"Mi novia trazó mi casta astral de acuerdo con los datos fraudulentos que le había facilitado la Enfermera Jefe. Me dijo que me aguardaba una vida interesante pero muy difícil, y que Saturno estaba exactamente en la misma posición que ocupaba en el nacimiento de Goethe... No le pedí más detalles. Tenía un aspecto tierno e inocente."
("Crónicas de motel", Sam Shepard)
sábado, diciembre 20, 2003
jueves, diciembre 18, 2003
miércoles, diciembre 17, 2003
Copas de yate!
1
Todos los devoradores de películas tenemos también nuestro corazoncito, un estado del alma muy personal donde nuestros ojos van guardando películas que de lo contrario tendrían muy difícil acomodo en los rectilíneos anaqueles de nuestro educado y docto gusto. Películas que... lo reconocemos, no son redondas ni perfectas obras maestras desde el punto de vista del forjado personal criterio.
Son películas que simplemente nos gustan.... No sabemos por qué. Peliculas que nos llaman en la noche con una voz muy familiar, que ya hemos escuchado antes.
En mi caso 'Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto' es una de ellas.
2
Me alegro mucho de que a mi amigo F.S. también le guste.
Compartiendo mesa y mantel en una cena y poco antes de subirse al escenario del Honky para convertir el Manzanares, a golpes de su guitarra eléctrica, en un afluente más por la izquierda del Mississipí, acabamos hablando de 'Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto'. Me citó su largo título deseando terminar, como si ya estuviera escuchando mi 'no la conozco' por respuesta.
El también se alegró de que a mi me gustara.
Hablamos de que era una de las pocas películas de Andy Garcia que merecían la pena, que Christopher Walken estaba espléndido, de Steve Buscemi y de Treat Williams. Nos reímos con la palabra 'alforfones', hicimos alguna rima previsible y continuamos cenando no sin antes desearnos 'copas de yate'.
No teorizamos.
3
A los que no han visto la película les diré que desear 'copas de yate' es una forma de desear tus mejores deseos a un amigo.
Imaginad.
Ya lo habeis conseguido! Todo ha salido bien. Estais a salvo y descansais bajo el cielo azul, mecidos por un mar en calma que os contagia su tranquilidad. Las preocupaciones y problemas han quedado más al Norte, abandonadas en cualquier sucio callejón de una ciudad fría y gris. Es entonces cuando las copas saben mejor.
Son las copas de yate y no todos viven lo suficiente como para tener la oportunidad de tomarlas.
Pero éso no importa, se vive para intentarlo.
4
El punto de encuentro para los admiradores de 'Casablanca' es desde hace mucho tiempo un lugar atestado.
Admirar una obra maestra es fácil, su talento siempre está concentrado en torno a la media aritmética de la estética. Incluso, el acuerdo en las bondades de ésta u otra película acaba siendo un acto social de asentimiento en el que el aprecio por la obra en sí se pierde. Lo que queremos es gustar, ser aceptados y encajar. Si mentimos y decimos que nos gustan, todos nos creen. Nunca hay problema.
Lo difícil es coincidir en uno de esos pequeños milagros.
Toparse con un amigo en medio de un desierto lugar que nadie visita. Quizá por eso existe la amistad, por esos encuentros en aislados lugares del espíritu.
5
Como se que todos vosotros estais tramando algo, que teneis un plan para salir adelante y que, de funcionar, podréis retiraros, aceptad mis buenos deseos. Para todos vosotros: ¡¡copas de yate!!!
1
Todos los devoradores de películas tenemos también nuestro corazoncito, un estado del alma muy personal donde nuestros ojos van guardando películas que de lo contrario tendrían muy difícil acomodo en los rectilíneos anaqueles de nuestro educado y docto gusto. Películas que... lo reconocemos, no son redondas ni perfectas obras maestras desde el punto de vista del forjado personal criterio.
Son películas que simplemente nos gustan.... No sabemos por qué. Peliculas que nos llaman en la noche con una voz muy familiar, que ya hemos escuchado antes.
En mi caso 'Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto' es una de ellas.
2
Me alegro mucho de que a mi amigo F.S. también le guste.
Compartiendo mesa y mantel en una cena y poco antes de subirse al escenario del Honky para convertir el Manzanares, a golpes de su guitarra eléctrica, en un afluente más por la izquierda del Mississipí, acabamos hablando de 'Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto'. Me citó su largo título deseando terminar, como si ya estuviera escuchando mi 'no la conozco' por respuesta.
El también se alegró de que a mi me gustara.
Hablamos de que era una de las pocas películas de Andy Garcia que merecían la pena, que Christopher Walken estaba espléndido, de Steve Buscemi y de Treat Williams. Nos reímos con la palabra 'alforfones', hicimos alguna rima previsible y continuamos cenando no sin antes desearnos 'copas de yate'.
No teorizamos.
3
A los que no han visto la película les diré que desear 'copas de yate' es una forma de desear tus mejores deseos a un amigo.
Imaginad.
Ya lo habeis conseguido! Todo ha salido bien. Estais a salvo y descansais bajo el cielo azul, mecidos por un mar en calma que os contagia su tranquilidad. Las preocupaciones y problemas han quedado más al Norte, abandonadas en cualquier sucio callejón de una ciudad fría y gris. Es entonces cuando las copas saben mejor.
Son las copas de yate y no todos viven lo suficiente como para tener la oportunidad de tomarlas.
Pero éso no importa, se vive para intentarlo.
