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Mostrando las entradas etiquetadas como Estratificación social

Israel: el último proyecto colonial, sobreviviendo por lo civil y casi siempre por lo penal

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En publicaciones anteriores vimos que Israel no es una democracia plena ni para todos sus ciudadanos judíos ni, mucho menos, para la población árabe. También analizamos cómo su construcción estatal se apoyó en una élite ashkenazí ilustrada y occidentalizada que asumió sobre sí una misión civilizadora : modernizar, homogeneizar y “redimir” al resto de los judíos —sefardíes, mizrajíes, etíopes, tradicionales— considerados atrasados o improductivos. Esta autopercepción supremacista, nacida en la Europa ilustrada y nacionalista del siglo XIX, no era distinta del discurso con el que los imperios justificaban su dominio sobre otros pueblos: la mission civilisatrice francesa, el white man’s burden británico. Cuando esa élite construyó el Estado de Israel, la lógica interna de “civilizar” a los propios judíos se proyectó con aún más fuerza sobre la población árabe palestina. Si dentro del judaísmo el ashkenazí secular era el modelo a imitar, frente a los árabes el proyecto sionista asumió...

Israel como reliquia colonial: del sueño sionista ashkenazí a la democracia estratificada

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  Israel sigue presentándose —y siendo presentado en muchos foros internacionales— como “la única democracia de Oriente Medio”. El eslogan funciona porque evoca un contraste cómodo: un oasis de pluralismo rodeado de autoritarismos. Pero cuando rascamos un poco, la imagen se resquebraja. En una  entrada anterior vimos que esa democracia es con apellidos: plena para los judíos, condicionada para los árabes. En esta nueva entrega damos un paso más: incluso dentro del propio mundo judío, esa democracia se fractura en categorías. No todos los judíos han gozado de la misma inclusión ni de los mismos derechos. El sionismo que dio forma al Estado de Israel nació con una impronta ashkenazí que definió quién representaba al “pueblo judío” y quién quedaba en los márgenes. Y esa huella sigue presente hoy.. Desde sus orígenes, el sionismo político no fue un proyecto que incluyera a todas las comunidades judías por igual. Al contrario, fue concebido y dirigido por una élite ashkenazí cent...

Israel, la única democracia de Oriente Medio… ¿o una democracia con apellidos?

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Israel suele presentarse en foros internacionales y en la prensa occidental como “la única democracia de Oriente Medio” . La fórmula funciona como un sello de legitimidad: elecciones periódicas, pluralidad de partidos, tribunales activos… todos los atributos formales de un sistema democrático. Pero la democracia no es solo la celebración de elecciones. Una democracia se mide, sobre todo, por la igualdad de derechos entre quienes viven bajo el mismo Estado. Y aquí es donde aparece la contradicción. En la práctica, Israel distingue entre ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda : entre quienes gozan de derechos plenos y quienes los ven limitados por su origen, su religión o su estatus legal. Esta diferencia no es un accidente ni una disfunción, sino que está institucionalizada en leyes, políticas y prácticas cotidianas . Es una falacia común confundir lo que se dice con lo que se hace: repetir que un país es democrático no convierte automáticamente en democracia aquello que ocurr...