Errejón y la investigación
No ha servido de mucho que la Rectora de la Universidad de Málaga tomase la palabra para decir que el contrato que Iñigo Errejón tiene con su universidad es regular, que hay 600 como el suyo y que, curiosamente, nadie se ha interesado por ningún otro. Y tiene gracia que un país que vive de espaldas a la sociedad del conocimiento, aunque diga que su futuro pasa por allí, utilice las peculiaridades del mundo de la investigación para construir un caso que no existe y que sólo tendrá el recorrido que le permitan quienes no tengan la suficiente autoestima por su opinión como para informarse porque, y después de todo, hacer honor al derecho a opinar implica asumir el deber de informarse. Convertir una específica necesidad de un concreto entorno de investigación en un acto de favoritismo demuestra lo lejos que estamos de la civilización en este país y lo difícil que lo tienen aquellos que se propongan sacarle del basurero en que se encuentra. Las cosas son mucho más sencillas.. si se...