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EL FACTOR HUMANO A veces la realidad es tan increíble que parece ficción. En "El factor humano", John Carlin, su autor, nos cuenta el modo en que Nelson Mandela se encargó de generar la nueva Sudáfrica usando el campeonato del mundo de rugby celebrado en 1995 como momento culminante. Tras más de un cuarto de siglo entre rejas, lo único que Mandela no tiene para sus carceleros es odio. Todo lo contrario. Con una sonrisa, y la palabra justa que cada preciso momento necesita, está dispuesto a apelar a los corazones de todos los afrikaaners, empezando por sus líderes y terminando con el último habitante del rincón mas reaccionario de la república austral. Poco a poco, reunión tras reunión, fue ganándose a toda la cúpula política del gobierno sudafricano. Hábil estratega, mediante su sonrisa siempre dispuesta y la mano siempre tendida les ofreció una salida al mismo tiempo que se encargó de disipar todos sus miedos, el mayor de ellos era acabar lanzados al mar por las masas negras...
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EL ASESINATO DE JESSE JAMES POR EL COBARDE ROBERT FORD No es una emoción fácil de describir la que muestra este Jesse James vestido de blanco y negro. En él abunda el sentimiento de hastío ante una manera de vivir que de pronto se ha convertido en un callejón sin salida. En algún momento se cruzó la línea que define el punto de no retorno más allá del cual ya es demasiado tarde para todo. La vida está llena de ellas. Quizá cuando su hermano Frank se marchó al Este debío de ser el momento de dejarlo, pero quién sabe cuándo es el momento oportuno para abandonar. No es fácil ser tan listo. Pero también se intuye sobre las espaldas de James la invisible pero cada vez más pesada carga de la púrpura de la leyenda. Como si progresivamente dejara de ser él mismo para convertirse en ese otro del que todos hablan, al que todos indistintamente admiran y temen. Un sentimiento extraño sentir que uno ya no se pertenece a sí mismo sino a todos... Alienación, cansancio, por todas partes la impresión c...
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DÉJAME ENTRAR Hay películas que te gustan, que reconoces que están bien y que estarías dipuesto a volver a ver cuantas veces fueran necesarias y hay otras que te llegan, te conmueven intensamente con sus mancias y sus artes. "Déjame entrar" entra dentro del segundo grupo. Por derecho propio entra a formar parte de mi imaginario y simbólico panteón (nunca mejor dicho) de películas inolvidables y favoritas. Los caminos de "Déjame entrar" son pistas apenas transitadas dentro del género de terror al que aparentemente parece adscrita por su temática. Es cierto que hay vampiros... pero también una brutal fisicidad, bastante desagradable, en todo lo que tiene que ver con la carne y la sangre, pero también, entre tanta oscuridad hiperbórica, brilla la historia de un encuentro entre dos seres diferentes y distintos, que se encuentran solos en un mundo de iguales. Es este contraste entre brutalidad y sensibilidad lo que más me fascina de esta hermosa historia de amor loco con...
"Cuando faltaban dos minutos y Sudáfrica resistía con un 19 a 15, un francés de origen marroquí, tan enorme como Kobus Wiese, llamado Abdelatif Benazzi, pensó que había plantado el balón al otro lado de la línea, lo que habría supuesto el ensayo de la victoria. En lugar de ello, el árbitro concedió a los franceses una melé, los ocho jugadores más grandes de cada equipo enfrentados uno contra otro en formación de tortuga, a cuatro metros y medio de la línea sudafricana. Si los exhaustos Bleus empujaban a los exhaustos Springboks al otro lado de la línea, el partido estaría acabado. Francia estaría en la final. El torneo habría acabado para la Nación Arcoiris. Los Springboks estaban a punto de ir a asumir sus posiciones en la melé cuando Kobus Wiese, con sus 1,93 metros de estatura en la segunda fila de la sala de máquinas de la melé, lanzó un grito de guerra que espoleó a sus compañeros. Se dirigió a su mejor amigo, Balie Swart, el delantero base en la primera fila, y le dijo: Mira...
DAVID BYRNE Once in a lifetime... Life is long... I feel my stuff...
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DAVID BYRNE El legendario lider de los Talking Heads nos ofreció ayer en Madrid un maravilloso concierto inolvidable. En él, repaso temas de su último disco y de toda su discografía deleitándonos con un espectáculo energético, brillante y, lo que es más importante, lleno de alegría y buen rollo. Sobre el escenario del teatro Lope de Vega se desarrolló una calculada locura de bailarines, músicos y cantantes en el que uno no terminó de saber muy bien quién cantaba, bailaba y tocaba pasándose unos a otros el relevo de la propia tarea. El público acabó loco, contagiado por esa alegría y buen rollo que el escenario emitía como un enorme sol blanco. Porque, y para mi gusto, lo mejor que tiene la música de Byrne es esa vibración vital que el espectáculo consiguió transmitir de principio a fin. Como bien titula en su último disco everything that happens will happen today. A sus casi sesenta años, Byrne está en plena forma.
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LA HABITACIÓN DE FERMAT Para mi gusto, las mejores cosas que se están produciendo en el cine español se están haciendo desde el género. Me vienen a la cabeza ejemplos como "La caja 501", "La noche de los girasoles", "El laberinto del fauno" o esta "La habitación de Fermat" que se mueve dentro de los esquemas del thriller de misterio sin mayores ambiciones que contar una historia y contarla bien... que no es poco. La verdad. Salvo francotiradores como Jaume Balagueró, Antonio Hernández o Fernando León, el cine español ha pecado siempre de querer ser algo más que cine y, a mi entender, es ahí una de las principales razones de sus males.  El cine español casi siempre ha querido imponer las historias a su público. Ha querido ser un cine "dirigido" y esa es una elección muy arriesgada cuando en el mercado te enfrentas a un competidor como el norteamericano. Algo así como enfrentarse a Chuck Norris con un sólo brazo y habiendo aprendido karat...