4
El punto de encuentro para los admiradores de 'Casablanca' es desde hace mucho tiempo un lugar atestado.
Admirar una obra maestra es fácil, su talento siempre está concentrado en torno a la media aritmética de la estética. Incluso, el acuerdo en las bondades de ésta u otra película acaba siendo un acto social de asentimiento en el que el aprecio por la obra en sí se pierde. Lo que queremos es gustar, ser aceptados y encajar. Si mentimos y decimos que nos gustan, todos nos creen. Nunca hay problema.
Lo difícil es coincidir en uno de esos pequeños milagros.
Toparse con un amigo en medio de un desierto lugar que nadie visita. Quizá por eso existe la amistad, por esos encuentros en aislados lugares del espíritu.
5
Como se que todos vosotros estais tramando algo, que teneis un plan para salir adelante y que, de funcionar, podréis retiraros, aceptad mis buenos deseos. Para todos vosotros: ¡¡copas de yate!!!
1
Termino de ver 'Relampago sobre el agua', una suerte de testamento cinematográfico del gran director Nicholas Ray filmado por el alemán Wim Wenders. Siempre he querido verla y, desde luego, mi fracaso no se ha equivocado en ese deseo (los grandes anhelos como la paz interior o el futuro siempre se le han dado mal, pero jamás se ha equivocado con los pequeños, los que de verdad importan: una imagen poderosa, una piel desnuda en los oscuro, una buena melodía siempre salvadora,...)
2
En su final, un junco navega por la desembocadura del Rio Hudson.
Al fondo brilla la ciudad de Nueva York.
Nicholas Ray ha muerto y, en el interior del barco, un miembro del equipo de rodaje, brinda por todos los desplazados del mundo, por todos los 'outsiders' que, como el propio Ray en el caso del cine, tenían otras historias diferentes que contar. Es una especie de funeral irlandés lleno de alemanes.
Enseguida, el relato vuelve a una gran panorámica exterior. A una perfecta metáfora visual de ese desplazamiento del cual el propio Ray hacía gala media hora antes. El rollo de Hollywod terminó por no gustarle. Su historia era otra.
3
La occidental ciudad y la oriental embarcación conviven en un mismo plano, comparten el mismo espacio y el mismo tiempo. Una vez más, el poderoso milagro de la imagen se produce. Ante su magia, mil y una palabras palidecen hasta desvanecerse.
Lo harán siempre.
Termino de ver 'Relampago sobre el agua', una suerte de testamento cinematográfico del gran director Nicholas Ray filmado por el alemán Wim Wenders. Siempre he querido verla y, desde luego, mi fracaso no se ha equivocado en ese deseo (los grandes anhelos como la paz interior o el futuro siempre se le han dado mal, pero jamás se ha equivocado con los pequeños, los que de verdad importan: una imagen poderosa, una piel desnuda en los oscuro, una buena melodía siempre salvadora,...)
2
En su final, un junco navega por la desembocadura del Rio Hudson.
Al fondo brilla la ciudad de Nueva York.
Nicholas Ray ha muerto y, en el interior del barco, un miembro del equipo de rodaje, brinda por todos los desplazados del mundo, por todos los 'outsiders' que, como el propio Ray en el caso del cine, tenían otras historias diferentes que contar. Es una especie de funeral irlandés lleno de alemanes.
Enseguida, el relato vuelve a una gran panorámica exterior. A una perfecta metáfora visual de ese desplazamiento del cual el propio Ray hacía gala media hora antes. El rollo de Hollywod terminó por no gustarle. Su historia era otra.
3
La occidental ciudad y la oriental embarcación conviven en un mismo plano, comparten el mismo espacio y el mismo tiempo. Una vez más, el poderoso milagro de la imagen se produce. Ante su magia, mil y una palabras palidecen hasta desvanecerse.
Lo harán siempre.
miércoles, diciembre 10, 2003
Todo lo que nos sucede.
La enfermedad de los días y la medicina de las noches.
Todo lo que nos pasa.
La enfermedad de las noches y la medicina de los días.
Inmenso mar de causas y azares,
fino entramado de antecedentes y consecuentes,
de circunstancias y situaciones
que nuestra mente no puede abarcar.
Secreta lengua punzante
que nuestra mente escucha,
que nuestra boca no puede hablar.
Y sobre todo ello la voluntad y el sentido,
la perseverancia en el esfuerzo de ser,
de modelar un mundo a la cambiante imagen y semejanza
de una certidumbre mortal,
castillos de arena que el mar entrega,
ingenios que muy pronto se vuelve a llevar....
El vaso de vino,
la brisa y el mar.
Ellos siempre están.
La enfermedad de los días y la medicina de las noches.
Todo lo que nos pasa.
La enfermedad de las noches y la medicina de los días.
Inmenso mar de causas y azares,
fino entramado de antecedentes y consecuentes,
de circunstancias y situaciones
que nuestra mente no puede abarcar.
Secreta lengua punzante
que nuestra mente escucha,
que nuestra boca no puede hablar.
Y sobre todo ello la voluntad y el sentido,
la perseverancia en el esfuerzo de ser,
de modelar un mundo a la cambiante imagen y semejanza
de una certidumbre mortal,
castillos de arena que el mar entrega,
ingenios que muy pronto se vuelve a llevar....
El vaso de vino,
la brisa y el mar.
Ellos siempre están.
martes, diciembre 02, 2003
Suscribirse a:
Entradas (Atom)