Llegarán puntuales nuestros Idus de Marzo y acabaremos en la nada primigenia, enterrados inevitablemente , todos, bajo un montón de cosas muertas, sin poder borrar de los rostros ya abandonados de intención, de propósito y de fuerza una indeleble, por última, expresión de sorpresa. Nosotros, todos, que nos la prometíamos tan felices soñando el interminable sueño del progreso, Accediendo, como impostores. por la fuerza, a la inventada quimera del trono del centro del universo considerado pertenencia propia por naturaleza. Nosotros, los invencibles hijos de todos los dioses, finalmente vulnerables, sorprendidos en las escalinatas del foro de nuestro concierto, definitivamente asesinados por los monstruos que el sueño de la razón engendró en el mismo seno de nuestra inteligencia. Sin entender, sin comprender. agotadas todas las prórrogas, ignorados todos los presagios y terminadas todas las cuentas. Experimento fallido de la que creíamos sabia naturaleza, im...