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Mostrando entradas de octubre, 2025

Aliado o cliente - El precio de la fidelidad (VII)

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Europa paga hoy el precio de su fidelidad. En apenas tres años, el Viejo Continente ha transferido a Estados Unidos más de un billón de euros en energía, armamento, inversiones y poder político. Lo que se presentó como una alianza de defensa mutua se ha convertido en una arquitectura de extracción: Washington cobra por proteger, impone su agenda y convierte la obediencia europea en fuente de rentas. La lealtad se ha transformado en sumisión, y la fidelidad, en una forma elegante de servidumbre. En la entrega anterior vimos cómo la hegemonía estadounidense ha mutado en un sistema de rentismo imperial: ya no protege, sino que cobra por mantener dependencias. Europa es hoy una fuente de rentas energéticas, militares y políticas. Lo que vive no es un accidente histórico, sino la versión actualizada de una vieja constante: para Washington, los aliados son instrumentos, no socios. Estados Unidos nunca ha tenido amigos permanentes, solo utilidades temporales. Y cuando un aliado deja de se...

La economía va bien. La democracia, no tanto.

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La financiarización no solo transformó la economía: redefinió la democracia. El poder ya no fluye desde los ciudadanos hacia el Estado, sino desde los mercados hacia los gobiernos. Gobernar se ha vuelto un ejercicio de obediencia contable: equilibrar los números, aunque se desequilibre la vida. En las democracias contemporáneas ya no se gobierna para los ciudadanos, sino para l os mercados. La política económica ha cambiado de sujeto: donde antes estaba el pueblo, hoy está el capital financiero. El voto que decide el rumbo de un país ya no se emite cada cuatro años en una urna, sino cada mañana en las pantallas que muestran la prima de riesgo, el precio de la deuda o la cotización del dólar. El nuevo soberano no tiene rostro, pero sí poder. Y su lenguaje es el de la macroeconomía. El poder ha cambiado de dirección: ya no asciende desde las urnas, sino que desciende desde los mercados financieros. La financiarización como nuevo régimen político Durante el siglo XX, el Estado era el ...

El espejismo del control: Europa se sanciona a sí misma en la guerra tecnológica

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La nacionalización de Nexperia revela una Europa que confunde soberanía con autolesión: el gesto político sustituye a la estrategia industrial. En octubre de 2025, el gobierno neerlandés anunció una medida inédita: la intervención de Nexperia , un fabricante de semiconductores con sede en Nijmegen y propiedad del grupo chino Wingtech Technology . Amparado en la Goods Availability Act , el Estado asumió el control temporal de la empresa alegando “deficiencias graves de gobernanza” y “riesgo para la seguridad nacional”. En apariencia, fue un acto de soberanía: proteger un activo estratégico frente a la penetración china. En la práctica, fue otro episodio del espejismo occidental de control : sancionar lo que ya no se domina. Una decisión legal, pero no real La ley invocada permite intervenir empresas cuya actividad sea esencial para la seguridad económica o el suministro de bienes críticos. Fue la primera vez que se aplicó en el sector tecnológico neerlandés. Pero Nexperia no fabric...

Argentina no fue invadida. Fue comprada.

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En octubre de 2025, la economía argentina se convirtió en un laboratorio de geopolítica monetaria. Mientras el gobierno celebraba la “confianza de los mercados”, el Tesoro estadounidense y sus aliados financieros ejecutaban una secuencia precisa de intervenciones destinadas a influir en el resultado electoral. No hubo marines ni embajadas conspirando: hubo dólares. La dominación se ejerció en tiempo real, mediante liquidez condicionada, miedo calibrado y narrativa mediática coordinada. En el artículo anterior vimos cómo Milei había logrado transformar la crisis en identidad: cómo el sufrimiento económico se convirtió en un signo de pertenencia y el resentimiento en forma de moral. Pero toda religión necesita un altar, y en la Argentina de 2025 ese altar estaba fuera del país. Mientras el gobierno domesticaba la rabia interna, otro poder —más lejano y más real— intervenía desde los mercados. No con tanques ni embajadores, sino con dólares. Lo que se jugaba en esas semanas no era solo u...

Aliado o cliente: Una hegemonía que ya no protege, sino que parasita (VI)

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Durante décadas, Estados Unidos sostuvo su liderazgo combinando poder militar, innovación y prosperidad compartida. Hoy, esa ecuación se ha roto: la hegemonía ya no se legitima por lo que ofrece, sino por lo que impide. El viejo protector se ha transformado en rentista imperial: cobra por mantener la dependencia que antes llamaba alianza. Europa, atrapada en esa arquitectura, paga cada vez más por una seguridad que no llega, una autonomía que no se permite y una prosperidad que se desvanece. La hegemonía ya no protege: parasita. En la entrega anterior vimos cómo la OTAN se ha transformado de alianza defensiva en arquitectura de control: Europa puede gastar más, pero no decidir por sí misma. Para entender por qué Washington sostiene un sistema así, conviene mirar más allá de la estrategia militar y examinar la transformación económica que lo hace necesario. Esa asimetría no es un error de diseño, sino su función. La lógica del rentismo imperial La lógica que rige esta relación es la...