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Mostrando entradas de noviembre, 2012
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Julius von Bismarck ...
Las cosas sólo empezarán a cambiar cuando nos dejemos de creer los relatos que nos dicen que somos algo y que ese algo es realmente importante. Las cosas sólo empezarán a cambiar cuando nos demos cuenta de que somos el centro de la fiesta pero no en la manera en que lo imaginamos, que no estamos sentados alrededor de la mesa sino que formamos parte de ella y que en la cena que se hace en nuestro honor tenemos la importancia evidente que tiene lo que va a ser comido porque es la cena misma.
"Es difícil liberar a los locos de las cadenas que veneran" (Voltaire)
La codicia de la banca propició la concesión de hipotecas a insolventes... Y tras decirnos que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, argumento que muchos políticos han hecho suyo, ejercen su poder para intentar evitar asumir su parte de responsabilidad trasladandole ese coste al más débil: ese cliente al que sonreían y llamaban de usted. "Sin embargo, lo que no admiten con facilidad es que muchos de sus clientes eran trabajadores con contratos temporales a los que se les vendió pisos con créditos que suponían deudas enormes en relación con sus ingresos. Y esto no cumple el manual de las buenas prácticas bancarias, pese a que nadie —ni el Banco de España ni los auditores— lo denunciaron nunca." ( Leer más )
Llegarán puntuales nuestros Idus de Marzo y acabaremos en la nada primigenia, enterrados inevitablemente , todos, bajo un montón de cosas muertas, sin poder borrar de los rostros ya abandonados de intención, de propósito y de fuerza una indeleble, por última, expresión de sorpresa. Nosotros, todos, que nos la prometíamos tan felices soñando el interminable sueño del progreso, Accediendo, como impostores. por la fuerza, a la inventada quimera del trono del centro del universo considerado pertenencia propia por naturaleza. Nosotros, los invencibles hijos de todos los dioses, finalmente vulnerables, sorprendidos en las escalinatas del foro de nuestro concierto, definitivamente asesinados por los monstruos que el sueño de la razón engendró en el mismo seno de nuestra inteligencia. Sin entender, sin comprender. agotadas todas las prórrogas, ignorados todos los presagios y terminadas todas las cuentas. Experimento fallido de la que creíamos sabia naturaleza, im...