La carta de Gonzalez
No sé de qué me sorprendo. Por lo visto no he tenido bastante con aquella foto de Gonzalez, sentado en su yate. gordo como él solo, fumando un puro enorme y con una rubia en bikini aplicando dándole un masaje en sus anchas espaldas. Tampoco he tenido suficiente con sus inconfesables amistades confesadas... al menos para alguien que se dice socialista: desde empresarios multimillonarios de dudoso origen como Carlos Slim a autócratas como el rey de Marruecos. La carta que González dirigía a los catalanes y que El País publicó el pasado domingo es un hito más. Una carta chunga, llena de amenazas veladas y no tan veladas, que otros ya han criticado y a cuyas criticas me adhiero incondicionalmente como diría alguno. Pero lo que más me llama la atención es ese bigotito franquista que, como cualquier político mainstream del régimen constitucional del 78, Gonzalez se viste sin pudor y que, por cierto, ya le queda como un guante. Y me pregunto qué es lo que mola tanto de ...