Reflexión sobre Barcelona

La globalización está dejando muy poco de un algo que pudiéramos llamar "resto del mundo". Y aunque sean ellos los que constantemente deben defenderse de nosotros para no ser directamente eliminados o bien asimilados, nuestra cultura occidental basa su cohesión en la defensa de ese otro que constantemente merodea alrededor de nuestras reales e imaginarias murallas buscando entrar, casi siempre para hacernos daño comprometiendo como mínimo el buen orden y la estabilidad de nuestras cosas. Cada vez más, fuera de esas murallas no hay otra cosa que una amenaza de cuya ciega e irracional maldad nuestro sistema tiene la obligación de protegernos. pero esa es otra historia. Lo importante es que es ante la presencia de ese otro cuando este poder, que como escribía Foucault nos vive, tiene espacio y tiempo para mostrarse justificado. La tensión entre administraciones/poderes subyacente a los tristes y terribles atentados de Barcelona es un magnífico ejemplo de pues...