de bienestar, sino su sustituto. Durante décadas, la economía fue la ciencia del bienestar: producir más, distribuir mejor, elevar el nivel de vida. Hoy, su objetivo se ha desplazado. Ya no se mide por lo que mejora en la vida de las personas, sino por la tranquilidad que ofrece a los mercados. La financiarización —esa palabra seca y técnica— ha transformado la economía en una arquitectura invertida: la macro gobierna desde arriba y la micro obedece desde abajo. Antes, el progreso nacía en el trabajo, los salarios y el consumo. Ahora ...

Querido empresario franquista: los españoles sí trabajan (el problema es otro)

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El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha declarado recientemente que “los españoles no quieren trabajar” . Una frase que suena más propia de un empresario franquista de hace medio siglo , de esos que aparecen en las cacerías de La escopeta nacional,  persiguiendo a la Barbara Rey de turno con más torpeza babosa que acierto,  que de quien preside hoy la principal patronal de un país moderno (aunque se trate de España). Y por si esto no fuera poco, Garamendi se permite además el lujo depravado de comparar al trabajador español con un deportista de élite . Un alarde retórico más propio del muro de LinkedIn que de un análisis económico serio: el empleado convertido en atleta de alto rendimiento que debe “dar el máximo” cada día, con la obvia diferencia de que aquí no hay sueldos millonarios ni contratos blindados, sino la justificación —casi siempre implícita— para una explotación inmisericorde que muchos de esos mismos empresarios defienden sin sonrojo. Con esta caricatura...