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Life Inc, Douglas Rushkoff

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"Sin embargo, desde la perspectiva del coautor del Manifiesto Comunista, Friedrich Engels, este endeudamiento era solo el yugo que los capitalistas necesitaban para mantener a raya a los trabajadores. La propiedad de la vivienda, y la hipoteca que requiere, sería “encadenar al trabajador por su propiedad a la fábrica en la que trabaja”. Esta posibilidad de programación social no pasó desapercibida para los especuladores inmobiliarios o las muchas empresas que buscaban en los suburbios una forma de crear una sociedad de clase media altamente obediente. Como explicó el presidente de Provident Institution for Savings en Boston: “Denle esperanza, denle la oportunidad de mantener a su familia, de hacer una reserva para su vejez, de disponer de alguna comodidad o lujo baratos, sobre los cuales él fije su corazón; y se someterá voluntaria y alegremente a las privaciones y penalidades"." Life Inc, Douglas Rushkoff

Sobre Ucrania

Etimológicamente, Ucrania es un termino ruso que quiere decir frontera.. frontera del Imperio Ruso por supuesto. Los vikingos varegos se desplazaban  por la cuenca fluvial del Dnieper desde el Baltico hasta el Mar Negro buscando comerciar y/o vandalizar. Uno de estos reyes varegos, Rurik, fundó en Kiev la capital de un reino que se extendía desde el báltico hasta la peninsula de Crimea. Posteriormente, las sucesivas ordas de tribus centroasiaticas fueron desplazando hacia el Norte este reino Varego, primero a Novgorod y luego a Moscú, donde tras muchas vicisitudes ese reino evolucionó hacia el concepto de Rusia. Así, Rusia sólo ha tenido dos dinastías de zares los Rurikidas hasta el siglo XVI (si mal no recuerdo) y los Romanov hasta el siglo XX; ambas dinastías separadas por el pobre Boris Godunov. Durante todo ese tiempo el territorio que ahora ocupa Ucrania fue ocupado por la llamada Horda de Oro, los sucesivos reinos tártaros contra el Imperio Ruso luchó con mayor o menor suerte...

La sociedad de consumo, Jean Baudrillard

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El espectáculo de la violencia genera la necesidad de orden y concierto: "Aquí es precisamente donde interviene la dramatización espectacular a cargo de los medios de comunicación masiva (la noticia/catástrofe como categoría generalizada de todos los mensajes): para poder resolver esta contradicción entre moral puritana y moral hedonista, es necesario que esa quietud de la esfera privada aparezca como valor obtenido con esfuerzo y constantemente amenazado, rodeado por una fatalidad de catástrofe. La violencia y el carácter inhumano del mundo exterior son necesarios, no sólo para experimentar más profundamente como tal la seguridad (esto en la economía del goce), sino además para sentir que elegir la seguridad como tal (esto en la economía moral de la salvación) está justificado a cada instante. Es necesario que, alrededor de la zona preservada, florezcan los signos del destino, de la pasión, de la fatalidad, para que la cotidianidad recupere la grandeza, el carácter sublime, ...

Amos

Igual me vuelve a empezar a apetecer escribir ¡Quién sabe! El presente por el presente es la pura descontextualización y esa pura descontextualización es la base de la forma más perfecta de dominación que es esta sociedad de consumo que lentamente va consumiendo lo poco que de seres humanos nos va quedando. Sin un pasado del que responsabilizarse y un futuro en el que enmarcarse en este eterno posible todo es posible y ese todo no es otra cosa que la fantasía adictiva que la sociedad de consumo. El reino estructural de la diferencia, un paraíso artificial en donde todo es posible, donde nadie se debe a nada ni nada se debe a nadie. No hay un anclaje en algo que pueda llamarse real, algo ajeno, no amoldable al deseo individual que a todos nos consumo y contra el que podamos medir el grado de nuestra locura. Es el reino de los signos, de la pura diferencia, donde impera el valor de cambio, las meras y simples relaciones basadas en la repetición y en la diferencia. La moda conv...

La gran transformacion, Karl Polanyi

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"¿No indicaba esto claramente que había también una forma menos cara de obligar a los pobres a ganarse el sustento, en lugar de recurrir a la parroquia? La solución se encontraba en la abolición de la legislación Isabelina sin remplazaría por ninguna otra. Que no se subsidiaran los salarios, ni se ayudara a los desempleados que pudieran trabajar, pero que tampoco hubiera salarios mínimos ni una salvaguardia del derecho a vivir. Debería tratarse a los trabajadores como lo que eran: una mercancía que debe encontrar su precio en el mercado. Las leyes del comercio eran las leyes de la naturaleza y en consecuencia las leyes de Dios. ¿Qué era esto sino una apelación del magistrado más débil al más fuerte, del juez de paz a los omnipotentes dolores del hambre? Para el político y el administrador, el laissez-faire era simplemente un principio del aseguramiento de la ley y el orden, con el mínimo de costo y esfuerzo. Que el mercado se encargue de los pobres, y las cosas se arreglarán po...

Infiltrado en el Klan

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En su nueva película "Infiltrado en el Klan", Spike Lee apuesta sobre seguro. Porque a quién puede no gustarle una historia que ridiculiza la sinrazón,que se pone del lado del sentido común dentro siempre de las coordenadas ilustradas y progresistas. Especialmente a través de ese personaje borracho, estúpido y degenerado llamado Ivanhoe, que perversamente encarna el estereotipo que los progresistas tenemos del soporte electoral del norteamericano Tea Party. La respuesta es clara: A nadie Y sin embargo, y dejando de lado las cualidades cinematográficas de la película (que tampoco son demasiados), la película me deja una amarga sensación de tristeza. Tristeza que, por un lado, tiene que ver con la perversa sensación de superioridad intelectual que Lee busca en el espectador para conectar con ella, conexión sobre la que sin duda descansa el éxito de la película y para cuya existencia Lee lo da todo, haciendo que la película discurra construyendo con desigual acierto...

Sobre la ofensa

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Tengo que confesar que en los años de vida que llevo vividos jamás he visto ofendida a una persona cuya inteligencia gozase de mi estimación. Ante lo que para otros bien pudiera resultar ofensivo esas personas siempre se defendían recurriendo a la ironía o el sentido del humor (ambas, buenas armas de destrucción masiva de la estupidez); en casos más extremos, se acababa en el cinismo, siempre buscando la oferta del otro, nunca la propia porque después de todo el sentirse ofendido es un acto de debilidad de la inteligencia. Como el niño que no puede encajar el triangulo en la forma del cuadrado, la ofensa es la rabieta de la inteligencia que no da más de sí y cede su lugar a la cuesta abajo que es el animal irracional para el ser humano. No me tengo en mucha estima cuando mi carne se debilita y me ofendo. Tampoco tengo en mucha estima a los que llevan la ofensa por bandera. Deberíamos exigirnos un poco más porque al final la ofensa no es otra cosa que una forma de violencia...