Aliado o cliente - El precio de la fidelidad (VII)
Europa paga hoy el precio de su fidelidad. En apenas tres años, el Viejo Continente ha transferido a Estados Unidos más de un billón de euros en energía, armamento, inversiones y poder político. Lo que se presentó como una alianza de defensa mutua se ha convertido en una arquitectura de extracción: Washington cobra por proteger, impone su agenda y convierte la obediencia europea en fuente de rentas. La lealtad se ha transformado en sumisión, y la fidelidad, en una forma elegante de servidumbre. En la entrega anterior vimos cómo la hegemonía estadounidense ha mutado en un sistema de rentismo imperial: ya no protege, sino que cobra por mantener dependencias. Europa es hoy una fuente de rentas energéticas, militares y políticas. Lo que vive no es un accidente histórico, sino la versión actualizada de una vieja constante: para Washington, los aliados son instrumentos, no socios. Estados Unidos nunca ha tenido amigos permanentes, solo utilidades temporales. Y cuando un aliado deja de se...