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Mostrando entradas de diciembre, 2012
Ni por ser más viejo Ni tampoco por más diablo. Se es más sabio por resucitado. Por de entre los muertos sobrevivir a las inaplazables circunstancias que deparan el tiempo y el espacio, a los inevitables desastres que siempre acompañan a lo que por naturaleza es frágil, a los pequeños y grandes apocalipsis personales que siempre suceden puntuales. Por sobreponerse a las heridas que, con manos blancas o negras, la vida tan inocentemente infringe. Por aprender a reconocer la tipología de diferentes filos que ciegamente las producen cada vez como si fuera la primera. Por no permitir que esa heridas vivan tu vida voraces y yermas por ti. Por dejar ser para poder existir…                                                       supongo. Todo lo supongo.
El presidente de la Comunidad de Madrid, a favor de una gestión privada del Apocalipsis...
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EL HOBBIT Por encima de todo la obra literaria homónima en que se inspira esta película de Peter Jackson, que Tolkien ideó inicialmente con la única intención de entretener a sus hijos, los británicos son así de civilizados, es un novela de iniciación a la vida (en la Tierra Media, pero a la vida después de todo) del joven y poco experimentdo Bilbo Bolsón. Como bien le dice Gandalf al comienzo de la historia, si Bilbo decide aceptar el viaje, la aventura, regresará cambiado. No será nunca más el mismo. Y en este sentido, y dejando de lado los aspectos mas fantásticos del relato, El Hobbit no es una historia en absoluto despreciable. Todo lo contrario, se trata de un relato iniciático como ese Dios que jamás ha existido manda. El material es bueno y, de cara a su adaptación cinematográfica, sólo necesitaba de alguien con el suficiente talento como para entenderlo y afortunadamente Peter Jackson lo es. Se decía del ya fallecido David Lean que era el único profesional dentro ...
No hay más cera que la que arde ni más luz que la que brilla pero por ahora bastan… Y además está la eterna danza del mar. Y también la eterna sombra alargada que proyectan las dudas  y las preguntas… ¿Qué son todos estos años comparados con este instante? Éste en el que el corazón late ¿Qué son todos estos años comparados con el tiempo del mar? Éste que los ojos contemplan. Preguntas que sobrevuelan el misterio de una posible respuesta que justifique la inevitable traición del tiempo, lo olvidado y lo que está aún por olvidar, como efímeras mariposas blancas de blanca espuma centelleante que se esconden esquivas entre sus labios. Es cierto. No hay más cera que la que arde Ni más luz que la que brilla Pero el verdadero misterio es descubrir que Itaca no era una ciudad, que en realidad era una playa a espaldas de una tierra no tan firme y a la espera de un mar que nunca termina completamente de llegar.