INOLVIDABLE Le quai des brumes.... "Es como si huyese el paisaje"
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"No existe el amor, sólo actos de amor" Y quiero creer que el significado de esta frase tiene que ver con lo misterioso de este sentimiento que de cuando en cuando nos revienta las costuras del cuerpo, poniendo adentro lo que antes estaba fuera y afuera lo que antes estaba dentro. Sólo hay pruebas, actos, acciones dirigidas hacia la persona amada buscando que ella intuya en nosotros la presencia de ese misterio. Esperanza y confianza ciega en que se nos entienda mucho más allá de aquello que estamos haciendo y diciendo. Siempre hay un punto de desesperación en todo amor, una desesperación que descansa en la incertidumbre de ser lo suficientemente elocuentes o lo suficientemente entendidos.
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BELLEZA ROBADA Para mi gusto, "Belleza robada" es una de las mejores películas de Bernardo Bertolucci. Con el inconfundible sabor próximo de las obras pequeñas, "Belleza robada" nos cuenta la historia del despertar sentimental de Lucy, una adolescente norteamericana que regresa a la Toscana en busca de los fantasmas de un amor de verano y el fantasma de su madre muerta. Allí, su incesante e inagotable preguntar se enmarcará en el desgastado marco de un universo de adultos cínicos y escépticos, entregados a la vorágine disolvente de su propia vida, una vorágine muy alejada de las preocupaciones de Lucy y directamente inspirada por la inevitable enfermedad del tiempo pasado y pasando que todos padecen. Después de todo, la madurez no es otra cosa que la juventud dividida una y otra vez por el tiempo en una interminable fracción que va restanto entidad al dividendo. De entre todos los personajes son dos los que destacan. El enfermo terminal David que Jeremy Irons interp...
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"La crítica sólo debe intervenir después de haber discernido si la persona la aceptará o no, después que uno se ha hecho amigo de ella, de haber compartido sus intereses y de haberse comportado de manera tal que nos concede su entera confianza para que tenga fe en nuestras palabras. Luego interviene el tacto. Hay que sentir el buen momento y la buena manera de ejercer su crítica - por carta o al regresar de una reunión particularmente agradable-. Hay que empezar comentando sus propios fallos y luego llevar a su interlocutor a comprender, sin pronunciar más palabras de las necesarias. Hay que alabar sus méritos; esforzarse en darle ánimos, en preparar su humor; volverlo tan receptivo a las observaciones del mismo modo que el hombre sediento lo es al agua. Es entonces cuando hay que corregir sus errores. La crítica constructiva es delicada." (Hagakure)